¿Qué hacemos ante la soledad del alumnado?
Experiencias y reflexiones compartidas
No se trata únicamente de los patios; tampoco se restringe a quienes tienen una movilidad reducida. El video es un punto de partida para una reflexión profunda: hay estudiantes que, a lo largo de la jornada lectiva, se relacionan casi exclusivamente con el profesorado, alejado de su grupo de referencia, incluso compartiendo espacio. Durante meses hemos recibido un buen número de iniciativas y buenas prácticas que tratan de dar respuesta a estas situaciones que colocan a una parte del alumnado en una situación de vulnerabilidad y aislamiento. Presentamos aquí una breve selección de ellas por su potencial para hacernos pensar, y agradecemos enormemente todos los esfuerzos realizados de los que diferentes escuelas de toda España nos han hecho partícipes. /p>
¿Y tu centro, el claustro, las familias, tú… qué hacéis o vais a hacer para CREAR espacios de convivencia en los que todas las niñas y todos los niños, sin excepción, formen parte de un todo? El trabajo de cada comunidad para evitar ese dolor puede ser un estupendo inicio de procesos inclusivos que se extiendan a otros temas de la escuela.
Nuestro objetivo sigue siendo la creación de propuestas para la reflexión y el debate que propicien la transformación de nuestras escuelas en espacios democráticos y realmente inclusivos donde las necesidades de todo el alumnado sean tenidas en cuenta y abordadas desde un prisma alineado con el respeto a los derechos humanos. Para ello es imprescindible contar con personas como tú para demostrar una vez más que Quererla es Crearla.
Algunas experiencias inspiradoras
Hacer vínculos con cosquillas (CEIP Nº1 de Tui)
Hola, soy Miguel. Soy profe de la escuela pública en Galicia, concretamente en Tui en el CEIP número 1, y os hablo a propósito de la pregunta que nos lanza a Quererla es crearla en torno a la soledad que sufren alumnos en nuestras escuelas.
A propósito de esto, os cuento una historia personal con un alumno, en este caso con dificultades para la participación dentro del aula ordinaria, para la relación con sus iguales en muchos momentos, en los que su profesorado tomamos la decisión, precisamente, de abordar estas dificultades y generar espacios para el vínculo. Espacios para la cohesión con sus compañeros y compañeras dentro del aula ordinaria.
Para ello, analizamos sus gustos y nos encontramos con que le encantan las cosquillas, por lo que generamos y estructuramos dentro del horario lectivo un par de ocasiones durante la jornada en las que este alumno elige, mediante una serie de apoyos visuales, a uno de sus compañeros para acudir a un espacio cómodo en el aula con una estrella. Un espacio dedicado al diálogo y a la lectura en el que disfrutan de una actividad compartida, tan divertida y protagonizada por la risa como es hacerse cosquillas. Esta actividad se fue ampliando y se fue observando cómo este vínculo se iba ampliando con todas las y los compañeros de clase, venciendo algunas de las barreras que se habían generado, actitudinales. En este caso, vinculadas también a las relaciones sociales dentro del contexto de la escuela.
Esta y otras reflexiones que realizamos con otros compañeros nos dan cuenta de la importancia que tiene la escuela para generar espacios para el vínculo; espacios para el desarrollo afectivo y emocional. Y cómo los profes y desde la escuela pública y ordinaria debemos dedicar tiempo y recursos para ello, principalmente, porque es algo que beneficia a todo el alumnado y es algo que los prepara para una vida diversa en sociedad. Una vida en la que todos y todas ellos deberán aprender que las diferencias son lo que existe entre las personas. Que todas las personas somos diferentes.
En aquella actividad, todas sus diferencias se difuminaban entre risas y carcajadas. Se establecía un momento horizontal natural en el que dos personas, en el que dos niños, disfrutaban de una actividad juntos, independientemente de cualquier diferencia. Que en toda esta diferencia existe una magia y una oportunidad de aprender conjuntamente, una oportunidad de crecer y de valorar a las personas en su diversidad.
Desde aquí, dar las gracias a Quererla es crearla por estas iniciativas que nos siguen alimentando y empujando hacia el cambio. Un saludo muy fuerte y hasta la próxima que nos veamos.
Creciendo en compañía (CEIP El Gracia)
Laura Maldonado - (L.M.):— Hola, mi nombre es Laura Maldonado.
Noelia Sedano - (N.S.):— Hola, yo soy Noelia Sedano y somos maestras del Gracia.
(L.M.):— Hablamos en representación de todos nuestros compañeros y compañeras del colegio y, bueno, queríamos explicar el porqué de este vídeo.
Desde la plataforma Quererla es crearla, de educación inclusiva, de la Universidad de Málaga, se nos pide hacer un vídeo para explicar qué entendemos por soledad y cómo la trabajamos en la escuela.
(N.S.):— Y cómo lo hacemos, pues cómo solemos trabajar. La llevamos a la Asamblea de Maestras y Maestras, nuestro espacio, donde compartimos, consensuamos, dialogamos. Y una vez que decidimos que sí que era una idea interesante, pues, bueno, pues, nos pusimos todos manos a la obra.
Recogiendo la palabra de todos los que formamos esta escuela, pues nada, grabamos el vídeo, que ahora continuación vais a poder ver, que espero que os ayude, para que cada vez seamos mejores personas acerca de, bueno, de tener una mirada sensible de lo que es la soledad y cómo trabajarla y afrontarla.
Gracias.
(L.M.):— Muchas gracias.
Audiodescripción [AD]: En una pizarra de tiza, se lee «La soledad, RAE». A medida que define el término, se suceden imágenes de alumnado solo en los patios escolares.
Voz en off (v.o.):— La Real Academia Española define la soledad de la siguiente forma. Carencia voluntaria o involuntaria de compañía. Lugar desierto, tierra no habitada. Pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo.
¿Cómo sienten los niños y las niñas la soledad?
Audiodescripción [AD]: Mientras el alumnado explica su percepción de la soledad, se muestran diferentes dibujos en los que una figura siempre es rechazada por otra figura o grupo.
Estudiante 1:— Cuando me dan de lado.
Estudiante 2:— Alguien no quiere jugar conmigo.
Estudiante 3:— El primer día de escuela.
Estudiante 4:— En el patio me siento muy sola.
Audiodescripción [AD]: En una pizarra de tiza, se lee «Asamblea de la soledad». Un grupo de jóvenes y una docente, sentados en el suelo de una clase, dialogan sobre la soledad. A continuación, en otra pizarra, aparece el título «Qué opinan las familias y el personal del centro».
Celia:— Hola, mi nombre es Celia, tengo una hija de cuatro años que comenzó este pasado curso en el Colegio Nuestra Señora de Gracia. Elegimos el colegio por la idiosincrasia especial de este cole. En cuanto a que los papás podíamos participar, entrar con ella en clases, las aulas eran abiertas, podían ellos compartir con niños más grandes y más pequeñitos.
Madre 1:— … Porque en este caso era un profesor infantil. En vez de tratar el tema ellas, en soledad, cada una con su clase, se unieron para trabajar juntas con toda la clase y eso a nosotros, que estábamos en nuestra casa, nos hizo sentir parte.
Francesca, madre:— Soy Francesca, italiana y vinimos un año a vivir acá y a mi familia. Como mis hijos no hablaban nada de español, yo elegí un colegio que pudiese ser muy acogedor para ellos porque, claro, era un tema también, la soledad, también lingüística, ¿no? O sea, al no poder comunicarse, el riesgo de estar solo es muy alto, la verdad.
Pepi, madre:— Hola, soy Pepi, he tenido cinco niños míos. Estoy muy agradecida al colegio en el confinamiento, mucho. Con ninguno de los cinco que he tenido, muy contenta, muy contenta, por todos los aspectos: la unión que hay en el colegio, la manera que se comportan los maestros con los niños, la paciencia que tienen con ellos y, la verdad, que no tengo queja ninguna, y muy bien.
Docente:— No veo ninguna nena con soledad en ese colegio. No verás nunca a un niño ni una niña en un rincón solo, ni preguntándose o mirando por la mirada perdida a un lado y a otro a vez con quién congenia. Es todo un equipo, sea del estatus que sea, tenga el color que tengan y el corte de pelo que tengan, nada en absoluto. Por mi parte, cómo combato yo la soledad, que no se sienta ningún niño solo. Si vamos a andar y hay un niño solo, le paso el brazo por el hombro y pregunto qué le pasa. Te contesta. Son muy fáciles las respuestas y las preguntas para ellos. Nosotros las hacemos un poquito más complicadas.
Annie:— Hola, soy Annie. Soy limpiadora del colegio, pero ahora estoy de baja. Pero vengo a echar una mano y a apoyar en lo que pueda.
Y esto lo hago porque me siento bien. Aquí en el cole me siento acogida, me siento que soy no solo la limpiadora. Pero desde el principio. Y me siento que soy de la familia. Que soy una más, pero no solo una limpiadora. Soy una seño más.
Audiodescripción [AD]: En una pizarra de tiza, se lee «Qué hacemos en la escuela para afrontar la soledad».
(V.O.):— ¿Qué hacemos en la escuela para afrontar la soledad? Llevamos a cabo la siguiente estrategia de prevención. Acompañamos a los niños y niñas. Nos mezclamos para trabajar en talleres internivelares, aulas abiertas, puertas regaladas, audiciones.
Incluimos a las familias. Nos escuchamos. Nuestra prioridad son las emociones. Hacemos trabajo personalizado. También trabajamos en pareja y en pequeños grupos. Promovemos el lenguaje positivo. La diversidad nos enriquece.
Y la Asamblea es donde todas las voces se tienen en cuenta y donde la mirada atenta de lo que ocurre a nuestro alrededor se desarrolla. Porque somos así, crecemos en compañía. ¡Suscríbete!
Audiodescripción [AD]: Sucesión de imágenes de asambleas escolares.
Ideas sencillas que aportan luz (Paula Verde)
Hola, mi nombre es Paula y quería hacer un pequeño vídeo de una manera muy cortita para contar una experiencia que vive mi hijo en el centro y dar, un poco, respuesta a esta pregunta que nos plantea Quererlas es crearla .
Una de las cosas más bonitas que mi hijo ha vivido en el centro ha sido la convivencia con sus iguales y gran parte de esa convivencia se genera en los patios. Héctor tiene autismo, tiene un autismo no verbal y Héctor tiene unas determinadas características que, muchas veces, hacen que los juegos y las conductas en los patios le resulten bastante difíciles.
¿Por qué? Porque él funciona por intereses, como la mayoría de los niños, pero de una manera obsesiva. Durante un tiempo muy largo, Héctor se escapaba o se había obsesionado con el patio de infantil y, entonces, estaba entrando en un bucle que para los docentes que estaban en el patio resultaba difícil de controlar.
A raíz de empezar a diseñar y a pensar en cómo manejar esta situación, surgieron oportunidades sencillas que acabaron siendo tan atractivas para él como para el resto de sus compañeros. Y empezó, poco a poco, con una simple pelota de baloncesto en donde lo incitaban a meter canasta. Él no era muy hábil y, cuando metía canasta, se alegraba muchísimo, y con él se empezaron a alegrar los compañeros. Entonces, después, esos compañeros se sentían motivados a participar con él.
Otro día, era la cuerda; unos tiraban por un lado, otros tiraban por otro. O saltar a la cuerda y animarlo a él a que saltase. Entonces, bueno, había escenas de patio, y sigue habiéndolas, maravillosas, que muchas veces me las grababan y me las hacían llegar. Y eso a mí me daba, pues, una información, una tranquilidad y una constancia de que, efectivamente, los patios eran una forma más de aprender juntos.
Cuando llegó la pandemia, las cosas se dificultaron muchísimo por el tema de que estábamos en casa y yo era lo que más echaba de menos. Echaba de menos eso porque a nivel curricular, aunque para mí es importante, no es lo más importante, y yo sabía que los vínculos que se generaban en esos patios, pues de alguna manera se iban a ver afectados.
Surgió la alternativa de los patios pandémicos. Los patios pandémicos no dejaron de ser iniciativas que llevó la tutora a través de actividades grupales, donde cada uno preparaba una parte, pues a lo mejor, un trozo de un cuento. Y, después, nos reuníamos a través de una videoconferencia y cada uno actuaba o iba, pues, con alguna prenda de ropa relacionada con el cuento y todos hacían una actividad casi siempre centrada en los intereses de Héctor, para que estuviera motivado y para engancharlo.
Ahora, después de lo que fue el momento de confinamiento, la vuelta al centro, los patios están todavía más limitados. Ellos tienen que jugar dentro de un espacio determinado, del que no pueden salir.
Y también supuso un problema, porque él estaba acostumbrado a moverse un poco por donde quería. Entonces, lo empezaron a trabajar con apoyo visual y empezaron a diseñar lo que fue para mí un acierto total. Aprovechando los intereses de Héctor por los cuentos clásicos y por la representación de escenas, empezaron a diseñar a través de dibujos en el suelo de tizas, pues, siluetas, escenarios de casa con distintas habitaciones, medios de transporte, autobuses, simulando viajes. Y, entonces, digamos, estructuraban un poco el tiempo de recreo con una historia en la que él empezaba a ser protagonista y a la que se empezaron a sumar sus compañeros de una manera completamente natural.
En aquel viaje imaginario de autobús, se subían sus compañeros y se suben. En aquellas escenas de casa, él decía quien se levantaba una hora, quién comía otra, quiénes eran los que salían por la puerta, quiénes paseaban al perro. Otras veces era la representación de los ositos y ricitos de oro, o los tres cerditos y el lobo, y siempre, por supuesto, con iniciativa y apoyo del auxiliar técnico educativo, que es, digamos, el fuerte en toda esta iniciativa.
Bueno, ¿por qué cuento esto? Porque yo creo que a veces hay ideas sencillas que aportan luz y que simplemente con escucharlas ya nos inspiran. Pues nada, con el fin de inspirar, es con lo que cuenta esta experiencia, porque la verdad que para nosotros es clave. Clave en el día a día de la escuela.