Conversaciones entre alumnado, familias, profesionales, equipos directivos, investigadores/a y responsables políticos sobre las escuelas que tenemos y cómo hacerlas para todas las personas
Durante los martes de mayo y junio de 2020 se llevaron a cabo una serie de Conversaciones sobre la escuela (inclusiva) compartidas en las redes a partir de la página Educación, diversidad y desigualdad en Facebook o en la lista de reproducción Conversaciones sobre la escuela (inclusiva) del perfil de YouTube de Ignacio Calderón Almendros.
Estas conversaciones pretendían ser un espacio en el que pensar públicamente sobre la realidad que vivimos en nuestras escuelas y en el que proyectar la escuela que deseamos. Las sesiones fueron grabadas y difundidas por las redes, a la vez que usadas a efectos de investigación pedagógica. A las conversaciones se inscribieron más de 200 personas de diferentes nacionalidades; por ello, se dividieron operativamente los encuentros por colectivos. Primero, las familias; luego, estudiantes, profesionales en educación e investigación. Aunque se organizaron encuentros por colectivos, la idea era que todas las personas inscritas presenciaran el resto de debates, y se invitó a la ciudadanía a seguirlos y a comentarlos en las redes. El ejercicio de escucha resultó esencial para todo el proceso.
Como fruto de todo ello, quedan para la reflexión y análisis las sesiones grabadas, que ya están usándose para procesos de formación de profesorado, con decenas de miles de visualizaciones. Por otra parte, de esos encuentros nace un documento que pretende ser de utilidad para el debate parlamentario del Proyecto de Ley Educativa en España de 2020. El texto, de descarga gratuita, es Análisis y propuestas para una nueva Ley Educativa. Conversaciones de la ciudadanía sobre la escuela inclusiva (Octaedro, 2020).
Videos de las conversaciones
Experiencias de familias en las escuelas. Entre querer y poder
La escuela que tenemos y la que deseamos. Habla el alumnado
Trabajar en una escuela que tiene que ser para toda la ciudadanía. La perspectiva de los profesionales
Investigación educativa y educación inclusiva. De lo que sabemos a lo que hacemos
Liderar equipos para construir escuelas inclusivas. Dificultades, logros y retos
Nacho Calderón - N.C.: — Bueno, ya está grabándose la reunión. Bienvenidos todos y todas. En primer lugar, quiero agradecerles por estar aquí hoy, acompañándonos en estas conversaciones, y por continuar esta extensa charla entre todos los que formamos parte de la comunidad educativa.
Un par de cuestiones de procedimiento: primero, la sesión se está grabando, como ya se ha informado, y será compartida en las redes y utilizada posteriormente en el proyecto de investigaciones en el que se enmarca.
Eso, por un lado.
Por otro, el propósito de esta reunión es tratar de discutir la necesidad de hablar sobre la escuela que tenemos, cómo nos gustaría que fuera y cómo podemos hacer para que el proyecto de hacer las escuelas inclusivas se convierta en realidad.
La sesión de hoy viene precedida por muchas otras, todas ellas muy interesantes, con alumnos, familias, profesorado y otros profesionales, e investigadores. Hoy les toca el turno a un grupo con el que tengo muchas ganas de hablar y del que espero aprender mucho: los directores y directoras de centros escolares que están impulsando la inclusión. El tema de hoy es liderar equipos para construir escuelas inclusivas, las dificultades y desafíos para lograrlo.
Recuerdo algunas de las sesiones en las que, principalmente las familias, pero también el profesorado, hablaban de la importancia de los equipos directivos en la construcción de esos proyectos escolares inclusivos. Hoy tenemos una oportunidad fantástica, no tanto para contar cada uno de nuestros proyectos de centro, porque no hay tiempo para eso, como para tratar de entablar una conversación entre todos nosotros, para ver qué han aprendido de la experiencia que ya tienen.
Creo que a nadie se le escapa que una escuela nunca es del todo inclusiva y que siempre tiene un camino por delante. De lo que se trata es de que ustedes, que tienen la experiencia y trayectoria en todo esto, puedan ayudar al resto a entender cuáles han sido las dificultades, logros y desafíos que han enfrentado a lo largo de estos años.
Así que, lo primero es decir que habrá una persona que estará atenta al chat, es Luz, una compañera del equipo. Ella estará atenta por si alguien que no es del grupo de profesorado, que son directores y directoras de centros, quiere trasladar alguna pregunta y, en la medida de nuestras posibilidades, trataremos de traerlas al debate.
Vamos a hacer primero unas intervenciones muy breves. Yo había indicado en los correos electrónicos que tratáramos de hacerlas en tres minutos. No se trata de exponer el proyecto, sino de qué hemos aprendido. Han hecho ya una selección de esas cosas que han aprendido y estamos ahora mismo todo oídos, así que yo tomaré turno, tomaré la palabra y comenzamos.
Comienza quien tenga ganas, así que adelante. Somos todo oídos. Veo que todos somos muy disciplinados.
Norma Albeira:— Hola, buenos días para algunos, buenas tardes para otros. Buenos días para mí. Bueno, yo soy Norma, soy de Entre Ríos, Argentina, directora de la escuela Madre de Calcuta y hace 19 años que venimos asentando nuestro proyecto educativo en la base de la escuela inclusiva. Ha sido un camino muy sinuoso y lo hemos hecho al principio con mucha incertidumbre, pero hoy seguimos pensando en esa idea de qué escuela queremos, por dónde empezamos y, bueno, creo que lo primero que hicimos fue soltar las certezas porque en cada proceso de los niños había tanta singularidad que mirándolos desde un solo lugar era difícil desterrar prejuicios. Nos dimos cuenta de que limitaban las posibilidades que tenían los niños y los jóvenes y, por otro lado, impedían ver oportunidades. Algo que hacemos cada día que es celebrar esa presencia en nuestras escuelas, valorar esa presencia y hacer visible esa vida porque tiempo atrás no se veía.
¿Por dónde tuvimos que empezar? En principio, por desenfocarnos de los criterios diagnósticos. En la mayoría de las veces, categorizan a los alumnos y podrían atender las necesidades educativas que ellos tienen a través de las propuestas académicas que dábamos nosotros. Tuvimos que aprender a trabajar en equipo. Esta idea de que ‘cada maestro con su librito’ no nos funcionó, teníamos que estar mirando una meta en común y dejar que entren otras miradas al aula a través de los equipos interdisciplinarios, la familia, los mismos docentes de nuestra escuela y bueno.
Y capacitarnos en nuevas formas de aprender y concebir la educación, el trabajo áulico. Lo que no sabíamos, había que salir a buscarlo e identificarlo y, por ahí, una vez que identificamos, minimizar las barreras de aprendizaje que tenían nuestros niños. Para hacer posible ese currículum, una vida social interactiva, dentro de la escuela también, tenía que empezar dentro de las aulas. Entre otras, desde el trabajo de la seño con esos niños. Bueno, todo esto nos lleva a cuestionarnos que tenemos que transformar nuestra práctica, que fácil no sería y que es difícil hasta el día de hoy, cuando sabemos que los procesos de desnaturalización no son algo sencillo y que están enquistados.
Otra cosa que nos aprendimos y seguimos aprendiendo es qué valores nos traía la escuela pensada de este lugar y la aceptación, ser más respetuosos con la vida, con la forma de vida de los demás, el sentido de pertenencia. Si este alumno es mío y él viene a mi escuela para que yo le pueda acercar esa cultura, que pueda tener mayor participación en el currículo, que es algo a veces tan engorroso.
Aprendimos que éramos parte de una metamorfosis escolar constante y que, bueno, cuando creíamos que habíamos aprendido algo, ya desaprendía. Aprendimos ritmos, particularidades, a mirar realidades sin juzgar. Y, bueno, que vamos a seguir transitando muchas tensiones porque hay quienes consideran que esta no es la propuesta adecuada. Aprendimos que esto es posible si queremos el proyecto y si tenemos voluntad, si tenemos compromiso, mucha responsabilidad para poder este tener una buena actitud y acciones concretas para poder intervenir en la vida de esos niños. Eso es más o menos lo que voy haciendo en nuestra escuela hace 19 años.
N.C. Muchas gracias, Norma. ¿Cuántos años llevan trabajando en este proyecto?
Norma Albeira:— En nuestra escuela, 19 años.
N.C.:— 19 años. Aunque no es el momento de contar los proyectos de centro, sería fantástico si quisierais compartirlos con el equipo de investigación. Si es así, me lo podéis mandar a mi correo electrónico, de manera que podamos también aprender de toda vuestra experiencia.
Muchas gracias, Norma. Escuchándote, recordaba las palabras de una madre que, un poco desesperada, hace poco me decía que no quiere más teoría. Que la teoría de la inclusión ya no la quiere, que lo que quiere son hechos. Entonces me gustaría que tratáramos de centrar un poco todas las intervenciones. Las lleváis hacia donde pensáis que debéis llevarlas, pero tratando de dar respuesta a cosas que nos han dicho familiares, alumnado, profesionales e investigadores antes. Que sirva para pensar en una escuela inclusiva.
Muchas gracias, Norma, por tu intervención.
Rosa Llorente García.:— Si queréis, continuo yo. Buenas tardes y muchas gracias. Es un placer poder participar en este foro que, seguro, será muy enriquecedor.
Os comparto un poquito los aprendizajes y retos de nuestro proceso de transformación.
N.C.:— ¿Cuál es tu centro?
Rosa Llorente García.:— Es un centro de infantil y primaria, un centro público de Zaragoza ubicado en un barrio que escolariza a población de etnia gitana, inmigrante de segunda generación, población de vulnerabilidad importante. Un centro público que, en un momento dado, acogía a la población del barrio obrero y, ante la escolarización masiva de la población de etnia gitana, se convierte en un centro 100 % de etnia gitana que, posteriormente, acoge a la población inmigrante que va llegando.
Nuestra historia comienza en el 2002-2003, ante una grave crisis general por un fracaso escolar del 95% del alumnado, de gran conflictividad, visiones y caminos enfrentados entre familia y escuela y una tensión muy importante.
El primer aprendizaje que realizamos el profesorado que queríamos cambiar fue transformar la cultura de la queja en mentalidad de crecimiento y elevar nuestras propias expectativas. Ese fue el punto de inflexión para pensar que era posible transformar esa realidad tan crítica a la que nos enfrentábamos: elevar nuestras expectativas, a partir de una formación en comunidad de aprendizaje, no somos su comunidad de aprendizaje en sí, pero sí que la filosofía de comunidad de aprendizaje nos ha inspirado para lograr la participación de la comunidad educativa. A partir de ahí, iniciamos un recorrido muy complejo.
El aprendizaje que hemos hecho nosotros en nuestro centro es, primero, tener claro dónde queremos llegar y lo que teníamos muy claro es que queríamos lograr ser un centro inclusivo donde todos los niños y niñas aprendiesen y donde las familias valoraran la importancia de la escuela. Utilizar las habilidades y el conocimiento de todo el equipo docente.
Un aprendizaje muy importante que hemos hecho en nuestro centro es transformar las capacidades y las potencialidades y las habilidades de cada persona, de cada docente, de cada familia, de cada miembro de la comunidad educativa para el bienestar común, un ejercicio de inteligencia colectiva muy importante también. Hemos desarrollado un lenguaje colectivo y ese lenguaje compartido está basado en una formación muy potente, porque para que haya innovación e inclusión, tiene que haber formación de todo el equipo docente, pero una formación que se traslade a vías concretas de acción porque muchas veces la formación se queda ahí, en la nada, y no llega a transformar las realidades.
Muy importante también el modelo de liderazgo. En nuestro centro hemos apostado por un liderazgo apreciativo que se basa en las potencialidades de las personas y en los problemas que se convierten en oportunidades de aprendizaje. Y muy importante, también, construir una cultura del centro compartida por toda la comunidad educativa. En nuestro caso, iniciamos un proyecto de transformación social, porque la escuela es un elemento de transformación social muy potente, y hemos conseguido que la escuela transforme el barrio en el que estamos involucrados y transforme a las familias. Es una capacidad muy importante que tiene la escuela. Eso lo hemos hecho a través de unas señas de identidad fundamentales que son el compromiso y la implicación de todos los agentes de la comunidad educativa.
El aprendizaje es muy importante en la participación activa de todos los agentes de la comunidad educativa. Somos una escuela abierta donde se organizan múltiples actividades en las que todos participamos al mismo nivel. La voz de las familias tiene más peso, quizás, que el profesorado y ahí se ha dado mucho peso a esa participación.
La innovación, evidentemente, ha sido fundamental y la creatividad. Entonces, con todo esto, algo muy importante que hemos aprendido es que juntos y juntas podemos crecer. El equipo docente ha actuado como motor de cambio.
Nosotros en el centro accedemos a través de una comisión de servicios por la que pasas un proceso de selección; tú sabes a qué centro vienes, pero cuando llegas, el centro todavía es mucho más complejo de lo que tú te imaginabas. Entonces, hay una serie de características y señas de identidad en los docentes que funcionan y que son la pasión, la ética, el humanismo, la psicología positiva, el compromiso, la perseverancia, no rendirse nunca, aunque las dificultades sean a veces insalvables, aunque al final lo son. Las altas expectativas, la capacidad de autocrítica, la capacidad de trabajo, trabajo individual y trabajo en común, la innovación y la creatividad. Y sí, hemos aprendido que no hay nada más limitante que las bajas expectativas.
A grandes rasgos, he hecho un gran panorama de lo que hemos aprendido y enfrentado en nuestro proceso de transformación hacia una escuela más inclusiva.
N.C.:— Muchas gracias por tu intervención, Rosa. Pasamos a Marta, tengo yo anotado. Si veis que me equivoco en el orden porque si me haya saltado a alguien, por favor, decídmelo.
Marta Cebrián:— Nuestra trayectoria voy a intentar definirla lo más rápido y claro posible. Somos un centro que se creó desde una mirada puesta ya, desde un principio, en la inclusión de los alumnos, aunque paradójicamente, echando la vista atrás, estamos formando parte de una modalidad de escolarización totalmente excluyente cuando lo que queremos es la inclusión de nuestros alumnos. Por la situación actual y el revuelo social que hay actualmente en torno a la educación especial, reconocemos estar en una lucha muy difícil que nos pone en la tesitura de cómo un centro específico puede luchar por su propia desaparición, pero creemos firmemente en esta idea porque nuestra base del proyecto es que hablamos de personas y de sus derechos y de que ningún sistema debería acotarlos o limitarlos en ningún sentido.
La base de todo el proyecto inclusivo que llevamos entre manos es poner la mirada en las personas, en cada uno de nuestros alumnos, en sus familias y, como bien una madre decía en la conversación de familias, hablar de planes individualizados y no de planes adaptados, en lo que estamos totalmente de acuerdo.
En nuestro proceso de transformación en el que nos encontramos, estamos en esa línea de elaborar una serie de planes que permitan esa individualización en los procesos de enseñanza-aprendizaje de cada uno de nuestros alumnos. Entre los logros del centro, y creo que es muy importante, como ha dicho Rosa, está que es un proyecto sólido. En esta línea, a pesar de que los profesionales puedan cambiar por el tema de interinidad y la movilidad de profesionales, se sigue transmitiendo esa misma idea consolidada de que queremos lo mejor para nuestros alumnos y sabemos que lo mejor es en un contexto totalmente inclusivo.
Cada año intentamos reforzar todas nuestras ideas, participando en formaciones, en diferentes experiencias, en foros a nivel nacional y con otros centros abanderados en este sentido. Hay un gran equipo detrás que lidera un poco toda esta práctica y que permite, también, sacar lo mejor de cada uno de los profesionales. Eso también lo consideramos como un logro muy importante en todo este proceso.En cuanto a dificultades, bueno, todas y más, porque nadie dijo que fuera fácil, pero para nosotros también las necesitamos para seguir mejorando, para corroborar qué es lo que queremos y qué es lo que no queremos. Para luchar por los derechos de nuestros alumnos, no porque sean nuestros alumnos, sino porque el Objetivo 4 de Desarrollo Sostenible lo reconoce, la constitución lo reconoce, la Convención de Derechos del Niño lo reconoce. Entonces. creo que es importante poner el foco en la persona como un ser único, desde su capacidad y su fortaleza, que son muchas. Las limitaciones ya se les han ido marcando durante muchos años y hemos de huir de esa manera de trabajo.
Partimos en nuestro proyecto de las dimensiones de calidad de vida. A nosotros nos han abierto un mundo a la hora de elaborar esos planes individualizados porque permite que aquellos con mayores necesidades que no van a poder despuntar en contenido curricular, despunten en otros ámbitos fundamentales en la vida, mucho más fundamentales incluso que los propios académicos. Un peso importante en nuestro proyecto son las familias. Las familias confían plenamente en el centro. Nosotros también lo trabajamos así, para que sientan ese cariño, esa confianza. Al final, se crea una relación muy cercana y muy bonita para ir creando todo este sistema.
Desafíos que plantea, bajo nuestros pies se abren muchísimos. El principal, la comunidad. Pensamos que la escuela y sus prácticas no son nada si no se contextualizan en el marco comunitario. Nuestra función ha de ser dotar de estrategias y herramientas a todos los alumnos para su mejor desenvolvimiento en la comunidad, porque forman parte de ella y tienen que conocerla y utilizarla. Todas nuestras prácticas van en torno a eso. Somos un centro con las puertas completamente abiertas, día tras día, para que entren alumnos, profesores, familias, vecinos, conocidos, desconocidos, pero también para salir, salir a la comunidad, a sus recursos, a vivenciarlos y utilizarlos como parte de esa comunidad que somos.
Por último, sí que nos gustaría destacar como centro el gran desafío de las políticas educativas. Sentimos la necesidad de luchar también por políticas acordes con este discurso y que no solo se quede en eso que manifiestan las familias: una teoría que luego queda difuminada con prácticas que no aterrizan. Creemos que hay que favorecer una reestructuración del sistema educativo actual y apostar por un sistema igual para todos, con la inmensa variedad de recursos que cada uno va a necesitar, independientemente de sus necesidades o discapacidad. Sí, un único centro base puede ser la escuela ordinaria, por ponerle un nombre, pero la escuela, en general, no la única escuela que debería existir. Por eso, como profesionales, debemos ir más allá en nuestras funciones, incorporando también esa responsabilidad con la Administración, como decía una mamá. Esa mamá me ha impactado, la verdad, porque decía cosas muy interesantes, como desenraizar al sistema educativo para poder volver a crearlo. Me parece muy interesante y me ha llamado mucho la atención. Muchas gracias.
N.C.:— Muchas gracias, Marta. Tiene la palabra Marina Sampietro.
Marina Sampietro Gómez:— Primero darle las gracias a Amalia, de Plena Inclusión, por habernos propuesto para esta conversación que nos parece fantástica, por darnos esta oportunidad.
Lo primero que quiero decir es que nuestro equipo directivo es nuevo. Este largo recorrido que escuchamos en otros, lo empezaremos en julio, pero sí que es cierto que el centro lleva un largo recorrido en inclusión, o por lo menos en intentar ir en esa línea.
Entonces voy a intentar ser breve y voy a ir punto por punto. Sobre las dificultades que, en este sentido, como equipo directivo nos estamos encontrando y nos encontramos, es demostrar la necesidad de un cambio a personas que no lo ven necesario; eso es muy difícil. Cambiar esa mirada no está en nuestra mano, pero, por lo menos, fuerza en motivar. De alguna manera es lo que intentamos. Las creencias son muy difíciles de cambiar. El miedo a lo distinto, lo desconocido, la rutina cuando uno se acomoda. Sobre la movilidad de la persona en la escuela pública que habéis apuntado antes, en nuestro centro, la mitad de las personas van cambiando cada año. Eso también es un hándicap bastante complicado.
La perspectiva presente en personas de todos los sectores educativos, desde las que piensan que si hay un problema siempre es el otro. Esta cultura tan española de la culpa, de la que queja, de no avanzar, que nos cuesta tanto muchas veces proponer soluciones. Eso también lo hemos encontrado.Las decisiones económicas muchas veces son educativas. Esa lucha que también apunta por ahí Marta. Y, luego, el no avanzar, querer disfrazar el miedo de prudencia, porque yo prefiero ser imprudente, sinceramente, que tener miedo. Luego ya lo arreglaré, pero a veces hay ciertas cosas que no haces por miedo. Estos son los handicaps de manera muy general.
En cuanto a los logros que hemos hecho, desde que el centro lleva este recorrido, con un liderazgo compartido, es que hay gente motivada. Pequeñas acciones han ido funcionando, poquito a poquito. Nos vamos fijando en eso, en esa positividad a la que apuntaba antes Rosa. Dentro se respira inclusión. Hay entidades conjuntas. Se busca una escuela para todos y para todas que debemos formar entre todos esa construcción.
Esta mañana, todas las conversaciones han sido brutales, han sacado un montón de cosas increíbles, pero me acuerdo ahora de Estefani, de Perú, en la conversación de investigación, que decía que se debía escuchar a todos los agentes para construir el concepto de inclusión, en conjunto, para accionario. Que era un proyecto a largo plazo. Este es un plano de innovación, que es lo que nosotros necesitamos ahora. Nosotros tenemos un plan de innovación que es inclusivo y lo utilizamos para que esto quede, independientemente de las personas que pasen por el centro. Entonces, ya vas dejando el poso. Es una vivencia de responsabilidad compartida, de construcción conjunta, como lo estamos haciendo. Promoviendo procesos horizontales de participación para tomar decisiones. Comisiones en las que hay portavoces de todos los sectores, alumnado, familias, docentes, no docentes, equipo directivo, y en todos estos procesos fomentamos la participación del alumnado con discapacidad, cambiando el modelo basado en déficits por uno basado en la convivencia.
Estos modelos los hemos aprendido de Plena Inclusión. Hemos tenido pilotajes de papis inclusivos, con el Jean Piaget, que es con Marta, y ahora estamos con el Documento Universal de Aprendizaje (DUA), formándonos en ello. Las alianzas con otros centros y entidades que nos han abierto perspectivas en los avances, hacen posibles grandes cosas, como ya he dicho. Con Plena Inclusión, la asociación de vecinos del barrio que está súper volcada en el centro, los centros educativos públicos de alrededor. Esas alianzas. Con el centro de educación infantil, que es público, el instituto de secundaria y, luego, el Centro de Formación Profesional. Hemos inventado el espacio educativo y vamos a ir, poquito a poco, coordinando y haciendo cosas conjuntas en las que incluir no solamente a los niños y niñas dentro de la escuela.
Otro de los logros es ir más allá de nuestro centro, pensar más en el conjunto, como he dicho antes, y por el bien común. Es crucial detectar fortalezas en todos los sectores, también en aquellos que muchas veces pasan desapercibidos. Es complicado, pero todos tienen fortalezas; evidentemente, hay que partir de eso. Si no, no avanzamos. Invitar a la persona a poner esas fortalezas al servicio del centro y aumentar la frecuencia de las reuniones del consejo de niños y niñas es fundamental. Antes, teníamos una reunión por trimestre y este año hemos hecho una cada mes con el COVID. Después, nos dejamos dos por medio y justo hemos hecho el de cierre, que ya hemos colgado.
Dar transparencia a todos los procesos creo que también es muy importante, porque transmite confianza. Si se conocen, entonces no se tiene miedo. No es algo que es una de las cosas que intentamos hacer desde el equipo directivo. Luego, en cuanto a los desafíos, es ofrecer visión, detectar barreras y cómo afrontarlas. La propia situación del COVID, de repente, ha surgido una radio en internet, que ya tenía un germen y ha salido. Es en la que han participado todos los que han querido y han podido y ha surgido también un festival de arte en el que ha habido participación no solo de nuestra comunidad. Hemos empezado a hacer tareas competenciales que hasta entonces no se hacían.
Es una oportunidad, la transformación personal en docentes y no docentes, y esto también es un desafío que tenemos ahora. El cambio pasa por una transformación personal de perspectiva, de actitud, de reflexión y esto, sin duda, es el mayor desafío de todos. Sabemos que es lento, pero trabajamos en ello.
Otra de las cosas, y esto último que acabo de decir, es para vosotros el mayor desafío. Sí, yo creo que sí. Esto es un centro ordinario, llamado ordinario preferente de autismo. No me gusta decir que tenemos el aula trampolín, y creemos que este es el mayor desafío. El hacer cambiar ese cambio de mirada es lo que he dicho antes. Como las experiencias que tenemos adquiridas, es muy difícil acercarse. No puedes hacer cambiar cómo piensa una persona, pero sí que puedes ir añadiendo un granito, otro granito y, con pequeñas acciones, contaminar de manera positiva.
Entonces, hay gente que no va a cambiar nunca, pero si estás en este sistema, bueno, este auge sistémico, no si estás en este sistema sabes que tienes que pasar por el aro, por decir algo. Una granja no sea allá donde no vamos a llegar porque es porque tiene que haber actrices, todo tipo de pensamientos en el mundo y es enriquecedor.
Luego, otra de las cosas es escuchar a todos y todas, coordinados, siguiendo un espíritu democrático. Esto lo intentamos, ya lo hemos dicho antes, interviniendo todos los sectores, haciendo que todo el mundo sea partícipe de todo y que, por lo menos, sienta que ha quedado su opinión y sus ideas.
Luego, otro gran desafío es cambiar la manera de dar la clase. Casi todo a nivel de aula: presentar como retos lo que otros ven como dificultades insalvables. «Esto es imposible» se ha dicho muchas veces, nos falta formación, es que esta obligación es que tenemos que formarnos y es que ya no es más cantidad, sino más calidad.
Nuestros millones de cosas, el documento universal de aprendizaje, el currículum multinivel, tareas competenciales, es que hay millones de cosas y no tienes por qué estar muchos en el centro como para poder aportar y ayudarnos y coordinarnos. Entonces, en lugar de verlo cómo es que no, no llegó el sí, yo me sumo el carro y entre todos conseguiremos esto no, por otro lado, una cosa que nos parece muy importante también es que nos tenemos que mantener la lucha porque llegamos uno a pesar de que hay una ley fantástica que esta teoría es maravillosa inclusión hay que seguir a las instancias de estos día a día ya tener claro que es una lucha y que es diaria y que debe de ser así porque es nuestra responsabilidad y es nuestra lámina de soldado antes de ética, es nuestra ética, deberíamos hablar y apelar a la ética profesional.
Y luego, ya como último desafío, seguir con este establecer lazos con entidades con el barrio con el entorno y en el entorno para aprender con y en el entorno, pero también con la universidad que haya investigación en la escuela ahí estamos con el programa Hipatia para poder experimentarlo para poder avanzar hay que experimental la excusa de no tener formación es que no puedo hacer por ella ya lo he dicho no sirve no es que tenemos un montón de personas alrededor que nos tienen la mano para ayudarnos en estas cosas con pilotajes con colaboraciones entonces no queremos que este discurso no un poco obsoleto entonces no se toque el cómodo y tan tantísimas personas de hace poco lo dijo todo, sino estar en tener un buen maestro romano médanos y cuando lo son a ver y no es cuestión de suerte, pues lo mismo no estar en una buena escuela no debería decir cuestión de suerte y ahí todos tenemos que asumir nuestra responsabilidad.
N.C.:— Muchas gracias, Marina. Todas las intervenciones son muy interesantes. Tienen la palabra María.
María Adela Camacho:— Muchas gracias por este espacio. Yo hablo desde mi hija, de un pueblo de Málaga, y también desde un instituto. Creo que, sí, es una realidad un poco distinta que desde un instituto se hable de inclusión, porque es extraño. No sé por qué, cuando todos tenemos alumnos de distintas capacidades, y a todos ellos hay que darles respuesta.
Nosotros empezamos reflexionando sobre el derecho a aprender, derecho a aprender, que creo que es la base. Entonces vimos que se podía aprender desde los espacios, desde la metodología, desde los recursos, desde la atención a todo el alumnado, desde la misma organización del centro. Empezamos poco a poco, pero sí que queríamos un centro donde, desde el principio, todo el mundo se sintiera parte de él.
Le damos mucha, mucha atención a cualquier detalle, nos importa sobre todo que nuestro alumnado sea el día de mañana jóvenes felices en sí mismos. Por eso tratamos a todos ellos desde la empatía, desde principios de la neuroeducación, con muchísima paciencia para poder entendernos entre todos, tantos ellos con nosotros, como con los otros, mucha escucha activa y atención plena. Intentamos trabajar mindfulness con los distintos chicos y chicas, y sobre todo a través de tareas competenciales, para nosotros es muy importante porque vemos que la inclusión dentro de un centro de secundaria se debe también a un trabajo competencial. Ya trabajamos el trabajo en equipo, el trabajo colaborativo, el trabajo cooperativo, todo. Todos nuestros documentos, desde el proyecto de dirección hasta el último de los documentos del centro están todos en sintonía con ese trabajo inclusivo.
En nuestra propia propuesta de dirección se basa en modelos inclusivos. En intentar, bueno, pues en este caso yo me basé, y es una cuestión personal, ser la directora me basé en Coral Elizondo que ya había trabajado en varios liderazgos compartidos y la inclusión en documentos de centro. A través de lo que pude aprender de su lectura hice un proyecto, un proyecto de centros que es compartido por todas, evidentemente, por toda la comunidad educativa. Para nosotros es muy importante, entonces, a partir de la misma organización del centro, los departamentos, el equipo técnico tenemos responsables de igualdad. Es un departamento de convivencia y coeducación, para poder atender todo lo más mínimo síntoma, no, de que podamos olvidar algún alumno que no pueda ser atendido a su capacidad.
Estamos trabajando también, estamos diciendo desde, desde el propio centro, queríamos crear unas señas de identidad, y es en señas de identidad para nosotros. Queremos que cuando una persona entra en el centro, vea ese centro como parte suya, desde los propios olores a lo que ve, por los sentidos. Entonces, bueno, pues tenemos muchísima atención a los espacios que son espacios diferenciales, espacios flexibles y abiertos, y nos esforzamos por dar una imagen amable y limpia, cálida, muy acogedora. Todo el centro se implica en la decoración, en el día a día, y en la organización del centro, con estas señas de identidad desde el respeto a todos los alumnos y alumnas.
Por eso estamos también trabajando en el trato personalizado. Todo lo que se hace dentro de un aula sale fuera del aula, lo que es compartido con toda la comunidad educativa, como una especie de escaparate de lo que se hace. No sé, es como intentar hacer partícipe a todo el mundo, a todo visitante, de lo nuestro. Para ello es importante la luz, el color, las sensaciones; todos intentamos que todo no sea el único que de hecho intentamos espacios, por ejemplo de conocimiento común, que es una de muchas cosas de las que se ha hablado ya aquí, las compañeras anteriores donde cada grupo de profesores se implica en darles de sus propias experiencias. Todo lo mejor de conocimientos transversales hemos hablado desde el POA, desde caminos de emociones, de convivencia, de equidad, mismo de formación del profesorado que es muy importante y que tiene que ser gestionado desde el propio equipo técnico en el fomento de nuevas tecnologías, de nueva comunicación, todo eso para crear espacios dinámicos, emocionales y creativos para el alumnado. Que para nosotros estamos diciendo que quizá es lo más importante.Para ello, nos apoyamos en metodologías que, desde luego, deben estar fundamentadas en el trabajo colaborativo y en técnicas muy activas. Entre estas se incluyen el aprendizaje basado en proyectos, los problemas de aprendizaje, los servicios, las clases invertidas y la gamificación, que es visual. Creemos que es esencial para que todo el alumnado pueda adquirir aquello que, en nuestra opinión, les será útil posteriormente. Lo más importante para nosotros, por ejemplo, es partir de lo que pueden llegar a saber hacer, más que de lo que ya saben desde el principio. Intentamos, como también habéis mencionado antes, incorporar el diseño universal de aprendizaje, el DUA.
En cuanto a la frase, «si no vales, te saco del aula», nosotros aseguramos que todo el aprendizaje ocurra dentro del aula. Los profesores permanecen en el aula y, cuando surge la necesidad de apoyar a alguien que pueda no seguir el proceso de enseñanza-aprendizaje de manera estándar, incorporamos a dos profesores de apoyo. Estos trabajan junto con el profesor especialista dentro del aula. Para ello, es crucial prestar atención a este alumnado. Por ejemplo, intentamos que haya alumnos guías, que son aquellos que pueden asistir a otros compañeros por diversas razones. Aquí, la inclusión va más allá de considerar simplemente a un alumno con capacidades distintas. Hablamos de inclusión en un sentido amplio, que abarca a alumnos que se sienten solos, que vienen de otros países o que no dominan el idioma. Enfrentamos una amplia variedad de casos para los cuales queremos ofrecer soluciones mediante el uso de alumnos ayudantes. Estos pueden apoyar emocionalmente a otros que se encuentren solos o retraídos, lo que podría impedirles continuar con su proceso de enseñanza-aprendizaje.
En resumen, lo que sí hacemos es intentar mantener una escuela abierta. No queremos ser profesores islas; aspiramos a ser profesores archipiélagos, unidos todos en el aprendizaje. Para ello, siempre comenzamos por una acogida tanto del profesorado como del alumnado al nuevo centro, y por una evaluación inicial que sea realmente inclusiva, que creo que es por donde debemos empezar todo, desde una evaluación inicial bien estructurada.
N.C.:— Tiene la palabra Cristóbal.
Cristóbal Calero:— Buenas tardes, y muchas gracias por la oportunidad de estar aquí aprendiendo y compartiendo. Pertenezco a la Fundación Española. He trabajado en la dirección del colegio Cardenal Espinola de Madrid y actualmente estoy en la fundación, que gestiona 15 colegios en distintas ciudades con situaciones muy diversas.
Desde mi experiencia como directivo, puedo aportar mi perspectiva sin repetir las maravillosas ideas que ya hemos escuchado, que dan ganas de mudarse a Zaragoza o a Mijas. Mi colegio se encuentra en el barrio de Chamartín, uno de los más favorecidos de Madrid y, por ende, de toda España. Podría parecer que no enfrentamos dificultades. Sin embargo, nos encontramos con el primer dilema: determinar si realmente éramos un colegio de éxito y qué definía ese éxito.
Nos planteamos muchos dilemas sobre cuándo un alumno realmente tiene éxito o si nuestra escuela estaba logrando buenos resultados a nivel académico. Somos un colegio que va de los dos a los dieciocho años. Nos dimos cuenta de que no teníamos un problema de valores. Nuestro personal tiene una vocación extraordinaria y una gran sensibilidad hacia los desfavorecidos, con un fuerte deseo de contribuir a la función social de la educación.
A pesar de ello, caíamos continuamente en los mismos dilemas. Creíamos que nos iba bien porque obteníamos buenos resultados en la selectividad y nuestros alumnos elegían carreras de ingeniería de moda. Sin embargo, nos enfrentamos al dilema de qué hacer con alumnos que aprenden de manera diferente o que enfrentan dificultades comportamentales.
Llegamos a la conclusión de que estábamos fallando en nuestra autoevaluación. Nuestro enfoque no permitía que muchos de nuestros estudiantes con dificultades participaran plenamente de la experiencia educativa. A menudo, estos estudiantes terminaban cambiándose a colegios más pequeños o con más recursos.
Nos dimos cuenta también de que no teníamos un problema de esfuerzo o de capacidad de trabajo. Nuestro equipo era competente y trabajaba excelentemente, pero nuestro paradigma estaba equivocado. No teníamos suficiente impacto en la vida de las personas, ni siquiera en los alumnos que encajaban en un modelo más tradicional.
Nos propusimos romper esa dinámica relacionada con nuestras creencias. Respondiendo al dilema del autoexamen, decidimos mirar las cosas desde otra perspectiva. Nos preguntamos qué pensaban de nosotros las personas que se acercaban a solicitar una plaza, especialmente aquellos padres de niños con dificultades como la dislexia, que temían contarnos sus problemas por miedo a las consecuencias.
Empezamos a vernos de otra manera, evaluándonos a través de los comentarios de padres y madres. Nos dimos cuenta de que estábamos mejor preparados para cambiar de paradigma y mover nuestro enfoque hacia nuestros valores declarados, con más profundidad y más rigor. Cuando tomamos esa decisión, descubrimos que la comunidad educativa estaba dispuesta a acompañarnos, a pesar de algunas bajas.
Este cambio no fue sobre si las familias estaban de acuerdo o si los alumnos aceptaban la diversidad. Se trataba de si nosotros estábamos dispuestos a dar ese paso y asumir ese liderazgo. Cuando las familias vieron que liderábamos este movimiento, depositaron su confianza en nosotros, incluso en momentos de dificultades.
Uno de los grandes retos ha sido lidiar con el sistema educativo en sí, que también está ensimismado en sus propias evaluaciones y formas de operar. Esto incluye manejar las relaciones con los EOEP (Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica) y adaptarnos a un sistema y un currículo que no siempre coinciden con nuestras creencias.
Nos dimos cuenta de que éramos responsables de la experiencia educativa de nuestros alumnos y sus familias. Esto no se trataba solo de que los alumnos estudiaran porque sus familias se lo exigieran o de solucionar los problemas individuales de los estudiantes, sino de reconocer nuestra responsabilidad en su bienestar.
Este proceso nos llevó a una comprensión más profunda de cómo funcionábamos y cómo podíamos cambiar los aspectos en los que no éramos eficaces. Empezamos a cuestionar cómo educamos y cómo aprendemos, basándonos en evidencia y reflexión continua.
Finalmente, nos dimos cuenta de que no necesitábamos cambiar nuestros valores, sino recuperarlos y ponerlos nuevamente en el centro de nuestra cultura educativa. Esto nos ha permitido ser más humanos, más cercanos, más amables y más eficaces en nuestra transición hacia una autenticidad y un humanismo que queremos que estén en el corazón de nuestra experiencia educativa.
N.C.:— Muchas gracias. Tiene la palabra Guadalupe.
Guadalupe Saldaña:— Hola, ¿me escuchan? Hola, hola a todos. Vivo en la Ciudad de México y quiero compartir lo siguiente. Intentaré expresarlo en relación a las dificultades, logros y retos. Al inicio de la sesión, Nacho lanzó una pregunta: ¿qué hemos aprendido? A partir de ahí quiero hacer mi aporte.
En primera persona, he aprendido a conocerme y también a conocernos como grupo. Llevo cerca de cinco años como director en esta escuela, y durante este tiempo, hemos aprendido a jugar con las dimensiones de la verdad. Esto implica motivarnos, a veces desmotivarnos, y luego motivarnos de nuevo, entrando en un ciclo constante. Lo menciono porque, al principio, partí de la idea de que, aunque estamos en la Ciudad de México, hay alcaldías con culturas escolares muy distintas, incluso dentro de la misma alcaldía.
Cuando llegué a esta escuela, entendí que siempre debemos empezar por conocer a la comunidad a la que te integras y devolverles la voz y la mirada. Esto es crucial porque estamos situados entre las autoridades y la normatividad. Además, a veces, debido al sistema jerárquico, parece que solo los docentes tienen voz, pero también es crucial construir y flexibilizar la normativa.
Creo que lo más importante es observar cómo es el equipo y construir a partir de ahí. Esto puede ser un desafío porque todos somos diferentes. Sin embargo, lo que nos permite avanzar es dar vida a los espacios de consejos escolares. Me refiero a dar voz a todos los participantes, no solo a los docentes, sino también a los padres y a los niños. Es crucial primero escucharlos y, a partir de ahí, comenzar a movilizar. No hay recetas fijas, sino que es cuestión de encontrar en cada cultura escolar los pequeños pasos que te guían a construir un proyecto en común.
Aquí en la Ciudad de México, a menudo son los directores quienes realizan el programa escolar de mejora continua. Anteriormente, el director construía el proyecto solo, pero ahora reconocemos que el proyecto se construye en conjunto. Hemos dado voz a todos y reconocido las realidades existentes.
Una vez que aprendes, junto con tus compañeros docentes y tu equipo, a dar voz a este proyecto y reconocer que proviene de lo que vives en las aulas y del acompañamiento que realizas, eso se vuelve fundamental. Otra cuestión sutil es que debemos ser cautos. A veces, como se mencionó en sesiones anteriores, empezamos a echarnos la culpa unos a otros, pero debemos acompañar los procesos. A veces, el docente se convierte en el foco de todas las quejas: de los padres, del director, del supervisor.
Partí de la idea de que es vital acompañar y romper muchas de estas creencias y etiquetas. Como director, a menudo te posicionan como alguien que supervisa y juzga. Sin embargo, es importante realizar un acompañamiento empático donde reconozcas la voz de los demás. Además, es fundamental que el consejo no esté desvinculado de lo que tenemos aquí, es decir, encontrar sinergias y aprender de los errores.
En cuanto a los logros, si miramos el espacio del consejo que se activa desde estas perspectivas, creo que podemos darle sentido a la educación inclusiva y a la convivencia inclusiva. Como retos, necesitamos seguir visibilizando lo que normalizamos porque, cuando estás inmerso, dejas de ver cosas importantes en este proyecto o visión de equipo. Sobre todo, es crucial consolidar el trabajo en equipo en las escuelas para formar verdaderas comunidades de aprendizaje.
Finalmente, debemos seguir luchando por crear proyectos con la visión de equipo que ustedes han mencionado, pero también por crear alianzas. A veces, nos damos cuenta de que, aunque hemos logrado grandes cosas, nos enteramos por las nuevas familias o por los hermanitos de nuestros alumnos que, cuando pasan a la primaria, esos niños son invisibilizados. Eso te deja con un dolor, un reto. Por eso, creo que es importante generar alianzas con las escuelas cercanas o con aquellas a donde sabes que van tus niños, porque parece que se rompe el trabajo realizado.
Otro reto que tenemos, y con esto cierro, es que a veces dejamos de mirar el hecho de que, además de los equipos de docentes, directores y supervisores, el personal de asistencia a la educación también tiene una perspectiva valiosa sobre este proyecto. Nosotros nos hemos integrado, pero estamos en este paso de también construir ese equipo, mirando lo que ellos tienen que decirnos, y las relaciones que se están formando con los niños, con nosotros y con el resto del equipo. Con estos errores y aprendizajes, es lo que quería compartirles hoy: la importancia de formar equipos, la escucha activa y el liderazgo compartido.
N.C.:— Muchas gracias, Guadalupe. Tiene la palabra Denise.
Denise Mosscheti:— Hola, ¿qué tal? Buenas tardes. Aquí, en Argentina, yo soy de la provincia de Buenos Aires, específicamente de una ciudad relativamente pequeña llamada Bahía Blanca, al sur de la provincia. Primero, es un placer compartir este momento con tantos colegas de tantas partes, y especialmente, de España.
Les cuento un poco sobre mí: soy la directora de la escuela Secundaria 24, una escuela pública de la provincia, y llevo 9 años en esta gestión. Es una escuela muy pequeña que comenzó con unos 80 alumnos y hoy tenemos 300. Hemos avanzado de manera muy gradual, liderando, como parte del tema de hoy, el rol y el liderazgo de los equipos directivos. Tengo la plena convicción de que la escuela inclusiva es posible.
Ha sido un proceso gradual de formación de equipo. Creo que la clave está en incorporar año tras año no solo al profesorado docente, sino también a externos y distintos equipos que acompañan esta visión. Nuestra meta principal es la educación inclusiva.
De los nueve años que llevamos, una de las fortalezas que hemos construido es la creación de una mirada amplia y de aceptación hacia los demás. Aquí, en distintas partes de Argentina, y según mi experiencia en la ciudad, esta perspectiva está bastante estancada. Al principio, lo primero que escuchábamos del profesorado era «yo no sé cómo hacerlo». Lo transformamos en «cómo puedo hacerlo». Este cambio de mirada ha sido un eje conductor a lo largo de todos los años.
La capacitación docente ha sido fundamental. Nos ha permitido abrir nuevas perspectivas y llevar la teoría a la práctica dentro del aula. Estar presente y conectarnos permite que el profesorado, convencido de que todos pueden aprender, tome riesgos. Nos preguntamos cuál es la condición para tomar esos riesgos y la respuesta es animarse a deconstruirse, a pensar la práctica desde un lugar flexible y abierto.
Algunos colegas mencionan que los profesores suelen apegarse a sus métodos tradicionales. Nuestro desafío ha sido mostrarles que hay muchas más maneras de enseñar, asegurando que la atención alcance a todos. Venimos de una educación homogénea, pero los paradigmas están cambiando. Hoy, por ejemplo, un profesor que entra a la escuela enfrenta el desafío de cómo puede reinventarse para atender a todos los alumnos. Esto implica garantizar no solo su presencia, sino también su participación activa y con aprendizaje.
Este esfuerzo ha sido acompañado por las familias. A lo largo de los años, hemos visto y escuchado cómo las familias transitan por diferentes centros educativos sin conseguir inscribir a sus hijos debido a sus dificultades de aprendizaje. Nuestra tarea ha sido romper estas barreras y mostrar que el aprendizaje es posible para todos.
Cuando los estudiantes salen de la escuela felices, se evidencia el éxito de nuestro enfoque. La capacitación continua nos ha permitido crecer desde el conocimiento y entender cómo enseñar de muchas maneras. Silvana, que está entre nosotros hoy, ha sido una gran partícipe en estas capacitaciones. Ella ha ayudado a transmitir que hay muchas formas de dar una clase.
En cuanto a las debilidades y desafíos, hemos empezado a transformar la creencia de que se puede aprender de múltiples maneras y que los accesos a la educación deben ser diversificados. Esto permite que todos tengan la posibilidad de que su aprendizaje sea tangible y efectivo, asegurando que nuestras acciones no se queden solo en el discurso, sino que se vivan en la práctica diaria de la escuela.
Hoy podemos decir que, en nuestra escuela Secundaria 24 de Bahía Blanca, enfrentamos desafíos continuos, pero los transformamos en posibilidades reales de hacer de la educación inclusiva no solo un discurso, sino una práctica vivida y efectiva.
Creo que lo más importante es aprender de los errores, porque no hay aprendizaje sin equivocación. Es en esos momentos de error donde realmente aprendemos y podemos modificar, cambiar, adaptar y continuar construyendo.
En cuanto a los retos, son los mismos para todos: seguir consolidando estos equipos, estas visiones, estas prácticas y seguir desafiando el statu quo. Es necesario tomar riesgos y continuar creciendo y aprendiendo de cada error y cada acierto. Esto es lo que creo que puedo aportar desde mi experiencia y visión en la escuela Secundaria 24 de Bahía Blanca.
N.C.:— Muchas gracias, Denise. Están tomando nota, ¿verdad? Me parece que hay bastante material aquí. Pasamos a Marta.
Ana María Mitoire:— Hola, buenas tardes. Desde Argentina también, específicamente del interior de la provincia de Chaco, al norte del país, les hablo como directora de una escuela de educación especial. Me alegra muchísimo participar en estos conversatorios que reflejan mucho de lo que estamos haciendo en diferentes lugares. A menudo se cree que las instituciones en mejores ubicaciones brindan una mejor educación, pero también se piensa que en lugares más remotos, la calidad educativa disminuye. Quiero compartir una experiencia que estamos viviendo en entornos muy vulnerables del interior de nuestro país, donde estamos promoviendo la inclusión de personas con discapacidad.
Nuestra escuela articula con cuatro municipios, cada uno con menos de 7,000 a 8,000 habitantes. En estos municipios, hemos visto cambios muy interesantes gracias a la cultura inclusiva que se ha empezado a trabajar no solo en las escuelas de nivel inicial, primario y secundario, sino también en la comunidad. Esto ha permitido que nuestros estudiantes de todo el sistema educativo puedan compartir espacios, lo cual inicialmente fue un desafío y hoy consideramos una fortaleza.
Hemos logrado abrir la normativa, que en Argentina, a pesar de contar con muchas leyes interesantes, rara vez se llevan a la práctica. Hemos construido espacios para discutir esta normativa porque, aunque se proclame que el sistema educativo es inclusivo y que la educación es un derecho para todos, a menudo encontramos normativas contradictorias del mismo Ministerio de Educación.
Una acción concreta que quiero compartir es una muestra de prácticas inclusivas que comenzamos a hacer hace tres años. Habilitamos espacios donde cada docente, de inicial, primaria o secundaria, puede explicar cómo abordaron dificultades que parecían insalvables. Estas experiencias se presentan en documentos de no más de dos páginas, donde cada docente relata su experiencia. Esto ha permitido a otros docentes, que quizás no estaban convencidos o no habían hecho el cambio actitudinal necesario, ver que es posible. Es una forma de registrar las prácticas, no como una evidencia científica, pero sí como prueba de que es posible cambiar y adaptarse.
Organizamos estas muestras en uno de los cuatro municipios en un radio de 20 a 30 kilómetros. En estos encuentros, los docentes y algunos alumnos comparten sus experiencias y el resto de la comunidad participa como en una feria. El primer año fue medio día, luego tuvimos que extenderlo a un día completo y este año pensábamos hacerlo de dos días porque cada vez más personas quieren compartir cómo resuelven problemas cotidianos.
Ahora estamos intentando hacer una publicación de estas experiencias. Esto recorre todas las escuelas y se construye con el maestro de apoyo de integración, sean uno o dos profesores que se juntan para contar una experiencia concreta. Esto es lo que más ha abierto camino, más allá de cualquier otra intervención pedagógica o científica que hayamos intentado.
El mayor desafío que tenemos ahora es poder hacer un registro claro de estos procesos para vivir de verdad un liderazgo compartido. Debe saberse que la atención a la diversidad y la inclusión no están solo en el área de la educación especial. Aunque aquí todavía eso sigue siendo lo primordial, creemos que este es nuestro mayor desafío y algo que todos los que trabajamos en educación especial debemos asumir. Así que, muchas gracias por este espacio.
N.C.:— Muchas gracias. Tiene la palabra Carmen.
Carmen Matés:—Hola, Nacho, imagino que te refieres a mí. Soy Carmen Matés, directora de un centro educativo en la comarca de la Axarquía. Tengo muy mala cobertura, así que me estoy moviendo por casa porque estoy en una zona donde hay muy poca cobertura.
Soy directora de un centro educativo que es una comunidad de aprendizaje. Cuando hablamos de inclusión, nos damos cuenta de que todavía nos queda mucho por hacer. Es verdad que nos basamos en la idea de que la escuela la construimos entre todos, no solo entre el profesorado. Sin embargo, una de las dificultades mayores que tenemos es el cambio de profesorado y el cambio en la concepción de las miradas que muchos profesores tienen hacia el alumnado. No creo que se haga con maldad ni por hacerlo, sino por desconocimiento. Escuchar las intervenciones del alumnado y de la familia hace que empaticemos con el sufrimiento que hay detrás.
Me cuestiono que algo debemos estar haciendo mal, algo que debemos cambiar y modificar en los centros. Hay que tener un cambio de mirada hacia el alumnado, porque cuando hay sufrimiento detrás de esos niños, niñas, padres y madres, algo tenemos que estar haciendo mal.
Desde los equipos directivos, es verdad que tenemos que considerar que la clave está en la atención a la diversidad, porque necesitamos dar respuesta a ellos, pero no podemos solos. No hay un equipo de profesores que crean en esto, y es triste escuchar a familias y a niños que dicen que dependen de la suerte del profesor que te toca. En parte, comparto esa percepción, porque nosotros como equipo directivo muchas veces tenemos un profesorado que, aunque podemos mantener un grupo formado, cada año llega otro grupo nuevo y empezamos de nuevo desde cero.
Miramos al alumnado y se categoriza, se envía a orientación, y parece que el alumno no es tuyo, no crees en las capacidades que tiene ese alumno. Esta transformación, insisto, no se trata de enfrentarse al profesorado, sino de intentar como desafío que tengan ese cambio de mirada y reconocer las posibilidades de cada familia. Hay una familia detrás, hay un sufrimiento detrás.
Pienso que dar difusión a todas estas intervenciones de padres, madres, alumnos y alumnas es primordial para que se escuche y para que entre todos construyamos una escuela que dé respuesta a todos los niños y niñas, y que no dependa de la suerte del profesor que te toque. También he escuchado como directora que no estoy capacitada con tres años para llevar a un alumno que acaba de incorporarse. Es triste tener que escucharlo como madre, padre y como directora de un centro educativo.
No me extiendo más.
N.C.:— Gracias por tu intervención, Marta. Ahora le toca a Leti.
Leti López:—Estoy totalmente emocionada y feliz de estar compartiendo con tantos expertos en el tema y con tantos grupos. Me encanta todo lo que he aprendido con las reuniones anteriores y con estas. Muchas gracias y felicitaciones también a la universidad por esta importante investigación. Un abrazo para todos. Soy Betty de Guatemala, soy fundadora de una asociación y directora ejecutiva. Trabajamos la educación inclusiva desde hace 15 años porque empecé con esto al no encontrar en mi país una escuela adecuada para mí, y luego una escuela que yo quería para él; una escuela donde reinara la aceptación, donde se respetaran las diferencias y que construyera su autoestima en lugar de destruirla, una escuela que se adaptara a su forma de aprender. Basado en eso, pues, empecé con "Frío del Sol".
Voy a empezar, tal vez, con los desafíos porque considero que las escuelas inclusivas tenemos un doble desafío, pero que nos toca abrir camino. Eso también es muy condicionado, y el desafío de darnos la oportunidad de entrar a ese maravilloso y esa vivencia de la diversidad es un reto de adaptar, impulsar la diversidad, y luego hasta que llegue el momento en que es algo normal. Esto implica ver al estudiante como un ser individual, partiendo de que es un ser humano, que es lo más importante. Al verlo como un ser humano a quien tenemos la oportunidad de ayudarle a aprender muchas cosas, entonces lo vemos como individual y único, con sus propios retos y sus propias metas, partiendo de diferentes puntos, cada uno de ellos, y respetar eso creo que es maravilloso.
Además de este reto de la universidad, tenemos otro que también somos una escuela como todas. Entonces, el reto de irnos adaptando y apareciendo en educación y que queremos hacerlo bien es por eso que varios que estamos aquí hablamos ahora del lugar y nos gusta aprender sobre neuroeducación y otras cosas porque queremos que nuestra escuela también vaya a la vanguardia, como muchos, en lo que es el desarrollar seres humanos con pensamiento crítico, con valores y felices, que es una de las cosas más importantes a las que creo que todos vinimos a este mundo.
Lo que nos ha funcionado y hemos aprendido es que, como muchos han hecho aquí, el lugar de es de señalar las diferencias, las celebramos; celebrar la individualidad puede ser algo muy bonito. Como decimos a nuestros niños el primer día de clases, pues, sabemos que aquí hay de todos los colores, tamaños y sabores, y eso es el primer mensaje. Los niños son muy inteligentes y ellos se adaptan tan rápido. Luego, saben lenguaje de señas o, si él no sabe cómo se va a manejar su compañerito que no ve, pero tenemos en nuestras manos el hacer de eso lo más natural. Son tan inteligentes que solo te preguntan si él puede escuchar o no, no importa, y ellos inventan sus señas y hay comunicación, y eso es algo precioso.
Luego, puede ser, como decían también, la aceptación y la empatía. Considero que es un elemento tan importante el ponerte en su lugar y trabajar la empatía, no solo con la forma de enseñar, sino también con sus emociones, cómo se está sintiendo él y cómo se están sintiendo las familias. Nadie debe quedar fuera y, si es posible, solo debemos irnos a ver su salud. Más allá de eso, a veces parece que con tanta información también nos complicamos mucho y ya no sabemos cómo afrontar alguna de las situaciones, pero cuando despejamos todo eso, podemos ver las cosas más simples que le dan resultados, respuestas prácticas. Por ejemplo, fulanito pues no puede mirar, pero puede oír, puede tocar, y entonces nos adaptamos a eso y vamos a sus días de aprendizaje y sus compañeritos saben que van a esto. Puedes solo decirle a ofrecerle todo, pero y ahí él va a ir contigo adonde sea y explicarle lo que estás viendo en el vídeo.
Uno de los logros que no sabíamos que nos iba a traer trabajar con una escuela inclusiva es que somos una escuela libre del famoso bullying y las burlas porque una de las pocas reglas que explicamos a los estudiantes en su primer día de clases es que celebramos la diversidad. Celebrar la diversidad, como bien decía, creo que es aceptar tantas diferencias que tenemos cada uno y celebrar que no hay otro igual a ti. Entonces, cuando haces eso, para ya todos es muy natural y nadie está interesado en burlarse ni en señalar "tú eres diferente", sino que está interesado en ayudar. Se ha creado una cultura de ayuda y para mí es precioso ver que en las aulas cuando los niños trabajan con diferentes ritmos, ellos tienen tres opciones en nuestras aulas: tú terminas, pero tus compañeros necesitan la ayuda, puedes escoger y de aprender algo interesante, ir a la biblioteca, ir al rincón de juegos o ayudar a otro. La cosa que más me encanta es que la mayoría de ellos eligen ayudar a un compañero y entonces estás creando un nuevo tipo de ser humano en donde todos se enriquecen, todos aprenden y dentro de esta diversidad tendremos los niños con inteligencia avanzada.
Bueno, quiero terminar entonces con los logros. Estamos abiertos ahora, como también decía otra compañera, a ser multiplicadores de las experiencias que tenemos porque quedarnos con eso en un país donde no hay escuelas inclusivas y estamos abriendo caminos sería algo muy egoísta. Tenemos que compartir y ser entes multiplicadores de que sí se puede. Al final, creo que tomar el tiempo para reconstruir muchas veces la autoestima de los niños nos va a permitir que tengan un aprendizaje mucho mejor. Y al final, como bien han dicho en las otras conferencias, queremos hablar solo de escuelas, no de escuelas inclusivas, solo de escuelas para todos, en escuelas alegres, donde los estudiantes quieren regresar al próximo día preguntándose qué sorpresa les va a dar su maestra esta vez.
N.C.:— Muchas gracias por tu intervención, Leti. Tiene la palabra Silvana.
Silvana Corso:— Hola, buenas tardes. Gracias, Nacho, por darme otra vez la oportunidad de contribuir algo a esta discusión en relación a todas las exposiciones. No quiero ser repetitiva y prefiero ir al grano. En esta convocatoria me centraré en el rol del director porque me parece fundamental. Más allá de todo lo que se pueda aportar, existe un tema de posicionamiento en el rol, y es crucial tener claro el objetivo. Cuando tienes un líder, un director que tiene claro que en esta escuela se garantizan los derechos y no hay posibilidad de debate, aunque parezca autoritario, no voy a permitir un debate sobre si un estudiante puede o no estar; es un hecho que todos pueden estar. Esto deja las cuestiones más claras.
Para mí, el posicionamiento y la creencia en el rol directivo son fundamentales y representan el gran problema a enfrentar. También, cuando uno asume la gestión, vienen los miedos y el intento de caer bien mientras vas reconociendo el terreno. Por ello, tu discurso debe ser claro, sin lugar al debate. El trabajo en equipo es obviamente fundamental, pero con un objetivo claro, y eso es inamovible.
El otro desafío es saber trabajar en equipo. La interpretación de la normativa es crucial, ya que muchos han hablado de ciertas condiciones y normativas que, aunque están garantizadas, mis compañeros de Argentina han comentado que aquí se ha avanzado en normativa pero no en hechos concretos. La normativa entra en contradicción con algunas resoluciones. En ese sentido, siempre planteo que tengo que tener en cuenta la pirámide jurídica y la raíz. La ley dice que todos a la escuela, aunque haya resoluciones contradictorias. Yo me apego a la ley y aprendo a leer la normativa a favor de los niños, no para cuidar mi puesto. Para mí, esto es fundamental.
Otra de las cuestiones que abordo como problemas son los discursos instalados dentro de las escuelas. Esto también tiene que ver con el conocimiento de la historia de cada escuela, la forma de nombrar al otro, la mirada histórica de la escuela que dice que en este pueblo siempre hemos hecho las cosas de cierta manera. El hecho de que históricamente las escuelas hayan trabajado más aisladas que en red fue el problema que tuve que enfrentar al intentar cambiar la mirada hacia el otro. El primer desafío que asumí para poder trabajar los discursos instalados, y teniendo claro mi norte, fue trabajar con las biografías escolares de los profesores. Quiero un cambio de mirada, necesito cuestionar por qué digo lo que digo, porque seguramente ahí emerge toda mi historia escolar y mi historia con el otro. Por eso trabajé en redes, involucré a psicólogos y psicopedagogos del hospital con el que articulamos para ayudarme a realizar estos trabajos con los profesores.
Una vez que pudimos habilitar la palabra, empezamos a construir discursos. Ya lo mencionaron, así que no lo repetiré, pero es la formación docente permanente en contexto. En la escuela, nosotros generamos ese espacio de formación permanente y las trayectorias escolares flexibles, basándonos en ideas de Flavia Terigi en Argentina sobre pensar en recorridos personalizados para cada uno de nuestros alumnos. Vuelve el tema del discurso; por ejemplo, estas formas de nombrar tienen que ver con enfermedades que solo aparecen en la escuela. Un hombre a la escuela, la sobreedad es una enfermedad propia de la escuela, se dice. Fuera de la escuela no existen. Desde ese lugar empezamos a trabajar, insistiendo en este hilo de romper los discursos arraigados, abriendo espacio a todo.
Otro gran desafío es el imaginario social cuando uno trabaja en inclusión, porque también se mencionó aquí el hecho de que la familia y el entorno de la escuela señalan a la escuela inclusiva como un lugar que no ofrece calidad de aprendizaje. Romper con ese imaginario social para que la escuela sea elegida por la comunidad, y no sea el lugar donde van todos los que han sido rechazados en otras escuelas, fue fundamental para nosotros. Nos dimos a conocer, articulamos con la comunidad, y tras haber trabajado históricamente con alumnos que han enfrentado repetencias, fracasos o han sido rechazados por otras escuelas, hoy nuestra escuela es la primera elección en nuestro séptimo grado. Ese es nuestro gran logro: romper con ese imaginario y que la comunidad entienda que no hay otra opción que la escuela inclusiva, que esto es realmente enriquecedor para la trayectoria de cada uno de sus hijos. Creemos que debe ser la oportunidad, pero para eso hicimos mucho trabajo hacia afuera, mucho ruido para dar a conocer todo lo que estábamos haciendo y las posibilidades.
Y si me permitís, con eso cierro. Otros puntos se repiten en función de lo que dijeron. Es justo plantear el problema de cómo sostener la inclusión ahora. No se planteaba esa pregunta, pero también es un volver a empezar todo el tiempo. Construir una escuela que trabaja en líneas de inclusión es una escuela que está en permanente construcción porque no hay ninguna receta. Muy buena la experiencia de Chaco, no en términos de recetas, sino de pensar que con lógica y sentido común todos podemos encontrar respuestas. La realidad es que vuelve a empezar. Me encuentro en este momento de haber tenido experiencias hermosísimas para contar en un periodo en que estoy levantando una escuela nuevamente.
Esta es mi realidad: la escuela que anteriormente incluía a los alumnos, hoy los deja afuera debido a la falta de conectividad, la falta de equipos y el hambre. Teorizo: padres que están sin trabajo, pasando hambre y viniendo a entregar los trabajos. La prioridad es la situación que nos está condicionando. Un chico no puede aprender hoy, como ya se dijo en otro sentido: la felicidad no está dentro de la escuela y el contexto genera las condiciones para que el otro pueda aprender. Es un contexto que resalta a un alumno que aprende en este entorno, donde el arca le sopla en la nuca, y afecta a algunos sectores más que a otros, porque la pandemia no reconoce clases sociales y siempre afecta especialmente a los más vulnerables.
Entonces, veo una gran oportunidad en este momento de pandemia. Permíteme explicar: analizar los discursos o entender quiénes son los alumnos problemáticos de la escuela presencial generalmente lo veo en mi escuela, donde a veces es la conducta disruptiva de un alumno, la forma en que se mueve o interrumpe en el aula, lo que requiere que sea especialmente atendido. En la virtualidad, esta conducta no está presente, por lo que ese alumno deja de ser un problema y además puede mostrar todas sus posibilidades para aprender. Así, el etiquetar a alguien como «alumno problema» se convierte en un problema en sí mismo. Desarmar ese discurso a partir de la experiencia de la virtualidad me parece que es una oportunidad única.
Por otro lado, hoy estos «alumnos problema» también nos ayudan a desarmar el discurso y entender que los problemas de antes son los problemas de ahora y que, si no cambiamos nuestras perspectivas, seguirán siendo problemas en el futuro. Este momento de pandemia es crítico, y si pensamos que vamos a salir mejor de esto, todavía está por verse.
Entonces, debemos hacer una pausa y analizar todo como estamos discutiendo en este periodo para poder considerar lo positivo y lo dramático, para poder realmente crear después una escuela inclusiva. El debate sobre la evaluación es crucial porque este es el momento de hacer un cambio significativo. Hoy se plantea cómo se puede evaluar más allá de una simple nota numérica que dicta si un alumno puede o no. Este momento no puede ser solo una herramienta para salir del paso y contar los progresos, sino que debe generar un debate interno profundo sobre cómo podemos garantizar los aprendizajes de nuestros alumnos. Esa es la pregunta que nos hacemos habitualmente dentro del aula: creemos que las herramientas que tenemos nos permiten asegurar el aprendizaje. Este es un momento en el que, en Argentina, estamos debatiendo esto porque pensamos que tenemos todo el año por delante, aunque ustedes estén cerrando el ciclo. Vamos a estar en confinamiento gran parte del recorrido escolar de los niños.
N.C.:— Yo creo que Silvana pone sobre la mesa algunos temas importantes. Por ejemplo, este último que menciona rápidamente y que nos sitúa a todos en una posición interesante. Podríamos sacar provecho de una situación como la que tenemos, una situación radical que nos está poniendo en una posición muy difícil, pero que, por otra parte, está favoreciendo algunas posibilidades que no existían hace dos meses.
El cuestionamiento de la evaluación probablemente es un momento que deberíamos aprovechar para luchar realmente por esa escuela de la que estamos hablando, la escuela inclusiva. Seguramente, una buena acción que podría surgir de aquí es, no sé, un manifiesto o un trabajo en red, abogando por esa escuela que no está tan condicionada por las calificaciones y las evaluaciones continuadas.
Bueno, muchas gracias. Tiene la palabra Carlos Sandoval y con esa palabra vamos a ir cerrando.
Carlos Sandoval:— Hola, buenos días. Muchas gracias por la oportunidad de participar y comentarles sobre mi escuela. He escuchado todo lo que están diciendo y me han movido algunas cosas interesantes que se están manejando aquí, especialmente lo relacionado con la evaluación. Yo estoy en contra de las evaluaciones, especialmente en una escuela inclusiva. Si hablamos de que hay una individualidad, debemos respetar esa individualidad. Sigo luchando en mi país contra la cuestión de la evaluación como una tabla rasa. A nosotros no nos evalúan externamente cada año y yo envío esta experiencia de mis alumnos porque viene el nombre de fulanito y él no puede ser evaluado como otro. Estoy hablando de una escuela secundaria general y estos alumnos que tenemos muchas veces nos llegan de escuelas de educación especial, pero, por ejemplo, existe una escuela de niños sordos donde todos sus compañeros son sordos. Cuando llegan conmigo a nivel secundaria, pues tienen que convivir con gente que no es sorda. Ok, hay algunos alumnos que son sordos y no han aprendido el lenguaje de señas, y eso es un problema y es un problema para transmitir también conocimiento.En otra situación, alumnos que llegan con baja visión, ciegos, con discapacidad intelectual, autistas, y es maravilloso ver lo que sucede cuando se conectan entre ellos y pueden vivir, pueden dialogar y pueden aprender de ellos, lo que las escuelas generales rehúyen. Nosotros generamos la filosofía de entender al otro desde el punto de vista del mundo del otro. Es decir, si yo aprendo braille, estoy entendiendo el mundo del ciego, pero si no aprendo braille o si no aprendo un lenguaje de señas, me va a ser difícil entender ese mundo de ese alumno. Luego, entonces, ¿qué pasa también con los padres? Porque yo escuchaba quejas de los padres de familia. Los padres de familia también tienen miedo de dejar a sus alumnos en escuelas regulares. Hay una sobreprotección también del padre de familia y eso me consta porque yo lo vivo, pero también ellos sufren. El padre de familia sufre y, junto con el alumno, el rechazo del directivo de otras escuelas, el rechazo de docentes porque creen que no pueden trabajar con ellos porque no están capacitados.
Luego, entonces, ¿qué haces tú como directivo? Como directivo, debes generar estrategias y espacios para que estos alumnos puedan desenvolverse y trabajar sus competencias. Eso es lo que ofrece ahora mi escuela. Por ejemplo, ahorita escuchaba a la maestra que está preocupada porque en su espacio puede haber hambre. Nuestra escuela tiene un proyecto que se llama «escuela de tiempo completo». Mis alumnos entran a las 7 de la mañana y salen a las 5 de la tarde. Saben lo que es convivir con más de 300 niños en un comedor, todo lo que sucede ahí, todo lo que transmiten, todo lo que ellos pueden vivir. Ese es el aprendizaje. La escuela aprende y eso es un error que tenemos a veces: en las escuelas de educación especial no solamente se aprende en una escuela, se aprende en casa, se aprende en la calle. O sea, seguimos viviendo y eso es lo que sucede en mi escuela. Como directivo, si yo me fuera de ahí, quedaría contento porque he dejado espacios concretos donde los alumnos pueden vivir.
Últimamente, lo que me dio el sistema es una orquesta sinfónica, entonces donde alumnos con discapacidad pueden ingresar a esa orquesta y trabajar a distancia les ha transformado también su forma de vivir, su forma de pensar, y les permite desarrollarse en otros ámbitos que he hecho como directivo: gestionar espacios para que ellos puedan desenvolverse libremente. Por ejemplo, aquí tenemos un sistema que se llama CODE que es de deporte, entonces ellos pueden ir a concursar, a prepararse, y vivir la educación de una forma más integral, no solamente meterlos a un aula, no solamente se escucha, no, sino también que generar que la educación sea en otros ámbitos. Muy bien, no sea con esto.
N.C.:— Muchas gracias, Carlos, por tu intervención. Ahora mismo ya no hay más intervenciones programadas. Abriremos un turno muy breve, de entre 5 y 10 minutos, en el que trataremos de hacer intervenciones muy concisas, después de haber escuchado todo lo que los demás compañeros y compañeras han dicho. Me interesaría saber qué ha resonado en cada uno de vosotros y vosotras, y en particular me gustaría saber qué podemos ofrecer que sea de valor para quien ahora mismo está pensando si la escuela inclusiva es posible o no, qué es lo que habría que hacer, cómo podría yo, como maestro, maestra, director o directora, acometer ese proyecto.
De momento, dejo la idea abierta a la palabra. Abran el micrófono y comiencen, pero muy breve.
Cristóbal Calero:— Bueno, yo simplemente quiero parafrasear a mi compañera Mercedes, que en un momento dado, en una de esas locuras en las que nos metimos, me dijo una frase que nunca se me olvida y que me ha resonado durante este rato, especialmente en relación con los cambios de creencias y la imposición sistémica de que esto es una utopía. Ella me dijo: «Lo hicimos porque no sabíamos que era imposible». Creo que esto es una clave para los directivos, para los líderes, llamémoslos como queramos, para quienes van a guiar a los maestros hacia otro lugar. Tenemos que romper esa idea de que esto es una utopía ideológica; es un tema real y no imposible.
José Luis Aguilar:— Una reflexión importante que algunos han mencionado, pero creo que esta interpelación que nosotros nos estamos haciendo debe trasladarse a toda la sociedad. No existe la posibilidad de tener una escuela inclusiva si no hay una sociedad que se plantee ser inclusiva. Nosotros podemos tener una respuesta donde se modifique arquitectónicamente; me refiero a que los poderes de la derrota, los colectivos, los carros, las calles son un desastre. Se está planteando un tema de accesibilidad, pero la apelación tiene que ser a la sociedad.Con respecto a la escuela propiamente dicha, se mencionó la formación, pero me parece importante, en cuanto al tema de la formación docente, ir más allá de los contenidos.
Las formaciones deben desarrollarse y dar contenido a las herramientas para que cada situación sea nueva y llame la atención, porque la única forma de construir es discapacitante y la única forma de que todos los chicos en situación de discapacidad sean considerados de otra forma. Como tengo problemas de conectividad, ¿qué es el enfoque de repetir derechos humanos? O sea, la atención a la diversidad está marcada en la conquista de colectivos de personas con discapacidad. No es un deber que el gobierno simplemente dice que incluye, sino que incluir es una situación de adquisición colectiva de derechos y nosotros tenemos que abogar por esos derechos.
Como se etiqueta antes, terminan arrasando las objetividades. Nos enfrentamos al tema de los diagnósticos médicos como condicionantes educativos. No nos sirve, pero sí es por eso necesario, porque a veces los financieros y los colegios… bueno.
N.C.:— Muchas gracias, José Luis. Sé que todos y todas tenemos mucho que contar, porque tenéis un trabajo y una experiencia fantástica, pero tenemos muy poquito tiempo. Entonces, hay que primar que haya más palabras, más personas que quieran comentar.
Rosa Llorente:— Construir una escuela inclusiva que pasa por trabajar desde un enfoque de indagación apreciativa, que permite maximizar el potencial positivo de todos los agentes de la comunidad educativa, convirtiendo la cooperación en el momento fundamental. En el agente de cambio. Se trata de indagar desde esa mirada o perspectiva que evalúa y respeta al otro, utilizando siempre el diálogo como una herramienta de comunicación.
Recientemente, leí el libro «Indagación Apreciativa», de Míriam Subirana, y me parece que me aportó una visión muy interesante para liderar escuelas. Es una perspectiva inclusiva.
Denise Moschetti:— Yo quería unirme a esto último de lo que hablábamos sobre este momento de pandemia. Siempre decimos que estamos trabajando acerca de la inclusión. Creo que hoy estamos trabajando como educadores en medio de esta situación y se trata de otras formas de tomar decisiones. Estamos volviendo a tomar decisiones que, quizás, las teníamos ya, humanas, desde otro contexto. En medio de esta simultánea compleja que supone un desplazamiento, como directores tenemos que acompañar a los docentes, a las familias y a los propios alumnos.
Hoy estamos con los alumnos y las familias y creo que es central, porque nos va a permitir poder ver que podemos continuar y reestructurar lo que viene, que es la presencialidad. Acá en Argentina nos queda un largo tramo todavía para volver a las aulas. Creo que debemos construir información nueva y ensayar nuevos modos de poder encontrarnos, de poder transmitir, y eso creo que es clave: ponernos a pensar en estos conversatorios. Este tiempo que podemos tener con los chicos, las familias y los docentes es clave en estos momentos.
N.C.:— Muchas gracias. Me preguntaba yo cuántos de los proyectos de dirección que habéis expresado aquí, a lo largo de este rato, tienen de base a una persona rebelde ante un sistema escolar.
Miriam Adriana:— Buenas tardes a todos. Soy Míriam, de Bahía Blanca, Argentina. Quería decir que, en estos momentos, hay una cuestión que me parece importante a tener en cuenta en el proceso de construcción de la escuela inclusiva, que no es solamente reforzar cuestiones relacionadas con la accesibilidad académica o lo pedagógico, sino también con la necesidad que tienen muchos niños, niñas y familias de que sus niños sean integrados. Y jóvenes que, también desde lo social, estén notando de acuerdo a algunos testimonios de familias que, en este confinamiento, están en el aislamiento.
Sí, estamos aislados por la pandemia, pero, por otra parte, se encuentran aislados aún más de lo que se encuentran aislados en las escuelas. De nada sirve reforzar las cuestiones pedagógicas si, desde lo social, los niños y jóvenes ni siquiera son tomados en cuenta por sus compañeros o por otras familias. Por eso, pienso que es necesario el trabajo colaborativo con las familias con discapacidad, pero también con otras familias. Es decir, que la escuela inclusiva trabaje de manera colaborativa con el resto de las familias para poder entender la situación de estos jóvenes o niñas o niños, porque si no, estamos todo el tiempo reforzando lo pedagógico y olvidándonos que la vida o trayectoria vital de una persona no es solamente el aprendizaje de contenidos, sino también el encuentro con otros.
Me parece que esto también es clave a tener en cuenta en la escuela inclusiva. Nada más.
N.C.:— Muchas gracias, Miriam. Con tu palabra vamos a cerrar. Nosotros hemos estado tratando, también, el aislamiento en el aislamiento, como tú decías.
En algunos casos, el esfuerzo por permanecer en la escuela para los niños, jóvenes y las familias es tal que, en algunos casos, este aislamiento, les ha relajado. Es terrible lo que estoy diciendo, pero quiero decir que se han relajado porque están descansando del esfuerzo que tienen que hacer para sostenerse en una escuela común. No siempre que hablo de escuela, hablo de escuela ordinaria, por supuesto.
Adelante, Silvana.
Silvana Corso:— En relación con este momento de la pandemia y la familia, y volviendo al tema de los discursos, hoy estamos pidiéndole a la familia mucho apoyo para sostener la escolaridad de los chicos. Escuchando a las familias que no escuchábamos antes. Y, en relación con los alumnos con dificultades de aprendizaje, más. Entonces, me parece que también es una oportunidad de que las escuelas tengan ese registro del rol de la familia y cuánto han apoyado este proceso de regreso. Que sigan teniendo ese rol.
Las familias aportan en relación con cuestiones que tienen que ver con el cuidado de sus hijos, pero nunca les damos la palabra para que puedan exponer cómo aprenden sus hijos. No dejamos que sean partícipes de un proyecto de escuela real, donde se les puede escuchar lo que aportan sobre el aprendizaje de sus hijos. Es algo que hay que rescatar a la vuelta, para que las familias sigan teniendo ese rol y no volvamos a cerrarles las puertas y solo convocarlas para ver cuando hay problemas o deriven en algún tratamiento. Muchas gracias.
N.C.:— Muchas gracias. Yo tengo que agradecer a cada una de las palabras de las personas que hoy habéis intervenido. También a quienes han estado escuchando y participando a través del chat. Hay mucho que nos gustaría saber de vuestra experiencia. Hemos tenido este tiempo, pequeñito. Ya os dije que para nosotros sería estupendo, si os apetece, que compartáis con nosotros vuestros proyectos de centros, de manera que podamos aprender algo más sobre vuestras propias experiencias, más allá de lo que estas dos horas nos han dado de sí.
Han salido ya temas que me parecen muy importantes y que creo que valorará mucha gente. También diría que el liderazgo que están teniendo vuestros centros debería salir del centro. Ha habido muchas intervenciones hablando de la importancia de salir de la escuela, de ir más allá de la frontera de la escuela. Creo que contar historias como vuestras experiencias, construyen otro imaginario de la realidad escolar que permite a muchos docentes y familias pensar algo que no se permiten pensar: vivir juntos, aprender juntos. Que viviendo y aprendiendo juntos, somos mejores.
Los quiero felicitar y agradecer este rato de conversación. Seguimos con todo. Un abrazo.
Al unísono:— Muchas gracias, un placer.
Desafiar las desigualdades en la escuela. La educación inclusiva en la agenda política
Nacho Calderón - N.C.:— Comenzamos la sesión. Hoy, quiero dar la bienvenida a Maribel García López, Joan Mena Arca, Georgina Trías Gil y a Óscar Clavell López.
Todos ellos son representantes, miembros de la Comisión de Educación y Formación Profesional del Congreso de los Diputados y han accedido voluntaria y generosamente a participar en este tiempo de conversar, de hablar entre nosotros y nosotras sobre el tópico «Desafiar las desigualdades en la escuela. La educación inclusiva en la agenda política».
Ese ha sido el tópico con el que yo les invité y vienen representando distintas fuerzas políticas, grupos parlamentarios. Maribel viene por el grupo parlamentario Socialista; Joan Mena viene por el grupo parlamentario confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia; Georgina Trías viene por el grupo parlamentario Vox, y Óscar Clavell por el grupo parlamentario Popular.
Para mí, y creo que hablo en nombre de todas las personas que han estado participando durante estas semanas en las conversaciones que venimos haciendo sobre educación inclusiva, es un honor que hoy estéis aquí, que nos hayáis hecho un hueco en vuestra agenda y que podamos pensar juntos, de nuevo, qué escuela tenemos y qué escuela queremos.
A mí me costaba trabajo pensar cómo iniciar la sesión. No voy a perder tiempo, pero sí que me parece importante situaros en algo que ya comenté en el correo que os mandé, y es que estos no son encuentros periodísticos, ni son, probablemente, los encuentros que estáis acostumbrados y acostumbradas a tener en el Congreso, sino, más bien, son un espacio de construcción ciudadana con un grupo de personas preocupadas por que las escuelas respondan a las necesidades de sus familiares, de su alumnado y de esas personas que están viendo que no están suficientemente bien atendidas en las escuelas hoy. El tono y el clima que se ha respirado durante todas estas sesiones, lo habéis podido comprobar cuando habéis revisado esos videos, ha sido un clima de diálogo que, a mí, me parece ejemplar. Y con ese clima que se ha generado cada semana, me gustaría que continuásemos y que fuera un espacio de construcción. Un espacio en el que sabemos que hay incertidumbre, un terreno que no está todo claro, que no es blanco o negro y en el que tenemos la necesidad de construir. Y en el que vosotros y vosotras, perdonadme que os tutee, tenéis un papel muy protagonista.
También quería hacer hincapié en algo inicial. Las personas que hemos participado hasta ahora formamos parte de todos los representados y representadas, de quienes están hoy aquí y de algunos que no están aquí. Quiero decir que las personas que han hablado, los niños y las niñas, las familias, los profesionales, los directivos, los investigadores e investigadoras, todos ellos forman parte del arco ideológico que representáis y que se unen en estas conversaciones para tratar de construir algo mejor, y en ese contexto, me gustaría que iniciásemos el debate.
Yo lo iniciaría con un par de vídeos que puedan servir, fragmentos que puedan servir para iniciar los debates. El primer video, si os parece, es de Carmen Saavedra.
Carmen Saavedra:— Yo he estado reflexionando esta mañana sobre cuál es la función de la escuela, y he llegado a la conclusión de que tiene dos: que los niños se eduquen y que socialicen, que convivan, ¿no? Sin embargo, hay muchas niñas y muchos niños que no consiguen ninguno de estos dos objetivos. Que ni se educan, ni socializan. No conviven porque no tienen amigos.
Entonces, mi pregunta es: ¿para qué van a la escuela? Porque esta pregunta me la hago yo día sí, día también. […]
Yo sabía, sentía por qué lo mandaba, pero no tenía palabras para expresarlo. Entonces, hace unos meses, me las dio Luz López Díaz, que no sé si andará por aquí. En una frase, ella condensó por qué envío a Antón a la escuela común. Ella decía: he elegido para mi hijo el mismo colegio al que fueron sus hermanos y van sus vecinos. Pienso que, si separas en la escuela, separas para la vida entera. Y, ahí, está la razón, aunque no sabía darle esa forma, por la que Antón va a la escuela.
N.C.:— Óscar, sí lo has visto. No se te escucha. Ahora mismo no tienes el micro abierto.
Óscar Clavell - O.C.:— Sí, sí, lo he visto, lo he visto.
N.C.:— Bien. ¿Y, Maribel, también? ¿Y Joan?
Joan Mena - J.M.:— Sí. También.
N.C.:— Bien. Otro, el segundo vídeo que os quiero poner antes de iniciar el debate. Os lo pongo aquí.
Mar:— Lo que me gustaría es tener compañeros y compañeras. Más bien no, no tenía compañeros y compañeras.
Audiodescripción [AD]: Texto: «Mar decidió abandonar la escuela hace 3 años.»
Mar:— Tenía profesores. Me gusta que confiaran y que creyeran en mí. Más bien, al dejar el colegio, ya el colegio lo dejé y no, no confiaban nada en mí y lo que hacen es vigilarme a todas horas. Que me apoyaran y que me enseñen… En realidad, no me enseñaban. No me enseñaban porque no hacía todo lo necesario para que (no) me enseñen a mí. Y lo que más me gusta es la libertad y el moverme por los institutos como los demás, y ser como los demás, también.
No soy distinta a los demás, yo soy diferente.
Lara Elizalde:— Yo quiero decir algo. Creo que está bien lo que ella dice, que es distinta a los demás. Yo creo que vos sos igual a todos, sos una persona como todos, nada más que a veces tenemos capacidades diferentes. Pero todos somos iguales y tenemos derecho a hacer las mismas cosas y a que nos incluyan, pero todos somos iguales y somos únicos y somos perfectos como somos.
N.C.:— Con este panorama, me gustaría abrir una primera ronda de intervenciones de 3 minutos. Yo no voy a llevar la cosa con reloj. Vamos a hacer una conversación. Me parece interesante lo que plantean tanto Carmen como Mar y Lara. Carmen sitúa el debate en la escuela. Lo que se separa en la escuela, queda separado para el resto de la vida. Y Mar plantea el debate en que la escuela no ha hecho lo que debía para que ella pudiera aprender.
Tienen la palabra. ¿Quién comienza?
O.C.:— Venga, pues me lanzo yo. Primero, buenas tardes a todos y muchísimas gracias por invitarme a formar parte de estas jornadas que creo interesantísimas. Aportaré todo lo que pueda y más para no crispar el ambiente, eh [risas]. Es la primera premisa que nos has lanzado. La he cogido, he cogido el guante.
Creo interesantísimo el segundo video, pero, aunque lo he visto, lo he oído muy, muy mal. El primero lo he oído mejor. Pero por el resumen que has hecho, Nacho, creo que lo resume todo, que lo define todo. Estamos ante una oportunidad de oro, y digo por qué. Tenemos sobre la mesa, y todo el mundo sabe, un borrador de nueva ley educativa que está en pleno trámite de presentación de enmiendas parciales en el Congreso de los Diputados. De ella, puede salir una ley o debería salir una ley, mejor dicho, consensuada, pactada, por amplios grupos, por no decir todos los grupos, políticos con representación en el Congreso. Una ley que no esté pendiente del cambio de gobierno, del cambio del color político o del gobierno de turno.
No puede ser que en 40 años de democracia, hayamos cambiado tantas veces de leyes educativas y siempre se queden flecos pendientes. Tenemos que abrir un periodo, un plazo para escuchar. Antes he leído un mensaje que ha escrito alguien ahí, [decía] que los políticos hablen menos y escuchen más. Pues, efectivamente. Es el momento de que los políticos escuchemos. Es el momento de que los políticos atendamos las sugerencias, las reivindicaciones que diferentes sectores, plataformas, organizaciones… que estén vinculadas con la educación de todo tipo. Nos pueden aportar y estoy seguro de que se verían cosas muy gratas y muy buenas y muy productivas y fructíferas para una ley, para una ley educativa.
Por eso, ahora más que nunca, el pacto de estado para la educación es imprescindible. Y dentro de la educación entra un sector tan importante como es el que estamos aquí hablando de necesidades especiales, alumnos que necesitan alguna atención especial. Ahí es donde debería entrar ese debate. Ahí es donde debería meterse. Ahí es donde debería pactarse y consensuarse. Y ahí es donde los políticos, insisto, deberíamos atender vuestras sugerencias y vuestros requerimientos.
Si perdemos esta oportunidad que tenemos ahora, a día de hoy, abierta, perderemos muchos años para poder sacar una ley educativa en condiciones. Que guste a todos, en esa vida, es imposible gustar, pero sí a una amplia mayoría de la población, porque si hablamos de una parte concreta de la educación, estamos perdiendo ese conjunto de educación.
A mí me gusta hablar de educación, y en educación entran todos los aspectos, todos los ámbitos que sugerimos. Y, por eso, repito, aquí estamos representados los 4 partidos mayoritarios de la cámara en estos momentos. Los 4 partidos que hemos sido votados por los españoles. Si perdemos esta ocasión, esta oportunidad, creo que nos va a costar mucho dar las explicaciones oportunas a los ciudadanos.
N.C.:— Muchas gracias. ¿Quién continúa? ¿Maribel, Georgina, Joan?
Maribel García - M.G.:— Venga, me lanzo. Yo lo primero que quería era dar las gracias. La verdad es que me parece muy interesante todo lo que se ha generado. Lo he dicho antes de que entráramos en conexión. Es realmente interesante desde el ámbito universitario abrir esta ventana al mundo, porque, además, he podido seguir los diferentes vídeos en los que habéis trabajado tanto con familias como con niños, profesionales, investigadores y equipos directivos, y la verdad es que es tremendamente importante, enriquecedor.
Lo segundo que quería decir era que este ejercicio de inteligencia colectiva que nos está llevando, lo decía el otro día una compañera de equipo directivo, que presentaba en su centro educativo las comunidades de aprendizaje, que luego haré alusión a ella, me parece realmente importante y necesario en la sociedad que estamos viviendo. Y, sobre todo, a raíz de esta pandemia que nos ha descubierto tantas cosas, desde las casas de las personas hasta cómo pensamos sentirnos y cómo trabajamos un montón de horas al día.
Y también quería decir que, bueno, mi visión es multidisciplinar. Yo llevo en la política activa, dedicada profesionalmente, si lo podemos decir así, desde abril de 2019. Soy maestra de educación física de hace 20 años. Soy psicopedagoga. He trabajado 8 años en atención a la diversidad como asesora. Soy madre. Todos conocemos que yo tengo a una persona cercana a mí con parálisis cerebral. Como decía ya el otro día una profesional. Yo no puedo dividirme. Soy política, ahora mismo, pero es circunstancial. Vengo del mundo de la atención a la diversidad y, así, quiero que se me entienda. Estoy totalmente de acuerdo con Óscar. Creo que, en efecto, este proyecto de ley que todavía no se ha iniciado el debate, porque está ahora mismo en un momento de presentación de enmiendas, al articulado. Está permitiendo, y yo estoy convencida de que Óscar igual que Joan o Georgina, que nos estemos reuniendo con cientos de colectivos estos dos meses, trabajando arduamente en ese articulado y en esas enmiendas, se está escuchando a toda la comunidad educativa. Estamos teniendo reuniones con toda la comunidad educativa, con todos los organismos, asociaciones y colectivos. No olvidemos que esta ley ya se presentó hace un año en el Congreso y tuvo un amplísimo debate en la Comisión de Educación en ese momento, lo que pasa que llegaron las elecciones y, obviamente, pues no pudimos seguir avanzando en todo lo que supone ese trabajo parlamentario de aprobación o de debate, pero, está claro que es una ley que es una grandísima oportunidad y coincido con Óscar en que tenemos que aprovechar como sea para sacar la mejor ley que sea posible, ahora mismo, para la sociedad española.
Y, después, yo quería hacer un planteamiento, ya más técnico.
N.C.:— Muy breve, Maribel, para que vayamos pasando.
M.G.:— Sí. Entonces, lo dejo, no me importa. Lo dejo para un poquitín más adelante. Me gustaría hacer un planteamiento, un pelín más técnico, de lo que creo o considero que debería ser la atención a la diversidad, porque, además, estoy convencida de que muchas de las personas asistentes querrán escuchar qué pensamos, en este caso, las políticas y los políticos con respecto a la atención a la diversidad.
N.C.:— Gracias. Muy bien. Muchas gracias. ¿Joan, Georgina? ¿Quién continúa?
Georgina Trías - G.T.:— Pues yo misma si quieres. Bueno, buenas tardes. Muchas gracias por vuestra invitación. Sobre todo, por vuestro compromiso con la educación, a todos los que habéis participado estas semanas. Yo lo que quiero hacer, en esta primera intervención, es plantear unas ideas matrices que creo que pueden ampliar horizontes respecto al tema de la inclusión y que espero sirvan para enriquecer el debate.
En primer lugar, yo quería destacar que la educación inclusiva no debe ser exclusiva, no debe plantearse ni como la única ni como la mejor, debe ser una opción abierta, ¿sí?, a disposición de todo el mundo que la desee, pero no debe imponerse, porque así, de este modo, respetamos el marco de libertad educativa en el que creemos firmemente que debe desenvolverse la educación.
Por otro lado, tampoco está demostrado que el modelo de educación inclusiva sea el mejor, ni el que quieran todas las familias, ni el que suscriban todos los profesionales de la educación, que creen que los centros de Educación Especial son centros de alto rendimiento. Que son centros, y esto me gustaría resaltarlo, donde se atiende a los alumnos en virtud de su necesidad y no donde se los segrega en virtud de su discapacidad. Y en realidad, bajo mi punto de vista, lo que tendríamos que luchar es por la accesibilidad universal a la Educación Especial. E, incluso, dentro de la propia Educación Especial, hay especialización y especializar no es segregar, especializar contribuye a una mejor respuesta.
Me consta que algunos centros lo hacen. Es evidente que no es lo mismo tratar de estimular el desarrollo de los niños con autismo, con síndrome de Down, con parálisis cerebral, porque la Educación Especial es una galaxia, como todos muy bien conocéis, llena de diferentes estratos. Especializar tampoco es aislar, porque el hecho de ir a un centro de Educación Especial no aísla a una persona de la sociedad, sino que, por el contrario, la dota de más herramientas y recursos para, luego, desenvolverse mejor en la sociedad. Son centros de alto nivel que atienden desde temprana edad a los niños y, a veces, basta con unos años en los centros de Educación Especial, para luego incorporarse a la educación ordinaria. A mi modo de ver, uniformar siempre va en detrimento de la calidad de la educación, y todos los que estáis aquí lo sabéis.
Las distintas orientaciones y teorías pedagógicas son muy diversas y deben ser respetadas en aras de la libertad y en el marco de la legalidad. Y en este sentido, yo también quiero destacar un tema muy importante. Lo que debe primar es el bien superior del menor. Y este, el bien superior del menor, nunca va aislado. En el bien superior del menor confluyen muchos vectores: sus padres, su familia, el entorno sociocultural, el centro escolar al que acude… Y, entonces, si igualamos el bien superior del menor con inclusión, caemos en reduccionismo. A mi modo de ver, todo lo que construimos está mal orientado. Y este bien está muy relacionado en dar a cada uno lo que necesita en cada momento. La cuestión es quién lo decide.
N.C.:— Vamos cerrando ya, Georgina.
G.T.:— Sí. Aquí, de nuevo, nos enfrentamos a un problema recurrente que es: cómo cada comunidad autónoma actúa diferente, ¿no? Y luego, también, dos cositas más. Si pensamos en el bienestar emocional del menor, es evidente que la inclusión no es la receta para que lo consiga. Puede que a veces funcione, pero no siempre. Aquí, las palabras ‘nunca’ y ‘siempre’ no funcionan, y es lógico, porque cada persona es un mundo y lo que vale para uno, no vale para otro. Incluso, con el mismo tipo de discapacidad.
Por otro lado…
N.C.:— Mmmm, vamos cerrando.
G.T.:— Sí. A nivel más político, parece que hay una intención de bajar los porcentajes de alumnos en Educación Especial porque en los últimos 20 años no han bajado. Entonces, ahí sí me gustaría hacer un apunte, ¿no? Que esta intención no tiene en cuenta la dignidad de la persona. Estamos hablando de personas, no de números. Los tipos de discapacidad, además, son diferentes y los que lo conocéis el tema, son diferentes ahora y hace 20 años.
Y ya, por último, concluyo. Yo creo que todos los que os involucráis en el tema de la Educación Especial, debéis tener claro que nadie debe adueñarse de la discapacidad. Ninguna plataforma, ninguna asociación, ni ningún gobierno. Y evitar cualquier visión sesgada de esta realidad. Debemos ser respetuosos con las distintas aproximaciones y permitir que cada orientación pueda desarrollarse en el marco de la libertad de educación, sin imponer una determinada aproximación sobre otras igualmente legítimas. Muchas gracias.
N.C.:— Muchas gracias, Georgina. Joan.
Joan Mena:— Bueno, muchas gracias y buenas tardes a todos y a todas. Primero, agradeceros también la invitación al grupo de Unidas Podemos-En Comú Podem, y también felicitaros por el trabajo que estáis llevando a cabo con estas actividades.
A mí me pasa como a Maribel: soy profesor de secundaria, y ahora, además, estoy ejerciendo de representante político. Por eso, muchas veces me cuesta quitarme el sombrero de una cosa y ponerme el de otra, porque yo, por encima de todo, defiendo la educación. Creo que los vídeos que nos habéis pasado, de lo que hablan y en lo que se basan, fundamentalmente, es en el derecho a la educación. De lo que tendríamos que estar reflexionando es, básicamente, sobre el derecho a la educación y si todos los niños y niñas en este país, independientemente de sus circunstancias sociales, económicas, físicas o psíquicas, tienen el mismo derecho a la educación. Nosotros pensamos que, lamentablemente, no. No hemos conseguido una ley que garantice el derecho a la educación de todos los niños y todas las niñas.
El principal problema que tiene España, y eso no lo decimos desde Unidas Podemos- En Comú Podem, sino que lo dicen todos los informes de nuestro entorno europeo y de los países de la OCDE. El principal problema educativo que tiene España es precisamente la segregación, que viene motivada por diferentes causas, ¿no? La segregación socioeconómica, pero también la segregación de los alumnos que tienen unas circunstancias concretas. Por eso, yo creo también que el modelo de escuela que pretendamos construir dice mucho del modelo de sociedad que queremos construir en España. Por lo tanto, una sociedad inclusiva, donde «todo el mundo sea igual porque es diferente», como decía el video, es el modelo de educación que nosotros defendemos, porque es el modelo de país que defendemos también desde Unidas Podemos.
¿Qué es a lo que aspiramos nosotros en el modelo educativo? ¿Qué tipo de escuela queremos desde Unidas Podemos? Queremos, y no engañamos a nadie ni escondemos nada, una educación que sea pública. Queremos una educación que sea gratuita y queremos una educación que sea inclusiva, porque son las 3 piezas fundamentales para garantizar una sociedad libre de desigualdades. Yo creo que, si la libertad tiene que servir para algo, tiene que ser, precisamente, para que no haya desigualdades y que no se instauren, ni se institucionalicen esas desigualdades y, menos, desde un sistema educativo como el nuestro. Para hacer eso, para poder conseguir eso, y creo que de eso también tenemos que hablar y ser serios, necesitamos básicamente dos cosas. La primera, más recursos. Yo creo que, o destinamos más recursos a la educación, o, si no, al final tendremos una mentira construida sobre un pilar que no es el verdadero, ¿no?
Yo, que también he tenido contacto con muchas familias, tengo la sensación de que la mayoría de las familias… tengo la convicción de que la mayoría de las familias lo que quieren es lo mejor para sus hijos y para sus hijas. El problema lo tenemos muchas veces desde la escuela, mal llamada, ordinaria. Si no hay mecanismos. Si no hay recursos para atender a todo el alumnado, independientemente de las circunstancias con las que presente, muchas familias buscan unas alternativas, ¿no? Por eso, creo que ahí los poderes públicos son los responsables para garantizar que la escuela tiene que servir para todos los niños y para todas las niñas.
Necesitamos también formación. Necesitamos que el profesorado tenga muchísima formación. Los recortes de los últimos 10 años en la educación han desmontado mucho la educación púbica en nuestro país, pero prácticamente han debilitado la formación del profesorado, que tiene que ser, pues, un cuerpo docente que esté actualizado al día a día. Esa ley que nosotros creemos, queremos que sea una ley que blinde la educación pública, la educación gratuita y, también, la educación inclusiva. Tiene que garantizar que ningún niño, ninguna niña, se quede atrás por los motivos que yo antes os decía, y voy acabando. Creo que la LOMLOE tiene que incluir eso.
Decía antes el compañero Óscar que hemos tenido en España en Democracia hasta 7 leyes educativas. Eso es verdad. Pero yo no lo veo un mal planteamiento, en el sentido de que las leyes están para actualizarse. El problema que hemos tenido es que casi ninguna de esas leyes ha tenido ni el concurso ni la aprobación del conjunto de la comunidad educativa, con lo cual, o hacemos una ley que esté avalada por la comunidad educativa, o si no volveremos a fracasar, ¿no? Creo que ese es uno de los elementos, una de las necesidades que tenemos planteadas encima de la mesa. Y acabo con una cosa que no quiero, a, dejarme en el tintero.
Creo que la mayoría de las fuerzas políticas que estamos hoy en el congreso de los diputados estamos más de acuerdo en estos aspectos de lo que muchas veces trasciende a la sociedad. Seguramente nos empecinamos más en marcar nuestras diferencias y en hacer públicas una disputa entre unos y otros y no nos damos que somos los principales enemigos cuando hacemos eso. Y tengo la convicción de que yo lo que sí que le pediría acabo a todas las fuerzas políticas es que saquemos a la educación de nuestra batalla política y partidista que es muy legítima, porque la ideología está para eso, pero creo que el bien común, la educación, tiene que estar por encima de los intereses partidistas de una y otras fuerzas políticas.
Muchas gracias.
N.C.:— Están llegando muchos comentarios. Varios de ellos vienen en torno a la ratificación de la Convención de los Derechos de la Persona con Discapacidad, que hace el Reino de España en 2008, que después es evaluada por el propio comité, y que, por ejemplo, podría, podría decir alguna pregunta de este tipo.
Además de reunirse con los diferentes sectores vinculados con la educación, ¿están elaborando esa nueva ley con la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad en sus manos?
Otra persona, por ejemplo, pregunta: ¿creen que se puede opinar que está ampliamente avalada por numerosas investigaciones nacionales e internacionales y hay, además, un argumento superior, y es que estamos hablando de derechos humanos y de un tratado internacional ratificado por España?
Pues… Si les parece, podríamos continuar por aquí. ¿Quién sigue?
M.G.:— ¿Puedo? Respecto a la Convención de los Derechos Humanos y los Derechos de Personas con Discapacidad. El informe que hizo la ONU en el año 2018 habla de una investigación de, sobre unas presuntas violaciones graves o sistemáticas del artículo 24 del derecho a la educación de la Convención por España son la exclusión estructural y segregación de las personas con discapacidad en el sistema educativo general. Esto fue un golpe tremendo para el sistema educativo español cuando se publicó porque realmente estudiando base la Convención y sí que, sí que, desde luego, nosotros queremos tenerlo en cuenta en la nueva ley, no, no puede ser de otra manera. Yo, para mí, ese, esa Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad aprobada por la ONU en el 2006 y ratificada por España en 2008, nos está marcando un camino.
Un camino muy claro sobre la necesaria consecución en todos los casos de los que se habla de ajustes personales. Tenemos que garantizar a las personas con discapacidad, a todo tipo de personas con necesidades educativas especiales y con NEAE, es decir, a la diversidad, porque todos somos diversos, todas somos diversas, el goce, el ejercicio, en igualdad de condiciones con los demás de todos los derechos humanos y fundamentales, entre ellos, la educación y la educación inclusiva. Y eso no significa que, en un momento dado, tengamos que renunciar a alguna modalidad de escolarización o tengamos que plantearnos que todo el mundo, que todo es blanco o todo es negro. Creo que lo decías al principio, ¿no? Yo creo que la oportunidad la tenemos a tres niveles. A nivel macro tenemos una oportunidad que es el proyecto de leyes de educación, y en ese proyecto de ley de educación no va a ir solo, va a ir con unos futuros Reales Decretos, donde se tiene que trabajar, sí o sí, la brecha digital y la brecha de aprendizaje que ha quedado clarísimamente encima de la mesa con la COVID-19.
Hay que trabajar por la formación profesional adaptada para personas con discapacidad porque, como decía un vídeo, una chica, lo que no puede ser es que yo me quede en mi casa y ya no, ya, mi máximo sea estar en un Centro de Día o en una residencia después de los 21 años. Hay que trabajar para hacer un cambio absoluto en la formación del profesorado, en formación inicial, que lo habéis visto, lo habéis comentado en otras ocasiones, formación permanente y acceso a la función pública.
Está claro que eso es una oportunidad. Yo me lo planteo como reto. Y eso es a nivel macro, pero a nivel meso nos vamos a las transferencias en competencias educativas, las comunidades autónomas y sus Decretos de atención a la diversidad. Los Decretos de atención a la diversidad tienen que replantearse y repensar muy mucho. Nos tenemos que repensar para qué sirve una evaluación psicopedagógica, para qué sirve un dictamen de escolarización, cuál es el uso de los recursos humanos que tenemos en las aulas, si sacamos niños, si segregamos, si los metemos dentro del aula, porque está claro que, en las comunidades de aprendizajes, una de las cosas que más nos han enseñado es que cuando un aula no entra un docente, sino que entra más de una persona, entra la comunidad educativa, entra lo que rodea al centro, es muchísimo más enriquecedor, es un espacio enriquecido de aprendizaje y, por lo tanto, mucho más inclusivo. Y a nivel micro, todo el trabajo que tenemos que hacer como centros educativos y como aula: buenas prácticas, mayor autonomía, los DUA, la sensibilidad de los centros educativos. Tenemos que recordar y retomar ese trabajo porque tenemos que personalizar la enseñanza. Todos somos iguales, todas somos diferentes, pero no es una cuestión de adaptar la enseñanza. Yo, para mí, la palabra adaptación ha quedado anticuada y ha quedado reducida. Hay que personalizar la enseñanza. Hay que llegar a cada niño y a cada niña, porque nadie se puede quedar atrás y esa, esa idea de que cualquier niño o niña sea capaz, en el sistema educativo español, de conseguir el mayor de sus capacidades; ese debe ser nuestro trabajo. Ese debe ser nuestro punto de vista. Y creo que esta Convención no nos dice si centro…
N.C.:— Vamos cerrando.
M.G.:— Termino. Termino, sí. Centros de Educación Especial, sí o no. No nos dice si aulas especializadas o no. Lo que tenemos que buscar y repensar es que nuestro sistema educativo sea inclusivo en todos sus ámbitos, en todas sus modalidades y que dé respuesta a la sociedad española, que es diversa, que es única y que, por tanto, todos nosotros nos podamos realizar en ella.
N.C.:— Muchas gracias, Maribel. Pensaba que, justo en estas conversaciones, ese debate apenas ha estado presente. El debate que sí ha estado presente todo el tiempo es cómo hacer que la, que de las escuelas no salga nadie despedido, cómo hacer que en las escuelas nadie se encuentre excluido y sobre ese debate se ha estado trabajando todo el tiempo. Dos cosas.
Uno, Maribel, cuando yo he dicho antes, no todo es blanco y negro. Probablemente, el comentario no ha sido acertado, porque en el derecho sí que es o blanco o negro. Me refería a que, en la construcción de nuestras ideas y de nuestras prácticas y de nuestras culturas, sí que las cosas no son ni blancas ni negras. Y, por otra parte, quería comentar que, algo que ya había salido, es que, sí, que hay mucha investigación científica y, de hecho, en una de las conversaciones, la conversación de investigadores e investigadoras, quedó muy patente. Entonces, me gustaría que los debates lo hiciéramos sobre, sobre datos.
Muy bien, ¿quién continúa?
O.C.:— Bien, ¿continúo yo?
N.C.:— Muchas gracias.
O.C.:— Bien. Se han dicho cosas muy interesantes hasta el momento, solo que se dirán otras tantas. De mis compañeros, hay dos que han dicho que son profesores y conocen lo que es la docencia desde dentro. Yo no lo he dicho, pero también. También lo soy, de secundaria. También sé lo que es la docencia desde dentro y el otro día lo dije en otra reunión. Dije que, si nos diesen a elaborar, a confeccionar, una ley educativa a cuatro profesores en activo, dentro de un aula, en un mes saldría una ley perfecta, porque legislar desde Madrid es muy difícil o muy lejano a la realidad, por decirlo de alguna manera, de cómo se pueda hacer desde dentro de un aula. Estamos hablando de una ley educativa. Solamente los profesores saben lo que es una clase, saben lo que son sus alumnos, saben cómo tienen que trabajar con sus alumnos y lo que tienen que hacer. Por desgracia, pues, no se tiene en cuenta a los que día a día están trabajando o pertenecen a plataformas dedicadas a la educación.
Dicho esto, efectivamente, el profesorado es un magnífico profesorado en todos los aspectos. En España, desde el Partido Popular, estamos reivindicando un MIR educativo, como, como tienen los médicos cuando acaban la carrera de medicina, pues, los profesores también. Que la formación sea permanente porque, queramos o no, la sociedad va cambiando; la realidad no es la misma. La de ahora, el sistema educativo no es el mismo ahora que hace 15 años, ni será el mismo dentro de 20 años. Por tanto, esa realidad que cambia, tenemos también que acoplarla y amoldarla al sistema formativo de los docentes. Por supuesto, yo lo decía al principio, se debe escuchar a todas las partes. Se debe atender a todos los colectivos, todos. Por supuesto, que se debe tener en cuenta la convención de los derechos humanos. Por supuesto que se debe tener en cuenta el art. 27 de la Constitución española. Por supuesto que se deben tener en cuenta todas las sentencias judiciales, del Supremo, del constitucional. Que apunten hacia un lado o apunten hacia otro. Por supuesto que se debe tener todo en cuenta, porque si dejásemos a una parte, por mínima que sea, sin tenerla en cuenta, esa ley ya saldría coja, no saldría lo completa que debería salir.
Hablamos de profesores, hablamos de alumnos, pero, muchas veces, nos olvidamos de las familias. Y las familias, los padres, saben lo que quieren para sus hijos a la perfección. A veces necesitan un consejo o algún apoyo externo para decidir, porque no son expertos en educación, igual que yo. Si necesito un consejo legal, voy a un abogado. Si necesito un consejo sanitario, voy a un médico. Es normal que los padres tengan que acudir al consejo de profesionales para poder elegir en algún momento el tipo de educación que quieren para sus hijos. Pero yo no conozco a ningún padre ni a ninguna madre que no quieran lo mejor para sus hijos y, por tanto, la libertad de elección recogida en la Constitución española. Recogida en un estado democrático como es el nuestro, el español. Debe estar ahí presente, y son los padres los que deben elegir la educación para sus hijos. Y son las administraciones públicas las que deben garantizar ese derecho de elección a los padres. Ya sea el Estado, o sean las comunidades autonómicas, porque digamos que la inmensa mayoría de competencias educativas están transferidas a las comunidades autónomas, a las consejerías de educación. Y, por tanto, si llegamos a ese punto, no debe haber ningún problema.
¿Hacen falta recursos humanos y económicos? Por supuesto. Hacen falta recursos humanos y económicos, pero, teniendo todas las cartas sobre la mesa, estoy seguro, estoy seguro, que podríamos sacar esa ley u podríamos llegar a acuerdos importantísimos y duraderos.
N.C.:— Muchas gracias, Óscar. Leía ahora mismo un comentario. Este, «¿podrías decírselo a los equipos del EOE?» Porque, en realidad, eso no lo deciden las familias hoy. Quienes están decidiendo el centro en el que se escolarizan los niños y las niñas, no son las familias, son los equipos de orientación. Más palabras. Joan.
J.M.:— Sí, yo. ¿Puedo?
N.C.:— Adelante.
J.M.:— A ver, yo, varias cosas. Yo no soy tan optimista como Óscar. Yo no creo que los profesores solos hiciéramos la mejor ley educativa en este país. Tendríamos que incorporar, por ejemplo, las familias que también son una pieza fundamental de la comunidad educativa, y es algo que no se ha hecho en las diferentes leyes educativas que hemos tenido en este periodo de la democracia, ¿no? Por eso yo decía: lo malo de este periodo, de estos 40 años, no ha sido que haya habido muchas leyes educativas, porque las leyes están para actualizarse, para modernizarse y la España de los 80 no necesitaba la misma educación que la de los 90, ni la que los 2000, ni la que necesitamos ahora. Tenemos que adecuar la sociedad y la escuela pública de España a los retos de la sociedad española en cada momento, pero es verdad que no hemos sido capaces de incorporar la opinión, ni la implicación.
Muchas veces por falta de voluntad política, la mayoría de esas veces en las diferentes leyes educativas. El día que hagamos eso, seguramente tendremos una ley que vendrá para quedarse más tiempo, porque quien la tiene que aplicar dentro de las aulas, precisamente, se la cree. Yo creo que, sinceramente, no tenemos que dar pasos atrás. España ya tiene un modelo de educación inclusiva que está ratificado desde el año 2008, como decía Maribel. Por lo tanto, a partir de ahí, la obligación que tenemos todos y todas, los que estamos en el Congreso de los Diputados, es cómo adecuamos la legislación y la normativa educativa a lo que ya ha ratificado España. Es decir, el mandato ya lo tenemos. A partir de ahí, tenemos que ver cómo hacemos posible que la escuela en España sea una escuela inclusiva, donde quepan todos los niños y todas las niñas.
Y yo creo que hay 4 elementos fundamentales para poder conseguirlo. El primero, como dije antes, la formación es básica. Necesitamos ampliar la formación del profesorado. No solamente la formación inicial, que es importantísima, sino la formación permanente, que se ha recortado en todas las comunidades autónomas y somos una pieza fundamental. Tenemos que estar formados y formadas cada día.
El segundo, los recursos. Sin recursos, sin inversión en educación, no podremos aspirar a los cambios estructurales que necesita el modelo educativo español.
El tercero, que yo creo que es fundamental y tendríamos que aprovechar también una situación sobrevenida de la COVID-19. Tenemos la obligación de intentar rebajar las ratios en nuestras aulas, porque eso favorece también la educación inclusiva y favorece la atención individualizada que creo que defendemos todos los partidos políticos de cualquier ideología. Por lo cual, pongámonos de acuerdo también en cómo rebajamos esas, estas ratios en nuestras aulas para garantizar que todos los alumnos y todas las alumnas están siendo atendidos según sus necesidades.
Y el cuarto, que para mí es un elemento fundamental. Muchas veces nos olvidamos y los primeros que nos olvidamos de esos somos los profesores. Permitidme que ahora hable también como profesor. Necesitamos incorporar también nuevos perfiles profesionales en la educación. Necesitamos que no haya solamente profesores y profesoras. Necesitamos orientadores, pedagogos, celadores, psicopedagogos… Necesitamos educadores sociales. Es decir, tiene que haber un perfil muy variado de profesionales en la educación de nuestro país para garantizar que la escuela es una escuela precisamente inclusiva.
Y acabo con una cosa. A mí muchas veces, cuando hablamos de la elección de las familias, no deja de parecerme una pequeña trampa que nos hacemos todos y todas al solitario, porque si la escuela que yo tengo al lado de casa tuviese todas las herramientas para ofrecerle una educación como yo creo que tiene que tener mi hijo o mi hija, no me plantearía alternativas a la escuela que hay en frente de mi casa, con lo cual, lo que tenemos que conseguir es que la escuela que haya enfrente de nuestras casas, vivamos en el barrio que vivamos, vivamos en la ciudad que vivamos, en el pueblo que vivamos, en los pueblos rurales, que hay muchos en España, sea la mejor. Y yo, por eso, decía que tiene que ser pública, gratuita e inclusiva, porque la escuela que tenemos todos al lado de casa tiene que ser la mejor para no tener que buscar alternativas fuera. Muchas veces, planteamos la libertad de elección de las familias como una trampa para, de alguna manera, no dotar de las herramientas necesarias que tiene que tener la escuela que tenemos en nuestro barrio, y, por tanto, vestir de alternativa, lo que es una obligación por parte de las familias.
N.C.:— Muy bien, muchas gracias. Recordaba, al hilo de lo que ibas comentando, algo que me hizo llegar una madre. Me contaba una conversación que había tenido con uno de sus hijos, son 3 hijos. La madre le pregunta a su hijo qué pasaría si, el día de mañana, el centro le dice a uno de sus hermanos que no puede estar por su comportamiento o lo que sea. Y, entonces, este chico, Martín se llama, le responde: pues, habrá que ayudarlo. Y, entonces, le pregunta por el otro hermano, que tiene autismo y, entonces, cuando él le responde, le responde con una pregunta: ¿cuál es la diferencia para pensar que Lucas puede ir a mi cole y Héctor no puede ir a mi cole?, ¿quién decide quién va a un cole o a otro? Porque parece que es una decisión, pero, en realidad, es una decisión, en el mejor de los casos, muy condicionada.
Aquí, en el grupo de familias que hay aquí, hay alguna persona en particular que ha estado pleiteando por el derecho a estar, a permanecer, de su hijo en el centro en el que estaba escolarizado. Y respecto al tema de la formación, había un comentario por ahí también, que he leído, que decía: «si hace ya más de 25 años de la declaración de Salamanca, ¿qué hace falta para que el profesorado se forme en condiciones? Desde entonces venimos formando, se supone, para la escuela inclusiva, ¿qué problema está habiendo con la formación?»
Más palabras. Georgina. El micro. Ahora.
G.T.:— Sí, bueno, yo quería hacer unas observaciones. Nosotros, el enfoque que hacemos de la educación es en el marco de la libertad. Y la libertad supone el respeto de los derechos. Por supuesto, los derechos fundamentales contemplados a través de los organismos que habéis ido citados. Los derechos fundamentales contemplados en la Constitución española. Entonces, lo que no podemos hacer, es decir, de repente, que la libertad de elección es una trampa o un artículo de la Constitución es un falso derecho. O sea, yo creo que la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos es un derecho fundamental Y yo, simplemente, quisiera apuntar algo que antes no he dicho. Creo que objetivas los criterios para que no pase, para que no se den todas esas sentencias que estáis diciendo. Muchas familias que habéis querido llevar a vuestros hijos a educación ordinaria. Y, precisamente, las plataformas que aglutinan a todas las familias de niños con discapacidad serían las que deberían, a mi modo de ver, ponerse de acuerdo para objetivar los criterios. Para que un alumno, vaya a un centro o vaya a otro con la ayuda de las familias. En fin, tener ahí un poquito más de consenso.
Y, luego, creo que es muy importante hacer un planteamiento de vida. Incluso más allá de objetivar criterios frente a la discapacidad. Todos sabemos, por experiencias familiares, que convivir con la belleza y con la riqueza aportan. Estas personas, sin duda, son especiales porque nos abren a otra mirada sobre la existencia y nos la enriquecen, pero, todo eso, que supone la convivencia, no tiene nada que ver con la libertad, que podamos decidir la educación que queremos para nuestro hermano, para nuestro hijo, para nuestro sobrino. Entonces, yo creo que hay que evitar el exclusivismo. La educación inclusiva, fenomenal, pero no exclusivamente, porque, entonces, entra en juego la libertad.
Y luego, claro, hombre, decir que lo ideal es que delante de tu casa tengas el colegio, ojalá, ojalá. Pero, bueno, es que hay un mosaico de propuestas pedagógicas de los diferentes colegios y eso cualquiera que sabe de pedagogía sabe que la pedagogía no plantea un modelo único de educación, sino que son propuestas pedagógicas. Y que cuando uno decide a qué colegio lleva a su hijo, tiene que poder elegir. Y, ojalá, la escuela pública ofreciera esas distintas propuestas pedagógicas y no fuera una escuela uniforme. Ojalá. Muchas gracias.
N.C.:— Claro, cuando hablabas de objetivar en criterios, aparece un texto, un comentario que dice: «entonces, en qué quedamos, criterios oficiales o elección de familia». Es que, en realidad, bueno, es algo complejo. Yo no quiero entrar.
G.T.:— Son muchos vectores, ¿no? Es que es un tema complejo. Es que, creo yo…
N.C.:— Claro, lo que pasa Georgina que, pudiera parecer, que las familias están eligiendo y el problema no es ese, el problema. Solo hay que ver algunos de los videos, sobre todo de las familias y el de los jóvenes… Voy a poner aquí un video para que lo veamos y comentemos.
G.T.:— Es que, perdona, perdona. Respecto a los videos. Por ejemplo, el primero que has puesto, dice: «si separas en la escuela, separas para la vida entera». Hombre, eso es una visión determinista. No todo el mundo piensa así. Yo conozco muchísimas familias que no piensan así, pero muchas. Eso no se puede universalizar. Es un reduccionismo.
J.M.:— Pero Georgina, entonces, contéstame una cosa: ¿por qué tu hijo o tu hija que juega con el vecino de en frente se tiene que ir a la escuela a 50 km a la distancia? Eso yo creo que es un funcionamiento excluyente por parte de la sociedad. Y perdonad que nos hagamos preguntas, a lo mejor no es el…
N.C.:— Bueno, yo creo que está bien que entréis en este debate. Me parece bien. Voy a poner este video a ver qué provoca.
Marcos:— Hola, Nacho.
N.C.:— Hola, ¿qué tal? Bien. ¿Cómo es tu escuela, Marcos?
Marcos:— Está bien.
N.C.:— ¿Sí… está bien? ¿Por qué está bien?
Marcos:— Para mí es buena.
N.C.:— Para ti es buena.
Marcos:— Para mi hermana no tanto.
N.C.:— Para tu hermana no tanto, ¿por qué?
Marcos:— Porque se siente sola en el patio.
N.C.:— Tu hermana se siente sola en el patio.
Marcos:— Está sola.
N.C.:— ¿Está sola? Siempre. ¿Siempre está sola?
Marcos:— Sí.
N.C.:— ¿Y cómo lo ves tú eso?
Marcos:— Mal.
N.C.:— ¿Y por qué crees que, que ella está sola?
Marcos:— No sé.
N.C.:— ¿Y cómo se podría arreglar eso, Marcos?, ¿qué se te ocurre?
Marcos:— Hablando con los de su clase.
N.C.:— Hablando con los de su clase… ¿y qué le podríamos decir a los de sus clases?
Marcos:— Que se junten con ella.
N.C.:— Mmm ¿Y por qué crees que no se junta con ella?
Marcos:— Porque tiene autismo.
N.C.:— ¿Y por eso crees que no se juntan con ella?
Marcos:— Sí.
N.C.:— Tú antes decías, Marcos, que para ti sí era buena la escuela, ¿por qué es buena para ti?
Marcos:— Porque a mí me mandan cosas, estoy con mis amigos, se juntan conmigo…
N.C.:— Sí. O sea, que a ti te mandan tarea, tú te juntas con tus amigos y eso tú ves que no pasa con tu hermana.
Marcos:— Sí.
N.C.:— Bueno, muchas gracias, Marcos, porque nos ha ayudado mucho a entender cómo es tu escuela. Gracias, Marcos.
Marcos:— De nada.
M.G.:— Bueno, es absolutamente claro y cristalino lo que dice ese niño sobre su realidad y sobre la de su hermana. Están en el mismo centro educativo y están viviendo una experiencia educativa absolutamente distinta, diferente. Yo creo que, sinceramente, que con este video tenemos que preguntarnos varias cosas: qué tipo de educación queremos. La diversidad existe y existe desde que nacemos hasta que morimos. Todas las personas somos distintas y todas las personas somos iguales, y si educamos de manera segregada y diferenciada, no sabremos vivir y convivir en la sociedad en la que estamos. Entonces, creo que tenemos que, decididamente, trabajar por una sociedad más cohesionada, y eso viene por la atención a la diversidad en toda su extensión.
Con respecto a uno de los vídeos, se hablaba de justicia social y se hablaba de justicia escolar y justicia curricular. A mí me gustó mucho, porque realmente este niño está exigiendo o solicitando justicia curricular y justicia educativa para su hermana. Yo pienso que la atención a la diversidad no puede depender de la voluntad de una familia, no puede depender de la voluntad de una administración o de la voluntad de un docente, como habéis dicho en muchas ocasiones: es que el docente os dice que no está preparado, es que el docente no lo quiere en su aula o es que la familia quiere esto o solo esto. Yo sí he leído la sentencia y estoy al tanto de la sentencia de escolarización que está habiendo tanto en un lado, como en otro. Familias que piden que su hijo vaya a un centro de Educación Especial, como familias que piden que su hijo o su hija vaya a una escuela ordinaria.
El sistema actual que tenemos nos obliga y, de algún modo, nos exige que todos los profesionales que nos dedicamos a la educación, a trabajar colectivamente. Los equipos de orientación no pueden ser un bando, los centros docentes otros, los docentes otro bando, las familias otro bando. No podemos estar en guerra. Tenemos un niño, una niña, que tiene unas necesidades y tenemos que sentarnos, hablarlo y que ese dictamen no sea una sentencia, o que esa administración finalmente tenga que irse y querellarse porque la familia quiere o el niño… no, no podemos seguir por ese camino y creo que este proyecto de ley educativa nos tiene también que obligarnos a sentarnos, a reflexionar a las políticas y a los políticos en este tema para que, luego, en los Decretos de atención a la diversidad…
N.C.:— Vamos cerrando ya. …
M.G.:— de las diferentes comunidades autónomas sea una realidad. Y nos tenemos que, tenemos que repensar, tenemos que sentarnos a pensar.
N.C.:— Muchas gracias, Maribel. Me llega un comentario que viene a colación con esto que estás comentando. Los dictámenes de escolarización no son elegibles, son un dictamen de escolarización. De hecho, esas sentencias lo que hacen es cuestionar el valor legal de esos dictámenes de escolarización. Eso no lo elige nadie y no se puede plantear en términos de que es algo elegido, cuando el mecanismo para que una persona vaya a un centro de Educación Especial o un aula específica es algo que decide, por ejemplo, un profesional.
Más palabras.
M.G.:— Solo una cosa. Los equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica específicos y los demás departamentos de orientación, estoy convencida de que hacen su trabajo lo mejor posible, igual que los profesionales de la educación, y que cuando realizan un dictamen de escolarización hacen una propuesta. La familia firma a favor o en contra de esa propuesta. Recordadlo. No es exactamente…
N.C.:— Pero la familia no puede negarse, o sea, cuando el dictamen de escolarización se plantea es, al final, absoluto. La familia se puede negar, pero eso se puede llevar hasta donde quiera el profesional, hasta donde quiera la administración en realidad.
Voy a mandar otro video que va a colación con esto. Muy cortito.
Raúl R. López:— Tarde o temprano se nos plantea un dilema. ¿Qué hago, me adapto a lo que se espera de mí o hago cumplir los derechos humanos?
N.C.:— Es un profesional, es un orientador; de hecho, hay muchos orientadores y orientadoras en esta situación.
J.M.:— Claro, por eso yo decía que, seguramente, nos enfrascamos mucho en todo este tema de qué eligen las familias y qué no eligen las familias cuando el debate está en si las escuelas tienen las herramientas necesarias para hacer frente a los alumnos que presentan cualquier tipo de necesidad. Porque, seguramente, cuando consigamos eso, no habrá profesionales que se tengan que plantear excluir a un alumno para que pueda ser atendido en función de los requisitos educativos que se imponen desde las administraciones públicas. Y, probablemente, tampoco haya demasiadas familias que se plantearán llevar a sus hijos a determinadas escuelas. Porque, como decía, creo que el debate que tenemos pendiente es cuáles son las herramientas, cuáles son los recursos que necesitan las escuelas para garantizar que cualquier alumno, independientemente de sus circunstancias personales, sociales o económicas de la familia, esté atendido de la mejor manera posible. Y creo que, sinceramente, ese es el debate que tendríamos que tener de mirada política y tengo la sensación de que no me equivocaré mucho. Creo que ese debate es dónde encontraremos puntos de encuentro, independientemente de la ideología que tengamos cada uno que, evidentemente, es legítima, porque el bien del menor, el bien de que mi hijo, que voto izquierdas, esté bien atendido en una escuela y el hijo de mi vecino, que vota a la derecha, también esté bien atendido en la escuela, nos interesa como sociedad en general. Es donde encontraremos esos puntos en común que sé o que creo que son por los que tenemos que transitar, por lo cual yo creo que tendríamos que dejarnos de debate.
Yo decía trampa, ponerle la palabra que queráis, pero debates que no nos llevan a ningún sitio, que lo único que buscan es el enfrentamiento entre unas familias y otras y buscar el bien superior, que es el bien por la educación, que tiene que ser como garantizamos que la escuela de la atención que necesita cualquier niño y cualquier niña, independientemente de sus circunstancias personales. Para eso necesitamos recursos, necesitamos formación del profesorado y necesitamos, evidentemente, perfiles profesionales diferentes más allá del profesor histórico que hemos tenido toda la vida en nuestras aulas.
N.C.:— Muchas gracias.
O.C.:— No se trata, si me permites, Nacho, de enfrentamientos, ni de ganar batallas, ni de todo lo contrario. A veces, los seres humanos, las personas, somos expertos en hacer difícil lo fácil y en complicarnos la vida de tal manera que de lo que parece una realidad tan obvia, que casi tocamos con la punta de los dedos, hacemos un mundo universo y, efectivamente, hay muchas cosas importantes.
Una de ellas es que, a veces, adjetivar algo es muy doloroso. Ponerle siempre algún adjetivo de inclusivo, exclusivo, de especial, de ordinario… Detrás de eso, a veces, va mucho dolor, mucho dolor y mucha crueldad. Que no deja de ser muchas veces la realidad, sí, pero le ponemos ese toque que, a veces, lo deshumaniza, por decirlo de alguna manera, en la cuestión que estamos tratando. Dicen que los niños nunca mienten, y cuando vemos realidades como la de este niño, Marcos, del video anterior, que denunciaba lo que está sufriendo su hermana por ser autista, la verdad es que eso es un drama y esa es la realidad. Y, efectivamente, nos está mostrando que algo no funciona bien, que algo está fallando en el sistema educativo. Llámese recursos, que pueden ser bien recursos económicos, profesionales, lo que sea. Cuando unos padres no pueden libremente elegir el centro, sea el de delante de su casa, o sea el de la otra punta de la ciudad, o sea, el que tiene en el pueblo de al lado. Pero cuando libremente no pueden elegir ese centro, algo está fallando también, algo no funciona y eso es lo que nos debe preocupar.
Todo funcionaría bien, y lo he dicho antes, cuando las administraciones públicas, y hablo en plural, son los garantes de que nosotros, como ciudadanos, tengamos nuestros derechos y podamos acceder a ellos. Y esas administraciones públicas, si a mí como padre o cualquier persona que nos esté escuchando como padre o madre que quiere llevar al colegio que sea, sin adjetivos, insisto, sin adjetivos, no voy a objetivizar ahora los sustantivos, llevarlo al colegio que sea a su hijo, tenga alguna discapacidad o no, por el sistema educativo que se imparta en ese colegio… Lo que sea, me da igual. Insisto en que no quiero entrar en detalles. Si no puede hacerlo es porque el sistema nos está fallando. Y hay que corregir eso. Que a veces, una manera de corregirlo, efectivamente, estoy de acuerdo con mis compañeros, son recursos económicos. Por supuesto. No lo voy a dudar. Faltaría más. Pero no solamente son recursos económicos. También hay otros aspectos que hay que tener en cuenta, e insisto, los padres son los que deben tener la primera y la última palabra, siempre acompañados, en algún momento, de apoyo externo para poder escolarizar de la mejor manera posible a sus hijos.
M.G.:— Yo solo un apunte. Eso quizás, Óscar, es posible en una ciudad como Madrid. En Extremadura, ámbito absolutamente rural, tenemos los centros que tenemos y cualquier niño o niña puede escoger el centro que quiere, simplemente porque hay uno, a lo mejor, en su pueblo y no hay más. Por lo tanto, cuando yo decía que la atención a la diversidad tiene que ser la mejor posible también en ese centro, porque es el que tiene. No vamos a llevar a ese niño en un autobús todos los días cuando puede estar en su centro. Es a lo que yo me refería, teniendo en cuenta que, claro, yo te entiendo, Óscar, tenemos que diferenciar entre escuela rural, urbana… Es que, es tan amplio todo [risas] que esta es la casuística. No podemos poner una norma o una regla porque no es posible.
O.C.:— Totalmente de acuerdo.
N.C.:— Me plantean por aquí una pregunta: «¿Creéis que hacer un proyecto de ley desde un pacto va a hacer que lo que Marcos dice cambie?»
J.M.:— Yo te doy mi opinión, si te parece. Si lo hacemos desde un pacto exclusivamente político dentro de las cuatro paredes del Congreso de los Diputados, será muy difícil. Si lo hacemos desde un pacto entre las fuerzas políticas y la comunidad educativa, entonces, estaríamos empezando a cambiar estructuralmente lo que se ha hecho en la educación en los últimos 40 años.
O.C.:— Que no sirva de precedente, pero estoy de acuerdo con él.
J.M.:— (Risas) Bien.
M.G.:— Muy bien, muy bien, vamos, vamos. (Risas) Precedente peligroso, precedente peligroso [risas].
O.C.:— Pero esto bórralo del vídeo, eh, bórralo.
N.C.:— (Risas) Lo borro, lo borro [risas]. Bueno, más ideas. Tengo aquí otro vídeo. La verdad es que tengo debilidad siempre por la familia, que es con quien más trabajo y es a quien más investigo, sobre todo a las madres. Me parece que el conocimiento que generan las madres es un conocimiento de un valor incalculable para las escuelas que, ahora mismo, no se está teniendo en cuenta y que, necesariamente, si queremos que las escuelas sean inclusivas, tiene que ponerse ahí delante, como una gran herramienta para construir conocimiento pedagógico.
Eso que va ya por delante, pero, tengo que decir que la sesión de jóvenes que tuvimos aquí, de niños y niñas y de jóvenes… Georgina, ¿querías comentar algo?
G.T.:— Sí, me has tocado la fibra sensible. Del conocimiento de las madres, simplemente hacer un apunte. Yo he estado en formación muchos años también. Antes y siempre he hablado de lo que es el conocimiento por connaturalidad, que es el conocimiento que de forma natural tiene una madre de lo que le pasa a su hijo, y que ella sabe, por connaturalidad, por amor. Por ese conocimiento que da el amor. Porque ama, sabe atender de la mejor manera a su hijo. Solo quería hacer este apunte, porque me ha parecido muy bonito y porque lo suscribo.
N.C.:— Pues, fíjate, por ahí andan parte de mis investigaciones. En el conocimiento que generan las madres, particularmente, también los padres, evidentemente, pero, particularmente, yo he trabajado con las madres y es un conocimiento de su hijo. Tú dices desde el amor. También lo planteo así en mis trabajos, desde el amor. Y es un conocimiento directo con la persona, más allá de todo el proceso de etiquetado que ocurre, en diferentes instituciones. Ocurre en la sanidad desde que comienza el nacimiento de tu hijo o tu hija y, después, la institución escolar también trabaja a partir de ahí.
Y las familias lo que hacen, y en particular las madres, es conocer a la persona sin el estigma, tienen esa capacidad…
G.T.:— Exacto.
N.C.:— … esa capacidad de mostrar a la institución quién es esa persona sin el estigma.
G.T.:— Y no solo a la institución, sino al propio niño, porque, si tú eres capaz, cada día que amanece, mirar a tu hijo con una mirada nueva, sin etiquetas, porque ya no es ante la institución, es que tú realmente no digas: «este es un vago, este es un pesado, con este no se puede, este es un inútil…». Todo esto limita de forma radical a los hijos. Hay que formar a los padres también, y yo a eso me he dedicado muchísimo.
N.C.:— Sí. Ocurre también, aquí estoy entrando ya más de lo que debería…
G.T.:— Ya, yo también (risas), perdón, eh.
N.C.:— … pero estamos trabajando lo escolar, en lo familiar también. Lo educativo, no hay parcelas.
G.T.:— Trasciende.
N.C.:— Pero, yo decía, el conocimiento ese, tú decías ‘natural’, yo no le llamaría natural…
G.T.:— Connatural.
N.C.:— Connatural. Yo no lo llamaría así, pero creo que estamos hablando de lo mismo. Ese conocimiento genuino que se genera en las familias… No en todas las familias, todo hay que decirlo. En algunas familias o en muchas familias, en las que yo he conocido, desde luego. Ese es una gran herramienta para la escuela. Y una de las cosas que habéis planteado aquí, pero que también se han planteado en las sesiones anteriores, es la importancia de la participación en las escuelas, que la comunidad vaya a las escuelas, que puedan entrar en ellas, que pueda transformar la cultura… Esa es una de las grandes herramientas que tenemos.
Bueno, pongo otro vídeo. Tengo debilidad también por los jóvenes. Os pongo un video cortito para continuar y vamos a cerrar en breve.
Antón Fontao:— ¿Qué medidas van a tomar para que ningún niño se sienta solo en la escuela?
M.G.:— Sí, decía que a nivel micro tenemos una serie de buenas prácticas que podríamos y deberíamos recuperar, y no solo dejarlo otra vez en esa buena voluntad que tienen algunos centros educativos o algunos docentes que están más formados o más implicados en la inclusión educativa.
Tenemos los patos inclusivos, tenemos un trabajo con comunidades de aprendizaje interesantísimo por Ramón Flecha en todo el país, científicamente mostrado y trabajado, tenemos familias y asociaciones, colectivos, entes, que trabajan codo con codo con los centros educativos para que ningún niño se sienta así. Es una crueldad tremenda tener muchachos y muchachas todavía en los centros educativos solos. Y los maestros, las maestras, trabajamos con lo mejor de cada casa, con el tesoro de cada casa. Mis hijos, yo tengo dos hijos, y son el tesoro de mi casa y estoy convencida de que todas las mamás y todos los papás y todas las familias que nos escuchan, sus hijos son lo más importante y sus hijas para ellos. Entonces, tenemos que volver de nuevo a trabajar a todos esos niveles, porque en, dentro de nuestro ámbito legislativo, tenemos la capacidad de legislar, pero también tenemos la capacidad de poder trabajar, como decía Joan, como decía Óscar, poder trabajar con la comunidad educativa íntegramente para que podamos aprender en una investigación acción, que al final es una investigación acción que está tomando sus frutos y recogiendo sus frutos en muchas partes de España.
G.T.:— Pues, yo, en esta línea, y para responder al, al vídeo, me gustaría contar que, a pesar de que nuestro grupo parlamentario, esta nueva ley que se está tramitando, la hemos rechazado de plano porque es eminentemente ideológica, sí que hemos apostado por esa enmienda que es el tema de integrar la educación emocional. Educación emocional que supone una educación integral de la persona: formar personas. No sé qué será eso que has comentado de los patios inclusivos. Entonces, que eso sea una realidad natural, pero no solo respecto de las personas con discapacidades, sino con cualquiera que no es como tú, que no piensa como tú, que piensa diferente. Y en ello tenemos que dar ejemplo los propios políticos, ante el que piensa diferente, cómo me relaciono. Ahí, entra el respeto a la persona, el ver personas, ver que la persona es ante todo un bien y que por ello debe ser respetada, aunque, aunque tenga diferencias conmigo.
Es una gran, una gran labor de formación, como habéis dicho ya aquí, que una asignatura pendiente, que es la formación del profesorado, de las familias, de los niños, y es constantemente, a mi modo de ver, a través de diálogo, de la interacción, de esa capacidad de estar pendiente de lo que pasa en todas partes, de esa empatía. 'Empatía', se ha abusado mucho de esta palabra. Ya casi no me atrevo ni a usarla, porque está muy mal utilizada, francamente. Entonces, yo que soy experta en educación emocional, cuando la oigo, me digo, 'jolín, esto no es empatía, por Dios'. Pero sí que es verdad que, si conseguimos que la persona, los seres humanos, nuestros alumnos, nuestros hijos, nosotros, porque eso se va creciendo también de mayor, entonces podemos crecer en esto. Sin duda, mejoraríamos la convivencia y no veremos estas situaciones que a todos nos duelen.
N.C.:— Claro, en realidad, en esas conversaciones, a pesar de que se habló con mucha calma, hay un gran dolor depositado en esas sesiones. Yo pienso, si esa es, como decía Georgina, una de las grandes lagunas que tiene nuestra escuela: cómo estamos tratando las emociones del alumnado. Por ejemplo, cómo cae la motivación, especialmente, en la secundaria. Eso tiene que ver con la satisfacción y el deseo que tiene el alumnado de estar allí. ¿Qué es lo que estamos haciendo?
Pero, claro, hay algunos colectivos que se llevan la más grande. El ejemplo, yo creo que lo tenemos en estos vídeos, porque ahí hay hermanos y hermanas que cuentan la historia de su paso por la escuela y del paso de la escuela, pero la escuela de su hermano o hermana. Y esa gran diferencia que hay ahí, no es diversidad, es desigualdad. Hay que entenderla como la desigualdad que tenemos que remover, y que vosotros y vosotras como, como políticos, tenéis como una gran tarea por delante.
O.C.:— Y muchas veces, Nacho, si me permites, más que desigualdad, es que se convierte en crueldad. Y es muy duro, muy duro. Es que lo que, volviendo al vídeo de este último chico, Antón se llama, ¿no? Estoy ya en el segundo capítulo del libro. Hemos hablado del primer capítulo, que sería el que cada alumno pueda estar en el centro que quiera, pero una vez ya dentro del centro, no debe sentirse aislado, no debe sentirse marginado. No solamente para las personas con algún tipo de discapacidad, aislamientos sociales, por muchos motivos, no solamente por tener una discapacidad física, psíquica, del tipo que sea. Y los profesores, tenemos una lucha diaria. Y por eso alguien preguntaba antes: «¿Pero no había bastante con lo de Salamanca, de hace 25 años?» Es que la sociedad cambia a un ritmo tan rápido, tan voraz. Estamos en la digitalización de la sociedad y esto cambia tan rápido que las maneras de enseñar o las maneras de enfrentarte a un grupo de alumnos, no son las mismas ahora que hace 25 años, ni lo serán dentro de 7 años. Por eso, los profesores tenemos que estar en una formación permanente, prácticamente a diario. No acomodarnos hasta que nos jubilemos.
Uno se consigue su plaza y se acomoda, ¿no? Todo lo contrario. Debemos estar formándonos permanentemente en cuestiones tan sensibles como estas. Y repito, el equipo español es excepcional, excepcional. No puedo decir nada negativo, en general, del profesorado, pero, insisto, a veces nos encontramos con realidades dentro de un aula que llegan a ser crueles.
N.C.:— Bueno, es que yo quería decir que, en realidad, cuando hablamos de escuela inclusiva, estamos hablando de toda la escuela, de la escuela para toda la ciudadanía. Y cuando antes hablaba Georgina de emociones, son algo para toda la ciudadanía. Y, cuando comentas, Óscar, esta intervención, también te refieres a toda la ciudadanía. No se trata de otra cosa, lo que pasa es que hay poblaciones que están fuera, o que estando dentro siguen estando fuera, y ese es el gran trabajo que tenemos. Decía uno de los investigadores que ha participado en estas sesiones, Nacho Haya se llama, que había que pasar de esta idea tan biologicista, que entiende la discapacidad como un problema biológico, a entender que nuestro trabajo está en ver las presiones excluyentes que hay en el sistema, que es de lo que estaba hablando Antón. No estaba hablando de otra cosa. O de lo que estaba hablando Marcos antes, cuando decía que para su hermana esa escuela no era buena.
Esas presiones que hace ahora mismo el sistema para que no esté su hermana allí. Son las que tenemos que trabajar. Y comentaba Óscar, «es que ha pasado mucho tiempo y el tiempo cambia desde Salamanca». Pero es que ni siquiera eso hemos hecho. Es decir, es que los propósitos de la Declaración de Salamanca, que han pasado años desde aquella declaración de la Unesco, no los hemos hecho.
Joan quería comentar y vamos a cerrar ya en un momento.
J.M.:— Sí, yo no estoy de acuerdo con lo que decía Óscar, (ironía), tampoco sin que sirva de precedente. Creo que, precisamente, la pregunta que nos hacía Antón es la principal pregunta que tenemos la obligación de responder desde las administraciones públicas y nosotros, como representantes políticos.
Lo primero, porque se puede hacer de dos maneras. O hacemos medidas, digamos, puntuales, parches, por llamarlo de alguna manera, para ir corrigiendo los déficits que tiene el sistema. O nos planteamos cambios estructurales que son los que necesita nuestro sistema educativo para garantizar que todos los niños y todas las niñas tengan atención en nuestras escuelas. Yo lo decía. Los cambios estructurales que nosotros proponemos desde Unidas Podemos son los que busquen una educación que sea pública, que sea gratuita, que sea inclusiva, porque pensamos que es la escuela para todos y para todas las niñas y los niños, independientemente de las necesidades que tengan. Yo me pongo como ejemplo. No hace falta que lo diga. He sido toda la vida un niño gordito, tirando a peso elevado y, cuando hacía educación física, necesitaba una atención especial, diferente a la que necesitaban el resto de mis compañeros y mis compañeras. Pues eso es lo que tenemos que garantizar: que, dentro de esa escuela, independientemente de las necesidades que tengamos cada uno por nuestras condiciones físicas, psíquicas o socioeconómicas, estemos atendidos dentro de los centros escolares. Porque eso es, y vuelvo a lo que decía al principio y con eso acabo, lo que nos va a garantizar también una sociedad inclusiva. No una sociedad donde unos nos veamos diferentes a los otros, sino que todos nos veamos iguales, precisamente, porque somos diferentes.
O.C.:— Por lo que respecta al Partido Popular, yo estaría dispuesto, como portavoz de educación de mi partido, en el Congreso de los Diputados. No me cierro a nadie. Estoy dispuesto a sentarme y hablar de todo. Lo he dicho antes. Para llegar a una negociación hay que poner todas, todas las cartas, bocarriba, encima de la mesa. Todas. Las mías y las de todos los demás.
Y yo estoy de acuerdo en que no se podrán aceptar todas mis cartas, pero también el otro debe estar de acuerdo en que tampoco puedo aceptar todas sus cartas. Es una negociación, en definitiva. Hay que ceder por ambas partes, por todas las partes. Insisto: sentarme en una mesa con los partidos políticos, para sacar… a ver, con los partidos políticos, insisto, y con toda la comunidad educativa, porque es en lo que estábamos antes de acuerdo, Joan Mena y yo, la comunidad educativa tiene que ser un actor, no de piedra, no un invitado de piedra, un actor activo totalmente en esta negociación. Y, por supuesto, negociar para llegar a una ley educativa que se alargue en el tiempo y que caiga bien, sobre todo en la comunidad educativa. Yo sin ningún tipo de problemas.
G.T.:— Por mi parte, efectivamente y como habéis dicho al principio. Algo muy importante. Se trata, en primer lugar, de escuchar y, después, de escuchar. Si uno escucha bien, siempre se puede llegar a un acuerdo. Así que nada. Ya aprovecho y te doy las gracias, Ignacio, por la invitación y nada. Desde nuestro comando vamos a seguir luchando por la educación, por este compromiso, por dotarla de los recursos que necesita, por atender todas las necesidades de las familias con hijos con discapacidad y también por la libertad. Muchas gracias.
N.C.:— Muchas gracias, Georgina. Vamos a cerrar ya. Maribel. Adelante.
M.G.:— Primero, dar las gracias a las personas que han asistido. Estoy totalmente a disposición de cualquier familia, madre o persona que ha participado para contestar preguntas y a lo que haga falta. Me alegra muchísimo escuchar a Óscar y a Georgina y, por supuesto, a Joan, que de aquí puede salir lo que se espera de nosotros como políticas y como políticos en poneros de acuerdo para sacar la mejor ley educativa posible. Quiero pensar que, y así estoy convencida, todos y todas, por un sistema educativo de calidad y de equidad, porque si no hay equidad, no hay calidad. Y, por tanto, estoy convencida de que seremos capaces de sacarlo adelante y a disposición de cualquier pregunta o cualquier sugerencia por parte de toda la comunidad educativa que sé que nos sigue. Muchísimas gracias.
N.C.:— Muchas gracias. Georgina, Joan…
O.C.:— Nacho, aprovecho también para despedirme. Gracias por invitarme. La verdad es que he estado muy a gusto. Se me ha pasado muy ameno, muy rápido esta hora y media. Podría haber estado mucho rato más. Aquí me tenéis para lo que necesitéis, para otras jornadas de estas o a nivel personal, a nivel político en Madrid. Así que estoy dispuesto a colaborar con vosotros, con la comunidad educativa en general, porque la comunidad educativa y sobre todo nuestros niños se lo merecen.
N.C.:— Muchas gracias, Óscar.
J.M.:— Agradeceros, también, no solamente que nos hayáis invitado esta tarde, sino el trabajo que estáis haciendo. Yo creo que es importantísimo que la comunidad educativa también se active y que, por tanto, nos enseñe muchas veces el camino. Yo siempre digo que no hay nadie mejor que la comunidad educativa para saber cuáles son las necesidades dentro del aula. Por lo tanto, seguir, seguir deseando que estéis luchando por esta educación que defendemos, la mejor educación para todos y para todas. Y porque yo estoy convencido de que lo vamos a conseguir entre todos juntos.
N.C.:— Bueno, muchas gracias a todos y todas por estar hoy aquí, especialmente a vosotros cuatro por haberos prestado a estar. Porque también sabemos todo el trabajo que tenéis ahora mismo, que es ingente, y que seguro que tenéis otras muchas cosas muy interesantes, pero no sé si más interesantes que esta (risas). Yo os agradezco mucho la participación.
Creo también que, cuando dialogamos, conseguimos trascender muchas fronteras que son, que en realidad, movibles y que ahora tenéis una tarea muy importante de mover fronteras para seguir trabajando juntos, porque lo que han estado reclamando todas estas familias, profesorado, directivos, investigadores y, sobre todo, niños y niñas es que la escuela les valga, les valga la pena.
Así que muchas gracias por todas vuestras intervenciones y nosotros también estamos por aquí.
Al unísono:— Gracias, adiós.
Más información
Producciones científicas a partir de las Conversaciones
Publicaciones
- SOLDEVILA-PÉREZ, J.; CALDERÓN-ALMENDROS, I. & ECHEITA, G. (2022). My (school) life is expendable: radicalizing the discourse against the miseries of the school system. In J. Collet, M. Naranjo & J. Soldevila (Ed), Global struggles for inclusive education: lessons from Spain (pp.17-32). Springer, Switzerland.
- CALDERÓN-ALMENDROS, I. & RASCÓN-GÓMEZ, M.T. (2022). Hilando luchas por el derecho a la educación: Narrativas colectivas y personales para la inclusión desde el modelo social de la discapacidad. Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria, 41, 43-54.
- CALDERÓN ALMENDROS, I. & RASCÓN GÓMEZ, M.T. (2021). Retóricas, posibilidades e infancias desgarradas. Sobre la educacióninclusiva en la LOMLOE. Cuadernos de Pedagogía, 526, 74-80.
- CALDERÓN ALMENDROS, I.; RASCÓN GÓMEZ, M.T. & ALONSO BRIALES, M. (2020). Investigar para construir una educación inclusiva. En Vila, E. y Grana, I. (Coords.), Investigación educativa y cambio social (pp. 189-209). Octaedro, Barcelona.
- CALDERÓN ALMENDROS, I. & RASCÓN GÓMEZ, M.T. (Coords.)(2020). Análisis y propuestas para una nueva Ley Educativa. Conversaciones de la ciudadanía sobre la escuela inclusiva. Octaedro, Barcelona.
- CALDERÓN ALMENDROS, I.; MORENO PARRA, J. & MOJTAR MENDIETA, L. (En prensa). Desigualdad escolar y discriminación por capacidad en tiempos de confinamiento. Experiencias familiares en procesos de investigación participativa. Revista Complutense de Educación.
- CALDERÓN ALMENDROS, I. & RASCÓN GÓMEZ, M.T. (Coords.)(En prensa). El papel de la Universidad en la construcción de sistemas educativos inclusivos. Dificultades, propuestas y desafíos. Octaedro.
Conferencias en congresos científicos
- CALDERÓN ALMENDROS, I. (2021). Subvertir las relaciones de investigación: pensar, hacer y promover escuelas inclusivas a través del diálogo. Conferencia presentada en el I Seminario Internacional de Investigación: Construyendo una red de redes alrededor de la inclusión y la interculturalidad. Cádiz, España.
- CALDERÓN-ALMENDROS, I.; RASCÓN-GÓMEZ, M.T. & CABELLO-FERNÁNDEZ-DELGADO, F. (2021). How to make our schools more inclusive? The case of Spain. Paper presented at Comparative Education Society of Asia (CESA) 12th Biennial Conference. Kathmandú, Nepal.
- CALDERÓN-ALMENDROS, I.; RASCÓN-GÓMEZ, M.T. & MOJTAR-MENDIETA, L. (2022). Intersectionallity, emerging narratives, and inclusive education in Spain. Paper presented at the American Educational Research Association Annual Meeting 2022 (AERA). San Diego, USA. https://hdl.handle.net/10630/24019
- CALDERÓN-ALMENDROS, I. (2022). Involving communities in the promotion of inclusive school cultures. 1st International Conference on Education and Training – Thinking education in transition times. Lisbon, Portugal. https://hdl.handle.net/10630/24019