WorkshopCrearla: Construyendo colectivamente para impulsar la escuela inclusiva
El WorkshopCrearla es encuentro entre familias, estudiantes y profesionales desarrollado el 22 de Octubre de 2022 en Madrid, en el que compartimos un diagnóstico de la realidad escolar en relación a la inclusión, construido colectivamente durante 4 años.
Desde ese punto de partida, se pretendía generar un diálogo igualitario en el que construir líneas estratégicas para seguir trabajando de forma participativa, organizada y sistemática durante el año siguiente. No fue un congreso ni un curso al uso. Era un encuentro en el que cada participante se comprometía con la transformación del sistema educativo.
El encuentro se retransmitió en directo por PeerTube gracias al apoyo de xrcb.cat
Finalidad del encuentro
El Workshop partía de la investigación “Narrativas emergentes sobre la escuela inclusiva…” (RTI2018-099218-A-I00) que desarrollamos desde la Universidad de Málaga con la financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, al igual que los anteriores encuentros participativos desarrollados en años anteriores.
Partía de la perspectiva de Booth (1998) cuando plantea la “tesis de la voz excluida”: esta metodología de investigación permite llegar a las perspectivas y experiencias de los grupos oprimidos que no podrían hacer oír sus voces con otras propuestas metodológicas.
Es decir, la investigación trata de cuestionar e incluso romper las relaciones de poder que dominan las prácticas investigadoras.
Qué pretendíamos con el Workshop
Conscientes del valor de lo que hemos ido construyendo, este encuentro partió de la idea de que estudiantes, docentes, familias y académicos podemos aprender unos de otros, colaborar en la elaboración de nuevas propuestas y desarrollar juntos nuevas posibilidades de acción. Por eso pretendimos:- Promover la construcción de redes de colaboración y activismo para la inclusión.
- Difundir una evaluación participativa de la situación de la inclusión escolar, desde la experiencia.
- Propiciar un lugar de expresión de deseos, preocupaciones, dudas y propuestas.
- Restablecer la necesaria confianza entre profesionales, estudiantes y familias, a través de personas comprometidas con la democratización de las escuelas.
- Diseñar líneas estratégicas para promover el desarrollo real y efectivo de la escuela inclusiva.
- Organizar una gran Investigación Acción Participativa para promover la inclusión en el sistema escolar estatal
“La educación inclusiva no es algo técnico, sino una forma comprometida de activismo con un proyecto humanizador de la escuela, en el que el trabajo orientador se torna en investigación al servicio de la democratización del centro, visibilizando la violencia que está normalizada en las escuelas, y reconociendo el valor y la legitimidad de los saberes de toda la comunidad”
Acuerdos desarrollados en el Workshop
De entre todas las propuestas desarrolladas en los tres talleres, durante la asamblea final se acordó desarrollar el siguiente DECÁLOGO DE PROPUESTAS:
- Durante el mes de Noviembre, cada Comunidad Autónoma o territorio constituirá un grupo motor, que debería tener los diferentes colectivos de la comunidad educativa en su interior: profesionales, estudiantes, familias, política, asociacionismo y universidad. Cada Grupo motor nombrará a una persona como enlace de coordinación con el grupo promotor y el resto de grupos de otros territorios.
- Desplegar un amplio trabajo de difusión del documental en todas las instituciones posibles, tratando de implicar a ayuntamientos y entidades, más allá de las propias. Se trata de implicar a la comunidad para generar debate público sobre la necesidad de la educación inclusiva, intentando hacer proyecciones en lugares emblemáticos. Toda esa información será publicada aquí. Para ello se diseñarán guiones que ayuden a generar debate tras el visionado del documental. Este guión será distribuido en un kit que se facilitará a cada entidad o persona que solicite hacer una proyección.
- Poner el estudio económico acerca de la escolarización segregada y la inclusiva disponible en el apartado ‘Defendemos’ de la web, concretamente el libro “El impacto de la Convención Internacional, CDPD, en la legislación educativa española”, páginas 74-79, y página 123.
- “Empaparnos” de la web, con la idea de exprimir al máximo el trabajo desarrollado durante los últimos años, trabajar en la misma línea y hablar el mismo idioma. Se trata de sacarles partido, tratando de experimentar y desarrollar las guías y materiales construidos.
- Crear talleres y formaciones de defensa de derechos, de activismo, de incidencia política, de Investigación-Acción Participativa, etc. Estos talleres, que estarán inicialmente centralizados para que todos los territorios puedan acceder a ellos como herramientas básicas, serán desarrollados online.
- Mejorar el diseño y los materiales de la web para hacerlos más accesibles. Esta tarea será coordinada por Sonia López.
- Crear una red de orientadores y orientadoras de todo el Estado, generando encuentros online. Para ello habrá que habilitar una dirección de correo.
- Tejer redes compartiendo historias. Belén Jurado pone a disposición “La habitación de Lucía” para seguir creando y compartiendo.
- Crear un argumentario definido con tres puntos fundamentales: argumento, razonamiento y evidencia. Trabajando en la argumentación con la visión positiva y negativa para poder identificar, argumentar y debatir. Se volcarán en QeC los temas que desde los diferentes territorios necesitarían para completar esta herramienta. Por otra parte, la creación de argumentarios debe ser ágil, para responder a la actualidad.
- Comprometerse como docentes con los diferentes colectivos y personas de la comunidad educativa, haciéndolos partícipes de nuestra docencia.
“Hemos involucrado poco a poco a todo el alumnado y los compañeros a juntarse. Y estar todo el mundo juntos. Pero hemos empezado un poco tarde. Si hubiésemos empezado antes, ya hubiésemos cambiado un montón de cosas. Pero eso, poco a poco, se va consiguiendo.”
Amanda. Estudiante de Secundaria del CEIP La Parra, Almáchar
“Nuestro grupo terminó el trabajo de la guía con una celebración: la de haber aprendido a conocernos, a apoyarnos y a creer que somos capaces de mucho más de lo que habíamos imaginado.”
Guía “Cómo hacer inclusiva tu escuela” Estudiantes por la Inclusión
Vídeos del Workshop
Teresa Rascón:—
En esta primera asamblea lo que vamos a hacer es que nos van a ir contando las distintas iniciativas que se han ido llevando a cabo a lo largo de todo este proceso. Hablarán los estudiantes sobre la experiencia que hemos llevado a cabo en La Parra, los distintos recursos que se han ido creando, etcétera. La idea, en este primer momento, va a ser presentaros un poquito qué es lo que hemos hecho hasta ahora, hacia dónde tenemos que ir.
Os dejo con Nacho.
Nacho Calderón:—
Como decía Tere, se trata de presentar que no venimos de la nada. Quienes estuvieron ayer en el estreno del documental pudieron ver que no venimos de la nada. Es decir, que ya hay cosas hechas, que venimos de trabajos. Ahora, lo que haremos será presentar qué es lo que hemos estado haciendo durante los últimos cinco años.
Lo primero que teníamos planificado es un paseo por la página web en la que están alojados todos los proyectos, todos los trabajos que hemos estado haciendo a lo largo de los cinco últimos años. Hemos dividido la página web en lo que «Queremos», «Sabemos», «Defendemos» y, después, «Creamos». «Creamos» está dividido en grandes bloques. Ahora, Luz Belén y yo os vamos a contar una de las ideas que tiene este proyecto, que lo hemos llamado «Hilando vidas». Lo que pretendemos mostrar, haciendo referencia a algo que decía Lulux por ahí hace algún tiempo, es «cómo puede ser que lo que me pasó a mí con mi hijo hace ya un montón de años, siga pasándoles a tantas madres y a tantos padres con sus propios hijos hoy».
Yo puedo decir lo mismo con la experiencia de mi hermano; sigue ocurriendo. Hoy, entonces, lo que se ha pretendido es justamente decir que no estamos sobre la nada, hay un suelo creador que son las vidas que se han ido tejiendo. Luz y Belén han estado participando en este proyecto de hilar vidas, como mucha otra gente que ahora vamos a enseñar, y pueden contar su experiencia muy brevemente.
Luz Mojtar:—
Bueno, yo soy más breve todavía porque quiero que hable Belén. De lo que comentaba Nacho de «Hilando Vidas», podéis ver que estamos haciendo un montón de historias de vida, relatos de vidas, gracias a mucha gente que pone a nuestra disposición una vida supervaliosa que queremos compartir, saber y conocer las realidades de muchas personas. En este caso, yo estoy muy implicada con la de Sandra. Personalmente, me emociono por estar aquí, en frente de ella. Aprovecho este momento personal para darle las gracias porque me ha abierto las puertas de su casa, de su vida y de su familia, y estoy aprendiendo mucho gracias a ella, a Belén y también a todo el mundo. Creo que para mí, esta es una de las cosas más valiosas que estamos haciendo, porque con la con las voces de las familias del alumnado estamos aprendiendo un montón.
Belén, cuenta cómo te has sentido. (Dirigiéndose a la audiencia) La de ella ya está terminada, la mía está en proceso.
Belén Jurado:—
Bueno, para mí ha sido difícil remover y sacar todos los años que hemos vivido. Pero creo que es muy importante visibilizar y que todo esto sirve para muchos de nosotros y para los que vendrán es complicado, pero creo que debemos hacerlo. Ha sido muy emocionante verlo. Para mí ha sido muy muy difícil porque a las madres no nos gustaría estar haciendo estas cosas. Nos gustaría estar cuidando de nuestros hijos de otra manera, pero en realidad no
nos queda otra, así que gracias a ellos estamos haciendo ese trabajo tan bueno, que creo que merece la pena ver.
Nacho Calderón:—
Son un suelo para nosotros y nosotras porque nos cuentan otras historias. Hay historias de estudiantes. Ahí están las historias de vida de Inar, Belén, Corina, Sandra, María, y José. Hay de profesionales, de madres…, bueno, son historias de vida que nos puedan ayudar. Hay relatos breves que nos han contado estudiantes, o que nos han contado madres activistas profesionales, que nos pueden servir como base para seguir pensando, porque no solo es leerlas, sino compartirlas.
Bueno, muchas gracias, Belén. El siguiente bloque de contenido es el de «Estudiantes por la inclusión». Que venga toda esa peña para acá.
(El grupo de «Estudiantes por la inclusión» se dispone a presentarse).
(Aplausos)
Nacho Calderón:— Venga, peña, con valentía. ¿Quién va a empezar? Malena. Este grupo de estudiantes ha estado haciendo uno de los bloques más valiosos del trabajo que hemos desarrollado a lo largo de los últimos años. Ahora os van a contar un poquito cómo lo hemos hecho. Va a ser todo muy breve.
Malena Calderón:—
Hola a todos y a todas, yo soy Malena Calderón. Vamos a explicar cómo hicimos la guía. No nos conocíamos de nada, yo conocía solo a una persona, que era Antón, y obviamente a mi hermano, pero a los demás no lo conocía. Conocí a Antón por Instagram, porque me mandó tres veces solicitud y yo no, no se la aceptaba, hasta que le pregunté a mi padre quién era y me dijo que era muy buen chaval, que lo aceptara. Entonces, claro, empezamos.
Mi padre nos preguntó si queríamos participar con mi hermano en un proyecto para la inclusión. Yo dije que sí, y mi hermano también. Y eso fue todo, ya luego nos empezamos conociendo en la primera reunión, y ya (risas).
(La audiencia ríe) (Aplausos)
Martín Zabaleta:—
Yo soy Martín Zabaleta Verde y voy a hablar de nuestras reuniones. Eran los jueves. Proponían un tema relacionado con las vivencias y situaciones de la escuela y debatíamos desde un punto de vista personal o de alguien cercano y, bueno, todas las opiniones eran importantes. Nos escuchábamos entre todos y fue una experiencia muy bonita. Pude conocer a gente muy muy bonita, muy encantadora.
(Aplausos)
Alberto Sánchez:— Bueno, yo soy Alberto Sánchez, vengo de Sevilla y voy a hablar de cómo nos sentíamos en las reuniones. Bueno, al principio fue un poco raro, porque no nos conocíamos apenas y daba un poco de vergüenza, ¿no? Pero después nos fuimos conociendo y tuvimos más reuniones y, como a todos nos unía algo, pues creamos un vínculo muy fuerte y, al final, estamos aquí y somos todos muy amigos.
(Aplausos)
Darío Calderón:—
Hola, yo soy Darío Calderón y voy a hablar de cómo sacamos las cosas importantes que vimos en las reuniones para meterlas en la guía. Lo primero que hicimos fue grabar las reuniones. Reuníamos todas las reuniones y sacamos las cosas más importantes para, después, poder meterlas en la guía y ya está.
(Aplausos)
(Indira se prepara para hablar. Nacho y Luz hablan con ella antes y le preguntan de qué va hablar.)
(Aplausos)
Luz Motjar:—
Os están repartiendo por ahí la guía que han hecho, pero no solo se ha quedado ahí el trabajo, han hecho muchas más cosas, ¿verdad, Indira?
Indira Martínez:—
Sí.
Luz Motjar:—
Por ejemplo, les han llamado del concurso nacional de la ONCE para dar charlas a profesores y orientadores, ¿verdad? Cuenta un poco eso.
(Indira asiente)
Luz Motjar:—
Cuenta que tú hablabas online, te preguntaban… y ella hablaba de alguien, ¿de quién hablabas tú?
(Indira respira y se dispone a hablar)
Indira Martínez:—
A quien tenía mucho cariño es a Aniceto, que era el mejor profesor del mundo, pero la primera siempre ha sido mi madre.
(Indira le lanza un beso a su madre)
Indira Martínez:—
Y que es por eso por eso que que yo agradezco mucho a mi madre por todo lo que me ha ayudado, pero un montonazo.
(Indira le lanza otro beso a su madre)
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
¿Qué contaste, te acuerdas? ¿Qué hiciste allí o cómo te sentiste allí?
Indira Martínez:—
Pues me sentí bien porque sé que me estaban, pues, sé que me iban a escuchar, entonces bien.
Luz Motjar:—
A Indira la estaba estaban escuchando, estaba dando las clases a los profesores y profesoras, ¿verdad?
Indira Martínez:—
Sí.
Luz Motjar:—
Les estaba enseñando lo que había que hacer, que teníamos que ser como Aniceto, ¿no?
Indira Martínez:—
Sí.
(Aplausos)
Luz Motjar:—
Y, aparte de ir a concursos y a formaciones, hemos hecho más cosas, ¿no?
Antón Fontao:—
Hola, me llamo Antón Fontao y yo creo que, bueno, en nombre de todo el grupo, creo que principalmente estamos aquí porque, obviamente, para mejorar la escuela, pero también porque no queremos que ningún niño o niña viva lo que lo mismo que vivimos nosotros […]. Una cosa que no soporto es que sea entre ellos, porque yo el año pasado le dijimos al tuto que una profesora no se estaba portando bien y, sin saber lo que nada, fue… eso, que se porten bien, y que asuman sus consecuencias. Por ejemplo, mi hermana, que no sé si lo puedo decir, pero mi hermana, ella va a una profa estupenda, pero es que, o sea, como le pasó a mi profesora de infantil, que le hicieron la vida imposible los profesores porque… ella quería hacer las cosas bien. Y, pues, pues, que queremos una escuela más inclusiva.
Leo Osa:—
Bueno, Jorge y yo vamos a hablar de lo que está ahí en la pantalla. Fue un día que nos invitaron a FEDAPA, a un congreso que estaba lleno de orientadoras y, bueno, más gente. Los docentes estaban hablando de sus propuestas sobre una escuela inclusiva y pudimos hablar cada uno de varios temas. Hablamos de la guía, pero también así de experiencias personales. Jorge os va a contar todo un poco. Pues, gracias a la reunión del congreso, pudimos presentar la guía delante de un montón de personas adultas y profesionales. Y gracias a toda esa gente que no que nos entendió. Esperamos que la guía tenga más potencia de lo que tenía en un principio.
(Aplausos)
Luz Motjar:—
Bueno, pues, nada, nos despedimos y que la guía que os han repartido es el trabajo que hemos hecho juntos y juntas. La guía en realidad es un proceso de participación-acción participativa en el que el alumnado toma el protagonismo porque, al final, son los que más tiempo pasan en las escuelas. No entendemos mucho cómo son los que muchas veces menos hablan. Esperamos que os guste la guía y que la podamos poner en práctica en un montón de sitios para cambiar las escuelas.
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
Vienen ahora Susana Roja y Jesús Soldevila, que nos van a contar algo sobre uno de los encuentros. A ver si no me estoy equivocando, sí, sobre las conversaciones para orientar políticas.
Susana Roja:—
Buenos días a todos y a todas. Para nosotros es un auténtico placer estar hoy aquí y poder compartir este espacio con muchos
de vosotros. Nosotros teníamos el encargo de contar una de las acciones que se desarrolló y que, probablemente, muchos de los que estáis aquí, ya conocéis, porque estuvisteis. Otros no.
Nuestra función era compartir con vosotros y también invitaros a que visitéis ese espacio.
Jesús Soldevila:—
Fue un espacio en el que se hizo algo que parecía imposible, ¿no? Juntar mucha gente para hablar no. Se hizo durante la pandemia, cuando estábamos encerrados en nuestras casas. Es bonito que fuera en ese momento, porque era un momento en el que, una vez más, la humanidad sacó su cara buena y su cara mala, ¿no? Como nos explicó el señor Nacho Calderón, un día durante la primera ola del covid, se primaba la supervivencia de unas personas por encima de otras, lanzando el mensaje al mundo entero de que hay vidas que valen más y vidas que valen menos. Entonces fue bonito que en ese espacio en el que se estaban sacrificando vidas también hubiera la parte buena de la humanidad y se hicieran trabajos como este, y se diera espacio a las voces de las diferentes personas para hablar de la escuela que queremos, del futuro social que queremos también.
Cada semana nos encontrábamos personas de distintos grupos. Participaron familias, estudiantes de todos los niveles, familias que tienen hijos desde la etapa de infantil hasta quienes ahora se están intentando abrir una oportunidad en el mundo eh laboral, vivir y organizar su vida como hace cualquier otro joven. Nos encontramos investigadores docentes. También políticos. Fueron unos espacios abiertos de debate donde se plantearon cuestiones fundamentales sobre lo que está ocurriendo en la escuela. En esos hubo momentos donde todos nos emocionamos, en el sentido más amplio de lo que significa emocionarse.
Pudimos ver ayer en el documental, situaciones realmente duras que están viviendo muchos niños, niñas y jóvenes en las escuelas, que están viviendo sus familias y, obviamente, nos removió. Y si bien nos encantaría poder decir
que ojalá todo eso no ocurriera, lo cierto es que también sirve para que nos movilicemos. Creo que eso, sin ninguna duda, nos empuja a querer cambiar todo eso que está ocurriendo.
Y algo también muy importante en esos encuentros es que hablamos de las escuelas, las escuelas que las que vivimos y conocemos, de las escuelas que queremos. Y a nosotros nos parecía eso muy importante, porque son muchos los foros en los que se habla de inclusión y se habla de los diagnósticos y de los niños con tal cosa o tal otra no, y aquí no hablamos de eso. En todos esos eventos, de lo que se habló es del currículum, de la organización, de los apoyos, de las relaciones o de la falta de ellas. Se habló de oportunidades y, por tanto, hablábamos de contextos y no de lo que le parece que algunos quieren hacer creer: que la inclusión es hablar de lo que les pasa a algunos. Y no, tiene que ver con otras cuestiones.
Jesús Soldevila:—
Comentábamos con Susana que sería importante empezar a hablar solo de «escuela», sin apellidos ni adjetivos, entendiendo que la escuela ya es para todos, todas y todes, y ya está. En este sentido, también remarcamos el hecho de que era importante dar voz a esas voces acalladas, a esas voces muchas veces pisoteadas, y que la gente pudiera hablar sin las presiones que el sistema y el miedo que este muchas veces impone. Este fue un espacio justamente para que la gente pudiera expresar sus ideas de cómo querían que fuera esta: «escuela, a secas». Decir que todas esas conversaciones y todo lo que en ellas fue apareciendo dio forma a un documento de trabajo que tenéis ahora ahí, y que debería haber servido también para la aprobación de la nueva ley. Bueno, sabemos los que estamos aquí que muchas de esas reivindicaciones aún no han tomado forma, pero ese documento de trabajo está ahí y realmente es un documento interesantísimo para seguir pensando. Creo que muchas de las cuestiones que se plantean ahí vamos a seguir abordándolas a lo largo del día de hoy.
En él se hacían propuestas muy concretas y claras, como que desaparezcan los dictámenes de escolarización, que la asignación de recursos no se haga en función de los diagnósticos, por ejemplo, o que se mejore, o que la inclusión educativa sea una formación transversal en la formación del profesorado y no algo que tiene que ver solo con lo que se hace en algunas asignaturas y en algunas especialidades. Realmente son muchísimas las propuestas que ahí se recogen y que nos van a ayudar no solo a repensar las políticas en cada una de las comunidades autónomas, sino también a imaginar cómo juntos podríamos seguir avanzando. Y en ese sentido, solo para acabar, en las conversaciones algo que también ocurría es que creo que hay muchas personas que estamos alineadas con lo que aquí está ocurriendo; algunos son docentes, otros son orientadores, otros somos investigadores, y estamos con las familias y con los estudiantes que estáis aquí. Por tanto, esas alianzas que se fueron creando son las que tenemos que seguir fortaleciéndose. Y eso es lo que un poco coincidíamos en esta idea final, que era que no estamos solas, soles ni solos, que cada vez somos más, que esto ya no hay quien lo pare y que, usando la letra de Ketama que nos reíamos, «que no estamos locos, que sabemos lo que queremos»: crearla.
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
Muchas gracias, Jesús, muchas gracias, Susana. Ellos son
profesores de la Universidad de Cantabria y de la Universidad de Vic. Sobre esto último que han dicho de cómo fortalecemos nuestros vínculos y creamos redes valiosas, yo creo que hay un ejemplo en este trabajo de cómo se pueden construir redes valiosas que pueden mover políticas. Esto quizás no sirvió tanto para generar la LOMLOE, pero en cada comunidad autónoma se hacen políticas
educativas y este mismo instrumento puede servir para ordenar políticas
educativas dentro de cada comunidad o de cada territorio.
Muy bien. El siguiente espacio es para Susana Fajardo, Carmen Moreno y Sonia
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
Buenos días a todas y a todos. Es una maravilla ver este auditorio lleno. Bueno, a nosotras nos ha tocado un poco enlazar con lo que acaba de decir Jesús y con lo que acaba de decir Susana. Queremos crearla y para ello hay unos apartados muy concretos en la página web, donde se ha estructurado toda la información y donde que queremos incidir las tres, como parte de un colectivo de un trabajo coral que hemos venido realizando durante muchísimo tiempo. Cada una, dentro de sus posibilidades, hemos ido aportando lo que hemos podido en cada momento: nuestras vidas, que son valiosas en sí mismas, y por eso queremos una educación inclusiva como el único cambio y la única escuela posible para poder construir, a continuación, una sociedad inclusiva. Indudablemente, ese es el único camino. Queremos también cambios reales. Una estructura que sea un cambio sistémico, que no sean cambios accesorios para una persona concreta en un momento dado, sino que sean cambios que perduren en el tiempo.
Y que no sean estructuras inamovibles a las que otra vez nos tenemos que volver a adaptar, sino que tenemos que avanzar hacia la educación inclusiva con la perspectiva de que es un proceso de transformación que va a perdurar por siempre. Sabemos que, indudablemente, solo el cambio será posible si hacemos demanda, si somos una masa social suficiente, pero también sabemos que todos los grandes procesos sociales empezaron con muy pocas personas. Incluso las propias personas del propio colectivo muchas veces no creían en esos cambios sociales. Sabemos que son caminos que duran en el tiempo, pero tenemos que ejercer y tenemos que ser capaces de establecer esas redes en los territorios y de vertebrar para construir y hacer más grande esa masa social.
Sabemos, además, que el cambio es posible, y es posible porque lo vemos, lo
palpamos, lo sentimos. Vemos a profesoras y a profesores de colegios que hacen procesos de transformación, que cambian la vida de las chicas y los chicos, del alumnado en todos los sitios de España. Con lo cual, es posible y tenemos que avanzar hacia él. Defendemos lo que no sería necesario defender, que es un derecho inalienable de nuestros hijos y de nuestras hijas, del alumnado en sí. Los padres no podemos ejercer como vulneradas del derecho, sino como defensores del mismo, entendiendo que no nos corresponde a nosotros. Además, ese derecho está refrendado por textos legales, internacionales y nacionales, desde la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, pasando por la Constitución o los derechos del niño.
Defendemos que la educación inclusiva no es solamente para el alumnado tradicionalmente excluido para, el alumnado tradicionalmente etiquetado, sino que mejora la vida de todas las personas. Así que, por eso, queremos, como resumen, una transformación profunda del sistema educativo vigente. Que debe iniciarse ya, porque sabemos que es el único sendero que podemos recorrer, dando pasos firmes hacia una sociedad más justa. Defendemos así nuestro derecho y nuestra obligación de iniciar este cambio, todas y todos como actores de este cambio, desde las distintas posiciones que ejercemos en la sociedad, desde lo individual hacia lo colectivo.
Nacho Calderón:—
Muchas gracias. Esto es un trabajo, de nuevo, colectivo, no hay un solo trabajo que se está presentando individual. Marta y Paula vienen ahora, que van a presentar un proyecto.
Marta Casal:—
Hola, yo soy Marta y mi compañera es Paula. Vamos a hablar un poquito de un par de vídeos. El nombre de ‘Quererlas es Crearla’ forma parte de esto. Son muy cortitos.
(Se proyecta el tráiler de ‘Quererla es Crearla’. Transcripción disponible en este enlace.)
(Aplausos tras la proyección)
Marta Casal:—
Vamos muy justillos de tiempo. Estáis viendo ahora otro vídeo, del pedazo del artista, Leo Osa, que forma parte del grupo de «Estudiantes por la inclusión», también.
(Aplausos)
Marta Casal:—
Leo Osa está sentado allí, (risas) junto a la madre que lo parió. El video surge de algo que nos unía a todos y a todas en el grupo de familias, un sentimiento común: la soledad de nuestros hijos e hijas en la escuela. Creo que era un sentimiento tan fuerte, que pensábamos que uno de los mensajes que teníamos que lanzar era este, y una apelación a todas las personas que están en la escuela, toda la comunidad educativa. Está pasando esto y no podemos tolerarlo ni normalizarlo como se está haciendo.
«Quererla es crearla», un nombre que, al final, es un lema, fue un nombre también creado colectivamente, mediante lluvia de ideas en un documento colaborativo, hasta que fueron encajando las piezas. Había una idea muy clara: ya estaba bien de hablar de educación inclusiva, educación, inclusiva, como si nos abordase por la calle cuando salimos, cuando realmente no existe. Entonces, teníamos que hacer visible un lema que contuviese la denuncia y también la capacidad y las ganas de hacer eso, «Quererla es crearla». La
queremos, pero no existe. Entonces, tenemos que hacerla. Y luego, surge el vídeo hace un año y medio, más o menos, en el verano del año pasado. Floren nos incitó un poco y nos ayudó a vernos un poco desde fuera, también el discurso de las familias. Nos empezó a enseñar algunos vídeos…
Paula Verde:—
Bueno, había uno maravilloso, que nos enseñó que fue el germen de este vídeo, claro. Queríamos una cosa transversal que rompiese y que pusiera un poco qué cosas que se han conseguido, que lo vamos a conseguir y que era un poco esta idea sobre la que estuvimos trabajando, como dice Marta.
Marta Casal:—
Sí, el vídeo nos dio un poco inspiración y nos animó a hacer nuestro propio primer vídeo para el mensaje de ‘Quererla es crearla’. Creo que había algunas ideas clave: la conexión de la escuela inclusiva con la lucha por los derechos humanos. Queríamos insertarnos dentro de toda esa historia de la que muchos y muchas nos sentimos parte. Queremos que esos movimientos se sientan interpelados por la necesidad de hacer esta lucha porque, ayer lo decía Concha, nunca sintió la acogida o el apoyo en otros grupos colectivos o movimientos. Ser parte de todo de lo que hablábamos ayer, ser parte de todas estas luchas por el avance de los derechos de todas las personas. Entonces queríamos hacer esa apelación y poner el foco en que hoy en día esto está pasando y hay una tolerancia enorme hasta la violación de derechos. Lo vimos ayer otra vez, una tolerancia impresionante
Manu Viqueira es el creador, el productor, un artista audiovisual de Coruña y amigo que captó muy bien lo que queríamos hacer. Elaboramos el guion también como un documento colaborativo entre todos y todas, y salió esto que ya verán.
Paula Verde:—
Bueno, yo quería que hablase Marta porque tiene una capacidad de hablar impresionante, aunque yo hablo mucho normalmente. Quería decir que detrás de todo esto no hay personalismos. Queremos que todo el mundo se identifique con ‘Quererla es crearla’, por eso no queremos nombres ni representantes, queremos que alguien que vea esto diga «yo soy ‘Quererla es Crearla’». Por este motivo estamos aquí, imagino. No tengo nada más que decir.
Marta Casal:—
Simplemente, que vean con calma el vídeo que hizo Leo sobre la solidaridad del alumnado. Creo que ambos vídeos son herramientas muy útiles en los centros; los he usado con alumnado de secundaria y funcionan muy bien.
Nacho Calderón:—
La actividad que tengamos ahora también en las redes mientras estamos escuchando y compartiendo lo que está ocurriendo, es una forma de darle fuerza a todo esto. Continúan Jesús y Raúl con el workshop Orienta, que es el antecedente de este workshop de hoy. Fue en el que nos estrenamos y aprendimos a hacer algo que no habíamos hecho hasta ese momento.
También diría que cada uno de los apartados de la página web tiene la producción, pero después hay otra al final. Verán que, además de todo lo que se ha producido, hay producciones científicas a colación con eso, para dar consistencia a lo que está haciendo la gente.
Raúl R. López:—
No sé cuándo comenzó la cosa, pero nos encontramos en el workshop. Nos encontramos profesionales y familias principalmente, algunos hijos también. Para mí fue un encuentro muy enriquecedor. Lo que me gustó mucho de ese workshop es que hubo un momento para la queja y mucho tiempo para no quedarnos en la queja, sino empezar a construir desde el principio. Recuerdo que Susana lo dijo muy bien: «Esto está muy bien, pero el lunes ¿qué vamos a hacer cada uno?». Y hubo un lunes, y un martes, y un miércoles, y fue muy interesante.
Jesús Moreno:—
Para aquellos que no estuvieron, fue un encuentro que en realidad yo viví o entendí un poco como catalizador, porque había ya fuerza y la intención de la gente de encontrarse. Y eso sirvió un poco como punto de encuentro, también como casi disparo de salida para muchas cosas. Todas las cosas que han pasado creo que tienen un poco que ver con el workshop en realidad. Y lo que he dicho Nacho antes, yo estaba pensando y decía: «Ya somos amigos». No, yo lo creo así porque, en realidad, ya somos amigos, ya éramos amigos y no solo nos hemos hecho amigos. Más allá de una idea de amigo naif, está la de amigos que son combatientes.
Y lo que nos ha hablado un poco Raúl, aunque hay poco tiempo, nos parece que es importante que aquí haya mucha gente que estuvo en el workshop y que, en vez de contar nosotros, pasemos el micrófono a dos o tres personas y que digan qué significó para ellos. A mí sí me sirvió personalmente y empiezo yo, porque yo estaba, y Nacho lo sabía a medio gas en aquel momento, pero me sirvió para engancharme y para que dejara de lado mi tesis y la empezara en realidad.
¿Quién quiere decir lo que significó el workshop?
María José G.:—
Pues no sé, para mí fue muy emocionante el poder encontrarnos en aquel momento. Hace 4 años, imagino que cada uno de nosotros, pero yo hablo personalmente por mí, estaba en otro punto y para mí fue un chute de energía, una emoción que en aquel momento me desbordó. Los que estuvisteis sabéis que yo no pude hablar, y que si me hubiese podido meter debajo de una piedra, me hubiese metido. Me desbordó el cariño también que recibí. Y claro, en ese momento, las comisiones que se crearon, yo como pedagoga.
Raúl R. López:—
Sí, se formaron tres comisiones: una sobre la escuela, otra sobre todo lo jurídico y otra sobre la evaluación pedagógica. A raíz de eso, a mí lo que me llamó mucho la atención es que teníamos una finalidad en común, pero muchas miradas diferentes de cómo llegar, todo un proceso. Es lo que Jesús dice: «Hemos llegado a ser amigos de puntos de vista diferentes». Ha ido siendo un proceso además de amistoso, muy amoroso, porque se veía la buena intención. Hasta en los que estábamos más equivocados, había una transformación, un aprendizaje, muy difícil, porque había que desaprender y al desaprender. Todo lo importante que yo era quedaba en nada y había que empezar de cero. Igualándonos bajo una línea común.
Hubo un encuentro en Yecla y, posteriormente, se hablará de «AlterEvaluación».
Jesús Moreno:—
Simplemente, quiero destacar el valor que tuvo aquel encuentro y que, creo, que queremos que tenga este. Lo que decían las compañeras antes es crucial: no se celebró en la Universidad de Málaga per se, yo no lo siento como de la Universidad de Málaga, en realidad lo siento como de la gente, y lo que se construyó fue, en realidad, un grupo de, aproximadamente, 100 personas de distintas partes de España que estaban trabajando e investigando juntas. Fue una especie de diagnóstico inicial para ver qué podemos hacer.
Nacho Calderón:—
Muchas gracias a los dos. Ahora sí, vienen Carmen Saavedra y Leticia.
(Aplausos)
Leticia Barbadillo:—
Bueno, a nosotros nos ha tocado un poco presentar y convencerlos, si no estaban ya convencidos, de que abracéis el ‘tocapelotismo’, de defender todo el trabajo de disentimiento. Si estáis aquí, suponemos que el paso ya lo habéis dado. Alejandro lo resume muy bien en la frase: «¿Qué necesidad tenía el estado de convertirme en un activista?» Supongo que, desde un rol u otro, desde familias o profesionales, nuestras experiencias nos han convertido en disidentes, en resistentes, y la historia nos da la razón.
Carmen Saavedra:— Nos da la razón en que ha habido muchas luchas, muchos grupos oprimidos que, aunque no estén en una situación ideal, sabemos que son grupos oprimidos y que su situación debe cambiar. ¿Y cómo lo han hecho? Disintiendo. Entonces, tenemos que disentir, y disentimos desde el primer momento en que tienes una tutoría y te dicen que no aceptas a tu hijo y tú te lo crees durante mucho tiempo. Hay gente que se muere creyéndose eso, pero no sé por qué algunas personas, porque conocemos a otras personas, decimos: «¿Pero qué me están diciendo?», «¿Cómo que no acepto a mi hijo?», «¿Cómo no voy a aceptar a mi hijo?», «¿Qué madre no va a aceptar a su hijo?».
Lo que no aceptamos es que no tenga derecho a educarse, a aprender. ¿Qué ser humano no puede aprender? No podrán aprender todos lo mismo ni llegar al mismo sitio seguramente a lo que teorizan que tienen que llegar, pero evidentemente todo el mundo puede aprender y todo el mundo tiene derecho a estar con todos. Aunque el consenso está muy valorado, siempre que se aprueba una ley por unanimidad nos parece maravilloso, y yo, hasta que no hicimos esta guía del disentimiento, no me había planteado lo necesario que es disentir. Y no siempre la mayoría tiene razón.
Lo más importante de todo es cuando empieza a disentir el que está en una situación de privilegio. Ahí viene el cambio. Siempre hablo de John Doar, que era un abogado blanco que fue fundamental. Siempre que se habla de la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos en los años 50 y 60, se habla de Martin Luther King, de Rosa Parks. Pero qué importantes son las personas como John Doar que legislan, que el momento en que el primer estudiante afroamericano fue a la universidad fue con la policía y John Doar a su lado. Ahí es cuando empieza el cambio, cuando se implican también los que están en esa situación de privilegio, que están siendo parte de la opresión…
Y, aquí hay tanta gente, tanta gente que estáis disintiendo y lo estáis haciendo, no como yo, porque a mí me han tocado lo que más quiero en la vida. Y aquí hay tanta gente, profesionales en la escuela, que estáis sufriendo seguramente igual o más que nosotras, las que estamos en casa. Vosotras sufrís todo el tiempo, y en el momento en que empezamos a tener esos aliados, esto es que ya ha empezado. Así que, a seguir disintiendo.
Leticia Barbadilla:—
Todo este proceso de disentimiento lo hemos organizado en una guía que aún no sabemos cómo verá la luz, porque, como somos disidentes, hemos hecho otra cosa. Nosotros, sobre todo como familias, aunque intentando incorporar a todos los sectores, hubiésemos querido tener esta guía porque es un camino muy duro y se pasa, en general, mucha soledad. Entonces, también para ayudar a esa construcción de redes para la que estamos aquí hoy, porque sabemos que la resistencia puede ser muy dura y frustrante.
Rescato de esa guía lo que más me gusta, que son esos elementos de resistencia que pueden ser muy pequeños y cotidianos, que agotan mucho y que muchas veces tenemos la sensación de que no se traducen en nada, de que estamos peleando y peleando y dándonos contra la pared, y solo nos quemamos y no fructifica. Hay un cuento maravilloso que me recomendó Sonia, que se llama «100 semillas que volaron», que cuenta la historia de un árbol que suelta sus semillas y diez van al río, otras diez se las lleva el viento y acaban en una roca. En un momento del cuento, parece que ninguna va a conseguir reproducir ese árbol porque todas han acabado donde no debían. Algunas son comidas por un pájaro que las lleva a otro sitio, y al final, sin poder establecer una relación lineal de que salieron de aquel árbol, sí que salen frutos de esa disidencia, a veces más grandes, a veces más pequeños, pero que siempre merece la pena seguir resistiendo y hacerlo acompañado para no morir en el intento.
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
Mariana y Tere van a presentar ahora una experiencia.
Mariana Alonso:—
Hola, buenos días. Soy Mariana.
Teresa Rascón:—
Yo soy Tere.
Mariana Alonso:—
Bueno, pues la verdad es que estamos encantadas de estar aquí en este espacio privilegiado para pensar y crear juntos. Nuestra experiencia es sencilla pero muy interesante, y realmente surgió a partir de la pregunta: ¿qué podemos hacer cualquiera de nosotros que estamos aquí en esta sala? ¿Cómo podemos transformar? Y creo que esa es la pregunta que nos ronda a todos y a todas.
Y bueno, esos profesores que empezaron a preguntarse cómo hacerlo, cómo transformar, estaban exactamente igual que vosotros y vosotras, sentados en un workshop en el año 2018, pero no se quedaron ahí. Volvieron a su centro educativo, que justo está situado en un pueblecito de Málaga que se llama Almáchar. Este centro es el CEIP La Parra, que algunos sí que conocéis, y es un pueblo pequeñito. Hay que llegar, en fin, una odisea, verdad. Y bueno, pues empezaron a pensar, a partir de ese workshop, ¿cómo podemos hacer más inclusiva nuestra escuela? Y ahí, lo primero que hicieron, este grupo de profesores, fue solicitar formación. Fijaos, qué interesante; siempre tenemos que estar en permanente proceso de formación, de aprendizaje. Solicitaron formación institucional al centro de profesorado y, a partir de ahí, también nos pidieron colaboración al grupo de investigadores del proyecto Narra Inclusión.
Y bueno, la experiencia, qué decir, espectacular, no se puede definir de otra manera. ¿Cómo empezaron? Ellos eran una comunidad de aprendizaje y, entonces, decidieron celebrar una jornada de diagnóstico vinculada a ese proceso que se llama «Volver a soñar», que tiene en las comunidades de aprendizaje. Y ahí, toda la comunidad, igual que estamos aquí, representantes de alumnado, de profesorado, familia, personal de administración y servicios, equipos directivos, agentes sociales, asociaciones, todo el pueblo, participó en esa jornada. A mí me parecía espectacular, bueno, hasta nos llevamos un autobús de la facultad. O sea, en fin, yo decía, vamos a acabar allí todo.
Y nos hicimos cuatro preguntas, en torno a las que trabajamos en unos papelógrafos como los que hemos traído hoy aquí, más o menos: ¿Cómo es la escuela que tenemos? ¿Cómo se enseña y se aprende en la escuela? ¿Cómo son las relaciones con tus compañeros, con el profesorado? Y, finalmente, ¿cómo es la escuela de nuestros sueños? Y a partir de esas cuatro preguntas, pues os podéis imaginar, salieron muchísimas aportaciones y todo se resumió en un foco que nos preocupaba: mejorar la convivencia en el colegio y en el entorno.
Bueno, pues a partir de ahí, arrancamos. Los alumnos, profesorado, familia y toda la comunidad educativa se transformaron en investigadores de su propio entorno, de su propia realidad, y empezamos a diseñar una investigación-acción participativa. Ese fue el foco: el alumnado. Recogieron, observaron, haciendo entrevistas. En la familia, entrevistando unos a otros… Y, finalmente, se diseñó un plan de acción para que aquello realmente tuviera incidencia, pudiera transformar, pudiera cambiar.
El plan de acción dio respuesta a tres focos principales que preocupaban: las relaciones en las redes sociales, cómo transformar y mejorar las metodologías de trabajo, y cómo hacer del recreo un espacio más educativo. Esas fueron las propuestas que se pusieron en práctica, y de cada una de esas propuestas, podríamos contar muchas de las iniciativas en las que participó toda la comunidad. Cerramos el primer ciclo de la investigación-acción participativa con un proceso de evaluación, un fotomatón donde el alumnado, de forma anónima, iba y contaba lo que le parecía, un análisis DAFO, asambleas en todas las clases, recogiendo las sugerencias, las aportaciones y, al final, una jornada preciosa donde se celebró, porque estas investigaciones al final tienen un momento de celebración, y compartieron todos los logros, las dificultades, por supuesto, y crear redes con otros centros educativos que se quieran sumar.
Esa fue celebrada el 1 de diciembre en el pueblecito de Almarcha, y se llamaba Jornada Axaquía Inclusiva, una jornada también preciosa, de las cuales tenéis… Bueno, paso a Tere, que no me enrollo más. Muchas gracias.
(Aplausos)
Teresa Rascón:—
Bueno, no sé si a vosotros os pasa, pero yo, cuando escucho a Mariana, y esa voz que encandila, me cuesta seguir hablando, la verdad.
Bueno, yo lo que quería decir es que creo que hay una premisa de la que se ha hablado mucho ayer y hoy, y es que a ninguno nos gusta la soledad no elegida. No les gusta a esos alumnos que son excluidos, no les gusta a las familias, pero tampoco les gusta, lógicamente, a los docentes que quieren transformar cosas y que no encuentran los apoyos necesarios en su centro. Hablo de docentes, orientadores y otros profesionales educativos.
De esta experiencia que ha comentado Mariana, sale otra guía para acompañar a esos profesionales de la educación, a esas comunidades educativas que quieren llevar a cabo una investigación-acción participativa en su centro para iniciar cambio. Esta guía, que acaba ahora mismo de salir, y está disponible en la web. Todos estos recursos los tenéis en la web, en el apartado «Creamos».
Bueno, pues como os decía, a ninguno nos gusta esa soledad no elegida y por eso, los que estamos aquí y los que esperemos que se vayan sumando en todo este proceso, hemos querido crear una serie de recursos también para acompañar esos procesos que queréis llevar a cabo en vuestros centros, pero que a veces no encontráis los apoyos, no encontráis los recursos. La idea es que tengáis ahí esa batería de recursos en la página y podáis disponer de todos ellos que lo han ido explicando muy bien los compañeros esta mañana.
Además, hay otro recurso elaborado por alumnos, porque nosotros somos profesores de universidad, pero consideramos que la universidad debe estar al servicio de quienes tienen que estar, que son esas comunidades educativas. Tienen que salir fuera. Entonces, se nos ocurrió entre todos crear unos vídeos tutoriales creados por los alumnos para que, bueno, también acompañen en esos procesos de investigación-acción dentro del centro. Son vídeos muy básicos, tutoriales de 2 minutitos, de hecho. Algunos de los protagonistas están por aquí y bueno, y en ellos se explica cómo hacer una entrevista, cómo crear incidencia política, cómo iniciar un proceso de investigación-acción participativa, etcétera. Todo eso, como digo, lo tenéis, para los que queráis usarlo.
Esa era una premisa nuestra, que todos los recursos fueran en abierto, porque la idea es que no se queden aquí, sino que esto crezca y hagamos realmente de nuestra escuela esas escuelas inclusivas que yo creo que todos y todas queremos. Muchas gracias.
Nacho Calderón:—
Gracias. Bueno, ahora vienen María José y Viki para hablarnos sobre cómo hacer una orientación para la educación inclusiva y del colectivo «AlterEvaluación».
María José G.:—
Hola de nuevo, bueno, nosotras estamos participando en un colectivo de orientadores que llamamos «AlterEvaluación». La idea viene a raíz del workshop ‘Orienta’ de 2018, de uno de los talleres sobre la evaluación psicopedagógica. Surgió una comisión en la que fuimos trabajando durante un tiempo y ha ido pasando diversos procesos. Ahora mismo, estamos en un grupo desde hace un par de años; empezamos unos 50 orientadores que, a veces, entramos y salimos.
La idea es que consideramos que la evaluación psicopedagógica es un gran escollo ahora mismo, conforme se está planteando para la educación inclusiva. La idea, entonces, es cómo llevar a la práctica esas ideas si venimos de tantas inercias de etiquetar, de exclusión, y de justificar recursos.
Viki Burriel:—
La idea era esa, lo que dice María José. Desde la evaluación psicopedagógica, y, por tanto, el colectivo orientador, se pensó cómo ayudar a hacer los centros más integradores en aquella época, frente a la situación actual donde hay una corriente categorizadora y discriminatoria y que, en parte, el colectivo orientador estamos instrumentalizados para eso. Por lo que es necesario darle un vuelco a esa situación y ponernos al servicio de la construcción de procesos colectivos de mejora y de transformación en los centros.
Entonces lo que dijimos fue: ¿cómo hacer para transformar una evaluación psicopedagógica individual, etiquetadora, que propone supuestos apoyos que, al final, a veces, son la gran barrera que tienen algunos alumnos para ser uno más en el cole? ¿Cómo hacer para transformar eso? Dijimos, bueno, en un proceso de investigación-acción participativa que tenga un aspecto democrático. Es decir, que no hago esta evaluación en contra de la familia o sin decirle nada a la familia, en contra del alumnado o sin consultar al alumnado, sino que la familia, el alumnado y el profesorado van a ser los protagonistas y los principales participantes.
¿Y cómo hacer para que eso sea un proceso colectivo y que, por tanto, sea un proceso transformador de verdad? Es decir, que no sea una medida puntual, sino que sea un proceso de reflexión, de pensamiento, de transformación para intentar conseguir la escuela que queremos.
Entonces en eso estamos.
María José G.:—
La guía «Para crear tus sueños», del CEIP La Parra, está también a puntito de salir y, en breve, estará para poder ayudar al resto de orientadores que quieran enganchar.
Y lo mismo que ha dicho alguien: no es de nadie, es de todos los orientadores que se quieran unir, de las familias que se apropien de ella y lo puedan llevar a los centros, de cualquiera. Por último, los profesionales tenemos que ser valientes, hay que ser valientes, y para eso también hemos construido esto, para tener una red. Para tener un suelo desde el que ser valientes. Como la madre que nos pedía a los orientadores acompañamiento. Da igual que no supiéramos cómo ni qué hacer ni por dónde, juntos vamos a ver cómo lo hacemos. Bueno, muchas gracias.
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
Gracias. Una de las cosas más bonitas es que cada uno de estos trabajos que se están viendo aquí se han cruzado, se han ido cruzando, y unos han ido alimentando a otros. Vienen ahora Alejandro, Sandra, Concha, Floren y Fátima para finalizar con todo esto.
(Aplausos)
Sandra Fernández:—
(Riendo) Como véis, aquí nos mandan a trabajar mucho. Yo no he parado de llorar desde que entré, soy muy llorona, y mi hijo siempre me dice: «Mamá, no llores», pero es que es increíble. Una cosa es haber estado en el proceso de todo este trabajo y otra cosa es verlo materializado. Es como si…
Público:—
(Riendo) ¡Eso es mentira!
(Risas)
Sandra Fernández:—
(Riendo) ¡Cómo que es mentira…!
Voy a contar un poco el recorrido, cómo empezó toda esta locura. El grupo de «Radicales Desadaptadas» somos principalmente madres, un padre, y un profe, que es Nacho. Llevamos años en un grupo de Messenger hablando todos los días, y ahí volcamos todo lo que nos pasa, lo bueno y lo malo. Nos reímos, lloramos juntos, nos damos consejos, nos venimos muy arriba. Somos personas osadas, valientes, y a algunos se les va mucho la pinza. Nos liamos la manta a la cabeza y estamos aquí, presentando un documental delante de la ministra.
De todas esas reflexiones, un día sumamos aquí a este mozo que tengo a mi derecha, a Floren, y a una moza que está por aquí, Fátima. Floren dijo: «¿Y por qué no hacemos una película?» Cuando conoció el caso de la familia Calleja, dijo: «De esto vamos a hacer una película nosotros». ¿Cómo? Porque nosotros nos reuníamos todos los viernes online y, ahí, se nos iba la pinza mucho. Entonces viene este (Floren) y dice: «Tengo una amiga directora de cine y esto hay que documentarlo». Y entonces, ¿cómo? Perdona, y ahí empezó el proceso.
Empezamos a pensar juntos qué queríamos mostrar en ese documental, la lucha de tantas familias, de tantas maneras distintas de luchar y tensionar el sistema para decir lo que venimos a hacer hoy aquí: esto hay que cambiarlo, esto no puede seguir así. Me tenéis que permitir la licencia de que, de lo que más orgullosas que nos sentimos todas, es de que nuestros hijos e hijas se hayan sumado y de que hayan dado su voz, que es la que tenemos que respetar. A nosotros nos presentan como activistas, como decíamos antes, ¿pero qué necesidad tenemos? También, de que les hemos dejado un legado increíble a nuestros hijos e hijas, hay que seguir luchando siempre.
Y que yo no quiero volver a un micrófono, quiero que lo hagáis vosotros.
Fátima Solera:—
Yo puedo hablar más de lo que ha sido el proceso de creación del documental. Cecilia lo hablaba ayer, de cómo se bajó de ese pedestal, del ego que puede tener un director y la valentía que tuvo de bajarse de ahí y dejar que los demás hablásemos también, diésemos una opinión. Cuando nosotros tenemos una formación escasita en documental, si nos ponemos a su lado.
Entonces, ese trabajo colectivo no solo grabarlo, sino transcribirlo. De verdad, sin Paula, sin Sandra, y sin Carmen, yo no podría haber hecho esos subtítulos porque me ayudaron muchísimo. O sea, creo que ningún equipo profesional hubiese trabajado tan bien, tan rápido y de forma tan eficaz para poder llevar esto a término. Entonces, el trabajo del documental no solo es colectivo en lo que es en la imagen, sino detrás también ha habido un gran trabajo por parte del grupo. Así que, muchísimas gracias, chicas, y por supuesto, muchísimas gracias a Cecilia por haberse prestado esto de verdad.
Alejandro Calleja:—
Bueno, efectivamente, esto nació o no deja de ser una red de confianza, realmente, el grupo de Radicales, el grupo de Quererla es Crearla. El embrión seguramente fue el workshop del 2018. Aunque nos conocíamos ya virtualmente y teníamos una relación, encontrarnos, tener el contacto directo, es de las cosas que siempre más he apreciado en estos encuentros, porque al final, el desvirtualizar, nos parece que no, pero es un plus. A mí me encanta el contacto con las personas, el contacto directo, la confianza que vas generando porque, si no, este proyecto hubiese sido imposible. Al final, en el documental, todos nos hemos desnudado un poco; yo me he desnudado como nunca. Le costó, pero bueno, la verdad es que lo hice muy a gusto porque estaba muy a gusto, me sentía libre para hacerlo y es una forma efectivamente de poderlo hacer.
El origen de decir: «Venga, vamos a hacer adelante», la culpa la tuvo Floren, que dijo: «Jolín, con nuestra historia y con el dictamen del comité de Naciones, Unidas, cómo no vamos a hacerla». Entonces, fue un poco lo que le impulsó. Yo pedí permiso a la familia, entre comillas, y permiso concedido. Y, entonces, ya todos tiramos para adelante, porque bueno, es un proyecto bonito e ilusionante. Cecilia ha hecho un trabajo increíble y todos hemos aportado lo mejor de nosotros mismos. Al final, en este trabajo estamos representados todos los que estamos y los que estáis, todos. Por eso seguimos.
Floren Cabello:—
Para acabar, el documental está para compartirlo con vosotros o escribiendo al grupo. La idea es que os lo llevéis a vuestro pueblo, a vuestro Centro Cultural, a vuestro centro social, a vuestra clase pequeñita, y que hagamos debate en todas partes. O sea, el documental es la documentación de un movimiento para que crezca el movimiento. Entonces, nada se acaba aquí, se supone que, igual que la victoria de la familia Calleja, la queríamos contar con el origen de un movimiento, que nos lleva un paso más allá de valentía, de osadía, de hacer un documental, lo que toca ahora es a que vayáis con nosotros, bien por vuestra cuenta, bien con alguna intervención presencial o virtual de alguna de las protagonistas, toméis el documental, lo hagáis vuestro y llevéis a todos los sitios estos debates. Así que esa es la tarea que os queda a vosotras ahora.
Concha Casasnovas:—
Lo único que os queríamos transmitir, desde nuestra familia, es que nuestra historia ha sido en soledad. Raúl ha llegado donde ha llegado, lo veréis en el vídeo, gracias a que hemos creído en él, hemos luchado, pero en aquella época estábamos solos. Hoy estáis con nosotros. (Concha se emociona y se entrecorta la voz).
(Aplausos)
Floren Cabello:—
Buenos días. Vamos a ir empezando, que vamos con retraso. Saludamos a todo el mundo que está conectado en remoto. Ya sabéis que podéis participar e intervenir.
Entonces, solo un par de apuntes logísticos. Sería muy largo explicar el proceso del sitio que nos acoge hoy, pero os invito a que conozcáis este espacio social, en Madrid. Traficantes de Sueños, la editorial-librería, está junto ahí, al lado. La Fundación de los Comunes, en la que en Málaga participamos, y Ecologistas en Acción. Es un lujo tener un espacio como este, donde apoyan movimientos como el nuestro. Espero que, a partir de hoy, lo sintáis como vuestro, que lo sintáis como otra casa.
En cuanto a la logística, ya habéis visto que esta es la sala principal de las sesiones plenarias. Junto a ella, por la mañana, tendremos la sala de formación, donde habéis esperado alguna gente para la inscripción. Hay un espacio para las personas que vengan con niños, con cristales para controlar. Y, por la tarde, en la parte de Ecologistas, también tenemos salas para talleres y la elaboración de pancartas. El baño está al salir, a la izquierda. La comida es a partir de las 14 h. Por el último, (mostrando el libro «La cabeza del Rinoceronte», de Raúl Aguirre) la librería de Traficantes de Sueños está allí. En ella, tenéis el libro de Raúl Aguirre.
(Raúl saluda a la audiencia)
(Aplausos)
Floren Cabello:—
Insisto, gracias a Traficantes, Fundación de los Comunes y Ecologistas. Os tenemos en el corazón.
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
El streaming está funcionando, pero sería bueno que el evento no fuera solo presencial, sino virtual. ¿Cómo lo podemos conseguir? La forma es que todo el mundo que esté aquí esté tuiteando y participando en las redes. Si tenéis una cuenta en Twitter, podéis usar #WorkshopCrearla y comentar lo que queráis.
Primero, habría que compartir el enlace del streaming. Eso puede hacerse ya mismo, para que cualquiera pueda participar en las asambleas. Los que tenéis Twitter, tenemos que dar mucha caña. Todo con el mismo hashtag, durante la mañana y el día. Con Instagram, lo mismo. La cuestión es que tengamos mucha presencia en las redes y que, desde casa, haya gente participando.
Segundo, lo más importante. Bienvenidos todos y todas. Es un placer estar hoy aquí. Hemos llegado hasta aquí, como decía mi tía: «… pero hemos llegado». Me encanta el carácter familiar que tiene este encuentro. No se parece a otro tipo de eventos, se parece más a un grupo de amigos y amigas que nos reunimos para pensar juntos qué vamos a hacer. Cuando hemos estado planificando todo este día, lo que teníamos en mente era: ¿qué podríamos hacer juntos de aquí hasta dentro de un año, que nos volvamos a encontrar dentro de un año y nos contemos los avances que hemos hecho? ¿Qué podríamos conseguir más allá de lo que hago en mi barrio, o en mi cole, o lo que cualquiera hace en su familia?
Entonces, lo que hemos planteado es que la sesión de hoy sea el punto de inicio de un proceso que se llama «Investigación-Acción Participativa», a nivel estatal. ¿Qué significa? Que todas las personas que hay aquí, y las que participarán a lo largo de este año, se conviertan en investigadoras e investigadores de sus realidades. Y construyan propuestas de acción. Hoy, lo diseñaremos para que nos dure hasta el año que viene. Por eso, hace falta mucha participación. Trataremos de organizarla como mejor podamos. Nos perdonáis lo que no hagamos bien y lo que hagamos bien… pues también nos las podéis decir.
(Risas)
Nacho Calderón:—
Flores daba las gracias al Ateneo y a toda la gente que está haciendo posible esto. Por el espacio físico y virtual. Yo quiero agradecer a toda la organización, que es gente de la universidad, el grupo «Radicales Desadaptadas», el grupo «Estudiantes por la inclusión», «AlterEvaluación», La Parra… En fin, mucha gente que ha trabajado para que, hoy, esto sea posible. Y no me enrollo más, Tere. Yo he hablado de lo que tenemos preparado con esta sesión para el futuro y Tere hablará de dónde venimos.
Teresa Rascón:—
En esta primera asamblea lo que vamos a hacer es que nos van a ir contando las distintas iniciativas que se han ido llevando a cabo a lo largo de todo este proceso. Hablarán los estudiantes sobre la experiencia que hemos llevado a cabo en La Parra, los distintos recursos que se han ido creando, etcétera. La idea, en este primer momento, va a ser presentaros un poquito qué es lo que hemos hecho hasta ahora, hacia dónde tenemos que ir.
Os dejo con Nacho.
Nacho Calderón:—
Como decía Tere, se trata de presentar que no venimos de la nada. Quienes estuvieron ayer en el estreno del documental pudieron ver que no venimos de la nada. Es decir, que ya hay cosas hechas, que venimos de trabajos. Ahora, lo que haremos será presentar qué es lo que hemos estado haciendo durante los últimos cinco años.
Lo primero que teníamos planificado es un paseo por la página web en la que están alojados todos los proyectos, todos los trabajos que hemos estado haciendo a lo largo de los cinco últimos años. Hemos dividido la página web en lo que «Queremos», «Sabemos», «Defendemos» y, después, «Creamos». «Creamos» está dividido en grandes bloques. Ahora, Luz Belén y yo os vamos a contar una de las ideas que tiene este proyecto, que lo hemos llamado «Hilando vidas». Lo que pretendemos mostrar, haciendo referencia a algo que decía Lulux por ahí hace algún tiempo, es «cómo puede ser que lo que me pasó a mí con mi hijo hace ya un montón de años, siga pasándoles a tantas madres y a tantos padres con sus propios hijos hoy».
Yo puedo decir lo mismo con la experiencia de mi hermano; sigue ocurriendo. Hoy, entonces, lo que se ha pretendido es justamente decir que no estamos sobre la nada, hay un suelo creador que son las vidas que se han ido tejiendo. Luz y Belén han estado participando en este proyecto de hilar vidas, como mucha otra gente que ahora vamos a enseñar, y pueden contar su experiencia muy brevemente.
Luz Mojtar:—
Bueno, yo soy más breve todavía porque quiero que hable Belén. De lo que comentaba Nacho de «Hilando Vidas», podéis ver que estamos haciendo un montón de historias de vida, relatos de vidas, gracias a mucha gente que pone a nuestra disposición una vida supervaliosa que queremos compartir, saber y conocer las realidades de muchas personas. En este caso, yo estoy muy implicada con la de Sandra. Personalmente, me emociono por estar aquí, en frente de ella. Aprovecho este momento personal para darle las gracias porque me ha abierto las puertas de su casa, de su vida y de su familia, y estoy aprendiendo mucho gracias a ella, a Belén y también a todo el mundo. Creo que para mí, esta es una de las cosas más valiosas que estamos haciendo, porque con la con las voces de las familias del alumnado estamos aprendiendo un montón.
Belén, cuenta cómo te has sentido. (Dirigiéndose a la audiencia) La de ella ya está terminada, la mía está en proceso.
Belén Jurado:—
Bueno, para mí ha sido difícil remover y sacar todos los años que hemos vivido. Pero creo que es muy importante visibilizar y que todo esto sirve para muchos de nosotros y para los que vendrán es complicado, pero creo que debemos hacerlo. Ha sido muy emocionante verlo. Para mí ha sido muy muy difícil porque a las madres no nos gustaría estar haciendo estas cosas. Nos gustaría estar cuidando de nuestros hijos de otra manera, pero en realidad no
nos queda otra, así que gracias a ellos estamos haciendo ese trabajo tan bueno, que creo que merece la pena ver.
Nacho Calderón:—
Son un suelo para nosotros y nosotras porque nos cuentan otras historias. Hay historias de estudiantes. Ahí están las historias de vida de Inar, Belén, Corina, Sandra, María, y José. Hay de profesionales, de madres…, bueno, son historias de vida que nos puedan ayudar. Hay relatos breves que nos han contado estudiantes, o que nos han contado madres activistas profesionales, que nos pueden servir como base para seguir pensando, porque no solo es leerlas, sino compartirlas.
Bueno, muchas gracias, Belén. El siguiente bloque de contenido es el de «Estudiantes por la inclusión». Que venga toda esa peña para acá.
(El grupo de «Estudiantes por la inclusión» se dispone a presentarse).
(Aplausos)
Nacho Calderón:— Venga, peña, con valentía. ¿Quién va a empezar? Malena. Este grupo de estudiantes ha estado haciendo uno de los bloques más valiosos del trabajo que hemos desarrollado a lo largo de los últimos años. Ahora os van a contar un poquito cómo lo hemos hecho. Va a ser todo muy breve.
Malena Calderón:—
Hola a todos y a todas, yo soy Malena Calderón. Vamos a explicar cómo hicimos la guía. No nos conocíamos de nada, yo conocía solo a una persona, que era Antón, y obviamente a mi hermano, pero a los demás no lo conocía. Conocí a Antón por Instagram, porque me mandó tres veces solicitud y yo no, no se la aceptaba, hasta que le pregunté a mi padre quién era y me dijo que era muy buen chaval, que lo aceptara. Entonces, claro, empezamos.
Mi padre nos preguntó si queríamos participar con mi hermano en un proyecto para la inclusión. Yo dije que sí, y mi hermano también. Y eso fue todo, ya luego nos empezamos conociendo en la primera reunión, y ya (risas).
(La audiencia ríe) (Aplausos)
Martín Zabaleta:—
Yo soy Martín Zabaleta Verde y voy a hablar de nuestras reuniones. Eran los jueves. Proponían un tema relacionado con las vivencias y situaciones de la escuela y debatíamos desde un punto de vista personal o de alguien cercano y, bueno, todas las opiniones eran importantes. Nos escuchábamos entre todos y fue una experiencia muy bonita. Pude conocer a gente muy muy bonita, muy encantadora.
(Aplausos)
Alberto Sánchez:— Bueno, yo soy Alberto Sánchez, vengo de Sevilla y voy a hablar de cómo nos sentíamos en las reuniones. Bueno, al principio fue un poco raro, porque no nos conocíamos apenas y daba un poco de vergüenza, ¿no? Pero después nos fuimos conociendo y tuvimos más reuniones y, como a todos nos unía algo, pues creamos un vínculo muy fuerte y, al final, estamos aquí y somos todos muy amigos.
(Aplausos)
Darío Calderón:—
Hola, yo soy Darío Calderón y voy a hablar de cómo sacamos las cosas importantes que vimos en las reuniones para meterlas en la guía. Lo primero que hicimos fue grabar las reuniones. Reuníamos todas las reuniones y sacamos las cosas más importantes para, después, poder meterlas en la guía y ya está.
(Aplausos)
(Indira se prepara para hablar. Nacho y Luz hablan con ella antes y le preguntan de qué va a hablar.)
(Aplausos)
Luz Motjar:—
Os están repartiendo por ahí la guía que han hecho, pero no solo se ha quedado ahí el trabajo, han hecho muchas más cosas, ¿verdad, Indira?
Indira Martínez:—
Sí.
Luz Motjar:—
Por ejemplo, les han llamado del concurso nacional de la ONCE para dar charlas a profesores y orientadores, ¿verdad? Cuenta un poco eso.
(Indira asiente)
Luz Motjar:—
Cuenta que tú hablabas online, te preguntaban… y ella hablaba de alguien, ¿de quién hablabas tú?
(Indira respira y se dispone a hablar)
Indira Martínez:—
A quien tenía mucho cariño es a Aniceto, que era el mejor profesor del mundo, pero la primera siempre ha sido mi madre.
(Indira le lanza un beso a su madre)
Indira Martínez:—
Y que es por eso por eso que que yo agradezco mucho a mi madre por todo lo que me ha ayudado, pero un montonazo.
(Indira le lanza otro beso a su madre)
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
¿Qué contaste, te acuerdas? ¿Qué hiciste allí o cómo te sentiste allí?
Indira Martínez:—
Pues me sentí bien porque sé que me estaban, pues, sé que me iban a escuchar, entonces bien.
Luz Motjar:—
A Indira la estaba estaban escuchando, estaba dando las clases a los profesores y profesoras, ¿verdad?
Indira Martínez:—
Sí.
Luz Motjar:—
Les estaba enseñando lo que había que hacer, que teníamos que ser como Aniceto, ¿no?
Indira Martínez:—
Sí.
(Aplausos)
Luz Motjar:—
Y, aparte de ir a concursos y a formaciones, hemos hecho más cosas, ¿no?
Antón Fontao:—
Hola, me llamo Antón Fontao y yo creo que, bueno, en nombre de todo el grupo, creo que principalmente estamos aquí porque, obviamente, para mejorar la escuela, pero también porque no queremos que ningún niño o niña viva lo que lo mismo que vivimos nosotros […]. Una cosa que no soporto es que sea entre ellos, porque yo el año pasado le dijimos al tuto que una profesora no se estaba portando bien y, sin saber lo que nada, fue… eso, que se porten bien, y que asuman sus consecuencias. Por ejemplo, mi hermana, que no sé si lo puedo decir, pero mi hermana, ella va a una profa estupenda, pero es que, o sea, como le pasó a mi profesora de infantil, que le hicieron la vida imposible los profesores porque… ella quería hacer las cosas bien. Y, pues, pues, que queremos una escuela más inclusiva.
Leo Osa:—
Bueno, Jorge y yo vamos a hablar de lo que está ahí en la pantalla. Fue un día que nos invitaron a FEDAPA, a un congreso que estaba lleno de orientadoras y, bueno, más gente. Los docentes estaban hablando de sus propuestas sobre una escuela inclusiva y pudimos hablar cada uno de varios temas. Hablamos de la guía, pero también así de experiencias personales. Jorge os va a contar todo un poco. Pues, gracias a la reunión del congreso, pudimos presentar la guía delante de un montón de personas adultas y profesionales. Y gracias a toda esa gente que no que nos entendió. Esperamos que la guía tenga más potencia de lo que tenía en un principio.
(Aplausos)
Luz Motjar:—
Bueno, pues, nada, nos despedimos y que la guía que os han repartido es el trabajo que hemos hecho juntos y juntas. La guía en realidad es un proceso de participación-acción participativa en el que el alumnado toma el protagonismo porque, al final, son los que más tiempo pasan en las escuelas. No entendemos mucho cómo son los que muchas veces menos hablan. Esperamos que os guste la guía y que la podamos poner en práctica en un montón de sitios para cambiar las escuelas.
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
Vienen ahora Susana Roja y Jesús Soldevila, que nos van a contar algo sobre uno de los encuentros. A ver si no me estoy equivocando, sí, sobre las conversaciones para orientar políticas.
Susana Roja:—
Buenos días a todos y a todas. Para nosotros es un auténtico placer estar hoy aquí y poder compartir este espacio con muchos
de vosotros. Nosotros teníamos el encargo de contar una de las acciones que se desarrolló y que, probablemente, muchos de los que estáis aquí, ya conocéis, porque estuvisteis. Otros no.
Nuestra función era compartir con vosotros y también invitaros a que visitéis ese espacio.
Jesús Soldevila:—
Fue un espacio en el que se hizo algo que parecía imposible, ¿no? Juntar mucha gente para hablar no. Se hizo durante la pandemia, cuando estábamos encerrados en nuestras casas. Es bonito que fuera en ese momento, porque era un momento en el que, una vez más, la humanidad sacó su cara buena y su cara mala, ¿no? Como nos explicó el señor Nacho Calderón, un día durante la primera ola del covid, se primaba la supervivencia de unas personas por encima de otras, lanzando el mensaje al mundo entero de que hay vidas que valen más y vidas que valen menos. Entonces fue bonito que en ese espacio en el que se estaban sacrificando vidas también hubiera la parte buena de la humanidad y se hicieran trabajos como este, y se diera espacio a las voces de las diferentes personas para hablar de la escuela que queremos, del futuro social que queremos también.
Cada semana nos encontrábamos personas de distintos grupos. Participaron familias, estudiantes de todos los niveles, familias que tienen hijos desde la etapa de infantil hasta quienes ahora se están intentando abrir una oportunidad en el mundo eh laboral, vivir y organizar su vida como hace cualquier otro joven. Nos encontramos investigadores docentes. También políticos. Fueron unos espacios abiertos de debate donde se plantearon cuestiones fundamentales sobre lo que está ocurriendo en la escuela. En esos hubo momentos donde todos nos emocionamos, en el sentido más amplio de lo que significa emocionarse.
Pudimos ver ayer en el documental, situaciones realmente duras que están viviendo muchos niños, niñas y jóvenes en las escuelas, que están viviendo sus familias y, obviamente, nos removió. Y si bien nos encantaría poder decir
que ojalá todo eso no ocurriera, lo cierto es que también sirve para que nos movilicemos. Creo que eso, sin ninguna duda, nos empuja a querer cambiar todo eso que está ocurriendo.
Y algo también muy importante en esos encuentros es que hablamos de las escuelas, las escuelas que las que vivimos y conocemos, de las escuelas que queremos. Y a nosotros nos parecía eso muy importante, porque son muchos los foros en los que se habla de inclusión y se habla de los diagnósticos y de los niños con tal cosa o tal otra no, y aquí no hablamos de eso. En todos esos eventos, de lo que se habló es del currículum, de la organización, de los apoyos, de las relaciones o de la falta de ellas. Se habló de oportunidades y, por tanto, hablábamos de contextos y no de lo que le parece que algunos quieren hacer creer: que la inclusión es hablar de lo que les pasa a algunos. Y no, tiene que ver con otras cuestiones.
Jesús Soldevila:—
Comentábamos con Susana que sería importante empezar a hablar solo de «escuela», sin apellidos ni adjetivos, entendiendo que la escuela ya es para todos, todas y todes, y ya está. En este sentido, también remarcamos el hecho de que era importante dar voz a esas voces acalladas, a esas voces muchas veces pisoteadas, y que la gente pudiera hablar sin las presiones que el sistema y el miedo que este muchas veces impone. Este fue un espacio justamente para que la gente pudiera expresar sus ideas de cómo querían que fuera esta: «escuela, a secas». Decir que todas esas conversaciones y todo lo que en ellas fue apareciendo dio forma a un documento de trabajo que tenéis ahora ahí, y que debería haber servido también para la aprobación de la nueva ley. Bueno, sabemos los que estamos aquí que muchas de esas reivindicaciones aún no han tomado forma, pero ese documento de trabajo está ahí y realmente es un documento interesantísimo para seguir pensando. Creo que muchas de las cuestiones que se plantean ahí vamos a seguir abordándolas a lo largo del día de hoy.
En él se hacían propuestas muy concretas y claras, como que desaparezcan los dictámenes de escolarización, que la asignación de recursos no se haga en función de los diagnósticos, por ejemplo, o que se mejore, o que la inclusión educativa sea una formación transversal en la formación del profesorado y no algo que tiene que ver solo con lo que se hace en algunas asignaturas y en algunas especialidades. Realmente son muchísimas las propuestas que ahí se recogen y que nos van a ayudar no solo a repensar las políticas en cada una de las comunidades autónomas, sino también a imaginar cómo juntos podríamos seguir avanzando. Y en ese sentido, solo para acabar, en las conversaciones algo que también ocurría es que creo que hay muchas personas que estamos alineadas con lo que aquí está ocurriendo; algunos son docentes, otros son orientadores, otros somos investigadores, y estamos con las familias y con los estudiantes que estáis aquí. Por tanto, esas alianzas que se fueron creando son las que tenemos que seguir fortaleciéndose. Y eso es lo que un poco coincidíamos en esta idea final, que era que no estamos solas, soles ni solos, que cada vez somos más, que esto ya no hay quien lo pare y que, usando la letra de Ketama que nos reíamos, «que no estamos locos, que sabemos lo que queremos»: crearla.
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
Muchas gracias, Jesús, muchas gracias, Susana. Ellos son
profesores de la Universidad de Cantabria y de la Universidad de Vic. Sobre esto último que han dicho de cómo fortalecemos nuestros vínculos y creamos redes valiosas, yo creo que hay un ejemplo en este trabajo de cómo se pueden construir redes valiosas que pueden mover políticas. Esto quizás no sirvió tanto para generar la LOMLOE, pero en cada comunidad autónoma se hacen políticas
educativas y este mismo instrumento puede servir para ordenar políticas
educativas dentro de cada comunidad o de cada territorio.
Muy bien. El siguiente espacio es para Susana Fajardo, Carmen Moreno y Sonia
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
Buenos días a todas y a todos. Es una maravilla ver este auditorio lleno. Bueno, a nosotras nos ha tocado un poco enlazar con lo que acaba de decir Jesús y con lo que acaba de decir Susana. Queremos crearla y para ello hay unos apartados muy concretos en la página web, donde se ha estructurado toda la información y donde que queremos incidir las tres, como parte de un colectivo de un trabajo coral que hemos venido realizando durante muchísimo tiempo. Cada una, dentro de sus posibilidades, hemos ido aportando lo que hemos podido en cada momento: nuestras vidas, que son valiosas en sí mismas, y por eso queremos una educación inclusiva como el único cambio y la única escuela posible para poder construir, a continuación, una sociedad inclusiva. Indudablemente, ese es el único camino. Queremos también cambios reales. Una estructura que sea un cambio sistémico, que no sean cambios accesorios para una persona concreta en un momento dado, sino que sean cambios que perduren en el tiempo.
Y que no sean estructuras inamovibles a las que otra vez nos tenemos que volver a adaptar, sino que tenemos que avanzar hacia la educación inclusiva con la perspectiva de que es un proceso de transformación que va a perdurar por siempre. Sabemos que, indudablemente, solo el cambio será posible si hacemos demanda, si somos una masa social suficiente, pero también sabemos que todos los grandes procesos sociales empezaron con muy pocas personas. Incluso las propias personas del propio colectivo muchas veces no creían en esos cambios sociales. Sabemos que son caminos que duran en el tiempo, pero tenemos que ejercer y tenemos que ser capaces de establecer esas redes en los territorios y de vertebrar para construir y hacer más grande esa masa social.
Sabemos, además, que el cambio es posible, y es posible porque lo vemos, lo
palpamos, lo sentimos. Vemos a profesoras y a profesores de colegios que hacen procesos de transformación, que cambian la vida de las chicas y los chicos, del alumnado en todos los sitios de España. Con lo cual, es posible y tenemos que avanzar hacia él. Defendemos lo que no sería necesario defender, que es un derecho inalienable de nuestros hijos y de nuestras hijas, del alumnado en sí. Los padres no podemos ejercer como vulneradas del derecho, sino como defensores del mismo, entendiendo que no nos corresponde a nosotros. Además, ese derecho está refrendado por textos legales, internacionales y nacionales, desde la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, pasando por la Constitución o los derechos del niño.
Defendemos que la educación inclusiva no es solamente para el alumnado tradicionalmente excluido para, el alumnado tradicionalmente etiquetado, sino que mejora la vida de todas las personas. Así que, por eso, queremos, como resumen, una transformación profunda del sistema educativo vigente. Que debe iniciarse ya, porque sabemos que es el único sendero que podemos recorrer, dando pasos firmes hacia una sociedad más justa. Defendemos así nuestro derecho y nuestra obligación de iniciar este cambio, todas y todos como actores de este cambio, desde las distintas posiciones que ejercemos en la sociedad, desde lo individual hacia lo colectivo.
Nacho Calderón:—
Muchas gracias. Esto es un trabajo, de nuevo, colectivo, no hay un solo trabajo que se está presentando individual. Marta y Paula vienen ahora, que van a presentar un proyecto.
Marta Casal:—
Hola, yo soy Marta y mi compañera es Paula. Vamos a hablar un poquito de un par de vídeos. El nombre de ‘Quererlas es Crearla’ forma parte de esto. Son muy cortitos.
(Se proyecta el tráiler de ‘Quererla es Crearla’. Transcripción disponible en este enlace.)
(Aplausos tras la proyección)
Marta Casal:—
Vamos muy justillos de tiempo. Estáis viendo ahora otro vídeo, del pedazo del artista, Leo Osa, que forma parte del grupo de «Estudiantes por la inclusión», también.
(Aplausos)
Marta Casal:—
Leo Osa está sentado allí, (risas) junto a la madre que lo parió. El video surge de algo que nos unía a todos y a todas en el grupo de familias, un sentimiento común: la soledad de nuestros hijos e hijas en la escuela. Creo que era un sentimiento tan fuerte, que pensábamos que uno de los mensajes que teníamos que lanzar era este, y una apelación a todas las personas que están en la escuela, toda la comunidad educativa. Está pasando esto y no podemos tolerarlo ni normalizarlo como se está haciendo.
«Quererla es crearla», un nombre que, al final, es un lema, fue un nombre también creado colectivamente, mediante lluvia de ideas en un documento colaborativo, hasta que fueron encajando las piezas. Había una idea muy clara: ya estaba bien de hablar de educación inclusiva, educación, inclusiva, como si nos abordase por la calle cuando salimos, cuando realmente no existe. Entonces, teníamos que hacer visible un lema que contuviese la denuncia y también la capacidad y las ganas de hacer eso, «Quererla es crearla». La
queremos, pero no existe. Entonces, tenemos que hacerla. Y luego, surge el vídeo hace un año y medio, más o menos, en el verano del año pasado. Floren nos incitó un poco y nos ayudó a vernos un poco desde fuera, también el discurso de las familias. Nos empezó a enseñar algunos vídeos…
Paula Verde:—
Bueno, había uno maravilloso, que nos enseñó que fue el germen de este vídeo, claro. Queríamos una cosa transversal que rompiese y que pusiera un poco qué cosas que se han conseguido, que lo vamos a conseguir y que era un poco esta idea sobre la que estuvimos trabajando, como dice Marta.
Marta Casal:—
Sí, el vídeo nos dio un poco inspiración y nos animó a hacer nuestro propio primer vídeo para el mensaje de ‘Quererla es crearla’. Creo que había algunas ideas clave: la conexión de la escuela inclusiva con la lucha por los derechos humanos. Queríamos insertarnos dentro de toda esa historia de la que muchos y muchas nos sentimos parte. Queremos que esos movimientos se sientan interpelados por la necesidad de hacer esta lucha porque, ayer lo decía Concha, nunca sintió la acogida o el apoyo en otros grupos colectivos o movimientos. Ser parte de todo de lo que hablábamos ayer, ser parte de todas estas luchas por el avance de los derechos de todas las personas. Entonces queríamos hacer esa apelación y poner el foco en que hoy en día esto está pasando y hay una tolerancia enorme hasta la violación de derechos. Lo vimos ayer otra vez, una tolerancia impresionante
Manu Viqueira es el creador, el productor, un artista audiovisual de Coruña y amigo que captó muy bien lo que queríamos hacer. Elaboramos el guion también como un documento colaborativo entre todos y todas, y salió esto que ya verán.
Paula Verde:—
Bueno, yo quería que hablase Marta porque tiene una capacidad de hablar impresionante, aunque yo hablo mucho normalmente. Quería decir que detrás de todo esto no hay personalismos. Queremos que todo el mundo se identifique con ‘Quererla es crearla’, por eso no queremos nombres ni representantes, queremos que alguien que vea esto diga «yo soy ‘Quererla es Crearla’». Por este motivo estamos aquí, imagino. No tengo nada más que decir.
Marta Casal:—
Simplemente, que vean con calma el vídeo que hizo Leo sobre la solidaridad del alumnado. Creo que ambos vídeos son herramientas muy útiles en los centros; los he usado con alumnado de secundaria y funcionan muy bien.
Nacho Calderón:—
La actividad que tengamos ahora también en las redes mientras estamos escuchando y compartiendo lo que está ocurriendo, es una forma de darle fuerza a todo esto. Continúan Jesús y Raúl con el workshop Orienta, que es el antecedente de este workshop de hoy. Fue en el que nos estrenamos y aprendimos a hacer algo que no habíamos hecho hasta ese momento.
También diría que cada uno de los apartados de la página web tiene la producción, pero después hay otra al final. Verán que, además de todo lo que se ha producido, hay producciones científicas a colación con eso, para dar consistencia a lo que está haciendo la gente.
Raúl R. López:—
No sé cuándo comenzó la cosa, pero nos encontramos en el workshop. Nos encontramos profesionales y familias principalmente, algunos hijos también. Para mí fue un encuentro muy enriquecedor. Lo que me gustó mucho de ese workshop es que hubo un momento para la queja y mucho tiempo para no quedarnos en la queja, sino empezar a construir desde el principio. Recuerdo que Susana lo dijo muy bien: «Esto está muy bien, pero el lunes, ¿qué vamos a hacer cada uno?». Y hubo un lunes, y un martes, y un miércoles, y fue muy interesante.
Jesús Moreno:—
Para aquellos que no estuvieron, fue un encuentro que en realidad yo viví o entendí un poco como catalizador, porque había ya fuerza y la intención de la gente de encontrarse. Y eso sirvió un poco como punto de encuentro, también como casi disparo de salida para muchas cosas. Todas las cosas que han pasado creo que tienen un poco que ver con el workshop en realidad. Y lo que he dicho Nacho antes, yo estaba pensando y decía: «Ya somos amigos». No, yo lo creo así porque, en realidad, ya somos amigos, ya éramos amigos y no solo nos hemos hecho amigos. Más allá de una idea de amigo naif, está la de amigos que son combatientes.
Y lo que nos ha hablado un poco Raúl, aunque hay poco tiempo, nos parece que es importante que aquí haya mucha gente que estuvo en el workshop y que, en vez de contar nosotros, pasemos el micrófono a dos o tres personas y que digan qué significó para ellos. A mí sí me sirvió personalmente y empiezo yo, porque yo estaba, y Nacho lo sabía a medio gas en aquel momento, pero me sirvió para engancharme y para que dejara de lado mi tesis y la empezara en realidad.
¿Quién quiere decir lo que significó el workshop?
María José G.:—
Pues no sé, para mí fue muy emocionante el poder encontrarnos en aquel momento. Hace 4 años, imagino que cada uno de nosotros, pero yo hablo personalmente por mí, estaba en otro punto y para mí fue un chute de energía, una emoción que en aquel momento me desbordó. Los que estuvisteis sabéis que yo no pude hablar, y que si me hubiese podido meter debajo de una piedra, me hubiese metido. Me desbordó el cariño también que recibí. Y claro, en ese momento, las comisiones que se crearon, yo como pedagoga.
Raúl R. López:—
Sí, se formaron tres comisiones: una sobre la escuela, otra sobre todo lo jurídico y otra sobre la evaluación pedagógica. A raíz de eso, a mí lo que me llamó mucho la atención es que teníamos una finalidad en común, pero muchas miradas diferentes de cómo llegar, todo un proceso. Es lo que Jesús dice: «Hemos llegado a ser amigos de puntos de vista diferentes». Ha ido siendo un proceso además de amistoso, muy amoroso, porque se veía la buena intención. Hasta en los que estábamos más equivocados, había una transformación, un aprendizaje, muy difícil, porque había que desaprender y al desaprender. Todo lo importante que yo era quedaba en nada y había que empezar de cero. Igualándonos bajo una línea común.
Hubo un encuentro en Yecla y, posteriormente, se hablará de «AlterEvaluación».
Jesús Moreno:—
Simplemente, quiero destacar el valor que tuvo aquel encuentro y que, creo, que queremos que tenga este. Lo que decían las compañeras antes es crucial: no se celebró en la Universidad de Málaga per se, yo no lo siento como de la Universidad de Málaga, en realidad lo siento como de la gente, y lo que se construyó fue, en realidad, un grupo de, aproximadamente, 100 personas de distintas partes de España que estaban trabajando e investigando juntas. Fue una especie de diagnóstico inicial para ver qué podemos hacer.
Nacho Calderón:—
Muchas gracias a los dos. Ahora sí, vienen Carmen Saavedra y Leticia.
(Aplausos)
Leticia Barbadillo:—
Bueno, a nosotros nos ha tocado un poco presentar y convencerlos, si no estaban ya convencidos, de que abracéis el ‘tocapelotismo’, de defender todo el trabajo de disentimiento. Si estáis aquí, suponemos que el paso ya lo habéis dado. Alejandro lo resume muy bien en la frase: «¿Qué necesidad tenía el estado de convertirme en un activista?» Supongo que, desde un rol u otro, desde familias o profesionales, nuestras experiencias nos han convertido en disidentes, en resistentes, y la historia nos da la razón.
Carmen Saavedra:— Nos da la razón en que ha habido muchas luchas, muchos grupos oprimidos que, aunque no estén en una situación ideal, sabemos que son grupos oprimidos y que su situación debe cambiar. ¿Y cómo lo han hecho? Disintiendo. Entonces, tenemos que disentir, y disentimos desde el primer momento en que tienes una tutoría y te dicen que no aceptas a tu hijo y tú te lo crees durante mucho tiempo. Hay gente que se muere creyéndose eso, pero no sé por qué algunas personas, porque conocemos a otras personas, decimos: «¿Pero qué me están diciendo?», «¿Cómo que no acepto a mi hijo?», «¿Cómo no voy a aceptar a mi hijo?», «¿Qué madre no va a aceptar a su hijo?».
Lo que no aceptamos es que no tenga derecho a educarse, a aprender. ¿Qué ser humano no puede aprender? No podrán aprender todos lo mismo ni llegar al mismo sitio seguramente a lo que teorizan que tienen que llegar, pero evidentemente todo el mundo puede aprender y todo el mundo tiene derecho a estar con todos. Aunque el consenso está muy valorado, siempre que se aprueba una ley por unanimidad nos parece maravilloso, y yo, hasta que no hicimos esta guía del disentimiento, no me había planteado lo necesario que es disentir. Y no siempre la mayoría tiene razón.
Lo más importante de todo es cuando empieza a disentir el que está en una situación de privilegio. Ahí viene el cambio. Siempre hablo de John Doar, que era un abogado blanco que fue fundamental. Siempre que se habla de la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos en los años 50 y 60, se habla de Martin Luther King, de Rosa Parks. Pero qué importantes son las personas como John Doar que legislan, que el momento en que el primer estudiante afroamericano fue a la universidad fue con la policía y John Doar a su lado. Ahí es cuando empieza el cambio, cuando se implican también los que están en esa situación de privilegio, que están siendo parte de la opresión…
Y, aquí hay tanta gente, tanta gente que estáis disintiendo y lo estáis haciendo, no como yo, porque a mí me han tocado lo que más quiero en la vida. Y aquí hay tanta gente, profesionales en la escuela, que estáis sufriendo seguramente igual o más que nosotras, las que estamos en casa. Vosotras sufrís todo el tiempo, y en el momento en que empezamos a tener esos aliados, esto es que ya ha empezado. Así que, a seguir disintiendo.
Leticia Barbadilla:—
Todo este proceso de disentimiento lo hemos organizado en una guía que aún no sabemos cómo verá la luz, porque, como somos disidentes, hemos hecho otra cosa. Nosotros, sobre todo como familias, aunque intentando incorporar a todos los sectores, hubiésemos querido tener esta guía porque es un camino muy duro y se pasa, en general, mucha soledad. Entonces, también para ayudar a esa construcción de redes para la que estamos aquí hoy, porque sabemos que la resistencia puede ser muy dura y frustrante.
Rescato de esa guía lo que más me gusta, que son esos elementos de resistencia que pueden ser muy pequeños y cotidianos, que agotan mucho y que muchas veces tenemos la sensación de que no se traducen en nada, de que estamos peleando y peleando y dándonos contra la pared, y solo nos quemamos y no fructifica. Hay un cuento maravilloso que me recomendó Sonia, que se llama «100 semillas que volaron», que cuenta la historia de un árbol que suelta sus semillas y diez van al río, otras diez se las lleva el viento y acaban en una roca. En un momento del cuento, parece que ninguna va a conseguir reproducir ese árbol porque todas han acabado donde no debían. Algunas son comidas por un pájaro que las lleva a otro sitio, y al final, sin poder establecer una relación lineal de que salieron de aquel árbol, sí que salen frutos de esa disidencia, a veces más grandes, a veces más pequeños, pero que siempre merece la pena seguir resistiendo y hacerlo acompañado para no morir en el intento.
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
Mariana y Tere van a presentar ahora una experiencia.
Mariana Alonso:—
Hola, buenos días. Soy Mariana.
Teresa Rascón:—
Yo soy Tere.
Mariana Alonso:—
Bueno, pues la verdad es que estamos encantadas de estar aquí en este espacio privilegiado para pensar y crear juntos. Nuestra experiencia es sencilla pero muy interesante, y realmente surgió a partir de la pregunta: ¿qué podemos hacer cualquiera de nosotros que estamos aquí en esta sala? ¿Cómo podemos transformar? Y creo que esa es la pregunta que nos ronda a todos y a todas.
Y bueno, esos profesores que empezaron a preguntarse cómo hacerlo, cómo transformar, estaban exactamente igual que vosotros y vosotras, sentados en un workshop en el año 2018, pero no se quedaron ahí. Volvieron a su centro educativo, que justo está situado en un pueblecito de Málaga que se llama Almáchar. Este centro es el CEIP La Parra, que algunos sí que conocéis, y es un pueblo pequeñito. Hay que llegar, en fin, una odisea, verdad. Y bueno, pues empezaron a pensar, a partir de ese workshop, ¿cómo podemos hacer más inclusiva nuestra escuela? Y ahí, lo primero que hicieron, este grupo de profesores, fue solicitar formación. Fijaos, qué interesante; siempre tenemos que estar en permanente proceso de formación, de aprendizaje. Solicitaron formación institucional al centro de profesorado y, a partir de ahí, también nos pidieron colaboración al grupo de investigadores del proyecto Narra Inclusión.
Y bueno, la experiencia, qué decir, espectacular, no se puede definir de otra manera. ¿Cómo empezaron? Ellos eran una comunidad de aprendizaje y, entonces, decidieron celebrar una jornada de diagnóstico vinculada a ese proceso que se llama «Volver a soñar», que tiene en las comunidades de aprendizaje. Y ahí, toda la comunidad, igual que estamos aquí, representantes de alumnado, de profesorado, familia, personal de administración y servicios, equipos directivos, agentes sociales, asociaciones, todo el pueblo, participó en esa jornada. A mí me parecía espectacular, bueno, hasta nos llevamos un autobús de la facultad. O sea, en fin, yo decía, vamos a acabar allí todo.
Y nos hicimos cuatro preguntas, en torno a las que trabajamos en unos papelógrafos como los que hemos traído hoy aquí, más o menos: ¿Cómo es la escuela que tenemos? ¿Cómo se enseña y se aprende en la escuela? ¿Cómo son las relaciones con tus compañeros, con el profesorado? Y, finalmente, ¿cómo es la escuela de nuestros sueños? Y a partir de esas cuatro preguntas, pues os podéis imaginar, salieron muchísimas aportaciones y todo se resumió en un foco que nos preocupaba: mejorar la convivencia en el colegio y en el entorno.
Bueno, pues a partir de ahí, arrancamos. Los alumnos, profesorado, familia y toda la comunidad educativa se transformaron en investigadores de su propio entorno, de su propia realidad, y empezamos a diseñar una investigación-acción participativa. Ese fue el foco: el alumnado. Recogieron, observaron, haciendo entrevistas. En la familia, entrevistando unos a otros… Y, finalmente, se diseñó un plan de acción para que aquello realmente tuviera incidencia, pudiera transformar, pudiera cambiar.
El plan de acción dio respuesta a tres focos principales que preocupaban: las relaciones en las redes sociales, cómo transformar y mejorar las metodologías de trabajo, y cómo hacer del recreo un espacio más educativo. Esas fueron las propuestas que se pusieron en práctica, y de cada una de esas propuestas, podríamos contar muchas de las iniciativas en las que participó toda la comunidad. Cerramos el primer ciclo de la investigación-acción participativa con un proceso de evaluación, un fotomatón donde el alumnado, de forma anónima, iba y contaba lo que le parecía, un análisis DAFO, asambleas en todas las clases, recogiendo las sugerencias, las aportaciones y, al final, una jornada preciosa donde se celebró, porque estas investigaciones al final tienen un momento de celebración, y compartieron todos los logros, las dificultades, por supuesto, y crear redes con otros centros educativos que se quieran sumar.
Esa fue celebrada el 1 de diciembre en el pueblecito de Almarcha, y se llamaba Jornada Axaquía Inclusiva, una jornada también preciosa, de las cuales tenéis… Bueno, paso a Tere, que no me enrollo más. Muchas gracias.
(Aplausos)
Teresa Rascón:—
Bueno, no sé si a vosotros os pasa, pero yo, cuando escucho a Mariana, y esa voz que encandila, me cuesta seguir hablando, la verdad.
Bueno, yo lo que quería decir es que creo que hay una premisa de la que se ha hablado mucho ayer y hoy, y es que a ninguno nos gusta la soledad no elegida. No les gusta a esos alumnos que son excluidos, no les gusta a las familias, pero tampoco les gusta, lógicamente, a los docentes que quieren transformar cosas y que no encuentran los apoyos necesarios en su centro. Hablo de docentes, orientadores y otros profesionales educativos.
De esta experiencia que ha comentado Mariana, sale otra guía para acompañar a esos profesionales de la educación, a esas comunidades educativas que quieren llevar a cabo una investigación-acción participativa en su centro para iniciar cambio. Esta guía, que acaba ahora mismo de salir, y está disponible en la web. Todos estos recursos los tenéis en la web, en el apartado «Creamos».
Bueno, pues como os decía, a ninguno nos gusta esa soledad no elegida y por eso, los que estamos aquí y los que esperemos que se vayan sumando en todo este proceso, hemos querido crear una serie de recursos también para acompañar esos procesos que queréis llevar a cabo en vuestros centros, pero que a veces no encontráis los apoyos, no encontráis los recursos. La idea es que tengáis ahí esa batería de recursos en la página y podáis disponer de todos ellos que lo han ido explicando muy bien los compañeros esta mañana.
Además, hay otro recurso elaborado por alumnos, porque nosotros somos profesores de universidad, pero consideramos que la universidad debe estar al servicio de quienes tienen que estar, que son esas comunidades educativas. Tienen que salir fuera. Entonces, se nos ocurrió entre todos crear unos vídeos tutoriales creados por los alumnos para que, bueno, también acompañen en esos procesos de investigación-acción dentro del centro. Son vídeos muy básicos, tutoriales de 2 minutitos, de hecho. Algunos de los protagonistas están por aquí y bueno, y en ellos se explica cómo hacer una entrevista, cómo crear incidencia política, cómo iniciar un proceso de investigación-acción participativa, etcétera. Todo eso, como digo, lo tenéis, para los que queráis usarlo.
Esa era una premisa nuestra, que todos los recursos fueran en abierto, porque la idea es que no se queden aquí, sino que esto crezca y hagamos realmente de nuestra escuela esas escuelas inclusivas que yo creo que todos y todas queremos. Muchas gracias.
Nacho Calderón:—
Gracias. Bueno, ahora vienen María José y Viki para hablarnos sobre cómo hacer una orientación para la educación inclusiva y del colectivo «AlterEvaluación».
María José G.:—
Hola de nuevo, bueno, nosotras estamos participando en un colectivo de orientadores que llamamos «AlterEvaluación». La idea viene a raíz del workshop ‘Orienta’ de 2018, de uno de los talleres sobre la evaluación psicopedagógica. Surgió una comisión en la que fuimos trabajando durante un tiempo y ha ido pasando diversos procesos. Ahora mismo, estamos en un grupo desde hace un par de años; empezamos unos 50 orientadores que, a veces, entramos y salimos.
La idea es que consideramos que la evaluación psicopedagógica es un gran escollo ahora mismo, conforme se está planteando para la educación inclusiva. La idea, entonces, es cómo llevar a la práctica esas ideas si venimos de tantas inercias de etiquetar, de exclusión, y de justificar recursos.
Viki Burriel:—
La idea era esa, lo que dice María José. Desde la evaluación psicopedagógica, y, por tanto, el colectivo orientador, se pensó cómo ayudar a hacer los centros más integradores en aquella época, frente a la situación actual donde hay una corriente categorizadora y discriminatoria y que, en parte, el colectivo orientador estamos instrumentalizados para eso. Por lo que es necesario darle un vuelco a esa situación y ponernos al servicio de la construcción de procesos colectivos de mejora y de transformación en los centros.
Entonces lo que dijimos fue: ¿cómo hacer para transformar una evaluación psicopedagógica individual, etiquetadora, que propone supuestos apoyos que, al final, a veces, son la gran barrera que tienen algunos alumnos para ser uno más en el cole? ¿Cómo hacer para transformar eso? Dijimos, bueno, en un proceso de investigación-acción participativa que tenga un aspecto democrático. Es decir, que no hago esta evaluación en contra de la familia o sin decirle nada a la familia, en contra del alumnado o sin consultar al alumnado, sino que la familia, el alumnado y el profesorado van a ser los protagonistas y los principales participantes.
¿Y cómo hacer para que eso sea un proceso colectivo y que, por tanto, sea un proceso transformador de verdad? Es decir, que no sea una medida puntual, sino que sea un proceso de reflexión, de pensamiento, de transformación para intentar conseguir la escuela que queremos.
Entonces en eso estamos.
María José G.:—
La guía «Para crear tus sueños», del CEIP La Parra, está también a puntito de salir y, en breve, estará para poder ayudar al resto de orientadores que quieran enganchar.
Y lo mismo que ha dicho alguien: no es de nadie, es de todos los orientadores que se quieran unir, de las familias que se apropien de ella y lo puedan llevar a los centros, de cualquiera. Por último, los profesionales tenemos que ser valientes, hay que ser valientes, y para eso también hemos construido esto, para tener una red. Para tener un suelo desde el que ser valientes. Como la madre que nos pedía a los orientadores acompañamiento. Da igual que no supiéramos cómo ni qué hacer ni por dónde, juntos vamos a ver cómo lo hacemos. Bueno, muchas gracias.
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
Gracias. Una de las cosas más bonitas es que cada uno de estos trabajos que se están viendo aquí se han cruzado, se han ido cruzando, y unos han ido alimentando a otros. Vienen ahora Alejandro, Sandra, Concha, Floren y Fátima para finalizar con todo esto.
(Aplausos)
Sandra Fernández:—
(Riendo) Como veis, aquí nos mandan a trabajar mucho. Yo no he parado de llorar desde que entré, soy muy llorona, y mi hijo siempre me dice: «Mamá, no llores», pero es que es increíble. Una cosa es haber estado en el proceso de todo este trabajo y otra cosa es verlo materializado. Es como si…
Público:—
(Riendo) ¡Eso es mentira!
(Risas)
Sandra Fernández:—
(Riendo) ¡Cómo que es mentira…!
Voy a contar un poco el recorrido, cómo empezó toda esta locura. El grupo de «Radicales Desadaptadas» somos principalmente madres, un padre, y un profe, que es Nacho. Llevamos años en un grupo de Messenger hablando todos los días, y ahí volcamos todo lo que nos pasa, lo bueno y lo malo. Nos reímos, lloramos juntos, nos damos consejos, nos venimos muy arriba. Somos personas osadas, valientes, y a algunos se les va mucho la pinza. Nos liamos la manta a la cabeza y estamos aquí, presentando un documental delante de la ministra.
De todas esas reflexiones, un día sumamos aquí a este mozo que tengo a mi derecha, a Floren, y a una moza que está por aquí, Fátima. Floren dijo: «¿Y por qué no hacemos una película?» Cuando conoció el caso de la familia Calleja, dijo: «De esto vamos a hacer una película nosotros». ¿Cómo? Porque nosotros nos reuníamos todos los viernes online y, ahí, se nos iba la pinza mucho. Entonces viene este (Floren) y dice: «Tengo una amiga directora de cine y esto hay que documentarlo». Y entonces, ¿cómo? Perdona, y ahí empezó el proceso.
Empezamos a pensar juntos qué queríamos mostrar en ese documental, la lucha de tantas familias, de tantas maneras distintas de luchar y tensionar el sistema para decir lo que venimos a hacer hoy aquí: esto hay que cambiarlo, esto no puede seguir así. Me tenéis que permitir la licencia de que, de lo que más orgullosas que nos sentimos todas, es de que nuestros hijos e hijas se hayan sumado y de que hayan dado su voz, que es la que tenemos que respetar. A nosotros nos presentan como activistas, como decíamos antes, ¿pero qué necesidad tenemos? También, de que les hemos dejado un legado increíble a nuestros hijos e hijas, hay que seguir luchando siempre.
Y que yo no quiero volver a un micrófono, quiero que lo hagáis vosotros.
Fátima Solera:—
Yo puedo hablar más de lo que ha sido el proceso de creación del documental. Cecilia lo hablaba ayer, de cómo se bajó de ese pedestal, del ego que puede tener un director y la valentía que tuvo de bajarse de ahí y dejar que los demás hablásemos también, diésemos una opinión. Cuando nosotros tenemos una formación escasita en documental, si nos ponemos a su lado.
Entonces, ese trabajo colectivo no solo grabarlo, sino transcribirlo. De verdad, sin Paula, sin Sandra, y sin Carmen, yo no podría haber hecho esos subtítulos porque me ayudaron muchísimo. O sea, creo que ningún equipo profesional hubiese trabajado tan bien, tan rápido y de forma tan eficaz para poder llevar esto a término. Entonces, el trabajo del documental no solo es colectivo en lo que es en la imagen, sino detrás también ha habido un gran trabajo por parte del grupo. Así que, muchísimas gracias, chicas, y por supuesto, muchísimas gracias a Cecilia por haberse prestado esto de verdad.
Alejandro Calleja:—
Bueno, efectivamente, esto nació o no deja de ser una red de confianza, realmente, el grupo de Radicales, el grupo de Quererla es Crearla. El embrión seguramente fue el workshop del 2018. Aunque nos conocíamos ya virtualmente y teníamos una relación, encontrarnos, tener el contacto directo, es de las cosas que siempre más he apreciado en estos encuentros, porque al final, el desvirtualizar, nos parece que no, pero es un plus. A mí me encanta el contacto con las personas, el contacto directo, la confianza que vas generando porque, si no, este proyecto hubiese sido imposible. Al final, en el documental, todos nos hemos desnudado un poco; yo me he desnudado como nunca. Le costó, pero bueno, la verdad es que lo hice muy a gusto porque estaba muy a gusto, me sentía libre para hacerlo y es una forma efectivamente de poderlo hacer.
El origen de decir: «Venga, vamos a hacer adelante», la culpa la tuvo Floren, que dijo: «Jolín, con nuestra historia y con el dictamen del comité de Naciones, Unidas, cómo no vamos a hacerla». Entonces, fue un poco lo que le impulsó. Yo pedí permiso a la familia, entre comillas, y permiso concedido. Y, entonces, ya todos tiramos para adelante, porque bueno, es un proyecto bonito e ilusionante. Cecilia ha hecho un trabajo increíble y todos hemos aportado lo mejor de nosotros mismos. Al final, en este trabajo estamos representados todos los que estamos y los que estáis, todos. Por eso seguimos.
Floren Cabello:—
Para acabar, el documental está para compartirlo con vosotros o escribiendo al grupo. La idea es que os lo llevéis a vuestro pueblo, a vuestro Centro Cultural, a vuestro centro social, a vuestra clase pequeñita, y que hagamos debate en todas partes. O sea, el documental es la documentación de un movimiento para que crezca el movimiento. Entonces, nada se acaba aquí, se supone que, igual que la victoria de la familia Calleja, la queríamos contar con el origen de un movimiento, que nos lleva un paso más allá de valentía, de osadía, de hacer un documental, lo que toca ahora es a que vayáis con nosotros, bien por vuestra cuenta, bien con alguna intervención presencial o virtual de alguna de las protagonistas, toméis el documental, lo hagáis vuestro y llevéis a todos los sitios estos debates. Así que esa es la tarea que os queda a vosotras ahora.
Concha Casasnovas:—
Lo único que os queríamos transmitir, desde nuestra familia, es que nuestra historia ha sido en soledad. Raúl ha llegado donde ha llegado, lo veréis en el vídeo, gracias a que hemos creído en él, hemos luchado, pero en aquella época estábamos solos. Hoy estáis con nosotros. (Concha se emociona y se entrecorta la voz).
(Aplausos)
Audiodescripción [AD]:
Se proyecta el tráiler del documental ‘Quererla es Crearla’. Accede a la transcripción en este enlace: tráiler.
https://creemoseducacioninclusiva.com/creamos/documentar-un-movimiento/
Nacho Calderón:—
Hemos acabado ya el corrido de lo que hemos estado haciendo durante estos cinco años. Ahora, es el momento de hacer asambleas. Todo lo que se ha comentado hasta ahora son herramientas que se han puesto al servicio de todo el mundo. Acabamos en el documental con lo que decía Concha, que no le parecía bien soñar por nuestro hijo o hija. Entonces, la pregunta con la que queremos comenzar esta asamblea es: ¿cómo creamos las condiciones para que las personas puedan adueñarse de sus sueños? Esta es la pregunta dinamizadora que recogemos de Concha. ¿Cómo podemos hacer para que las personas puedan adueñarse de sus sueños en las escuelas?
Tienen la palabra. Cuando alguien quiere hablar, tiene que ponerse de pie y acercarse un poco al centro para que pueda el streaming grabarla. Bueno, ¿quién comienza? ¿Quién arranca? Tenemos poquito tiempo.
Participante 1:—
Bueno, a mí del documental me han gustado muchas cosas, pero lo que más me gustó fue la pregunta de Antón: «¿Cómo se puede hacer para planificar la toma del Ministerio de Educación?» ¿Os acordáis?
(risas) (aplausos)
Pues así es lo que hicimos ayer. La toma del Ministerio de Educación la empezamos ayer y yo creo que la estamos planificando. Empezamos por ahí.
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
Muy bien. ¿Más palabras?
Participante 2 (Paula Verde):—
Yo pienso que una de las claves es estar presentes. ¿Cómo podemos empezar a no soñar por ellos? Que estén presentes. Nuestro paso, como lo he dicho en el vídeo, y muchas veces en redes. Si nos retiramos, si no hacemos que se transforme, no vale de nada. Queda mucha literatura y, después, no están. Entonces, tenemos que luchar porque estén y ser valientes. Todos, familias. Ellos, al final, son los que lo sufren y lo padecen en el peor de los casos. Pero es que si no están, no transformamos nada.
Nacho Calderón:—
Muy bien.
Participante 3 (Raúl Aguirre):— Lo primero, soñar, que nos oigan, que tengamos voz, que hay que pelear por una vida digna e independiente y que podemos oírnos con esta voz.
(aplausos)
Nacho Calderón:—
Muy bien, muy bien.
Participante 4:—
Yo quería decir, en primer lugar, que estoy totalmente de acuerdo con lo que dice Paula. Es fundamental que estemos presentes, pero sobre todo que estén presentes, en mi caso, mi hija. Creo que tenemos la obligación, las familias, a pesar de la desinformación y del miedo, que es lo que tenemos cada día de nuestra vida: muchísimo miedo y muchísima desinformación. Tenemos la obligación de creer en nuestros hijos, de empoderarlos, de hacerlos personas valientes y con capacidad para tomar decisiones y con libertad, con la libertad de que ellos y ellas decidan qué quieren hacer y dónde quieren estar. Pero cuando ellos son aún incapaces de decidir por sí mismos, como cualquier otro niño o cualquier otra niña, tenemos que ser nosotros los que tomemos las riendas.
Y eso, que la única manera es creer en ellos, valorarlos. Las familias somos los principales motores del valor que les damos a nuestros hijos como personas que están en esta sociedad. Entonces, creo que es fundamental empoderarlos y valorarlos muchísimo para que ellos puedan estar presentes y tengan la libertad y la capacidad de decidir en sus vidas.
(Aplausos)
Participante 5:—
Yo quiero un sistema educativo y social que me devuelva a mi hijo, porque yo tuve tres hijos distintamente capacitados y la Administración me robó uno de ellos, me lo devolvió etiquetado, con menos valor y con menos derechos. A ese hijo, cuando terminó la secundaria, un periodista le preguntó: ¿Cuál crees que fue el secreto de tu éxito? Quiero que ningún estudiante del mundo conteste lo que contestó mi hijo. Dijo que el secreto de su éxito fue resistir. Eso no es justo. Eso no es justo.
(Aplausos)
Participante 6:—
Hola. Bueno, yo solo decir que para resistir son necesarias las redes. Y para resistir, somos necesarios todos y cada uno de los que estamos aquí, los que nos están viendo. Entonces, creo que el gran valor, y ya sé que se ha dicho, es la creación de todas esas redes que nos van a sujetar cuando nos vayamos a caer. Porque nos vamos a caer, lo sabemos. Y se van a caer nuestros hijos, nuestras hijas, nuestros alumnos, nuestras alumnas y nuestro día a día. Entonces, necesitamos tejer esas redes humanas sin humanidad.
(Aplausos)
No hay escuela, sin emoción, no hay educación. Y por favor, que lo tengamos presente, porque yo no puedo estar con mi hija todo el tiempo. No quiero estar con mi hija todo el tiempo. No debo estar con mi hija todo el tiempo. Necesitamos saber qué hay. Como se dice también en el documental, hay ciudades y comunidades educadoras en las que todos y todas aprendemos de todos. Y eso solo lo podemos construir con redes que se multipliquen. Gracias.
(Aplausos)
Participante 7:—
Yo creo que es importante que la sociedad nos vea, que vea a nuestros hijos, no nos vea. Cuando el problema no les pasa, no están viviendo lo que está pasando. Entonces, creo que es superimportante que vean, que empaticen y sientan lo que nosotros sentimos. Porque son personas, son personas y tienen derecho a ser y estar. Por lo tanto, es un trabajo que tenemos que hacer como sociedad en conjunto. Esto tiene que ser como aquella gota de aceite que hace una marea. Tendríamos que traspasar todas esas barreras, todos esos caminos que nos hacen traspasar constantemente, para que vean que es posible. Y la prueba de ello, yo siempre digo que es mi hijo, con mucho esfuerzo. Está en la universidad, ha llegado a la universidad. Es posible, con mucho esfuerzo, pero no debería de ser así, no debería de ser una lucha. Todos tienen derecho a estar. Todos tienen derecho a ser y la sociedad ha de cambiar. Empecemos por ahí.
(Aplausos)
Participante 8:—
Hola. Yo, a raíz de lo que has dicho tú anteriormente de tus tres hijos, quería decir algo que he dicho, siempre. Lo he comprobado. Yo tengo dos hijos, uno con discapacidad y otro sin ella. Cuando tienes un hijo sin discapacidad, tú decides, desde que es pequeño, dónde va a estudiar, en qué colegio le vas a llevar; decides todo con él en cuanto él puede. Pero con tu hijo con discapacidad, en cuanto le ponen la etiqueta, todo el mundo empieza a opinar. Todo el mundo, con capacitación o no, empieza a opinar qué es lo que tiene que hacer, dónde tiene que estudiar, cómo tiene que hacer, dónde tiene que ir, su itinerario de todo. Desde el más experto hasta el último que pase o se encuentre por la calle, o sea, hasta el vecino de enfrente. Y todo el mundo, además, se cree con derecho a decirte lo que tienes que hacer. Entonces, no debería haber esa diferencia. O sea, los padres somos igual de competentes para educar y para decidir sobre nuestros hijos, y tenemos los mismos derechos sobre nuestros hijos con discapacidad que sin ella. Eso es lo que quería decir. Gracias.
(Aplausos)
Participante 9 (Jesús Calleja):—
Yo, después de mucho tiempo, lo que tengo cada vez más claro es que la familia empoderada genera hijos empoderados. Si nuestros hijos no nos ven a nosotros como padres que luchamos, resistimos, sufrimos también, nos ven sufrir, ellos tampoco se van a empoderar. No van a ser resilientes. Por eso es tan importante que las familias tengamos… Porque, al final, esto, difícilmente nos lo van a arreglar los demás. La Administración Educativa y las políticas educativas tardarán lo que tarden. Pero nuestros hijos, si nos ven a nosotros empoderados, se empoderarán. Y el germen de la transformación, tanto de la Administración como de la política educativa, será el nuestro. De nosotros depende, realmente. Si esperamos a que los políticos o la Administración cambien, largo y mal lo llevamos. Así que a ponernos las pilas y para adelante.
(Aplausos)
Participante 10:—
Buenos días. Agradeceros a todos los que habéis formado parte de hacer hoy el workshop, lo de ayer y lo de mañana. Sabía de lo que iba, pero ahora mismo estoy muy emocionada y en mi cabeza salen muchas cosas. Soy mamá de dos peques con discapacidad y, al final, como todo, cuando te toca de cerca, sacas fuerzas. Hay días mejores, hay días peores. Y es maravilloso ver aquí a profesionales, a familias, a alumnos. Quererla es crearla, y veo que sí, que así es. ¡Es posible! Y no tengáis miedo. Tenemos que hacer ruido. Mañana espero veros a todos y a muchísima más gente, porque de lo que no se habla, no se conoce. Entonces, hay que ser valientes y decir lo que nos pasa. Y decirlo. Y si no tenemos fuerza, al día siguiente volver y tocar puertas y pedir. Porque nuestros hijos tienen derechos. Que no se nos olvide nunca. Gracias a todos por estar aquí.
(Aplausos)
Participante 10:—
Hola. No iba a hacerlo, pero yo es que quiero que… Yo entiendo que a cada uno le duele lo suyo, pero esto no es algo de cada uno, esto es algo de todos. A mí ya me conocéis a través de la «Habitación de Belén». A mí me echaron. Yo no entraba, yo sufría acoso escolar y a mí me condenaron. Yo no entraba en ningún compartimento estanco. Y como yo, tantísimos niños, niñas y adolescentes que no entran en ningún compartimento, no entran en ningún protocolo. Pero a todos nos puede pasar y eso es lo que tienen que entender los de fuera, que esto es algo de todos, que la inclusión es algo de todos. Yo, por todas las cosas que he vivido, hoy no estaría aquí. A mí la inclusión me salvó la vida. Si yo no hubiera conocido la inclusión a los 20 años, que fue cuando yo la conocí, no estaría aquí, es que no estaría en ningún sitio. Entonces, eso lo tiene que entender la gente, que esto es de todos, que a todos nos puede pasar y que aquí luchamos todos y todas juntos, porque esto es algo que nos beneficia profundamente.
(Aplausos)
Participante 11:—
Es difícil soñar algo si no te dejan, ¿no? O es difícil soñar si estás institucionalizado o si estás segregado. Es muy difícil soñar si no tienes derechos o si no se te ve, si estás invisible. Yo quiero recoger aquí, hoy, el testimonio de una amiga que ya no está, pero que ha estado siempre y que sigue estando. Ella estuvo institucionalizada 15 años de su vida y vivió una vida con muchísima dignidad. No cuando estaba institucionalizada, sino reivindicando ese empoderamiento de muchas mujeres, en este caso, que además se le añade el ser mujer y el tener una diversidad. Ella superó techos y cristales, techos y paredes de cristal. Ella decía: «No solo tengo paredes, tengo también techos, y como yo, muchísimas personas». Esa mujer y amiga es Soledad Arnau Ripollès, y el lema que ella siempre nos decía es: «Nada para nosotras sin nosotras». Entonces, ese lema lo recoge en su tesis doctoral, que para ella fue un sueño. Hay otras personas que hemos hecho una tesis y digo yo: «pues, quizá, no sea lo más bonito de mi vida la tesis», aunque fue de inclusión laboral la mía, de personas con diversidad intelectual y en el 2003.
Pero ella hizo su tesis: «Estudios críticos de y desde la diversidad funcional». Os recomiendo que busquéis a Soledad Arnau Ripollès. Es una persona que ha movido muchas comunidades desde este «Nada para nosotras sin nosotras» y desde el Foro de Vida Independiente y Divertad. Recordando también a muchas otras personas que no están. Y, quizás, sí, es el momento también de decir que mi madre soñó a cuatro hijas, cada una diversa, distinta, y nos ayudó también en ese proceso de soñarnos. O sea, que ese acompañamiento que decía Paula, esa manera de dejar soñar es muy importante, aunque, a veces, como madres es tan difícil porque nos sale el maternalismo o el paternalismo. Empoderar a nuestros hijos y darles a libertad. Y por poner un ejemplo de mi hijo, que igual me estoy yendo mucho con el tema del COVID y el confinamiento, hay una frase que a mí me impactó muchísimo. Le dije: «Miguel, ¿te da miedo el bichito?» Y me dice: «No, a mí me da miedo no abrazar a mis amigos y a mis amigas».
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
Una palabra más, porque tenemos que hacer el descanso. De hecho, le hemos comido al descanso un cuarto de hora. Una palabra más.
Participante 12:—
Hola, gracias a todos por estar. Yo quería dejar de hablar de inclusión. ¡Qué revolucionaria!, ¿no? Yo quería hablar de trabajar con las capacidades y no machacar sobre las discapacidades. Creo que eso ayudaría a todos y a todas. Nada más.
(Aplausos)
Nacho Calderón:—
Ahora hay un descanso de 15 minutitos para descansar. Quienes no se han inscrito, que lo hagan ahora en este ratito y, después, comenzaremos con talleres. ¿Vale? Bueno, pues descansamos.
Audiodescripción [AD]:—
Todas las personas participantes de manera presencial están reunidas en una sala. Nacho se dirige a ellas.
Nacho Calderón:—
Tenemos preparada la sesión en torno a tres grandes talleres que aglutinan lo que nos habéis hecho llegar a través de vuestras inscripciones, cuando se os preguntaba qué temáticas pensabais que había que abordar ahora para transformar la realidad. Las hemos aglutinado en tres grandes talleres. El primer taller se va a desarrollar aquí, en esta sala. Este será el taller más numeroso por espacio. Todos los talleres tienen que contar con todos los miembros de la comunidad educativa. Es decir, ahora tenéis en vuestras inscripciones un color. Los colores los tenéis en las columnas. El rojo representa a familias, el azul a docentes, el amarillo a orientadores y orientadoras, el verde a investigadores universitarios, el naranja a estudiante y el rosa a ONG. Rosa.
Vamos a intentar hacer los agrupamientos dependiendo de los intereses de la gente, pero también deberíamos tener flexibilidad para que, si hay muchas familias que se han ido a un sitio o muchos docentes que se han ido a otro, algunos voluntariamente se vayan a otro taller.
El primer taller se titula: «Escuelas como espacios de convivencia y aprendizaje». El segundo taller se va a desarrollar en la sala del fondo y se titula «Dar valor a las diferencias». Y el tercer taller, que se realizará en una sala paralela a esta, se titula «Participación y activismo para transformar el sistema». Digamos que los tres talleres tienen tres grandes ideas. Una se refiere a cómo transformar las prácticas escolares. Otra se refiere a cómo transformar las culturas. Y, finalmente, otra se refiere a cómo hacer incidencia política. Estos son los tres talleres. El primero, prácticas, el segundo, cultura y el tercero, incidencia política.
Decíamos que, ahora, lo que vamos a hacer es que los que tienen la pegatina redonda, que levanten la mano y que se distribuyan ya directamente. A ver, ¿cuántas hay? ¿Cuántas rojas hay, que sois las más numerosas? Lo suyo sería que os distribuyáis, que os vayáis a las diferentes salas, dependiendo de vuestro interés. Hemos dicho prácticas escolares, cultura y política. Que se armen a los grupos heterogéneos, para que haya representantes de todos los colectivos. Podéis ir a los diferentes lugares. Si hay alguien que se queda aquí, se queda aquí. Este es el primer grupo: prácticas escolares.
Lo mismo hacemos docentes y orientadores. Nos distribuimos ya y vemos si está equilibrado o está muy desequilibrado. Rápido, que después hay una puesta en común.
Audiodescripción [AD]:
En pantalla, el grupo de las familias, sentado en círculos. Cada persona del grupo tiene post-its y bolígrafos para tomar notas mientras dialogan.
Amalia Alonso:—
Hemos dividido los talleres en dos partes. Por un lado, hay una pregunta inicial que vamos a hacer entre todos, que sería la siguiente: ¿Son las escuelas espacios de participación y de aprendizaje? Esa es una pregunta que proponemos en el taller para que podáis reflexionar en el post-it. Escribidlo en el post-it. Si alguien necesita algún rotulador, bol, etcétera, lo pedís. Luego, iremos pasando los post-its, de forma que luego los colocaremos en el papelógrafo que hay ahí en la pared. Lo vamos a colocar en medio y después iremos rellenando ese papelógrafo entre todos con las aportaciones.
Participante 1:—
Estás haciendo la pregunta, pero referida a la inclusión, ¿verdad?
Amalia Alonso:—
Claro, claro. Sí, en realidad, cuando hablamos de inclusión, la pregunta tiene que ver, como bien habéis dicho en la Asamblea, con estar presentes, con esa presencia. Con lo que es el aprendizaje, que todos los niños y todas las niñas puedan aprender y desarrollar todas sus competencias, y con la participación. Entonces, realmente, la pregunta la podemos hacer también pensando en: ¿Son las escuelas espacio o hay barreras para esa presencia, participación y aprendizaje? Si queréis verlo de esa manera.
Jesús Moreno:—
No solo de colectivos que histórica o normalmente se llaman «con necesidad de educaciones especiales». Es decir, la pregunta es: ¿Son las escuelas espacios de participación y aprendizaje?
Amalia Alonso:—
Exacto. Y la segunda, que se puede colocar en otro post-it, y si os parece, serían ideas o estrategias para que lo sean. ¿Qué ideas, qué estrategias se nos ocurren para que lo sean? ¿Vale? Entonces, ¿os parece que dejemos cinco, seis, siete minutillos para que podáis pensar, rellenar y, después, abrimos la puesta en común? ¿Compartimos?
Jesús Moreno:—
Primero sería solo la parte, digamos, diagnóstica. Ahora mismo no pensemos en la estrategia, sino en: ¿Son las escuelas?, ¿vale? Eso es lo que vamos a hacer ahora. Y después, a la una y cuarto, hacemos la segunda parte.
Amalia Alonso:—
Vale, gracias. Exacto, vamos a hacer así. Bueno, pues si os parece, dejamos el tiempo para pensar las dos preguntas juntas, despacio, en silencio, que cada uno pueda tener su espacio, su tiempo. Escribimos y luego dejamos el tiempo restante, porque es que va unido, ¿no, Paula? Lo que tú dices. Está dividido, pero ya el tiempo…
¿Todo el mundo tiene post-it? Pasamos más post-its.
Audiodescripción [AD]:
El grupo reflexiona y escribe sus ideas en post-its durante quince minutos.
Jesús Moreno:—
¿Qué os parece, os pregunto también a vosotros, como parte de los facilitadores, si nos vamos levantando ordenadamente, y mientras ponemos el post-it, si queréis lo leéis? Esto es una propuesta, no estoy diciendo lo que hay que hacer. Y, a raíz de ahí, podemos debatir, si queremos, un poquito. O sea, que nos expliquemos un poquito y si alguien quiere añadir algo. Yo pediría, y esto es una propuesta también, que no confrontemos con lo que ha dicho otro, sino que añadamos a lo que dice otro. Y también que, cuando lo vayamos poniendo, porque al principio habrá un solo post-it, pensemos un poco en cómo lo agrupamos. Y así podemos participar más. No sé si queréis añadir algo.
Amalia Alonso:—
Una cosilla, ¿alguien se ofrece de secretario portavoz para la asamblea posterior? Después de comer, tenemos una asamblea muy breve, en la que se va a poner en común lo principal que ha salido en cada taller. ¿Quién se anima? Pueden ser una o dos personas. O tres. O tres, pueden ser dos o tres personas. Leticia. ¿Alguien más que ayude a Leticia? Marisa y Leticia. Vale, genial. Oye, qué pedazo de compañeras tenemos, una pasada.
Jesús Moreno:—
Si alguien quiere levantarse, le doy el micro y comenta. ¿Quién quiere empezar?
Audiodescripción [AD]:—
Una tras otra, las personas del grupo se levantan y, después de cada intervención, pegan su post-it en el papelógrafo situado en el centro del círculo.
Jesús Moreno:—
Cuéntanos qué has puesto. Luego, tú le pasas directamente el micro a la siguiente persona.
Participante 2:—
Vale. Bueno, yo he puesto que no lo son, porque son espacios encorsetados, autodirigidos por el docente o la docente, que es quien marca el ritmo sin tener en cuenta la heterogeneidad del alumnado. ¿Lo pongo ahí?
Participante 3:—
Hola. Yo considero que es difícil hablar de una escuela que permite la participación y el aprendizaje en el aula, cuando desde el minuto uno ponemos bajo el brazo del alumno un dictamen que segrega, de alguna manera. Y además, aporta unas adaptaciones. Ahora sabemos que han cambiado el nombre, no sé cómo las llaman ahora, adaptaciones curriculares significativas, que además condicionan el futuro. Ya, de alguna manera, marcan una trayectoria que no tiene en cuenta las capacidades del alumno y que de alguna forma incapacitan cuando estas no están realmente justificadas, con evaluaciones psicopedagógicas pobres.
Participante 4:—
Yo he puesto que, en teoría, sí que lo son. Son espacios donde estos aspectos deberían aprenderse y vivirse para permitir el cambio social y la transformación. Porque pienso que la escuela, si realmente fuera como debería ser, es un motor de cambio.
Participante 5:—
Hola, también he puesto que sí lo son, pero que lo cuestionable es cómo se aprende y cómo se participa.
Participante 6:—
Yo he puesto que creo que sí lo son, pero no de todos y todas, ni siempre es igual. Yo tengo dos hijos y es diferente cuando no les ofreces las mismas oportunidades. Pero también he podido comprobar cómo, cuando sí se les ofrece por algún profe que sí lo hay, entonces sí es igual. Yo lo he vivido así y para mi hijo, cuando se le da la herramienta necesaria, sí lo está haciendo. Tiene solo siete añitos y yo sí estoy viendo la diferencia cuando él está con un profesor o está con otro. Entonces, creo que sí lo son, sí pueden serlo.
Participante 7:—
Para mí va en la misma línea. Actualmente no, porque creo que depende mucho de la mirada del adulto que está en esos espacios, que enseñe a esos aprendizajes para ver si están diseñados y pensados, pensando en todos los alumnos que pertenecen y forman esa aula o solo en la mayoría.
Participante 8:—
Pues yo, como gallega, depende. Depende de los profesionales que la forman, porque están supeditados a su voluntad y criterio, tanto el aprendizaje de la voluntad del alumnado como la participación de la familia.
Participante 9:—
Yo, como he puesto lo mismo que ella, aunque yo no soy gallega, pero igual. He puesto que dependiendo del centro educativo y, sobre todo, del docente que te toque. Entonces, lo voy a poner aquí con ella.
Participante 10:—
Pues yo no puse depende, pero he puesto que no, desde el punto de vista que depende del centro y de las decisiones de unos pocos. No toda la comunidad educativa forma parte, ni tampoco de forma arquitectónica ni de manera accesible cognitivamente. O sea que es un «depende».
Participante 11:—
Yo he pensado que sí, porque a mí en mi instituto sí que me dejan participar en las actividades que te ponen los profesores. Y aunque muchos colegios no comparten este sentimiento, o sea, esta afirmación, creo que todos los colegios deberían ser así y comprender a sus alumnos.
Participante 12:—
Muy bien. Pues voy a decir el mío y pego los dos. Pues yo, bueno, soy la optimista siempre. Para mí, bueno, no me ciño a mi experiencia, pero son espacios que cumplen todos los requisitos. Entonces, es un sí, aunque no se cumpla siempre, evidentemente. Voy a decir que es un sí porque cumplen los requisitos para que lo sean. Espacios de participación y diversos. Dos sís.
Participante 13:—
Pues yo en un principio también había dicho… Primero había expuesto que no, y luego digo: «mira, voy a ser un poco como… voy a pensar que si la escuela es participativa y colaborativa y trabaja la convivencia, sí se da». Y entonces en este sí se da, si se da la escucha activa, si se da el diálogo, si se da el respeto, la convivencia. Son cosas muy evidentes. Si hay tutorías con compartida, si va más allá de la clase, si hay patio, comedor, entorno participativo, si se atienden las necesidades personales del alumnado y del equipo, si es una escuela abierta al contexto, a la diversidad que en ella se encuentra. Y si no, pongo no, si no se da esto.
Participante 14:—
Bueno, yo cojo ahora el testigo porque voy un poco en la línea que ella ha comentado, yo creo que la mayoría no lo son. Como dice Paula, sí que todas cumplen los requisitos para hacerlo, pero mi experiencia ha sido que mi hijo ha estado en una escuela que no lo era y ahora hemos encontrado una escuela que sí lo es. Entonces, yo he tenido las dos experiencias y pongo que la mayoría no lo son. ¿Por qué? Porque para verlo, yo creo que tiene que haber la regla de las tres ‘P’ que yo le llamo. No es mi idea, la cogí de algún sitio, pero siempre la recalco. Tiene que haber presencia, porque si no hay presencia en el aula, no puede haber participación. Y si no hay participación, no hay progreso. Entonces, para que sea una zona de participación del alumnado y de la de aprendizaje, yo creo que se tienen que cumplir esas tres cosas: presencia, participación y progreso.
Participante 15:—
Me ha tocado. Bueno, pues yo voy en la línea del no y, además, entre admiraciones. Basándome en mi experiencia más cercana. Yo soy profesional, soy orientadora y, en mi contexto cercano, la escuela es un espacio jerárquico donde los docentes deciden quién, cuándo, cómo se participa y se aprende de manera unilateral.
Participante 16:—
Yo he puesto que no, porque siempre están esas barreras camufladas que excluyen al alumnado más vulnerable, limitando su participación en el aula cuando el contenido se lo reducen desde Infantil y, específicamente, con las adaptaciones curriculares significativas.
Participante 17:—
Yo voy en la línea del no, lo siento. Lo vi como alumna, lo sigo viendo en la universidad y lo veo como profesional. Las escuelas son espacios de aprendizaje, no son espacios de aprendizaje, son espacios de enseñanza, porque tienden a olvidarse del factor más importante que es el alumno, que es el que aprende. Y no puede haber espacio de participación y aprendizaje si no se considera bien al alumno y se le ve como un ser íntegro, que tiene emociones, que tiene capacidades y que tiene voz propia.
Participante 18:—
Yo diría no, pero no puedo decir que no, porque sí he visto que a veces, cuando se dan las condiciones, cuando se quiere, se puede. Solo a veces, solo algunas y solo en clases o coles muy específicos, contados y maravillosos. Concha, estabas tú, ¿no?
Participante 19:—
Bueno, yo no estoy muy actualizada en la situación del momento presente. Tengo nietos que están en la escuela, pero son nietos que no tienen dificultades. Entonces, participan plenamente en todo. Pero mi opinión es que ni teórica ni prácticamente cuenta la voz del alumnado, de todo el alumnado. Entonces, creo que es un «no» rotundo.
Participante 20:—
A mí me ha salido un «no lo son» de forma categórica, y me he quedado triste. Y lo que más me sorprende es que en las aulas haya tanto silencio entre ellos. Yo paso por las aulas y el silencio es absoluto, así no se aprende. Está la voz del profesor o la profesora, pero demasiado silencio, poca comunicación.
Participante 21:—
Nada, yo en la misma línea, creo que no son espacios de participación en absoluto y para nadie, como decía Concha, son espacios plenamente jerárquicos, donde la voz de los estudiantes y del alumnado no tiene cabida, no hay participación efectiva. Y de aprendizaje solo lo son para un tipo muy determinado de alumnado, así que no.
Participante 22:—
Bueno, cuando empecé, sí tenía esa ilusión y esas ganas como orientador de crear esos espacios, pero sí que es verdad que hoy por hoy tengo muchas dudas de si realmente lo son. Yo los veo como transmisores de contenidos. Hay diferente… alumnado, en el cual transmitimos información. Entonces, en el medio, como gallego que soy.
Participante 23:—
Yo puse que deberían de serlos, pero que no, y que depende muchas veces de la voluntad del profesorado o de las personas que trabajen con ellos.
Participante 24:—
Yo puse que en general no, aunque mi experiencia es positiva. Empezó siendo negativa porque a mi hijo lo rechazaron en el primer colegio que yo tenía pensado. Bueno, fue un rechazo… de esos… Pero ahora mi experiencia es positiva. Creo que si se quiere, se puede, como decía la compañera. Y sí, hay algunos profesionales que quieren y hay que apoyarlos y darles empuje.
Participantes 25 y 26:—
La participante 25, acompañada por la participante 26, interviene. Al finalizar, la participante 26 transmite sus palabras para el grupo.
«Para promover la participación, hace falta variedad de perfiles profesionales. Es necesario escuchar a los estudiantes y no juzgarlos por su apariencia, porque todos tienen capacidades. Así que en medio.»
Participante 27:—
Pues yo me he ido a la parte negativa también. A ver, yo creo que seguimos priorizando el aprendizaje individual. La participación se da poco en las escuelas. Es verdad que hay algunos casos, algunos centros, pero seguimos con la nota, con los contenidos, como decían algunos compañeros. Aprendizaje sí, pero no para todos, con lo cual, en el momento en el que alguien no aprenda o no participe, yo considero que no se puede considerar un sistema educativo o participativo si alguien se queda excluido del sistema y seguimos basándonos en los déficits y no en las competencias o en las capacidades del alumnado. Así que yo me he ido por el lado negativo.
Participante 28:—
Pues yo también sigo en negativo. Mi experiencia es un poco como estudiante, como investigadora que acabo de empezar y también como profesional, porque trabajo en un colegio, no como profesora, pero de apoyo al alumnado con necesidades. Y mi perspectiva es que no, por desgracia. Y pienso que en un espacio en el que no todos y todas pueden aprender y no todos y todas pueden participar, no se puede llamar un espacio de aprendizaje y participación. Entonces, un poco por ahí.
Participante 29:—
Yo, como periodista, he puesto que sí, porque objetivamente hay que aprender para poder pasar de curso y a lo que vas. Y también tienes que participar, hasta hay unos puntos de participación obligatoria, pero que la forma en la que se hace es completamente incorrecta. Entonces, es un sí, pero negativo. Y creo que el problema viene de la rigidez que lleva a la discriminación y a cortar el potencial de desarrollo de cada estudiante.
Participante 30:—
Hola. Yo entiendo que deben ser lugares de aprendizaje y no solo de contenidos curriculares, sino de aprender comportamientos adecuados, socialización y cómo estar en el mundo y cómo estar en la vida normal. Entonces, de aprendizaje lo son si se les permite estar en el aula ordinaria. Si tú les apartas, en ese momento hay que estar primero para aprender. Muchos de los niños que están, aunque no se les enseñe, aprenden ellos por sí mismos, aprenden muchísimo más de lo que nosotros nos pensamos. Solo con estar, solo con estar. Y, luego, ya si se hace diseño universal de aprendizaje, que ahora mismo es obligatorio por la ley, pero que sigue siendo a voluntad de los demás, pues entonces ya aprenderían muchísimo más. De participación, pues mayoritariamente en los niños con discapacidad, no. Se deja la participación como si fuera el niño el que la tiene que hacer. «Es que no participa». A lo mejor no participa porque no tiene los apoyos para participar, porque no tiene los medios para expresarse o porque le da vergüenza; por múltiples factores, ya que piensa que se van a reír de él.
A lo mejor, entonces, hay que apoyar la participación. Ahí yo creo que el apoyo es fundamental. Hay que hacer las estrategias de apoyo activo para fomentar la participación de estos niños, y no es que «no quiere trabajar» o «no quiere participar». Yo creo que llegan ya al aula con la mirada del efecto pigmalión. O sea, ya llegan con la evaluación puesta y las perspectivas son muy bajas desde el momento en el que entran en el aula. Entonces, depende mucho de la mirada del profesor. Además, ellos, en un procedimiento de evaluación, perciben si la persona espera algo de ellos o no. Si tú le estás transmitiendo que no sabe, que no puede y tal, ellos piensan que no vale la pena en esfuerzo y que para qué van a demostrar nada, aunque realmente lo sepan. Depende mucho de nuestras actitudes. Pero si están, si se les deja estar, aunque nosotros no hiciéramos nada, ellos aprenden. Y aprenden todos, desde el más competente al menos competente.
Participante 31:—
Hola, gracias por la participación. Actualmente, no, las escuelas no son centros de inclusión. Quizás los sean de integración. La diferencia es obvia. O sea, una cosa es que un niño esté en una escuela y otra cosa es que esté integrado, participando activamente en la escuela. Yo, a veces, pienso que los profesores no tienen muy claro esa diferencia, y creo que es parte del problema. Sí que existe un esfuerzo docente. O sea, el esfuerzo lo tienen. Lo vemos todos los días. Lo que no tienen son los medios.
En la actualidad, la ley está haciendo que tengamos esa inclusión, convirtiéndola simplemente en integración, no dotando a los centros educativos con los medios suficientes para que esa inclusión pueda ser efectiva. De manera que el profesor, en difícil situación, no puede dar atención que requiere a ese grupo de niños, incluyendo a los niños de necesidades especiales. Y ese es el problema, básicamente, y por eso digo que no, que aunque quieren y trabajan para ello, les faltan muchos medios para poder conseguirlo. Por lo tanto, es una cosa que se intenta conseguir, que de hecho estamos trabajando para conseguir, pero que en la actualidad, para mí, es un no rotundo.
Participante 31:—
Yo creo que los recursos son importantes, pero que sobre todo es importante la voluntad. Por muchos recursos que haya, si ellos no se lo creen, si siguen pensando que esto es como un favor, una utopía que el niño no puede evitar, por muchos recursos que tengan, no va a ser posible. O sea, depende de la voluntad. Si tú tienes pocos recursos, pero tienes voluntad, te buscas la ayuda de los padres, de lo que sea. Te buscas la vida como sea. Si tú tienes muchos recursos, pero piensas que es imposible, que es una moda y que tal, da igual lo que tengas. Los recursos son necesarios, pero no son lo más importante. Lo más importante es la voluntad.
Participante 32 (Jesús Soldevila):—
Bueno, yo pensaba que, en realidad, nos han engañado un poco, en el sentido de que una escuela no es inclusiva porque todos entren por la misma puerta, sino por lo que pasa dentro, que es lo que hay que tener en cuenta. Y, por lo tanto, aun siendo optimista y luchador hasta que me muera, es que no. Siguen siendo espacios de sumisión, de exclusión, de segregación, de clasificación, debido a su finalidad. Al final, la escuela se inventó en su momento para esto y la herencia sigue viva y sigue realizando esas funciones. Y hasta que nos rompamos con eso, no nos vamos a mover.
¿Y sitio de aprendizaje? ¿De qué tipo de aprendizaje? Es decir, señalabas (dirigiéndose a otra participante) «se aprenden contenidos» y tal, pero se aprende lo que es necesario para la vida. Porque en realidad, lo que decía, la escuela está vendida al mercado y si eres productivo, vales y puedes estar, y si no eres productivo, no vales y no puedes estar. Y el tipo de contenido está ligado al mercado, que aprendas sobre todo para poder ser un buen obrero u obrera, y ya está. Y si no puedes ser un buen obrero u obrera, pues no sirves ni para la escuela ni para la sociedad. Con lo cual yo, un no. Pero vamos, que seguiremos luchando para el sí.
Jesús Moreno:—
No voy a repetir lo que ha dicho él, estoy totalmente de acuerdo. ¿Qué tipo de aprendizaje, qué tipo de sociedad buscamos? Pero lo mío también es un no. ¿Y participación? ¿Qué tipo de participación? Realmente, participación para mí sería, y esto ya un poco dentro de lo segundo, que lo que estudiamos también lo decidamos nosotras y nosotros, desde que tenemos tres años. Me parece bien que las normas del centro también las decidamos nosotras y nosotras, que no sea el profesor una figura de autoritarismo, de autoridad, y que la escuela sea de todo y todas, más allá de la discapacidad o no discapacidad, de la etnia o no etnia. O sea, es que no es participativa para nadie. En realidad, la escuela es profundamente autoritaria. Entonces, yo me vengo aquí (espacio del ‘No’ en el papelógrafo). Lo pongo aquí porque no puedo ir más lejos.
Amalia Alonso:—
Ya que estamos por aquí, me animo. Bueno, la verdad es que una pregunta compleja. Yo he puesto «en proceso». Trabajo desde hace mucho tiempo, casi más de 20 años, en formación permanente del profesorado. No solo en formación inicial, sino lo que sería, una vez que ya están trabajando, profesionales que quieren seguir en periodo de formación. Y creo que los procesos de exclusión-inclusión están estrechamente ligados, de forma que yo como docente he cometido muchas veces errores y he dejado fuera en mi aula algún alumno o alumna.
Y, luego, me he ido y he empezado a deconstruir o a desaprender, intentando hacer mejor mi aula, más inclusiva. Y me he ido a hablar con Nacho y le he dicho: «fíjate, cómo no he visto esta realidad». Entonces, creo que todos somos escuelas, que todos en algún momento excluimos e incluimos. Y creo que una de las cosas que más estoy aprendiendo en el proyecto en el que estoy participando, lo he apuntado aquí, es que necesitamos cambiar la mirada y que necesitamos, lo que habéis dicho todos y todas, visibilizar. Pero, quizás, de las cosas más bonitas, para mí, en del documental, es que hay un momento en el que Cecilia ha reflejado cuando los niños, muchos están aquí, se asoman al balcón del Ministerio. Y yo pensaba: «qué momento, si ellos fueran los que gobernaran, si fueran el Gabinete de Educación».
Pues esa es la escuela con la que sueño, donde el cambio viene de la mirada y de las voces de los niños y las niñas. Creo que sois los protagonistas. Si os tenemos como protagonistas, todo cambiará. Ya está.
Participante 33:—
Bueno, yo, desde mi punto de vista, como estudiante que soy, actualmente diría que sí, que todo el mundo participa en clase y los profesores te ayudan, aunque no es siempre. Eso también hay que admitirlo. Pero esto fue peor cuando era más pequeña, porque los profesores se lo tomaban todo a broma, y cuando pedías ayuda, ellos no hacían nada para solucionar estas cosas. Pero actualmente, mi instituto sí cumple las cosas. Y claro, todos nos ayudamos entre todos, no solo los profesores, sino que también los alumnos. Y nadie, en mi caso, no excluimos. Y bueno, tengo una compañera autista que está en clase, en clases presenciales, y llevo dos años con ella. Nunca en la vida ha sido expulsada de la clase.
Participante 34:—
Yo pienso que la mayoría de los casos no lo son, ya que no nos animan a participar. Solo participa el que lo sabe. Y más que adquirir un aprendizaje, se aprende a memorizar y a competir entre nosotros. Y si no llegas a eso, te tienes que quedar atrás y pierdes el derecho a participar y aprender.
Audiodescripción [AD]:
El grupo reflexiona sobre la segunda pregunta y anota sus respuestas en post-its.
Jesús Moreno:—
Para seguir, para profundizar, para avanzar más en qué funciona. ¿Por qué la escuela es un lugar de aprendizaje y de convivencia, o sea, de participación? ¿Por qué lo hace?
Participante 13:—
A mí me ha gustado especialmente lo que ha dicho Alberto, pero muchísimo. Me ha removido mucho porque, aunque estés con el optimismo de decir «qué escuela queremos, soñamos, vamos a soñar despiertos, la estamos construyendo entre todos», él ha dicho del sistema educativo: «nos enseñan a competir y nos enseñan el ‘no me copies’». Me ha impactado. La primera vez que yo escuché a mi hijo en primaria decir «no, no me copies», le dije: «Miguel, eso no se dice nunca». Porque «no me copies» lleva mucho detrás. Es que nos están enseñando, como dijo Alberto, a competir, no a colaborar ni a convivir, a juzgarnos a nosotros mismos desde muy pequeños si no damos la respuesta correcta, a machacarnos, porque vemos cómo también se machaca a otros.
Y claro, viéndolo así, el tema de la convivencia está muy vinculado al acoso escolar, que es solo la punta, pero hay muchas realidades que están en esa lucha diaria. Ver la escuela, que debería ser un «jo, qué bien», convertirse en un sitio donde el lunes empiezan los dolores de cabeza, de tripa, el malestar de decir: «Yo no quiero estar aquí», eso es muy heavy. Eso no debería pasarle a ningún niño, a ninguna persona. Y si hay algún profesional que favorezca esto, mejor que se dedique a otra cosa, no a la educación. Entonces, sí que me ha llegado mucho lo que dijo sobre ‘enseñar a competir’. ¡Qué frase más potente y más buena!, porque nos enseñan a ver al de al lado como competencia, como en el juego de las sillas, que se suponía que era un juego colaborativo. A mí una vez se me desmontó. Teníamos que hacerlo cooperativo, y fue un desafío cambiar la mentalidad de eliminar sillas sin eliminar personas.
De repente, se me monta una cosa. ¿Pero cómo que el juego no sigue las normas del juego? También se ha hablado de normas de convivencia. Esas normas de convivencia, ¿están construidas desde la base de todo? Es que voy a cambiar el papel.
(risas)
Claramente, no, tampoco, no. Yo intentaba darle una visión positiva y decir: «¿qué escuela sueño yo?» «¿Y mi escuela?» Claro que es participativa, claro que es colaborativa, porque es mía, contigo, con el otro, con el otro… No sé, me ha gustado mucho lo que ha dicho Alberto. Nos enseñan a competir y a memorizar. Y es verdad, nos enseñan a eso y nos debían enseñar para que fueras tú a convivir y a participar.
(La participante 13 cambia su respuesta en el papelógrafo.)
Participantes 26:—
Yo también estoy con ella, me ha removido lo que ha dicho Alberto. Esa parte y luego ha dicho algo así como que, hay alumnos a los que les transfiere como más participación que a otros, o hay veces que incluso como que pierdes esa oportunidad de participar.
Creo que muchas veces yo he vivido en mi instituto, un tipo de educación de premio y de castigo. Y creo que es como lo que decía Alberto, como que se reproduce en todas las aulas y que es casi como una forma de enseñar, pues como de prisión, prácticamente. Si te portas bien, tienes acceso a las cosas buenas que te puedo ofrecer como profesor, y si te portas mal o no llegas a mi vara de medir mínima, ya no tienes esa posibilidad. Y otra cosa.
Participantes 25:—
(La participante 26 transmite sus palabras para el grupo.) «Hay muchas formas de participar. Si una persona tiene dificultad de hablar, por ejemplo, hay muchas formas de participar. No siempre hace falta hablar, sino que se puede participar de diversas maneras.»
Participante 30:—
A mí, no sé cómo te llamas, me ha gustado mucho lo que ha dicho ella. Sí, Mariana. Sobre el documental de la voz de los niños. Yo me incluyo, la primera, llevamos mucho tiempo hablando de la participación de las familias, de dar voz a las familias, pero creo que la verdadera clave es dar voz a los niños. Entonces, es importantísimo: los niños. Esto viene de la Convención de los Derechos del Niño, que el niño tiene que decidir sobre si la cuestión que se decide afecta al niño. Los niños en las evaluaciones psicopedagógicas no pintan nada. Nadie les pregunta dónde quieren estudiar, en qué colegio, cómo quieren decidir. Y eso, además, viene también en nuestra ley. El niño tiene que decidir si la cuestión que se decide afecta al niño, administrativamente y en todos los planos. Y también viene la reciente ley de protección a la infancia y a la adolescencia, porque si tú le cambias de colegio, a lo mejor puede ser una forma de violencia contra el niño.
Entonces, creo que son ellos los que tienen que decir la voz. Yo tengo un niño de 13 años que es muy inteligente, pero no tiene lenguaje oral, se comunica con un comunicador. No descarto que lo tenga algún día, pero ahora con la vergüenza que le da ser tan diferente, pues entonces habla menos. Como yo cuando hablo inglés por mi acento, pues me da vergüenza y no hablo. Entonces, con el comunicador, cada vez que hemos ido al médico… Este año le dije: «es que tienes que decirlo tú allí, porque a ti te van a escuchar. Yo puedo pelearme, decir lo que quieras, pero a quien van a escuchar es a ti. Podrán poner en duda lo que yo digo, pero te van a escuchar a ti.» Y él lo ha empezado a hacer. Lo ha empezado a decir lo que quiere con su comunicador, con salida de voz, dónde quiere estar, qué colegio quiere ir, qué es lo que le pasa en el colegio. Entonces, creo que es importante darles cada vez más voz a ellos, ya tengan 14, nueve u ocho años, igual que los niños sin discapacidad a la misma edad.
Se les tiene que escuchar, según la ley, exactamente igual que a los niños sin discapacidad, dándoles los mecanismos de comunicación que ellos tengan. Y creo que el futuro son ellos y pasa por darle voz a ellos, porque hasta ahora nadie les ha preguntado nada. En ninguna evaluación psicopedagógica entra nada de qué piensa el niño, qué quiere estudiar, dónde quiere ir. Es que en ninguna. Entonces, me parece importante lo que quiere el niño. O sea, a mí me parece fundamental y creo que el futuro tiene que pasar por ahí. Las familias, sí, pero lo más importante son ellos, sí.
Participante 3:—
Entrando en lo de las evaluaciones psicopedagógicas, considero que estamos todavía muy arraigados en esa perspectiva clínica o en esa perspectiva conductista, que no ayudan en nada. Creo que hay que empezar a cambiar, yendo a lo que habéis comentado, ese cambio de mirada, ese cambio de concepciones que tenemos cada uno y apostar por una mirada desde las evaluaciones psicopedagógicas más humanistas, más colaborativas. Tener más en cuenta al niño, a la familia, tener en cuenta todo el contexto que involucra a esa alumna que presenta necesidades. Tan mal vi la situación cuando empezó el colegio mi hijo, que yo he decidido estudiar pedagogía. Estudié mi segundo año y veo esperanza, veo que podemos cambiar las cosas, pero necesitamos también entrar en la universidad. Necesitamos formar a esos futuros pedagogos y pedagogas, a esos futuros docentes, desde esa perspectiva inclusiva.
Lo comentaba antes con mi compañera. O hacemos que asignaturas que son ahora mismo optativas, que trabajan o que enseñan sobre alumnos con necesidades, sean obligatorias, o va a ser complicado cambiar. Va a ser un camino… No va a ser de hoy para mañana, va a ser largo, nos va a llevar años. Pero veo a los chavales, soy casi la mamá de muchos de ellos, y los veo con ganas, muy conscientes. Creo que tenemos la clave ahí, en las universidades. Hay que empoderarlos a ellos también.
Participante 20:—
Es que no me sale la voz. Yo empecé a trabajar de orientadora el año pasado, el 3 de febrero. Y en la agrupación de zona todas discutían por coger las pruebas. Y a veces es más fácil de lo que nos pensamos, porque a mí me preguntan: «¿Y tú, no pides ninguna?», y yo respondía: «No». «¿Y cómo lo haces?», «Preguntando qué necesitan». Por ejemplo, si una niña tenía temblores, ¿qué necesitas?, y ya está. Es preguntar qué necesitas. Y es como tan evidente y tan fácil, y parece ser que no lo es siempre.
Participante 11:—
Yo, al principio, he puesto que el cole para mí es bueno, porque si un profesor hace actividades con todos los compañeros, al final le estás dando la oportunidad de que se relacione con otras personas y, a la vez, está descubriendo las capacidades de ese alumno. Claro.
Participante 35:—
Bueno, sería rápido porque lo tenía escrito. Bueno, las ideas de elaborar, yo lo que he puesto es que tendría que ser a través de una participación activa, potenciando las capacidades de todos, desde la perspectiva en comunidad, dándole a todos las mismas herramientas y oportunidades, pues a través de documentos visuales, pictogramas… Para ello, creo que es imprescindible la formación e implicación de los docentes a través del cambio de mirada.
Participante 4:—
Vale, me explico. Yo estaba en el sí, pero en el sí teórico. Es decir, es no, para mí, totalmente no, y más si hablamos de una forma generalizada. Luego ya hay casos puntuales. Pero sí que es verdad que la escuela tiene todos los elementos para serlo y que esos niños vivan esa realidad participativa para poder después, luego, cuando sean adultos, cambiar esa sociedad.
Entonces, como estrategias, yo trabajo en un colegio y necesito una política y normas que a mí me avale para poder hacerlo. Y creo que, por lo menos en la Comunidad Valenciana, todo se puede mejorar, pero la tengo. Lo que pasa es que se vulnera, repetidamente. En muchas ocasiones, a veces no. Pero sobre todo necesito eso, que haya una persona que no lo haga y yo pueda decirle: «disculpa, no lo estás haciendo y la ley te dice que lo has de hacer. No es que tú quieras o no». Es importante la actitud, pero si no la tienes, lo siento, te bajas. Necesito planes y prácticas sistemáticas en mi centro que me digan: «Tienes que hacer esto. No es que tú lo quieras hacer. Es que hoy toca, tienes este espacio para participar, para tal». Y, luego, necesito evaluarlo. Ver si realmente lo estoy haciendo o no para mejorarlo. «Mirad, no nos ha dado resultado, vamos a hacer más cosas».
Participante 31:—
Yo quería comentar que, como sabemos, el colegio no es democrático, aunque sí es participativo. Nosotros podemos participar no solo a título individual y no llevemos nuestra guerra individualmente, que muchas veces caemos en ese error o nos apoyamos en unos cuantos padres. Tenemos que participar con las AMPA de los colegios, hacerles entender la situación. Yo creo que todos sabemos que muchos padres no saben bien cuál es el problema. Y muchos padres nos ven a nosotros y a nuestros hijos como un problema. Un problema en el avance de sus hijos y señalan a nuestras familias y a nuestros hijos como parte del no avance de sus hijos, que es un error, por supuesto, pero ellos no lo saben. Tenemos que participar con las AMPA.
También hay que intentar meternos en los consejos escolares, que es un órgano participativo en el cual podemos opinar, decir y hacer más fuerza desde dentro, desde una posición. Dentro de un consejo escolar de cada colegio. Es muy importante. Y sobre todo, siempre, siempre, mantener la compostura y buscar el razonamiento. A veces, cuando algo sucede y nos encendemos, yo creo que nos ha pasado a todos por situaciones de injusticia social, y al final eso se vuelve contra nosotros.
Tenemos que buscar apoyo del resto de los padres. Es lo más fundamental y lo más importante.
Participante 33:—
Bueno, para progresar en esto, deberíamos practicar el aceptar a todo el mundo y también tener charlas o, incluso, clases sobre la aceptación. No discriminar a otros y aprender a colaborar con los demás. En Artes Escénicas, mi bachillerato, tenemos que aprender a colaborar, aunque nos caiga mal X persona. Tienes que aprender a hacerlo, también a convivir y a trabajar con esas personas. Para nuestro trabajo, necesitamos ayudarnos entre todos, porque esto que estudio yo es un trabajo colectivo y si se cae uno, nos caemos todos.
(Aplausos)
Participante 34:—
Para mejorar la escuela, hace falta ser conscientes de los límites de cada alumno. Y si hace falta, por ejemplo, mandarle un correo y decirle: «Se han hecho tales cosas hoy». Es decir, informarlo e incluirlo en la clase aunque no esté presente.
En verdad, sí que hay medios. A día de hoy, hay mucha tecnología como para ayudar a alguien a quien le haga falta. Por ejemplo, si no falta, pero no llega al ritmo marcado, hay mucho material y muchas maneras para enseñar y que todos aprendamos.
(Aplausos)
Participante 14:—
Yo creo que los docentes que quieren dar el cambio y que tienen ese cambio de mirada, deberían de involucrar al resto de docentes a que también lo hagan. Por ejemplo, el equipo directivo de un colegio, tanto la orientación como el director, tienen mucha mano en los docentes. Yo os voy a volver otra vez a mi mala experiencia y a mi buena experiencia. El colegio donde está ahora mi hijo es una comunidad de aprendizaje. Estamos en contacto tanto con familias como con el equipo directivo y profesorado. En el otro colegio no era así. Si yo al orientador le decía: «Oiga, es que esta profesora no está incluyendo a mi hijo en el aula», me decía: «Bueno, ella verá cómo tiene que hacer su trabajo».
No, porque en el colegio que estamos ahora, de hecho, yo veo que está participando. Nos ha tocado un profesor en prácticas que no tenía mucha idea y me ha pedido consejos a mí, como madre, como la persona que conoce mejor a mi hijo, para que le dé estrategias de cómo trabajar con él. Entonces, yo creo que el cambio es, como decía una compañera por ahí, cuando tienes la voluntad, se puede mucho mejor. Y si hay un profesor o dos que tienen la voluntad y el resto no, yo creo que deberíais de hacer que se contagie el resto de profesores de ese cambio de mirada.
Mariana Alonso:—
Después de comer, tenemos asamblea para compartir las conclusiones con nuestras maravillosas secretarias Marisa y Leticia. Y luego, vamos a volver a tener espacio de talleres para poder seguir. ¿Vale? Venga, ¿nos vamos a comer?
“Asumir la educación inclusiva como derecho humano con todas sus implicaciones supone el reconocimiento en el contexto escolar del valor intrínseco de la persona, que la resitúa en el mundo. En un mundo con historia, en la que no hemos ocupado posiciones equivalentes. Solamente cuestionando las fronteras que nos delimitan, y que dividen luchas y sueños, podremos construir una pedagogía inclusiva radical, que se asiente, también, en nuestro protagonismo en la historia.”
Calderón y Echeita (Forthcoming) Universidad de Málaga y Universidad Autónoma de Madrid
Producciones científicas a partir del workshop
Algunas publicaciones científicas
- CALDERÓN-ALMENDROS, I. & RASCÓN-GÓMEZ, M.T. (2022). Hilando luchas por el derecho a la educación: Narrativas colectivas y personales para la inclusión desde el modelo social de la discapacidad . Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria , 41, 43-54.
- CALDERÓN-ALMENDROS, I. (2023). Researching with communities to promote inclusive education . Lead the Change Series , 140, 2-4.
- CALDERÓN ALMENDROS, I. (2024). Trepitjar el dret a l’educació (inclusiva) o lluitar per aconseguir-lo . Fòrum. Revista d’Organització i Gestió Educativa , 63, 5-10.
Conferencias en congresos científicos
- CALDERÓN-ALMENDROS, I. (2022). Involving communities in the promotion of inclusive school cultures . 1st International Conference on Education and Training – Thinking education in transition times , Lisbon, Portugal.
- CALDERÓN-ALMENDROS, I.; RASCÓN-GÓMEZ, M.T. & MOJTAR-MENDIETA, L. (2022). Intersectionallity, emerging narratives, and inclusive education in Spain . Paper presented at the American Educational Research Association Annual Meeting 2022 (AERA) . San Diego, USA.
- CALDERÓN-ALMENDROS, I.; RASCÓN-GÓMEZ, M.T. & MOJTAR-MENDIETA, L. (2022). New Discourses for a Necessary Transformation: Intersectionality, emerging narratives, and inclusive education in Spain. Paper presented at the American Educational Research Association Research Meeting 2022 (AERA) , San Diego.