La Aventura de Aprender
La Aventura de Aprender es un espacio de encuentro e intercambio en torno a los aprendizajes para descubrir qué prácticas, atmósferas, espacios y agentes hacen funcionar las comunidades; sus porqués y sus cómos o en otras palabras, sus anhelos y protocolos.
Este proyecto parte de unos presupuestos mínimos y fáciles de formular. El primero tiene que ver con la convicción de que el conocimiento es una empresa colaborativa, colectiva, social y abierta. El segundo abraza la idea de que hay mucho conocimiento que no surge intramuros de la academia o de cualquiera de las instituciones canónicas especializadas en su producción y difusión. Y por último, el tercero milita a favor de que el conocimiento es una actividad más de hacer que de pensar y menos argumentativa que experimental.
Estas guías didácticas tienen por objetivo favorecer la puesta en marcha de proyectos colaborativos que conecten la actividad de las aulas con lo que ocurre fuera del recinto escolar.
Sin aventura no hay aprendizaje, ya que las tareas de aprender y producir son cada vez más inseparables de las prácticas asociadas al compartir, colaborar y cooperar. http://laaventuradeaprender.intef.es
Proyecto concebido y coordinado por Antonio Lafuente para INTEF https://intef.es. Obra publicada con licencia de Creative Commons Reconocimiento-Compartir Igual 4.0 Licencia Internacional. https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0
Para cualquier asunto relacionado con esta publicación contactar con:Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado. C/ Torrelaguna, 58. 28027, Madrid. Tfno.: 91-377 83 00. Fax: 91-368 07 09. Correo electrónico: lada@educación.gob.es.
Ministerio de Educación y Formación Profesional; Dirección General de Evaluación y Cooperación Territorial. Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF); Recursos Educativos Digitales.
Quién hace esta guía
Mariana Alonso Briales
Profesora en el Departamento de Teoría e Historia de la Educación y M.I.D.E. de la Universidad de Málaga. Sus líneas de investigación son la formación de profesores, la educación inclusiva, la Cultura de Paz y las TIC.
María Teresa Rascón Gómez
Profesora en el Departamento de Teoría e Historia de la Educación y M.I.D.E. de la Universidad de Málaga. Sus líneas de investigación son la educación inclusiva, la educación intercultural y la atención a la diversidad.
Ignacio Calderón Almendros
Profesor de Teoría de la Educación en la Universidad de Málaga. Sus líneas de investigación son los procesos de exclusión en la escuela y la promoción de la educación inclusiva.
Comunidad educativa del CEIP La Parra (Almáchar, Málaga)
Esta comunidad educativa está formada por el conjunto del profesorado, las familias, los alumnos y alumnas, el personal de administración y servicios, los y las responsables políticos y de distintas entidades pertenecientes al tejido social del municipio de Almáchar (Málaga). El equipo motor, que ha coordinado todo el trabajo que aquí se describe, está compuesto por: Alicia Cristina Granados Holgado, Amanda Pérez Lozano, Aroa Palma Palma, Begoña Gaona Ruiz, Carmen Dolores Mates Llamas, Cristina Sánchez López, Cristina Vega Díaz, Diana Farzaneh Peña, Florentina Jennifer Zamora Vigo, Francisco Javier Giménez Carretero, Juan Diego Carvajal Hidalgo, Juan Gámez Gutiérrez, Julio Moratalla Gallardo, Lucía Gámez Gámez, Marco Antonio Alcaraz Lozano, María del Mar Herrera Fernández, Moisés Gutiérrez Marín, Mónica Reyes España, Raquel Cerezo García, Rocío España Godoy, Rosa María Paredes López, Sandra Barrado Fernández, Sara Giménez Miguel y Sheila España Palomo, Victoria Yolanda Rodríguez González.
Introducción
Esta guía es un recurso que ha sido elaborado con el objetivo de ayudar a las escuelas a iniciar y desarrollar un proceso de Investigación-Acción Participativa para hacerlas más acogedoras e inclusivas. Se trata de una herramienta abierta y versátil creada para ser implementada en cualquier comunidad educativa. Solo tienes que introducir los cambios necesarios para adaptarla a tu realidad escolar… ¡et voilà! ¡Ya estás listo para comenzar!
La escuela no solo es un espacio formativo donde se interiorizan contenidos, sino que es un lugar donde aprendemos a respetar, valorar y a convivir. En ella se fusionan saberes diversos que generan conocimientos fundamentales para nuestra vida cotidiana. Para muchos niños y niñas especialmente vulnerables, la escuela también constituye un refugio de esperanza, una oportunidad para relacionarse con la diversidad, construir una identidad propia y participar en el desarrollo de una identidad colectiva que no deje a nadie atrás.
¿Queremos hacer de nuestra escuela un lugar donde todo esto ocurra? Si lo tenemos claro, comencemos por convertirla en un laboratorio de aprendizaje para la vida. Esta labor exige dos condiciones básicas a la comunidad educativa: compromiso y responsabilidad. Compromiso para poner los medios y recursos a su alcance con el fin de construir, entre toda la comunidad, una escuela más amable e inclusiva. Y responsabilidad para cumplir con los compromisos adquiridos. Uno de esos compromisos tiene que ver con la necesidad de adquirir la formación necesaria para poner en funcionamiento ese laboratorio.
¡Necesitamos que toda la comunidad educativa se ponga a investigar, y que se prueben diferentes fórmulas que conduzcan al resultado deseado!
Hemos creado esta guía para ayudarte en el proceso. En ella puedes encontrar algunas pistas sobre cómo realizar un proceso de Investigación-Acción Participativa en tu escuela.
La Investigación-Acción Participativa (IAP) busca generar conocimientos y transformar una determinada realidad con la participación activa de todas las personas implicadas. La IAP desarrolla un trabajo sistemático y riguroso en el que toda la comunidad actúa como agente investigador de su realidad, desarrollando análisis participativos, eligiendo focos de acción colectivamente, diseñando e implementando un plan de acción integral y evaluando el proceso (Carr y Kemmis, 2005).
Es decir, «una investigación realizada por personas corrientes que actúan como investigadores para explorar cuestiones de sus vidas diarias, reconocer sus propios recursos, producir conocimiento y actuar para superar desigualdades, a menudo en solidaridad con personas externas.» (Dickson, 1997, p. 2).
El objetivo de este tipo de investigaciones es que las personas que participan en ellas pasen de ser meros objetos de conocimiento a sujetos de cambio. En ocasiones también será necesaria la presencia de personas facilitadoras externas que acompañen durante el proceso de transformación, pero solo serán acompañantes metodológicos. Esto es muy importante: la IAP es un proceso democrático, en el que la comunidad toma la palabra y lidera el proceso. Es decir, las mismas personas del propio medio cuestionan su realidad al mismo tiempo que identifican sus recursos para dar solución a las problemáticas de su día a día (Kemmis y McTaggart, 1988).
Para ilustrar la guía y ejemplificarla, vamos a contar la experiencia de Investigación-Acción Participativa (IAP) que estamos viviendo en el centro público de Educación Infantil, Primaria y primer ciclo de Secundaria “La Parra” de Almáchar (Málaga). Allí, la IAP se caracteriza por lo siguiente:
- Investiga lo que ocurre en la escuela, es decir, recoge información y la analiza para entender mejor lo que pasa.
- A la vez, trabaja para cambiar la realidad de acuerdo con lo que se aprende.
- Se basa en el saber de todas las personas, y son todas ellas las que construyen los análisis, reflexionan juntas y elaboran y ponen soluciones a sus problemas.
El proyecto cuenta con el alumnado, el profesorado, las familias, el personal de administración y servicios, vecindario, agentes de la comunidad y miembros de la Universidad de Málaga. Como primer propósito, se decidió mejorar la convivencia en el colegio y su entorno. El centro asume como reto un cambio profundo en el modo de mirar y entender la atención a la diversidad desde un enfoque inclusivo, que incorpora las voces del alumnado y las familias para identificar las barreras al aprendizaje y la participación, generando con ello oportunidades para todo el alumnado sin excepción. Es decir, se entiende que los problemas no son de un niño o una niña, sino que están en los marcos institucionales, en la cultura y en las relaciones. Y para cambiar la realidad, se requiere una responsabilidad colectiva. El propósito es construir una escuela que dé respuesta a todas las singularidades y a la que los niños y niñas vengan felices, que tengan oportunidades equivalentes para aprender y desarrollarse, para construir sus propios proyectos de vida y que también se conviertan en personas autónomas y responsables que quieran transformar su realidad.
La comunidad educativa del CEIP La Parra (Almáchar, Málaga) y un equipo de investigación de la Universidad de Málaga1 se han unido para crear este recurso y hacerte partícipe de una experiencia colaborativa que nos gustaría extender a otras escuelas.
Materiales
Para la planificación
Uno de los recursos más importantes para construir un proyecto común y producir aprendizaje es el diálogo. La comunicación y la escucha activa son procesos fundamentales para el trabajo en equipo y para la mejora de la convivencia. El diálogo permite a los participantes exponer y confrontar ideas, llegar a acuerdos y aportar soluciones a los problemas.
Para desarrollar las tareas que proponemos es muy útil contar con algunos recursos audiovisuales como:
- Cámaras fotográficas y de vídeo, así como grabadoras de audio. Estos recursos tecnológicos pueden ser especialmente útiles para documentar el proceso de la Investigación-Acción Participativa (IAP), para analizarlo y para profundizar sobre las prácticas educativas con el fin de mejorarlas. Permite observar minuciosamente la forma en la que se van construyendo los aprendizajes entre los y las participantes de la investigación y cómo se van generando nuevos saberes. Pero además permite compartir lo que ocurre para que cualquier persona, sea cual sea su edad, formación, etc., pueda acceder a lo que la comunidad dice y hace. Es decir, resultan un conjunto de herramientas extraordinarias para difundir tanto el proceso como los resultados.
- Ordenadores con acceso a Internet. La red nos permite crear y compartir documentos en línea, vídeos, imágenes, etc. Las distancias ya no tienen por qué ser un problema, ya que existen numerosas redes sociales y aplicaciones que nos permiten comunicarnos con los miembros de nuestra comunidad educativa por mensajes de texto, llamadas de voz, videollamadas, videos, etc. Las escuelas cuentan con material informático y conexión a la red que pueden ponerse a disposición para este cometido.
- Herramientas audiovisuales colaborativas. Resulta especialmente útil el uso de documentos compartidos, ya que esto permite al grupo crear materiales colectivos. También existen aplicaciones que pueden facilitarnos determinadas tareas relativas a la organización y a la transmisión de ideas dentro del grupo, permitiéndonos la elaboración de mapas cognitivos, flujogramas, infografías, presentaciones audiovisuales atractivas, etc.
También son necesarios materiales de papelería, tales como papel continuo, rotuladores de varios colores, papel autoadhesivo, cinta adhesiva, libretas, bolígrafos, rotuladores… - Especialmente útiles pueden ser las Guías LADA. Hay toda una serie de guías que preceden a esta que pueden servir para desarrollar alguno de los procesos que proponemos en estas páginas. Explican detalladamente cómo hacerlos. Encontraréis los enlaces a lo largo del documento.
Pasos
Paso 1. Respuesta a una demanda y proceso de negociación
El primer requisito para iniciar una IAP en nuestra escuela es que exista una demanda. Este reclamo generalmente surge cuando miembros de una comunidad educativa advierten síntomas de un malestar en su escuela y deciden tomar cartas en el asunto. También cuando se desea hacer una mejora en algo que es una preocupación. La toma de conciencia es el paso previo a cualquier actuación y cuando se produce, es importante dar cuenta de ella al resto de la comunidad educativa y solicitar su colaboración.
Todo cambio necesita de una organización previa y de un proceso de negociación. Por eso es importante que la demanda venga acompañada de una planificación previa en la que se enumeren los objetivos a perseguir y se expongan con claridad las condiciones y los compromisos necesarios para iniciar el proceso de transformación. Es fundamental que las y los participantes lleguen a acuerdos y adopten responsabilidades en las que puedan involucrar a otros miembros de la comunidad educativa. ¡Cuántos más seamos, más significativo será el cambio! No olvidemos que la escuela la conforman todos los que la habitan: familias, alumnado, profesorado, personal de administración y servicios, miembros de las instituciones presentes en el entorno y otros agentes educativos.
La demanda de colaboración puede venir de diversas vías. En el CEIP La Parra surgió a raíz de la celebración de un workshop titulado “Nuevas miradas en la orientación escolar, para la infancia y contra la segregación”, un encuentro celebrado en la universidad entre profesionales y familias para pensar juntos cómo hacer escuelas para todas las personas. Allí se establecieron vínculos que animaron a algunos miembros del centro a advertir una necesidad que convirtieron en deseo: hacer su escuela más inclusiva. Es entonces cuando el Claustro decidió solicitar un curso con el que formarse para lograr su propósito y, para ello, pidió la colaboración del equipo que había organizado el evento.
Aquella formación duró solo dos sesiones, pero allí empezó todo; en un encuentro en el que pudimos conocernos, trabajar juntos y aprender unos de otros. De la buena conexión que se produjo y del valor que ambas partes reconocimos en el trabajo y el deseo de mejora del otro colectivo, emergería algo más ambicioso: una propuesta de formación continua y colaborativa que cristalizaría en un proyecto de Investigación-Acción Participativa (IAP).
Pero como decíamos, hay muchas formas en las que puede nacer una demanda: un pequeño grupo de docentes al que le gustaría avanzar en sus metodologías, un grupo de madres y padres que desean que la escuela esté más abierta al entorno, un grupo de estudiantes que se siente desplazado… La demanda puede emanar de cualquier sector y a partir del síntoma que sea. La cuestión es hacer partícipe a la comunidad y convertirlo en un proyecto colectivo.
Paso 2. Diagnóstico e Identificación del problema a investigar
El segundo paso que proponemos consiste en realizar un diagnóstico participativo del centro, algo así como poner un radar para detectar los problemas que ve la gente. Porque una cosa es lo que enciende la chispa (la demanda), y otra lo que realmente pasa en la escuela. Para ello es importante invitar a toda la comunidad educativa de la escuela: alumnado, familias, profesorado y otros agentes de la comunidad. Cuantos más puedan acudir al encuentro mejor, ya que todos tienen un papel fundamental en este proceso. El objetivo es construir una escuela en la que tengan cabida todas las necesidades e intereses de sus miembros y para ello necesitamos escuchar todas las voces. Hay que pasar de la mirada de quienes iniciaron el proceso a construir una mirada colectiva.
Una manera muy dinámica de realizar el diagnóstico puede ser la desarrollada en el CEIP La Parra, donde en una mañana completa de un día lectivo se realizó un trabajo enorme movilizando a toda la comunidad. Se comenzó por un taller inicial de diagnóstico para las familias y el alumnado, en el que el equipo docente y otros asesores externos actuaron como facilitadores. Para el desarrollo del taller se constituyeron diversas mesas de trabajo rotativas en diferentes salas: una para familias y otras para el alumnado de los diferentes ciclos, que se mezclaron para formar grupos heterogéneos. Es decir, juntamos a alumnado de Primaria y Secundaria y a alumnado de diferentes cursos de Educación Infantil. La heterogeneidad tiene que estar muy presente en la conformación de esos grupos. Posteriormente, el profesorado también participó en el proceso. A continuación, se entregó a cada mesa un trozo de papel continuo grande (papelógrafo) con uno de los siguientes temas:
- ¿Cómo es la escuela que tenemos? (Panorámica general)
- ¿Cómo se enseña y cómo se aprende en nuestra escuela? (Detección de las barreras al aprendizaje)
- ¿Cómo es la relación con tus compañeros/as y profesores/as? (Detección de las barreras a la participación)
- ¿Cómo es la escuela de tus sueños? (Proyección de la escuela deseada)
Estas fueron las preguntas que utilizamos, pero podéis inventar otras. Deben ser amplias, claras y dirigidas a saber algo fundamental de la realidad. Por ejemplo, preguntar por las barreras al aprendizaje y la participación es hacer una pregunta sobre lo que hay que abordar para hacer la escuela más inclusiva.
Hayáis utilizado esta organización u otra diferente, lo importante es que en el proceso hayan dialogado personas y colectivos que no suelen estar en comunicación habitualmente. ¡Entonces ya habrá comenzado a aparecer algo nuevo en el colegio! Eso es fundamental y lo más rico de todo. Después queda la tarea de que lo que se ha producido en esos pequeños grupos llegue al resto de la comunidad, lo que implica montar una asamblea en la que se reúna… ¡toda la comunidad de la escuela! ¿Quizá en el patio? ¿En el salón de actos? ¿En la plaza del pueblo?
La asamblea general debe concluir haciendo una puesta en común de los problemas, las fortalezas y los deseos emanados en los diferentes talleres, lo que ofrecerá una imagen del proceso completo a toda la comunidad que haya participado en él. En la asamblea es esperable que emerjan conflictos latentes que existen en todo contexto social, constituyéndose así el primer paso para comenzar a trabajarlo. La IAP no rehúye el conflicto, sino que entiende que es consustancial al ser humano y que siempre está presente. Lo importante es convertirlo en una pieza clave del proceso. Porque, al igual que de un iceberg, solo asoma la punta, los conflictos nos muestran grandes inequidades del sistema, violencias estructurales, etc., que apuntan a la revisión de los consensos que han estado silenciando a grupos en desventaja, visiones alternativas de la enseñanza, etc.
Tras el encuentro, hay que dedicar algún tiempo al análisis minucioso de la información recogida en los papelógrafos realizados en la sesión de diagnóstico. Es un momento para ordenar ideas, situar problemas, dimensionarlos y poder ponerlos en relación, en orden a la mejora.
Paso 3. Constitución del Grupo de Investigación Acción Participativa (GIAP)
El GIAP se refiere a un equipo de investigación constituido por alumnado del centro, profesorado, equipo directivo, familias, personal de administración y servicios, otros agentes de la comunidad y facilitadores externos, como profesorado universitario o profesionales que estén familiarizados con metodologías participativas. En su totalidad, constituye un grupo estable que trabaja colaborativamente y se reúne de forma periódica.
La pertenencia al GIAP exige a sus miembros la adopción de compromisos y su implicación en todas las fases del proceso, al menos durante un ciclo. Este grupo de investigación ejerce al mismo tiempo de informante, proporcionando información significativa sobre la naturaleza de las relaciones que se mantienen dentro de la escuela y las redes que existen entre esta y su entorno. En el GIAP, cada voz vale lo mismo que otra, independientemente de su posición en la escuela, la edad, el nivel de estudios, etc., ya que estamos tratando de entender la realidad que vivimos en común.
Inicialmente, es conveniente que se establezca una planificación y cronograma de las distintas sesiones que se mantendrán a lo largo del año con el GIAP, y que se creen dinámicas de trabajo que faciliten la participación activa de todos los sectores. Por ejemplo, en la evaluación del segundo ciclo de la IAP de La Parra, parte del alumnado manifestó que se había aburrido en las sesiones del GIAP. Eso significa que la dinámica desarrollada no estaba conectando con sus intereses, lenguajes, inquietudes y necesidades, lo que debe significar una reorganización del trabajo futuro. La temporalización de las sesiones debe ser afín a los objetivos perseguidos, de forma que los contenidos a trabajar sean claros y estén bien estructurados, intentando no sobresaturar a los miembros del GIAP. Para ello, es importante que nos aseguremos de reservar tiempo suficiente para el diálogo. Las preocupaciones e inquietudes surgidas en el seno del grupo deben aflorar durante el proceso, ya que los malentendidos pueden enturbiar el desarrollo de nuestra Investigación-Acción Participativa.
Paso 4. Análisis de la información y autodiagnóstico
El GIAP debe constituir un espacio de diálogo donde poder discutir libremente los problemas emanados de la sesión de diagnóstico participativo. Es conveniente saber diferenciar entre los problemas fundamentales y aquellos que aglutinan a otros, algo que se debe abordar a través del diálogo. Otro aspecto a tener en cuenta es la cantidad de veces que el problema es señalado por la comunidad y la relevancia del mismo para explicar la vida en el colegio. Por otra parte, podemos sintetizar los registros de deseos en lo que podríamos denominar grandes sueños.
Una de las fórmulas empleada por el GIAP del CEIP La Parra para identificar el problema que sería objeto de estudio fue discutir cada uno de ellos para entenderlos y ordenarlos de acuerdo con el nivel al que afecta (por ejemplo, a nivel personal, relacional y/o estructural) y al grado de control que la comunidad educativa tiene sobre él, es decir, determinar en qué medida somos o no capaces de transformarlo. De nada sirve elegir un problema que no está en nuestra mano solventarlo, aunque es cierto que, a medida que la IAP avanza, la comunidad se va haciendo más competente para sobrepasar lo que previsiblemente no estaba dentro de sus posibilidades.
Tras situar todos los problemas en un cuadrante, se puede iniciar un diálogo para establecer relaciones causa-efecto entre ellos. Hay problemas que causan otros, problemas que son efecto de otros y problemas que son entre sí causa y consecuencia. Todo este trabajo sistemático, riguroso y fuertemente participativo nos puede ayudar a pensar la realidad en orden, a trabajar sobre ella.
Hay diversos recursos para hacer esto posible. Uno muy usado es el diagrama, que no es otra cosa que una representación gráfica de ideas. Los diagramas pueden ser de diversos tipos: diagrama de flujo (representación gráfica de un proceso), diagrama de Gant (para la planificación y seguimiento de tareas), mapas conceptuales (para explicar una temática específica a partir de las relaciones existentes entre los elementos que la conforman), etc.
A continuación, mostramos un ejemplo de diagrama de flujo, también denominado flujograma:
Flujograma: consiste en elaborar colectivamente un gráfico en el que se visualicen las relaciones de causa-efecto entre los diversos elementos relacionados con el tema objeto de debate para establecer los nudos críticos, es decir, los principales factores por donde habría que empezar a resolver (Alberich et al., 2009).
Tablas: las tablas constituyen una herramienta de análisis especialmente útil, ya que permiten clasificar, definir y relacionar información. Se trata de presentaciones visuales conformadas por una serie de filas y columnas en las que se pueden presentar datos numéricos, textuales o una combinación de ambos.
Las filas y columnas en las que se sitúa cada problema se refieren al nivel y el grado de control. El color naranja implica un problema repetidamente planteado por la comunidad en los papelógrafos. Las flechas identifican la relación causa-efecto entre los problemas.
Estas técnicas de análisis nos servirán para elegir un foco que investigar colaborativamente y que tenga potencial de modificar algo significativo de la vida del centro. En el CEIP La Parra, todos los datos indicaban un foco fundamental: las relaciones en el centro. Elegir este problema tuvo que ver con la relación que guarda con la mayor parte de los problemas del centro; la cantidad de problemas que a su vez causa, que está dentro de lo que el centro puede controlar y que afecta a los diferentes niveles trabajados (personal, relacional y estructural). Por otra parte, el único problema que parecía causar más problemas que el elegido fue la formación del profesorado, que a su vez fue abordada a través del trabajo sobre las relaciones. La IAP constituye siempre un espacio de formación y desarrollo profesional para los y las docentes. En resumen, podemos ver las relaciones del foco elegido (las relaciones en el centro) en el siguiente gráfico:
Abordando este problema el GIAP de La Parra observó que podía influir en la mejora de otros problemas (flechas rojas y naranjas). Una vez elegido, el problema fue convertido en desafío y se enunció como foco del primer ciclo de la IAP de la siguiente forma: mejorar la convivencia en nuestro colegio y su entorno.
A su vez, el trabajo con este foco permitió al GIAP acercarse a algunos de los sueños de la comunidad, tal como puede verse en la siguiente ilustración:
Elegir un buen foco de estudio es fundamental. Uno que encaje con las preocupaciones de la gente, que tenga repercusión en otros problemas y que, al abordarlo, dé solución a algunos de ellos. Que sea posible. A veces es mejor no querer pasarse en la ambición y priorizar que podáis ver vuestra capacidad de transformación.
La temporalización y duración del ciclo de una IAP es variable, ya que depende de los recursos humanos y materiales con los que contemos y de otros factores estructurales y organizativos. Tendréis que pensar cuál es un tiempo razonable para desarrollar vuestro cometido.
Paso 5. Indagación en el problema y devolución de los resultados del diagnóstico
Tras evaluar las principales dificultades que encuentra vuestra escuela para alcanzar las metas relativas al foco de estudio que habéis elegido, es conveniente informarse bien sobre el tema y hacer una proyección sobre cómo queréis que sea ese tema en vuestra escuela. En ese momento, todo el centro y otros miembros del tejido social pueden tomar las riendas del trabajo de recogida de información, análisis, puesta en práctica y evaluación del proceso. Es decir, hemos partido de la información generada por toda la comunidad, hemos organizado la información y ahora volvemos a contar con la comunidad para que sea ella la que indague, genere información y construya propuestas. Toda la escuela se ha convertido en un equipo de investigadores e investigadoras.
Para este proceso, el CEIP la Parra contó con la ayuda del alumnado, el profesorado, las familias, el personal de administración y servicios, el vecindario, algunos agentes de la comunidad y miembros de la Universidad de Málaga. Todos recabaron información importante sobre la convivencia y las relaciones en el centro. Para ello se emplearon diversas técnicas de recogida de información, algunas de las cuales se enumeran a continuación.
Observación participante
Es una actitud presente a lo largo de todo el proceso de investigación. Consiste en no dejar escapar detalles aunque puedan parecer insignificantes, que pueden aparecer en cualquier momento, ya sea en clases, en la entrada y salida del colegio, en los encuentros informales, en los recreos, en las tutorías, en las reuniones del Claustro, en el Consejo Escolar, en el equipo directivo, en la AMPA… Incluso más allá del centro: en el pueblo, en el barrio, durante los juegos, el trato entre vecinos y vecinas… También es importante prestar atención a algunos tipos de relación en particular: entre hombres y mujeres (niños y niñas), docentes y alumnado, entre personas con diferentes capacidades, nacionalidades, etnias, edades, etc.
El alumnado puede observar las relaciones entre sus compañeros y compañeras (no solo de su edad y grupo), entre el profesorado, entre las familias, entre el equipo directivo, y todos estos agentes entre sí. El profesorado puede observar al alumnado extrañando la mirada (haciendo extraño lo que comúnmente ve) a sus propios compañeros y compañeras, a las familias y al equipo directivo. Las familias pueden observar a sus hijos e hijas, a su propia familia y a todos los agentes que confluyen en la escuela y fuera de ella. De todo ello hay que tomar algunas notas sencillas en un cuaderno relativas al lugar, las personas, los hechos y las circunstancias observadas. Es útil copiar frases textuales. Todas esas anotaciones, añadidas a los resultados de las entrevistas y a la anterior recogida de datos, complementan, de manera muy enriquecedora, la visión general de las relaciones sociales del centro.
Entrevistas
Las entrevistas son conversaciones que se establecen de forma individual o grupal. Las entrevistas suelen tener un guion (aunque se pueden hacer sin estructurar) que permite ir tratando todos los temas que nos interesan para conocer cómo son las relaciones y la convivencia en el colegio y fuera de él. Al igual que las observaciones, las entrevistas deben ser realizadas por toda la comunidad: estudiantes, docentes, familias, personal de administración y servicios y ciudadanía en general.
- Al presentarnos, decimos que no se va a saber quién ha sido entrevistado o entrevistada (anonimato).
- No decimos nuestra opinión, porque queremos saber su verdad.
- La grabamos (con su consentimiento) o, al menos, tomamos notas textuales de las afirmaciones más importantes.
- Es mejor que se hagan parejas, para que una persona pueda tomar notas.
- Deja que los temas surjan de forma espontánea. Sácalos solo si al final no han salido.
- Al principio hablamos los temas más sencillos. Al final los más complicados y conflictivos.
- Despedirse agradeciendo la participación, recordando que se compartirán los resultados y haciendo hincapié en el anonimato.
Toda la información hay que mandarla al GIAP. Debe haber sido resumida, de modo que, aunque una clase haya generado mucha información, también cada investigadora o investigador habrá hecho un resumen de una página con lo más importante de su trabajo de campo.
Talleres
Una buena forma de recabar información sobre las relaciones y la convivencia puede ser a través de talleres, en los que podemos usar dinámicas de grupos. Esto permite no tener que hacer tantas entrevistas. Aquí van un par de ejemplos de dinámicas:
Lluvia de ideas. Se generan espontánea y libremente ideas, sin debate ni discusión grupal. Se enuncian de forma desordenada sentimientos y actitudes ante el tema lanzado por el animador o animadora en voz alta. Se anotan todas las opiniones en una pizarra, por ejemplo, y se hace análisis, debate y aceptación de las más valoradas. Se fotografía la pizarra y se resumen los acuerdos y análisis fundamentales.
Philips 6/6. Consiste en dividir el grupo grande en subgrupos de seis personas que discuten sobre el tema planteado por la persona que modera durante seis minutos; después, un portavoz de cada grupo expone las conclusiones a las que han llegado y la animadora o animador las anota en una pizarra. Una vez conocidas todas las aportaciones, se debate sobre ellas en plenario hasta llegar a un consenso general o al menos de una mayoría.
Relatos
Se trata de narrar (por escrito u oralmente, con la ayuda de otra persona) un acontecimiento y/o una historia sobre un hecho relevante acerca de la temática concreta de las relaciones y la convivencia. Son especialmente bienvenidas las narraciones de personas que quieran contar su experiencia personal, bien sea por el valor positivo que las relaciones del centro han significado para él o ella, bien sea por haber pasado una experiencia negativa. Son valiosas las narraciones de todos los sectores de la comunidad (alumnado, madres y padres, docentes, personal del centro, etc.) en un formato breve. Por supuesto, se garantizará el anonimato. Puedes encontrar más información en la Guía Cómo hacer una historia de vida o en este tutorial.
Devolver la información a la comunidad
Una vez se ha recogido toda la información, esta ha de hacerse llegar completa (para archivar y documentar) y de forma resumida (para trabajar más ágilmente) al grupo motor, que se encargará de organizarla para que la comunidad pueda recuperar una visión holística de lo que se ha encontrado. Para ello pensamos cómo podemos hacer esa comunicación de forma creativa, para que la comunidad tenga la oportunidad de crear propuestas de acción a partir de ella.
Para la devolución creativa de la información, parte de la comunidad educativa del CEIP La Parra e investigadores de la universidad organizaron una jornada dirigida a todo el centro. Esta se abrió con un vídeo en el que diferentes miembros de la comunidad educativa (familias, alumnado y profesorado) y el equipo investigador externo al centro hacían una presentación del proyecto y hablaban de lo que había significado para cada uno de ellos esa experiencia. Posteriormente, se desarrollaron una serie de talleres simultáneos en los que se trabajaron tres temas, de los cuales se comprobó que afectaban al objeto de estudio principal: la convivencia. Estos talleres abordaron las siguientes temáticas, que fueron presentadas con sus respectivos vídeos, en los que alumnado del centro hacía una actuación que problematizaba una situación y situaba el debate para el diseño colaborativo de propuestas de acción:
- A. Redes sociales, relaciones y cultura.
- B. Las metodologías como forma de relación.
- C. El recreo como espacio educativo.
Toda la comunidad educativa participó muy activamente en el proceso. Estas creaciones audiovisuales abordaron otras temáticas que afectan a la convivencia, tales como el acoso escolar, la soledad sentida por muchos niños y niñas en el patio, el abuso de la memorización y las metodologías poco motivadoras, el mal uso que algunos y algunas adolescentes realizan de la tecnología… Tras la visualización de los vídeos, se dejó un tiempo en cada uno de los talleres para que los miembros de la comunidad educativa dialogaran sobre lo que habían visto y para que compartieran sus experiencias al respecto. Finalmente, se realizó una asamblea final en la que todos los asistentes tuvieron la oportunidad de participar y se presentó un último vídeo en el que se recogían los deseos que el alumnado del centro proyectaba hacia su escuela. La sesión se grabó para no perder la información desarrollada en el debate.
Paso 6. Diseño e implementación del Plan de Acción Integral (PAI)
Tras el diagnóstico y la devolución de resultados, es el momento de proceder con el diseño y la implementación del Plan de Acción Integral. El diseño se refiere a vuestra propuesta de investigación y el modo en que comenzáis a abordar vuestro objeto de estudio. En el diseño participa el Grupo de Investigación-Acción Participativa (GIAP), y entre los apartados que debería contener destacan los siguientes:
- Identificación, selección y justificación del objeto de estudio. Se trata de identificar y acotar lo que vamos a estudiar, así como de explicar cómo surge la demanda del mismo, quién se encarga de hacerla, quiénes son los destinatarios de la misma, qué cuestiones deben ser abordadas y a qué contexto afecta (estructura, características físicas, socioeconómicas y socioculturales, tejido social que lo compone, recursos con los que cuenta…).
- Objetivos. Es importante recoger las metas que pretendemos perseguir. Estos objetivos pueden ser generales (aquellos que tratan de abarcar de manera amplia el objeto de estudio) y específicos (aquellos que se refieren a misiones concretas). En algunas ocasiones se prefiere hablar solo de fines; es otra posibilidad. La cuestión es delimitar y organizar lo que pretendemos conseguir.
- Propuesta de trabajo, definición de las tareas a desarrollar y fases del mismo. Este apartado pretende dar cuenta de todas las fases que se seguirán durante el proceso de implementación del plan, las distintas actividades que vamos a realizar, quiénes las van a desarrollar, cómo se va a animar a la comunidad a llevarlo a cabo, organización de comisiones, cronograma, etc.
- Técnicas de recogida de información. Se describen y justifican las distintas técnicas que vamos a emplear para que lo que ocurra no caiga en el olvido. Necesitamos saber si lo que hacemos está sirviendo a lo que pretendemos conseguir. Estas técnicas pueden ser de carácter cuantitativo (cuestionarios, encuestas, escalas…) o cualitativo (entrevistas, observación participante, relatos, grupos focales…). De nuevo, hay que primar la operatividad. El proceso no puede hacerse farragoso, sino útil.
- Recursos. En este apartado es preciso enumerar los recursos humanos y materiales con los que contamos y aquellos que vamos a necesitar. ¡Pensad en agentes aliados más allá de la propia escuela!
Una vez diseñado el proyecto es el momento de implementarlo. Para ello es necesario que exista una coordinación dentro del grupo de trabajo y que se asuman responsabilidades. Se pueden organizar reuniones periódicas que permitan hacer un seguimiento del proceso y valorar si es necesario o no introducir modificaciones al mismo en función de su trayectoria. Si es necesario podemos pedir asesoramiento externo, sobre todo si encontramos dificultades para desarrollar alguna de las fases del proyecto. Es importante que exista una coherencia interna entre las pretensiones, la metodología y los recursos que empleamos en cada una de las actividades diseñadas, ya que de lo contrario los resultados obtenidos pueden diferir mucho de los esperados.
En el CEIP La Parra se diseñaron distintas actividades para trabajar su objeto de estudio, la convivencia. A continuación, enumeramos algunas de ellas:
- Crear una nueva asignatura que sirviera para formar al alumnado sobre las consecuencias que puede ocasionar el uso inadecuado de las nuevas tecnologías y de las redes sociales sobre su persona y su entorno.
- Ofrecer conferencias y cursos de formación al profesorado del centro, así como talleres informativos a los padres, madres y estudiantes, sobre algunas de las temáticas trabajadas a lo largo del proceso de investigación. Se ofertaron, entre otros, talleres sobre el uso educativo de las TIC (dirigidos a estudiantes y familias) y talleres para iniciarse en la Investigación-Acción Participativa.
- Facilitar recursos al alumnado para erradicar la soledad en los recreos, tales como juegos de mesa, pelotas, juegos colaborativos para poner en práctica diferentes destrezas y aplicar conocimientos adquiridos (puzles, cartas, regletas…).
- Celebración de la Jornada Axarquía Inclusiva. Con esta jornada el CEIP La Parra pudo compartir su experiencia, establecer la adopción de compromisos y crear redes de acción para promover la educación inclusiva en la comarca de la Axarquía (Málaga). Para ello se organizó un encuentro participativo que contó con la presencia de alumnado, profesorado, familias, entidades públicas y privadas, ONGs y asociaciones, responsables políticos, investigadores e investigadoras universitarios y otros agentes educativos del entorno de la Axarquía.
Una buena idea fue invitar a la televisión local al encuentro, de modo que hicieron una documentación genial del mismo. Puedes ver el reportaje en el enlace del pie de página.
Paso 7. Evaluación del ciclo
En una Investigación-Acción Participativa cada ciclo debe finalizar con un proceso de evaluación. Esta tarea nos permite conocer el nivel de consecución de los deseos perseguidos, el impacto que tiene sobre la escuela y sobre la comunidad en la que esta se inserta el conocimiento construido durante la investigación, el nivel de compromiso y de implicación de la comunidad escolar y del resto de agentes que conforman el tejido social, analizar las dificultades encontradas y comprobar la adecuación de los métodos y de las técnicas de recogida de información a los objetivos.
Una técnica muy empleada en la evaluación es el análisis DAFO. Con él se busca identificar las dificultades encontradas, los aciertos y los errores cometidos, los peligros que puede correr la investigación y las propuestas de mejora. Para ello hay que revisar la información que ha emanado del proceso de implementación del plan de acción y reunir al GIAP para que juntos podáis identificar las Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas del proyecto. Posteriormente, se analiza una a una y se toman decisiones sobre las acciones a desarrollar para mejorar el proceso en adelante.
La evaluación también debe ser un momento de celebración en el que se consagran los logros y se identifican las dificultades para seguir trabajando sobre ellas. Es importante consensuar dentro del GIAP qué instrumentos de evaluación se van a emplear y que se reserve un tiempo y un espacio para la discusión de los resultados obtenidos dentro del equipo de trabajo y con el resto de los agentes implicados en el proceso. De ese encuentro deben surgir propuestas y compromisos que sirvan para mejorar la institución escolar y sus relaciones con el entorno y deben generarse redes que permitan transferir los resultados obtenidos a una comunidad más amplia de sujetos. Y por supuesto, el trabajo del primer ciclo ha terminado, pero en la evaluación misma ya emergen otros posibles focos de investigación y acción. ¡Ya estáis iniciando el siguiente ciclo!
Resumen
- Respuesta a una demanda y proceso de negociación.
- Diagnóstico e Identificación del problema a investigar.
- Constitución del Grupo de Investigación Acción Participativa (GIAP).
- Análisis de la información y autodiagnóstico.
- Indagación en el problema y devolución de los resultados del diagnóstico.
- Diseño e implementación del Plan de Acción Integral (PAI).
- Evaluación del ciclo.
Consejos
Cuando una experiencia educativa tiene éxito, nuestro compromiso como profesionales de la educación es compartirla para que pueda ser adaptada y aplicada a otros contextos. La educación inclusiva no debe apoyarse en prácticas aisladas, sino que debe formar parte de nuestra práctica educativa cotidiana, atravesando contenidos, objetivos, metodologías, espacios físicos y temporales… Se trata de ir introduciendo pequeños cambios que poco a poco vayan impregnando y modificando la cultura escolar.
La educación inclusiva no puede constituir simplemente un derecho impreso sobre papel. Es imprescindible que trabajemos colaborativamente para que llegue a convertirse en una realidad presente en todas nuestras escuelas. A menudo los profesionales de la educación sentimos que no contamos con los suficientes recursos, apoyos y formación como para iniciar un proyecto de Investigación-Acción Participativa en nuestra escuela. Sin embargo, las experiencias desarrolladas en otros centros educativos muestran que, si contamos con la suficiente iniciativa y convicción sobre nuestro foco de estudio y le añadimos esfuerzo, habremos adelantado gran parte del proceso. Solo nos quedará unir fuerzas y crear redes con el resto de la comunidad educativa y con otros agentes del tejido social para asegurarnos de que las transformaciones educativas se produzcan.
La formación en el centro puede ser una buena alternativa a la inseguridad que puede crear emprender un nuevo proyecto. Los centros que tienen cierto recorrido en el ámbito de la educación inclusiva podrían encargarse de esta formación.
¿Quién podría ser más adecuado para guiarnos en este proceso que alguien que lo ha recorrido previamente y conoce de primera mano algunas posibles dificultades y modos de solventarlas?
Es por eso por lo que animamos a las escuelas a que se atrevan a probar. Habrá momentos de desconcierto, pero también procesos muy gratificantes que han de ser contados. Así se desarrollan agentes formativos y de transformación, compartiendo sus experiencias inclusivas y fomentando la creación de redes con otros centros educativos. En ocasiones puede ser necesario recurrir a la ayuda de asesores externos que nos faciliten metodológicamente a lo largo del proceso, pero la responsabilidad última de que la educación inclusiva se convierta en la única educación posible corresponde a la escuela y a la sociedad.
Notas
- El equipo de facilitación está vinculado al proyecto Narrativas emergentes sobre la escuela inclusiva desde el Modelo Social de la Discapacidad. Resistencia, resiliencia y cambio social (RTI2018-099218-A-I00), financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Recursos
Guías de interés
- Las guías didácticas de La Aventura de Aprender favorecen la puesta en marcha de proyectos colaborativos que conecten la actividad de las aulas con lo que ocurre fuera del recinto escolar. Están todas disponibles en: http://laaventuradeaprender.intef.es/guias/proyectos-colaborativos. Particularmente útiles pueden resultar Cómo hacer inclusiva tu escuela.
- UNESCO-OIE (2022). Llegando a todos los estudiantes: una caja de recursos de la UNESCO-OIE para apoyar la inclusión y la equidad en la educación. UNESCO.
- Las guías generadas por el Proyecto de la Unión Europea Reaching the ‘hard to reach’ también pueden ser interesantes para buscar propuestas de actividades con las que trabajar la voz del alumnado.
Recursos audiovisuales
- WorkshopOrienta: Nuevas miradas en la orientación escolar, para la infancia y contra la segregación.
- Conversaciones sobre la escuela (inclusiva) y el documento Análisis y propuestas para una nueva Ley Educativa. Conversaciones de la ciudadanía sobre la escuela inclusiva (Octaedro, 2020).
- Campaña divulgativa por la educación inclusiva Quererla es crearla. La campaña parte con un vídeo y un sitio web.
- Tutoriales para que tu comunidad investigue. Son videos breves, de unos 5 minutos, en los que se condensa la información necesaria y se acompaña a personas comunes a ser investigadoras de su propia realidad.
- Una escuela trabajando por sus sueños. Un poco de información acerca de la experiencia en construcción del CEIP La Parra, sobre la que se asienta esta guía.
- Documental Educación inclusiva. Quererla es crearla. Dirigido por la cineasta Cecilia Barriga en 2022.
Recursos bibliográficos
- Alberich, T. et al. (2009). Metodologías Participativas. Manual. CIMAS.
- Alonso, M. y Vila, E. S. (2019). Pensar colectivamente una escuela mejor. Formación permanente y educación inclusiva. Aula de Secundaria, 33, 18-22.
- Basagoiti, M., Bru, P. y Lorenzana, C. (2001). Tomamos la palabra. Investigación-Acción Participativa de bolsillo. Acsur-Las Segovias.
- Carr, W. & Kemmis, S. (2005). Staying critical. Educational Action Research, 13(3), 347-357. https://doi.org/10.1080/09650790500200316
- Dickson, G. (1997). Participatory action research and health promotion: the grandmothers’ story. PhD Diss. University of Saskatchewan.
- Herrera, M. M., Matés, C., Farzaneh, D. y Barrado, S. (2021). Caminando hacia la inclusión a través de la investigación acción participativa en una comunidad educativa. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 15(2), 135-153.
- Kemmis, S. y McTaggart, T. (1988). Cómo planificar la investigación acción. Laertes.