Resistir a esta escuela
Eva Escartín Pueyo.
Título original: Relato de vida de Indira. Resistir a esta escuela. Primera edición en lengua castellana: octubre de 2022. Autora: Eva Escartín Pueyo, del texto. Colección: Historias de exclusión y de lucha por la educación inclusiva.
Texto presentado en el Máster Cambio social y profesiones educativas de la Universidad de Málaga, como parte del Trabajo de Fin de Máster de la autora, tutorizado por Ignacio Calderón Almendros. Este libro ha sido construido colaborativamente entre Eva Escartín Pueyo e Indira Martínez de Ilarduya.
Tanto el texto que aquí se presenta y el resto del informe forman parte del Proyecto de Investigación Narrativas emergentes sobre la escuela inclusiva desde el Modelo Social de la Discapacidad. Resistencia, resiliencia y cambio social (RTI2018-099218-A-I00), financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, dirigido por Ignacio Calderón Almendros y María Teresa Rascón Gómez, y desarrollado en la Universidad de Málaga.
Obra publicada con licencia de Creative Commons Reconocimiento-Compartir Igual 4.0 Licencia Internacional. https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/
A quienes me ven, a quienes me miran. A ama.
Índice
- Introducción
- Indira
- No voy a la escuela. Aprendo con ama
- Recortar y pegar, mi aprendizaje en Primaria
- Ir a los exámenes, mi única participación en el centro
- Ser política, ¿para tener el poder?
- Mirar al infinito. Salir de mi clase para ir al aula
- Ser activista, una forma de cambiar nuestra realidad
- Los patios, otra soledad obligada
- Ser madre, un legado de oportunidades
- El teatro, otro acto de exclusión
- El paso a Secundaria, ¿un paso hacia dónde?
- ¿Volver a la escuela?
- Quienes miran, quienes ven
- Mi lucha, su lucha, nuestra lucha
- Ser profesora, crear mi escuela inclusiva
- Sentir: Las emociones que me mueven
- Tabla temporal del relato
- Acerca de la autora
Introducción
Por Eva Escartín Pueyo.
Puedes atreverte y leer este relato tal como lo ha contado su protagonista: puedes intentar conectar con su forma de reflexionar, de hilar, de entender y comprender su historia, de saltar del presente al pasado más lejano, de llegar al futuro de un salto para reconectar de nuevo con cualquier recuerdo próximo al ahora. Puedes pasearte por sus vivencias tal como ella las cuenta y siente actualmente, o puedes consultar la tabla final, en la cual encontrarás una adaptación en la que se te facilitará el orden cronológico de esta historia de vida. Empezamos tal como tú quieras, o puedas, empezar. Mi recomendación es que te dejes llevar por estas líneas y te permitas conocer a Indira tal como aquí se presenta.
Indira es una joven de 15 años que como muchas de las jóvenes de nuestro territorio, ha pasado prácticamente toda su vida vinculada al sistema educativo. Ella viene a estas páginas a contarnos lo que le ha supuesto esta travesía repleta de piedras, socavones, y apoyos, pero prefiero no adelantarme y que ella misma os cuente.
Indira
Y estoy aquí, contando todo esto, para que se sepa lo que se ha hecho bien, pero también lo que se ha hecho mal. Seguramente hablaré mucho de lo malo, pero realmente no es así, hablar de lo malo también es necesario. Me llamo Indira. Quiero ser política, activista, cantante, también meteoróloga para controlar las temperaturas y todo. Química, para hacer experimentos. También quiero ser profesora, profesora de la escuela inclusiva, eso sí. Quiero ser cocinera y quiero ser alumna de ballet clásico y si hace falta también voy a ser la profesora. Además, quiero ser profesora de niños pequeños.
Y voy a ser escritora, pero de mujeres. Sí, de mujeres importantes que cambiaron el mundo. Me encantaría además salir ahí, en un libro de mujeres escrito por mi madre o por mí. Voy a tener mucho trabajo, porque además tendré 4 hijas, pero ¿sabes qué? No me importan los retos.
Una persona que tiene luz y la proyecta. Indira es una persona que tiene mucha luz y que proyecta esa luz. Ella es capaz de darse cuenta de las injusticias que está viviendo, las siente, las padece, pero de ahí intenta construir […], y quiere crecer, quiere crecer como persona, quiere crecer como ciudadana, quiere crecer como agente social de transformación y quiere aportar desde lo que tiene. (Aurora, amiga de la familia)*
No voy a la escuela, aprendo con ama
(Presente)
A mí me gusta aprender, pero donde más he aprendido es en mi casa con mi madre. Y yo sé que aquí no tengo gente para relacionarme, pero aquí al menos soy libre.
Fueron dos las gotas que colmaron el vaso, el vaso que hizo que Indira a día de hoy esté en casa aprendiendo con su madre y no en la escuela. La primera, tras quedarse sola, en el patio, bajo la lluvia, enfermó, lo cual no le permitió acudir al centro. Tras su recuperación a los meses y el intento de volver a las aulas llegó la segunda gota, esta de suerte, según Indira, la pandemia. Desde entonces, por su situación de riesgo, principalmente, estudia desde casa con su madre.
Yo le dije al COVID, a la pandemia: gracias. Gracias para no ir allí. Y así llevo hasta ahora, aprendiendo en casa. Bueno, en realidad desde pequeña aprendo con ama en casa, aunque fuera allí, al colegio, hacía inglés superbién con ella. Además, con el material adaptado, que me ponía dibujos de radio, horno, los ponía en inglés, con el rotu, eso era divertido. También recuerdo que aprendíamos los huesos y los músculos con un muñeco rojo, se llamaba Mister Musculitos. Le dije gracias al COVID, porque desde entonces, o un poco antes, aprendo en casa con ama. Además, en esa época conocí al grupo de estudiantes por la inclusión.
Ahora mismo hago conexiones con el colegio, clases telemáticas, tengo un horario, hago, por ejemplo, geografía e historia, inglés, lengua, música… He de decir que estas conexiones son solo conmigo, es decir, que estoy yo sola con el profesor o la profesora.
Además, también estoy yendo al colegio a los exámenes, estos los preparo con ama. Con ella utilizamos rúbricas para ver en qué punto estoy, tenemos una rúbrica por cada asignatura, marcamos objetivos y voy viendo por dónde voy. Cuando no tengo exámenes, lo que hacemos es trabajar otras cosas. O sea, cosas que nos interesa aprender, no lo de los exámenes. Antes me levantaba a las 7 h, ahora a las 8 h, porque era mucho madrugón, y me pongo hasta las 11 h más o menos, a no ser que tenga exámenes, entonces me puedo estar hasta casi las 21 h trabajando.
A mí me gusta aprender de todo, me interesa todo, me gusta aprender, pero eso sí, en casa, aquí es donde mejor aprendo, con mi madre. Allí es que no aprendía nada, nada de nada. Sin ninguna duda, en casa es donde más he aprendido en toda mi vida, ha sido con mi madre. Y lo digo de corazón hacia ella. Está claro dónde aprendo, aquí. Yo sé que aquí no tengo gente para relacionarme, pero aquí al menos estoy libre. Con ella, estudiando, aprendiendo.
Ella piensa que si no es de una manera, es de otra. Ella, si me explica de una manera y ve que no entiendo a razones, me explica otra vez de otra forma. Como por ejemplo a través de vídeos, como hacía también Antonio, 2 mi profesor.
Buscar soluciones Yo la escucho y la observo. Un ejemplo, en tecnología tenía que dibujar unas vistas el otro día y yo le observo y veo dónde está su dificultad. Dándole un pincho moruno para ver por dónde tenía que dibujar, y es que ella no lo está viendo y tú sabes que de alguna manera lo tiene que ver. Pues es buscar otra forma, el argumento para decir que eso no lo podía hacer, es que no tiene visión espacial. Vale, no tiene, de acuerdo. Pero vamos a buscar una solución, ¿no? Porque esto es lo que le vais a exigir, entonces tendréis que buscar la forma de que lo entienda. (Noemí, madre de Indira)
Un ejemplo de que con quién aprendo es con ama es que he aprobado las dos asignaturas del curso pasado, biología y otra, y las dos son las que hice con ella, son las que preparé y trabajé con ella.
Saber cómo aprende. El avance que ha hecho a nivel curricular desde que está en casa ha sido… pues bueno hemos dispuesto de más horas y… Y es que yo sé cómo Indira aprende. Y que en cuanto se aproxima al sistema deja de aprender. (Noemí, madre de Indira)
Recortar y pegar, mi aprendizaje en Primaria
(Pasado)
La escuela no está hecha para mí. Estaba sola, me he sentido muy sola. A mí no me veían como a una persona. O sea, solo veían mi discapacidad (…) El problema no lo tengo yo, pero yo sentía que me tenía que quitar la discapacidad
Indira inicia la primaria en 2013 y la termina en 2019 y lo hace sin ninguna adaptación curricular significativa[1], así 3como ningún año de repetición. Podríamos decir que en esta etapa se encuentra de todo: docentes que no piensan que ella sea su alumna, profesionales que no le explican, especialistas que creen hacer lo mejor para ella, muchos que no escuchan, que no observan, que no atienden y que no entienden o no quieren entender. Pero lo que ella viene a exponernos de estos tiempos es lo que sintió, y con base en ello, estructura sus recuerdos y reflexiones.
Allí solo explicaban a los otros, aunque estaba en la misma clase que los demás. A mí no me explicaban, a mí me ponían aparte a pegar y cortar papeles.Sí, 4 solo a eso. O sea, ni hacer un cuadradito, siempre atrás del todo con la PT o la Auxiliar. Ellas tampoco me enseñaban yo creo, porque, a ver, cortar y pegar papales, eso no es aprender.
Hasta que dije un día “basta ya”, yo no lo dije, pero lo pensé. Yo me quedé quieta, mirando la hoja, enfadada, muy enfadada. Ellas me decían “venga Indira corta papel, hombre… Indira ¡venga!” Y yo seguía de brazos cruzados, mirando mi folio y pensando: “¡No! ¡No voy a seguir cortando y pegando papeles! ¡Porque no quiero, no me gusta! ¿vale? Yo quiero aprender, con los demás, yo tengo derecho a aprender”. Me enfadé tanto… No entendía por qué yo tenía que hacer esto, para qué tenía que cortar y pegar papales en vez de prestar atención al profesor. Yo me preguntaba: ¿Pero cómo me van a hacer esto? Pero todo esto solo lo pensé, no lo dije. No lo dije porque no me atrevía, no me atrevía con ellos.
No me atrevía y además sería complicado que lo entendieran, nunca me entienden, no me escuchan nunca, ni cuando lo intento. Entonces, ¿para qué? ¿para qué si no me van a aprovechar como persona? Ellos yo creo que nunca respetarían mi opinión, porque sé que piensan distinto a lo que yo.
Realmente pienso que no quieren, que no quieren, porque si no ya lo harían seguro: enseñarme, hablarme, escucharme… Ellos, lo tienen fácil porque son los que tienen poder y cuando se encuentran con una persona que no es normal lo que hacen es no enseñarle, ellos solo le enseñan a la gente normal. ¿Y yo soy normal? Pues no. Entonces no encajaba allí. Recortaba y pegaba.
Ya está, como su madre. Y un día no sé qué le dijo el tutor, le dijo: “para mí eso sois todos iguales”. Y ella le dijo que no, dijo: “No, no somos todos iguales, somos todos diferentes”. O sea fíjate, y luego el tutor dijo: “Ya está, como su madre”. (Noemí, madre de Indira)
Ellos piensan que todas las personas tenemos que ser normales para ellos eso es lo “normal”. Por ejemplo, que nos sentemos bien, todos igual. A lo mejor hay niños que se sientan a lo indio como yo, con las piernas cruzadas encima de la silla. Hay niñas y niños que lo hacen con las patas colgando, otros u otras que se sientan a pata ancha, algunos tocan el suelo y otros no… Con esto me refiero a que las personas que estén allí tienen que ser normales, iguales, cuando la gente realmente no es normal, sino diferente. La gente no es normal, eso está más claro que el agua. Esto de normal lo dice la sociedad y ellos ¿qué van a hacer si están dentro del sistema y de la sociedad? Está claro que todos ellos se han juntado para compartir la palabra normal, de eso estoy segura.
Estoy aquí. Hubo un día que Indira iba a una excursión, pero ella no tenía pareja… Iba sola y dije: “No puede ser, eso es imposible, eso no puede ser”. Yo vi cómo entraba en el autobús y le iban echando de todos los asientos, porque ella sí que lo ha intentado y ha hecho de todo. Indira ha hecho de todo, hasta la gansa para hacerles gracia, para llamar la atención, para decir estoy aquí. (Noemí, madre de Indira)
¿Y por qué yo no soy normal? Pues es que no sé por qué, es que yo tampoco lo entiendo, la verdad. Para eso la sociedad me lo tendría que explicar primero. Pero entiendo que cuando a otro niño o niña le enseñan es porque es normal, como a mí no me enseñan casi, entonces no soy normal. La escuela no está hecha para mí, desde luego. La escuela está hecha para hacer a la gente normal o para los que ya son normales, pero desde luego para mí no.
No encajo allí, y no sé por qué piensan que no soy normal, pero sí que he pensado muchas veces y tengo claro que lo que a mí me daba problemas es el síndrome de Down. Creo que por eso allí no me hacían caso, no estaban conmigo… Estaba sola, me he sentido muy sola. Estaba mal. Todo esto porque a mí no me veían como a una persona. O sea, solo veían mi discapacidad.
Realmente muchas veces he pensado que es lo único que ven de mí. Y esto duele, lo notaba en el pecho, me dolía. Es como si te apuñalaran el pecho, es exactamente lo mismo. La verdad es que es muy triste, es para llorar, aunque ya lo he superado. Lo pasado, pasado está, pero yo creo que me tienen que ver como una persona más, con discapacidad, pero una persona buena. Porque yo creo que soy buena.
Yo, con mi discapacidad, me hacía así, intentaba que no se me notara en los ojos, lo hacía para que no se me notase allí la discapacidad. Yo tenía que hacer eso, porque es lo que yo sentía… El problema no lo tengo yo, pero yo sentía que me tenía que quitar la discapacidad. Yo sé que a mí ni me falta ni me sobra nada, pero a ellos sí que les falta. Lo único que creo es que tienen que ganar corazón para respetar las cosas, hay que ganarse el corazón y la confianza de otras personas, de otras personas que nos ayudan y que deben ser respetadas también. Y digo esto porque el aprecio significa mucho más que el desprecio. El aprecio es algo que se siente en el corazón, es sentirse amada por otra persona y el desprecio sería una cosa triste, se desprecian muchas cosas que no deberían ser así.
No sé, yo les diría muchas cosas a los de allí, a la gente del colegio, pero lo principal que les diría es que yo soy como soy y que no me pueden cambiar.
Ella no tiene el problema: las barreras. Lo que no voy a admitir nunca es que digan que el problema es de Indira. Indira tiene dificultades, le cuesta más hacer cosas y las hace de otra forma, pero es responsabilidad de la institución escolar salvar esas barreras. Y yo le explico y le cuento, y ella es consciente de esto, porque ¿sabes qué pasa? Que si no, piensa que el problema lo tiene ella, y ella no tiene el problema. (Noemí, madre de Indira)
Ir a los exámenes, mi única participación en el centro
(Presente)
Los exámenes son trabas y solo sirven para aprobar, que no es lo mismo que aprender. Yo ya si quieren que me suspendan, yo sé que esas notas no son mías, son de ellos.
Los exámenes son el motivo por el que Indira en el presente ha de pisar el centro educativo, ahora mismo sigue en escolarización domiciliaria, pero debe examinarse como dice ella “allí”.
Los exámenes… Estoy ya agotada, lo digo de verdad, ojalá se acaben ya, estoy hasta el gorro y lo peor es que ¿para qué sirven? O sea, en serio, no sirven para nada, son solo para estar en el mundo de Yupi. Sirven solo para aprobar, porque eso de aprobar… no es aprender. Yo ya si quieren suspenderme, me da igual, yo ya paso totalmente de esas notas, porque ¿esas notas son mías? Pues no, son las de ellos, está claro.
Los exámenes son trabas, porque es así como se agobian los niños. Por ejemplo, a mí, yo cuando voy a hacer un examen ya tengo la lección estudiada, pues cuando voy se me olvida. Se me olvida. Entonces, no sé, se debería buscar otra forma, poner videos, ¡o algo! Hacerlo de otra manera, seguir el ejemplo de Antonio. Hombre ya sé que vosotros no sois como él, pero hombre sois profesionales. No sé cómo lo verán ellos, los profesionales, pero yo sinceramente estoy por coger ya una reunión y decirles que eso no sirve para nada, que eso solo sirve para evaluar y para liarnos.
El derecho a la educación. Yo siempre les decía: “A mí me estáis diciendo cómo le vais a calificar, pero todavía no sé cómo habéis pensado enseñarle”. Porque claro, si esto consiste en que yo le enseño y allí se examina… El derecho a la educación no es que los niños vayan al cole y se examinen, es otra cosa. Es otra cosa y seguimos igual. (Noemí, madre de Indira)
Ser política, ¿para tener el poder?
(Futuro)
Lo que haría primero si fuera presidenta sería quitar el poder del mundo para que nadie lo coja y lo utilice para poner trabas a los y las demás.
Creer en ella y en su futuro, pensar en ello e interpretarlo, imaginarse ahora mismo allí, siendo política, preparando su campaña electoral, su programa electoral. Ser política para Indira es futuro, pero también es presente, en este apartado podremos ver cómo ella ya está preparándose para ello, ya está haciendo y siendo política con todo lo que aquí presenta.
Una de las más de 6 cosas que quiero ser es política. He pensado que si fuera presidenta de un país lo primero que haría es insistir. Insistir a la gente que no es nada inclusiva, insistirles para que lo hagan bien. Sobre todo a los profesionales. Aunque tengo claro que primero me reuniría con la gente que está de mi lado, para ver qué opinan y luego ya con el resto, con los profesionales. Además, haría una reunión con todos los políticos para ponerlos a trabajar. La verdad es que todo esto lo tengo muy pensado, tengo preparada hasta una campaña electoral con lo que diría y los puntos importantes que no pueden faltar. Esta empieza con un poco de información, y luego tiene un índice con cada punto importante. Sería así:
Información
Son las personas en situación de derecho a la educación. Es importante por lo que viví yo, lo único es estar apartada de los demás.
Índice
1. Información y el derecho.
2. Sufrimiento
3. Golpes
4. Personas con discapacidad
5. Personas con problemas
6. Ser respetadas
7. Ser escuchadas
La descripción del mundo en el que se vive.
1. El derecho a la educación y al aprendizaje es importante y debe ser respetado según la ONU.
2. No hay que sufrir, pero se sufre y eso es lo que ocurre con las personas que tienen discapacidad.
3. Los profesores son los que tienen poder y dan golpes a las familias para que se preocupen, y no hay que preocuparse, se lucha.
4. Las personas con discapacidad no tienen nada en común con otros niños y niñas sin discapacidad, todo lo contrario. Las personas con discapacidad: son las que sufren doble discriminación. Personas sin discapacidad: son las que no sufren discriminación.
5. Las personas con discapacidad tienen muchos problemas en la vida. Las personas sin discapacidad no tienen problemas en las escuelas. (Ahí a lo que me he referido es a que la discapacidad solo son problemas en la vida, porque a la gente que por ejemplo tiene parálisis cerebral, Síndrome de Down, cosas de esas… son las que sufren en la vida. Son los que tienen problemas en la escuela. Y las personas sin discapacidad a las que me he referido allí no tienen problemas en la escuela. ¿Por qué? Porque las personas que no tienen discapacidad sí que encajan ahí.
6. Todas las personas tienen que ser respetadas, no solo por los padres, también por los profesionales.
7. Todas las personas tienen que ser escuchadas. Y también tienen que ser escuchadas y valoradas por los profesionales y no solo por los padres, por los profesionales también.
Esto sería importante para mí cuando sea política o presidenta del país. Pero en realidad, si me pongo a pensarlo bien, no sé si me gustaría ser presidenta porque yo no quiero tener poder, porque ¿de qué sirve el poder? El poder atrae muchas cosas, desde ahí es desde donde se ponen trabas a las personas. El poder sirve para discriminar, para no valorar a nadie, para que nadie sea comprensivo, que no se respete. Solo sirve para ganar cosas que quieres conseguir, lo atrae todo. Por eso igual lo que haría primero si fuera presidenta sería quitar el poder del mundo para que nadie lo coja.
Mirar al infinito. Salir de mi clase para ir al aula
(Pasado)
Estuve unos años saliendo al aula de educación especial y lo que recuerdo de esos años es estar triste, estaba mal, me sentía triste porque allí tampoco aprendía, no hacía nada.
Salir de su clase, de su grupo de referencia, separarse de sus compañeros y compañeras, dejar de compartir el espacio y el tiempo, con todo lo que ello conlleva. Cuando Indira pasó a primaria en el año 2013, empezó a salir de su aula para ir al aula de educación especial durante las materias de matemáticas y lengua. Y digo durante, porque no salía para hacer ella dichas materias, sino para no estar mientras los demás sí las hacían.
Creo recordar que hace unos años yo había estado en un aula, en otra aula, creo que era en mates. Vaya que he estado en aula… en aula especial. Allí había muchos ruidos y muchos niños, muchos niños que hacían mucho ruido.
Lo que recuerdo de esos años es estar triste, estaba mal, me sentía triste porque allí tampoco aprendía, no hacía nada, absolutamente nada, no me daban clase. Vaya que a los demás tampoco, bueno algunos niños si hacían algo, pero yo desde luego no.
Iba solo para mirar, mirar a los demás, mirar a la pared, mirar al infinito. Me sentaba allí y me ponía a mirar el infinito una y otra vez, otra vez… Vaya que era un rollo para mí. Y es que además yo allí no aprendía.
No sabía cómo oponerme. Indira salía al aula específica los primeros cursos para lengua y matemáticas, y yo no le veía ni a gusto ni que avanzase nada. Cada vez se descolgaba más del grupo, tanto de los contenidos como de la relación con sus iguales. Y hacía eso dos sesiones diarias. Yo ya firmaba como no conforme* a las propuestas que se hacían desde el centro, pero tampoco me oponía porque era la forma de funcionar, porque tampoco sabía muy bien cómo. (Noemí, madre de Indira)
Estas salidas de su aula se dieron en los primeros cursos de primaria ya que a partir de 3º su madre se negó a ello e Indira volvió a compartir todas las horas con sus compañeros y compañeras en su aula.
Ser activista, una forma de cambiar nuestra realidad
(Pasado, presente y futuro)
Este discurso os lo hago a vosotros porque quiero que me escuchéis y que me miréis completa. Que nos miréis bien miradas, que nos miréis desde los pies hasta la cabeza y que veáis cómo sí somos capaces.
Indira ha sido, es y será activista, desde hace años lucha de diversas formas por defender sus derechos y el de otras personas, y lo hace desde la escuela, desde casa, con el grupo de estudiantes por la inclusión y, sobre todo, con su madre. Es activista en su día a día, a través de sus reflexiones, su sentido crítico y sus posicionamientos, los cuales van surgiendo a cualquier hora, en cualquier momento y sobre aquello que va viviendo y escuchando. Indira es y será activista, así es como ella ve, vive y entiende el activismo.
Yo quiero ser activista. Bueno, ya lo soy, soy activista. Hace ya un tiempo, cuando me empecé a reunir con Nico de la universidad y con el grupo de 5 estudiantes por la inclusión, y formamos un grupo, ahí empezó mi activismo. Aunque empecé mucho antes a grabar vídeos con mi madre mientras aprendía, o sea, no fue a raíz del grupo de estudiantes. El activismo para mí es algo importante porque es luchar por algo, por los derechos de las personas con discapacidad, es luchar contra otros sin ton ni son. ¿Y para qué me ha servido el activismo? Pues para aprender, para aprender un poco más, para saber cómo funciona todo… la escuela, la sociedad, el mundo.
Ella reflexiona. Indira es muy consciente de la realidad, porque se le ha explicado […]. Ella tiene que ser consciente de cuáles son sus derechos, de cuándo se vulneran, pero lo tiene interiorizado, o sea, ella no habla por mí, ella reflexiona. (Noemí, madre de Indira)
Los derechos son importantes, y muchos derechos de las personas con discapacidad no están conseguidos. Por ejemplo, el derecho a la educación, este es imprescindible.
Tener derecho a la educación es que las personas tengan una buena educación, una educación digna allí, es que yo tengo derecho a aprender.
Hay que tratar los derechos con respeto, porque los derechos son oro puro y deberían ser tratados como una de las cosas esenciales de la vida. A parte del derecho a la educación también está el derecho a poder hacer lo que queramos, el derecho a luchar por lo que queremos ser, el derecho a lo que queremos que no sea tan injusto, el derecho a elegir. En definitiva, las personas tenemos derechos y estos son importantes.
Mi activismo tiene que ver con ir a por las personas injustas, primero lo haría intentando describirme. Luego intentar defenderme como vea. Pero ante todo me haría respetar sin tener que cambiar yo nada porque lo principal es que cambien ellos, vaya yo es lo que veo lógico.
Una de las cosas que haría es hacer una reunión con todos los que están allí, en la escuela, estoy muy cabreada con ellos. De hecho, lo haré, pediré una reunión con ellos porque quiero hablar de ese problema, de lo que a mí me ha generado estar allí. Les diría lo que siento y que sé que a mí se me está denegando un derecho importantísimo que es la educación. Les diría lo siguiente:
A ver, vosotros sois profesionales, ¿no? Pues educad. Pues educad, si no ¿para qué sois profesionales? ¿Para nada? O sea, en serio, si sois profesores y estáis en una escuela, estáis dirigiendo una escuela, pues hombre, tendréis que educar. A ver, no sé qué pensáis al respecto de eso. Pero yo en serio os lo digo, si no hacéis algo por cambiar eso… Es que encima es algo super importante, lo de educar se tiene que hacer en la escuela y no en casa. Y, sobre todo, también respetar, o sea respetarme a mí y respetar a otros, porque si no… ¿para qué sois profesionales? Para enseñar, educar, ¿no? Si no sabéis pues no pasa nada, os puedo enseñar, yo tengo muchas técnicas. Pero a ver, que tampoco creo que sea tan exagerado, vosotros hacéis vuestro trabajo y yo os ayudo si hace falta. Pero eso sí, tenéis que tener una cosa clara, que es importante, y es que no os puede entrar por un oído y salir por el otro lo que os diga. No. Os lo tenéis que grabar en vuestra cabeza: “somos profesionales tenemos que educar y enseñar”.
Además, tengo pensado un discurso inspirador, un discurso que haría en aquellos países que quieran escucharme, un discurso sobre las cosas importantes que vemos en nuestra vida.
Discurso de Indira
Este discurso es para todos vosotros, para que sepáis lo que pasa en el mundo. Pasa que se nos ataca, que nos vemos sometidas al poder de los que abusan, que nos vemos sometidas. Este discurso os lo hago a vosotros porque quiero que me escuchéis y que me miréis completa. Que nos miréis bien miradas, que nos miréis desde los pies hasta la cabeza y que veáis como sí somos capaces. Yo creo que eso es lo más importante, que se nos escuche, que podamos hablar, para esto es importante que podamos tener el control sobre nosotras mismas, para poder decir lo que nos pasa.
Y yo lo siento mucho por vosotros, pero quiero que sepáis las cosas que pasan a diario, mirad al mundo y veréis un lugar que es totalmente injusto porque se nos ataca por todos lados, porque estamos sometidas a una autoridad que no es justa. A una autoridad que nos somete a nosotras. Mirad el mundo, mirad cómo está montado y así podréis descubrir la verdad de lo que sucede en la vida cotidiana.
Miraos a vosotras mismas, mirad al mundo entero, a la sociedad, una sociedad que está en el mundo. La sociedad no está a parte, es un grupo de personas diciendo “pues la sociedad ha dicho esto…” Pero que sepáis que no lo vamos a hacer porque realmente yo creo en lo contrario, yo creo que si cada uno se sienta de una forma distinta está en su derecho.
Preguntaos a vosotras mismas y a vuestra voluntad, porque tenemos armas apuntando hacia nosotras, apuñalándonos, que estamos sometidas a la autoridad de personas con poder. Y yo creo que deberíamos mirar lo que sucede con las personas esas, las que nos ponen barreras, las que nos someten de forma injusta. Todo esto encima pasa en un mundo tan grande y tan inmenso, y sabed que hay algo super diminuto, que existe, pero que no se ve.
Es esa sociedad que os decía la que impide que las personas hagamos lo que queramos con nuestra vida. Las personas están en esa sociedad unidas mientras que hay otras que están en la sociedad, pero están aparte. Para que me entendáis, hay una pirámide, la pirámide de 2022 en la que estamos todas, nosotras y las personas con poder. Las que tienen poder son las privilegiadas, las personas que mandan a los demás lo que se puede y lo que no se puede hacer, son las que están arriba del todo de la pirámide. Son los que ven el mundo injusto de otra manera, ellos lo ven justo porque tienen beneficios mientras que las que no tenemos beneficios lo que vemos son prejuicios.
Luego están las del medio, las que están entre el poder y nosotras, las del medio son las que deberían estar con nosotras, a nuestro lado pensando y diciendo: “¿pero qué es esto, qué está pasando aquí, deberíamos arreglar esto?”. Lo que no puede ser es que en un mundo tan grande y tan culto, y tan oculto, que cuando digo oculto significa que el mundo se puede ver, pero no se hace nada.
Y se nos dice que tenemos que aceptar las cosas, aunque sean injustas. ¿Lo aceptamos? Pues no, lo intentamos cambiar. Os decimos que no, que deberíamos hacer algo, que no puedo estar de acuerdo con lo que se está haciendo.
Debemos decirle al País Vasco que no, que debemos hacer algo, que no puedo estar de acuerdo con todo esto. Le debemos decir que mire sus leyes y que estas dicen que se le debe permitir hacer a las personas lo que quieran con su vida. Debemos recordarle al gobierno del País Vasco que miren bien para que la ONU no tenga que acusarlos más por vulnerar nuestros derechos. Debemos decirles que arreglen esto, que está patas arriba. Que lo pongan en orden, que no que lo pongan normal porque no hay nada normal, sino que sea justo para todas las personas.
Y para que sea justo lo más esencial es luchar por un mundo feminista en el que se ocupe y se mire a las personas que tienen discapacidad, porque lo más importante es que las personas sean tratadas como personas con derechos.
Muchas gracias, amigos míos y amigas mías porque tenía que expresar todo esto que pasa a diario en el mundo.
Crecer y empoderarse. He visto a Indira crecer en este tiempo tanto en su discurso como en su reflexión crítica sobre lo que estaba pasando. Y contar su experiencia creo que ha hecho en gran parte que Indira haya crecido un montón, o sea, que haya evolucionado y se haya empoderado, y ha hecho que ella sea consciente de la injusticia que está viviendo. (Aurora, amiga de la familia)
Los patios, otra soledad obligada
(Pasado)
En los patios yo estaba sola, los niños y las niñas se ponían en la otra punta o se iban corriendo.
Los patios, ese espacio que tanta importancia tiene para los recuerdos de cualquier niño o niña, de cualquier persona, esos espacios que parece que al volvernos adultos y adultas, profesionales, olvidamos. Su madre señala la cantidad de adultos, de recursos profesionales con los que se contaba en el patio y lo que estos supusieron para Indira: una barrera. Los patios han sido pocas veces una oportunidad para compartir con los demás. Indira lo cuenta y, sobre todo, lo siente.
En los patios yo estaba sola. Ellos, los niños y las niñas de mi clase, no estaban conmigo, se ponían en la otra punta. Como mucho estaba con Ane, una niña que tiene Síndrome de Down del colegio.
En el patio conocí a Maialen, ella es una chica mayor que yo que a veces venía a verme, aunque muchas otras no me dejaban ir a donde estaba ella. Yo estaba en el foso,no 6 me dejaban irme de allí, y ella me venía a ver, pero no podía acercarme e irme con ella.
Las reglas del patio. No se puede normalizar que ningún niño o niña de su clase esté ningún día del curso en el patio con ella. Un día me escribieron un mensaje muy duro diciéndome que se había ido a buscar a Maialen y que habían tenido que hablar con ella y explicarle las normas del patio. Y yo les dije, pero ¿cuáles son las reglas del patio? ¿Que no puede ir a buscar a la única persona que le hace caso? ¿Esas son las reglas del patio? Es que no quiero a la auxiliar con ella para eso. Tendrás que darle otra alternativa, tendrás que intervenir. (Noemí, madre de Indira)
Recuerdo una vez que los niños y las niñas de mi clase estaban en la otra punta, bueno, es que si yo estaba en una, ellos estaban en otra. Un día Maialen y otras niñas me acompañaron para ver a qué estaban jugando los y las de mi clase, y me engañaron, me dijeron que no estaban jugando a nada y se marcharon corriendo. Se marcharon.
Yo no sé dónde estaban los profesores, no sé, pero yo siento que ellos solo estaban para reñirme cuando me iba a buscar a Maialen.
Ser madre, un legado de oportunidades
(Presente y futuro)
Yo tengo claro que quiero ser madre, pero ya empiezan las trabas. Me encantaría que mis hijas tuvieran una vida digna, que estuvieran bien, que encajasen, pero sin ser normales.
Yo tengo claro que quiero ser madre, ahora tengo una hermana pequeña que tiene dos años, nos llevamos 13, y yo a ella le hago de todo: la baño, le doy el biberón, le enseño inglés, euskera… la cuido y me encanta hacerlo.
Yo quiero ser madre, pero es que quiero ser madre de cuatro hijas más bien, pero en realidad no se sabe nunca lo que pasará. No se sabe, pero ya me han empezado a poner trabas también con esto… Ahora bien, yo tengo claro lo que me gustaría hacer como madre.
Hacer la propia vida. Yo a Indira no le puedo decir ese derecho no lo tienes tú: el de la educación sí, pero este no. ¿Por qué no? […] Vamos a dejarles que hagan su vida. Yo lo que quiero es que elija su vida, que no se la elija el sistema, que no sea el sistema el que diga por aquí tú no puedes ir. (Noemí, madre de Indira )
Me encantaría que mis hijas tuvieran una vida digna, que estuvieran bien, que encajasen, pero sin ser normales. Y si esto fuese así tengo un montón de ideas, pero una que pienso es que si hiciese falta matricularía a mis cuatro hijas allí, en mi colegio, para ver qué pasa. Para ver cómo lo hacen, para saber si les ha servido para aprender lo que me ha pasado a mí.
Llegados a este punto, si ellas estuvieran allí, yo he pensado un plan. Lo primero que haría es convocar a toda la gente del mundo entero de Bilbo que se ponga de mi lado, que venga conmigo hasta allí. Y les diría bien a gusto que por ponerme trabas a mí van a aprender lo que son los límites, van a ver lo que soy yo y van a aprender conmigo. Por algo se parecen a su madre, a mí, porque se parecerán a mí, claro. Y si así ha sido mi vida, será también la de ellas. Porque yo lo que quiero también es darles a ellas mi vida, porque se lo merecen.
Para todo esto tengo claro que es importante que cuando ellas más o menos tengan mi edad se junten con Nico y con personas de la universidad para poder hablar de este problema, para que empiecen a luchar por ellas y por sus derechos, incluido si quieren ser madres, claro que sí, que no se les nieguen sus derechos.
Yo lo que quiero es que ellas aprendan a luchar, quiero hacer por ellas lo mismo que mi madre ha hecho por mí. Yo ya tengo mi vida, mi madre tiene también su vida propia, pues yo quiero eso para ellas, yo les voy a entregar eso a mis hijas, una vida.
El teatro, otro acto de exclusión
(Pasado)
Me encanta hacer teatro, pero me gusta hacerlo en casa, no allí en el colegio en la extraescolar. Allí tampoco estaba a gusto, me pasaba como en clase.
El teatro puede suponer poco espacio en este relato, pero no es así en la vida de Indira. Para ella hacer teatro es interpretar su futuro en cualquier lugar; en la calle, en casa, con sus amigos y amigas. Es imaginar su papel de madre, de política, de activista, de cocinera y hacerlo más real a través del teatro. Hacer teatro para Indira no solo es aquella actividad extraescolar a la que tanto le costó llegar en primaria, es parte de su día a día.
A mí el teatro me gusta, me gusta mucho, pero sobre todo en casa. Aquí hago mucho teatro. Hago de los chechenos, hago teatro hasta de la guerra, de ellos y de otros que están en países que están en lucha. Además de lo de la guerra también interpreto otros papeles como el de ser madre, cómo sería como madre, o de las otras profesiones que quiero ser. Todo esto lo hago hasta por la calle.
A mí me gusta el teatro, pero aquí, allí menos porque allí nunca hacia teatro en la extraescolar del colegio. Allí no estaba a gusto tampoco, no hacia teatro, me pasaba lo mismo que en clase y me escondía, iba a esconderme. Pero seguía y sigo haciendo teatro, aunque ahora solo en casa, porque me encanta el teatro.
Indira solicitó entrar en la actividad extraescolar que ofertaba el centro en primaria. El primer curso se les dijo a sus padres que no la apuntaran por su bien, el segundo curso la apuntaron y cuando llamaron para interesarse por cómo estaba en la actividad les informaron de que no estaba acudiendo, que la dejaban en el comedor desde la segunda sesión. En el tercer curso la madre se reunió con el orientador para informarle de que no iban a tolerar más esta discriminación. Y así inició de nuevo la extraescolar, con el apoyo voluntario de una de sus auxiliares educativas. Al tiempo la madre volvió a sufrir presiones, el argumento es que necesitaba más apoyo, y así empezó la lucha por el apoyo que finalmente consiguieron. Durante todo este proceso Indira quería seguir haciendo teatro, lo tenía claro así que su madre no dudó en lucharlo junto a ella.
El paso a Secundaria, ¿un paso hacia dónde?
(Pasado)
La lucha en Secundaría fue peor: he repetido primero, no conozco a mis compañeros y compañeras de ahora y he pasado mucho tiempo en casa aprendiendo. Siento que los demás están incluidos, pero yo no.
La secundaría, esa etapa que aleja y aleja, esa etapa que espera de Indira que no esté. De ahí todo lo que os contará ella misma en este apartado. La secundaria empezó para Indira con complicaciones: partían de una propuesta de repetición en 6º de primaria por parte de la familia, una propuesta que finalmente no se llevó a cabo porque las formas para hacerlo suponían no respetar los esfuerzos y avances de Indira. Desde ese momento el centro educativo, que sigue siendo el mismo en secundaria, admite a Indira en su aula “ordinaria”. La admite por, como dice su madre, “cabezonería mía” y no por derecho de Indira. Y este es el punto de partida: una escuela, un profesorado y unas profesionales especialistas que no creen que Indira deba estar en su clase.
La secundaria… La secundaria madre mía… La lucha en secundaría fue peor, en la secundaria he repetido primero, no conozco a mis compañeros y compañeras de ahora y he pasado mucho tiempo en casa aprendiendo. Siento que los demás están incluidos, pero yo no.
Sacar del aula. La política del centro es ir sacando al alumnado cada vez más fuera del aula. Y eso se va incrementando en Secundaria. (Aurora, amiga de la familia)
Ahora sí, recuerdo un día que se me quedó clavado. Cuando volví allí, después de estar enferma para hacer un examen, recuerdo que llegué a la clase y habían puesto mi pupitre atrás y yo los miré. “¿Pero y esto que hace aquí?”. ¿Pero qué hace allí mi pupitre, atrás?. Y me dijeron “ah… ah… ah… Es que no estabas” y yo “¿Cómo? O sea, ¿en serio?”. Que no es por eso por lo que intentaban ponerlo atrás. Y me enfadé, me enfadé bastante, me cabreé, pero sin estarlo totalmente porque tengo que ser buena con ellos, pero tampoco tanto.
Otra cosa que me han hecho, por ejemplo, cuando estaba yo allí: una hora conectada para hacer cosas de 5º y 6º de primaria… Pero bueno ya, es que yo ya soy mayor, tengo 15 años, casi 16, deberían ponerme cosas de mayores. Es verdad que con ama buscamos otras cosas, pero ellos deberían hacerlo porque para algo son los profesionales. Que también se tienen que ocupar si son profesionales de la educación. Deberían decir: “Vamos a hacer esto que es inclusivo”, digo yo, vamos.
Chocar con la Secundaria. Un choque con Secundaria muy grande, Indira no quería entrar en clase porque no se encontraba bien, porque no se encontraba acompañada, ni acogida. Se sentía excluida dentro del aula, sin tenerla en cuenta. (Aurora, amiga de la familia)
Es muy duro recibir mensajes todos los días: hoy no ha querido sacar el cuaderno, hoy ha entrado tarde a clases, hoy… Indira se tiró horas en el pasillo. Es que encima mucha información me la daba ella. (Noemí, madre de Indira)
¿Volver a la escuela?
(Presente)
Yo no quiero volver a la escuela porque me da miedo estar otra vez sola. Y sé que ir a otro centro no es la solución porque me puede pasar allí también, lo sé.
Volver a la escuela, volver a la presencialidad, volver a compartir el espacio y el tiempo con los demás, de nuevo. Pero, ¿garantiza esto que Indira comparta todo lo demás con sus iguales? Ella cree que no, su madre también lo duda, Aurora sabe que con estar no es suficiente. Entonces, la pregunta es si realmente es una opción para Indira volver a la escuela. Ella no lo cree…
Como ya he contado, ahora mismo estoy aprendiendo en casa desde hace unos años. Mi madre está intentando que pruebe a ir al colegio. Aunque no sea allí, a ese, sino a otro. Y yo le digo que no, claramente no. Ella me pregunta el porqué, y yo le digo que es porque a mí me da miedo estar otra vez sola.
Normalizar la exclusión. Yo he llevado a Indira al colegio y se me caía el alma todos los días… Indira llegaba a la fila y se cerraban los círculos. No hago responsables a los chavales, pero ahí hay un adulto que está viendo lo que pasa. Pero se normalizaba la exclusión. (Noemí, madre de Indira)
Me acuerdo que un día que fui allí a hacer un examen de música me fue a recoger mi padre. Él estaba hablando con una profesora que le decía que en vez de hacer la conexión de euskera que me quedara allí y así el profesor me podía explicar. Y yo pensé: “Por favor, que no le digas eso, a ver que no, no quiero venir aquí”. Después discutí con aita por 7 eso, porque yo le decía: “A ver aita, por favor ¿cómo voy a ir ahí?” Le dije que no, evidentemente, le dije que no quiero ir allí nunca más.
Mi madre ahora me dice que podemos probar en otro, pero no, es que no quiero. Le pido que no insista porque no quiero. Yo sé que en otro me puede pasar lo mismo, es verdad que si no pruebo no lo puedo saber, pero es que entre que empiezo y descubro si voy a estar bien allí, llega enero que cumplo los 16 años. ¿Y cómo van a intentar allí 8 que yo esté bien? Que no, que no que hasta enero son muchos meses.
Además, yo he conocido a los estudiantes, el grupo de estudiantes por la inclusión, y sé que en otros colegios también pasa lo que me ha pasado a mí, eso quiere decir que el problema es más grande. Por eso yo digo que para qué voy a probar si yo pienso que va a ser igual. Hasta que lo descubres, y ves que no está funcionando como debería de funcionar, es qué… Realmente pienso que la solución no está en ir a otro colegio, yo creo que esto se soluciona en casa porque es donde se me respeta. Donde más me han respetado, donde más he encajado y aprendido. Porque yo en el colegio no he encajado, claro.
Lo académico y lo social. Yo la verdad es que tengo una espina clavada porque me da muchísima pena que ya no tenga esa oportunidad de estar bien en un colegio. Me estoy olvidando ya de que avance académicamente o no, de que tenga la oportunidad de estar con un grupo con sus iguales. Luego lo pienso y no sé si el ir al centro le garantiza lo social.
Quienes miran, quienes ven
(Pasado y presente)
Le agradezco a todas estas personas a ama, a Antonio, Marc, Alba, Maialen, etc. por haberme mirado y escuchado
Al principio de este relato hablábamos de la travesía que había supuesto para Indira estar vinculada al sistema educativo. Hablábamos de las piedras y los socavones, pero también de los apoyos. Este es el apartado en el que Indira nos comparte aquellas personas que sí la ven, que la miran, que la entienden, las personas que escuchan su voz y las que creen en ella, están las que ven más allá y se permiten conocerla: sus apoyos.
Antonio, él fue mi profesor, aunque no recuerdo exactamente cuándo. Él me daba historia, y fue un buen profesor, le tengo mucho cariño. Él hacia trabajos como me gusta a mí, en sus clases trabajábamos en grupo, yo estaba con los demás aprendiendo y también conociéndolos. Es lo que tiene trabajar en grupo que te permite conocer a gente, también hablar de cosas con mis compañeros y compañeras.
Él explicaba a todos, incluida a mí, es decir me explicaba igual que a los demás y lo bueno es que todos lo entendíamos. No era como el resto de profesores, con él aprendía, nos ponía vídeos como hace mi madre, buscaba la manera de enseñar. Con él me sentía bien. Mientras que con el resto de profesores y profesoras estaba triste, mal, con Antonio no era así, no me sentía triste.
Yo creo que él vio, que los profesores explicaban solo para los demás. Y entonces dijo, no lo dijo, pero pensó: venga yo me planto, estoy con todo. Porque él sabe que se tiene que hacer así, como él lo hacía y no como los demás. Los demás yo creo que también lo saben, pero no quieren. Si quisieran lo harían seguro.
Podríamos decir que Antonio no era normal. No era normal porque no hacía como los demás, él veía que yo tenía derecho a aprender, y se dedicó también, con ama, a instruirme, a darme lo que necesito para la vida.
Otro que tampoco era normal era Marc, otro profesor que tuve y que ya no está. Él también me explicaba a mí, también hacia trabajos y ponía vídeos como Antonio y como ama. Él tampoco era normal.
Hay otras personas importantes aparte de Antonio, Marc o ama, también está Alba mi profesora de infantil. Recuerdo poco de ella, pero lo hago con cariño, sé que con ella estuve bien. Otra persona importante es Maialen, ella es mi amiga y yo creo que lo seremos toda la vida. A Maialen la conocí en el colegio, ella es más mayor que yo y era una de las que se acercaba a mí. Yo luego la iba a buscar a veces a su clase y otras en el patio. Me acompañó en algunas cosas como la que he contado antes del patio. Todavía tenemos relación, a veces damos paseos, tomamos algo, jugamos. No sé.
También ha sido muy importante para mí el grupo de Estudiantes por la Inclusión. Para mí ya son amigos, amigos repartidos por diferentes sitios de Europa. Con ellos he hablado de la escuela, pero también de muchas otras cosas. Con ellos me he sentido bien, contenta, he compartido experiencias, aventuras…
Hablar y escuchar. Noemí lo que también tiene es que habla mucho con ella y la escucha, y tiene en cuenta lo que ella dice, que en otras familias no pasa. Entonces eso hace que también pues vayan un poco viendo juntas hacia dónde ir. (Aurora, amiga de la familia)
No sé, agradezco a estas personas por haberme mirado y escuchado, a ama sobre todo, ella es muy importante para mí y también a Antonio. A él le agradezco no haber sido normal.
Un sensor. Estas personas para Indira han supuesto mucho, de hecho, las tiene súper presentes. Fueron una tabla para ella, le permitieron también irse buscando la vida. La verdad es que los apoyos que ha tenido y las personas que ha tenido, no han sido muchas, pero han sido de una calidad tremenda. Y es cierto que Indira tiene un sensor, o sea ella mira cómo se acercan a ella. (Noemí, madre de Indira)
Mi lucha, su lucha, nuestra lucha
(Pasado, presente y futuro)
Yo lucho también, lo hago para defender mi vida, una vida sin trabas, lucho para que me valoren por como soy en realidad. Y lucho por mí, pero también para luego poder defender a mi hermana y a mis hijas.
Noemí, la madre de Indira, es una persona fundamental en la lucha de Indira, es difícil entender esta sin conocer la relación que tienen ellas, la forma de mirarse y entenderse, su forma de respetarse, de escucharse, de apoyarse y de admirarse. Quienes leáis este relato pensaréis: “Claro, su madre es importante para ella y su lucha, de ahí que Indira la nombre tanto”. Pero no sabéis cuanto de importante es Indira para su madre, cuánto de mutuo es todo lo que hacen, sin olvidar que cada una son una persona. Verlas juntas reflexionar y luchar es esperanzador cuanto menos. Disfrutad al leer sobre su lucha juntas, que aunque pueda ser duro, como dice la madre de Indira: la resistencia lo es.
La que luchaba es mi madre, la que lucha es mi madre. Bueno yo también porque he aprendido de ella, igual que mis hijas aprenderán de mí. Ella dice que no lucha, pero yo digo que sí lucha. Está luchando con el corazón y con el pensamiento. Porque en realidad sí que lucha por las cosas que ve a diario de eso. De hecho, yo pienso que es la que más ha luchado, muchísimo.
Disentir Indira, sin ser consciente, ha luchado mucho más de lo que ella piensa, lo que pasa es que su lucha se ha calificado como conductas disruptivas. Indira no es disruptiva. Indira no hace eso por molestar al que está al lado, Indira se está plantando y está diciendo no. Esto no es lo que yo tengo que hacer aquí. (Noemí, madre de Indira)
Yo lucho también, lo hago para defender mi vida, porque ya está bien no puedo vivir siempre con trabas. Las trabas son eso barreras que pone la sociedad y los profesionales a las personas, a las personas que tienen discapacidad en todo el mundo.
Algunas de esas barreras son los apodos que se les ponen a las personas que tienen discapacidad, apodos que te digan algo que no es mío. O, por ejemplo, el derecho a escucharme, el derecho a valorarme como soy en realidad, es decir, describirme, pero sin trabas. Que me describan, pero sin quitarme nada.
Luego, por ejemplo, la educación tendría que hacerse en la escuela y no en casa, son muchas las trabas y la verdad es que ya estoy hartísima. Si es que, ¿para qué voy a seguir sus indicaciones si no me respetan ni me escuchan? Para eso tendrán que respetarme y escucharme, porque es imposible llevar así mi vida diaria, con trabas siempre.
Resistencia Y en esa lucha muchas veces la que está de escudo es la persona que está en el centro educativo y eso es lo que no tendría que ser. Muchas de las conductas de Indira: “Hoy ha hecho esto, hoy ha hecho lo otro…” Yo decía: ¿Pero se dan cuenta de que está resistiendo? (Noemí, madre de Indira)
La resistencia de Indira es cara a cara, cuerpo a cuerpo con docentes. (Aurora, amiga de la familia)
Yo intento luchar defendiéndome a mí, pero también para luego poder defender a mi hermana o a mis hijas. Si una madre lucha, hay que tomar ejemplo, hay que hacer siempre primero lo que hacen las madres, lógicamente. Por eso yo digo que mi madre y yo somos unas luchadoras. Es verdad que a veces me cuesta explicar cómo lucho yo, y pienso que ella, mi madre, lucha mucho más. Pero al final la lucha que hacemos, sobre todo en secundaria, es la misma lucha, la lucha de las dos es la misma.
Conductas disruptivas Yo creo que desde esa parte ambas están luchando y cada una además en conjunto. Porque yo creo que lo bueno que tienen las dos es que se tienen mucha admiración, mucho respecto, mucho cariño, y que hay mucha comunicación entre ellas. Entonces es una lucha que se hace en dos ámbitos distintos, en dos flancos distintos, pero que es una sola y eso es importante. (Aurora, amiga de la familia)
Ser profesora, crear mi escuela inclusiva
(Futuro)
Mi escuela no es inclusiva, es discriminatoria. Por eso cuando yo sea profesora crearé una escuela inclusiva donde todos los niños y niñas puedan estar y aprender en igualdad.
Crear su propia escuela inclusiva, Indira tiene muy claro el camino que deberíamos seguir, cuáles son los pasos que como sociedad deberíamos dar para que todos los niños y niñas puedan aprender en sus escuelas, puedan ser mirados, escuchados y respetados. Ella tiene claro hacia donde debe caminar para contribuir, para ser parte de quienes construyan. Indira desde sus vivencias, desde quien es ahora mismo, repiensa la escuela y nos transmite todo lo que debería ser.
La escuela tiene que ser inclusiva y mi escuela no lo es. Es totalmente discriminatoria porque lo que intenta es segregar. Intentan segregar en vez de incluir. Lo que se debería hacer es incluir, pero es lo contrario, es que discriminan. Por eso cuando yo sea profesora crearé mi propia escuela inclusiva.
Lo primero que tendría claro es que debemos enseñar a todos los niños y niñas, para estar todos en igualdad. En igualdad de oportunidades y de condiciones, para eso es la educación. A todos y todas se les educará como uno más en mi escuela, con todos los recursos y herramientas que necesiten.
Lo siguiente sería tener una persona de estas que dirige, un director o directora inclusivo porque si no… Otra cosa importante es que ellos mismos, los profesores, son los primeros que tienen que cambiar para luego poder cambiar otras cosas. Es más, me planteo hacer otra escuela de profesores para enseñarles a ellos cómo deberían de tratar a las personas con derechos. Les diría que somos personas con derechos y no somos como pensáis que somos nosotras.
Tampoco habría aulas específicas, aunque lo intenten. Tengo muy claro que no quiero. Que no, me niego y soy muy cabezota así que, aunque alguien insistiera en mi escuela no habría aula especifica. Yo tengo claro que no apartaría a ningún niño o niña para enseñarle.
En mi escuela en vez de aprender sentadas, las voy a poner activas. Para aprender andando. Aprendiendo, andando. Aprendiendo cosas, matemáticas, tecnología, trabajos y con vídeos como hacen amá o Antonio. También les enseñaría lo que son los recursos, lo que es la vida y sobre todo los derechos, para que todos los niños y niñas sepan cuáles son sus derechos, el derecho a la educación, a la vivienda, a la sanidad, a casarse…. Para que ellos también puedan aumentar su confianza y emprender su propio camino o su propio viaje y puedan lograr sus perspectivas.
Cuando sea profesora, los profesores de mi escuela tendrán que aprender a escuchar, escuchar al niño o la niña, lo que han vivido y cuál es su historia con mucho interés. Y ya después encontraremos la forma de educarle y si hace falta pediremos los recursos que no han tenido. Debemos dejarles claro que pueden ser lo que quieran ser, políticos o lo que quieran.
Todo esto tiene que ser así para que funcione y para que los niños y niñas que vengan a mi escuela estén incluidos. Es más, cuando forme la escuela, voy a apuntar ahí a mi hermana. Es importante además que todos y todas estén a gusto en la escuela.
Por último, les quitaría el poder a los profesores, porque el poder pone trabas y los profesores son los que más poder tienen. Por ejemplo, ahora mismo, si hacemos una torre alta, abajo del todo están los que sufren, encima están los que no y van paso a paso, y arriba del todo quedan solo los profesores que son los que tienen el poder. Entonces yo lo que haría sería quitarles ese poder, saborearlo y eliminarlo.
Porque ya lo he dicho pero la escuela tiene que ser inclusiva y la mía lo será.
Sentir: Las emociones que me mueven
¿Sabes qué sería para mí lo mejor? ¿Lo más bonito que me digan en la vida? Para mí lo más bonito sería que nos pidan perdón por lo que nos han hecho.
Indira va recordando y contando su historia a través de lo que siente, podemos ver a lo largo del relato cómo son pocos los recuerdos concretos, ella se guía por las sensaciones que le provocaron etapas, espacios, personas… Son esas cosas que le hacen sentir las que le conectan con los recuerdos y las reflexiones. Es a través de esas emociones desde donde va construyendo su discurso, su posicionamiento, sus sueños y sus aspiraciones. Aquí en estas líneas Indira nos habla directamente de aquello que le hace vibrar, y aunque el relato al completo está cargado de sus emociones, es en este espacio final en el que recoge directamente, a través de estas, lo vivido.
¿Sabes qué sería para mí lo mejor? ¿Lo más bonito que me digan en la vida? Para mí lo más bonito sería que nos pidan perdón por lo que nos han hecho. Eso sería lo justo también. Eso sí que es justo, decir perdón a las personas que no han sido bien tratadas. Pedirlas perdón, otra cosa es que aceptemos las disculpas o no. En este caso, ¿yo las aceptaría? No. Yo en este caso no aceptaría las disculpas, porque claro, por lo que pasé… Aunque mi madre me dice que las disculpas siempre deben aceptarse, es verdad que es así, pero yo pienso que también depende.
Depende de las disculpas y depende de lo que te hayan hecho, si lo que te han hecho es más pesado, más pesado todavía, si la injusticia es más pesada… Alguna cosa que se nos impida hacer porque somos mujeres. Encima ellos yo creo que ven solo la discapacidad, porque si no pensarían en hacerlo mejor. Creo que piensan solo en la discapacidad, solo ven eso. Yo creo que siguen pensando lo contrario, porque si no lo harían mejor, lo mejor para nosotras. Eso seguro, pensarían mejor en las actitudes que han tenido y seguro que dirían perdón por lo que nos han hecho. Creo que si pensaran en esto pedirían perdón.
Yo no estoy enfadada ni triste, pero si tuviera que elegir una preferiría estar enfadada antes que triste, porque el enfado me ayuda a luchar a veces y la tristeza es más difícil. Por ejemplo, cuando murió la gata o la perra… ahí me sentía triste, es por esas cosas por las que se debe estar triste.
Cansada me siento con las conexiones online con los profesores, por ejemplo, con eso estoy muy cansada.
Aburrida me siento cuando uno está jugando pero el otro solo mira… Eso me ha pasado a mi alguna vez ahí donde estaba antes, allí, pues donde siempre en un sitio que empieza por S y termina por A, pues allí donde va a ser, en el Santa María … Allí porque yo me acercaba, pero estaba 9 realmente triste, aburrida, porque no estaban conmigo.
El enfado lo siento cuando te hacen daño, cuando hacen daño… Cuando hay algo que a ti te resulta fácil de comprender, pero a otros no… Son cosas que tendrían que comprender, pero no comprenden. Eso me enfada mucho, muchísimo.
También siento ilusión, siento ilusión cuando estoy con ama, por ejemplo, cuando hago las entrevistas para la universidad, eso me ilusiona porque quiero más.
Luego están las cosas que te dan alegría… Siento alegría cuando estamos contentas por algo que nos ha pasado en la vida super guay, como por ejemplo cuando estoy con ama, cuando nací en su corazón. Ella siempre ha estado en mi corazón. Bueno y mucho mejor aún que la alegría es el alivio, siento alivio cuando te dicen que lo sienten, ahí siento alivio.
El enfado, la alegría, la tristeza, el aburrimiento, la soledad, el alivio, han estado ahí durante todo el relato, en cada una de las vivencias de Indira encontramos un coctel de emociones y reflexiones. Indira es la capacidad de transformar el enfado por lo sufrido en un impulso para seguir resistiendo, Indira es la capacidad de exponer la tristeza por el dolor causado por la escuela con el fin de hacer sentir y pensar a quienes la lean, para hacer visible aquello que está pasando entre los muros de una escuela. Indira es la capacidad de apoyarse en quienes sí la ven, la miran y la escuchan. Indira es mucho más de lo que se puede leer en este relato, pero este relato sí es ella aquí y ahora.
Tabla temporal del relato
Narración de Indira | Orden cronológico |
---|---|
Indira | Indira |
No voy a la escuela. Aprendo con ama. (Presente) | Mirar al infinito. Salir de mi clase para ir al aula. (Pasado) |
Recortar y pegar, mi aprendizaje en Primaria. (Pasado) | El teatro, otro acto de exclusión. (Pasado) |
Ir a los exámenes, mi única participación en el centro. (Presente) | Recortar y pegar, mi aprendizaje en primaria. (Pasado) |
Ser política, ¿para tener el poder? (Futuro) | Los patios, otra soledad obligada. (Pasado) |
Mirar al infinito. Salir de mi clase para ir al aula. (Pasado) | El paso a secundaria, ¿un paso hacia dónde? (Pasado) |
Ser activista, una forma de cambiar nuestra realidad. (Pasado, presente y futuro) | Quienes miran, quienes ven.(Pasado y presente) |
Los patios, otra soledad obligada. (Pasado) | Ser activista, una forma de cambiar nuestra realidad. (Pasado, presente y futuro) |
Ser madre, un legado de oportunidades. (Presente y futuro) | No voy a la escuela. Aprendo con ama. (Presente) |
El teatro, otro acto de exclusión. (Pasado) | Ir a los exámenes, mi única participación en el centro. (Presente) |
El paso a Secundaria, ¿un paso hacia dónde? (Pasado) | Ser madre, un legado de oportunidades. (Presente y futuro) |
¿Volver a la escuela? (Presente) | ¿Volver a la escuela? (Presente) |
Quienes miran, quienes ven.(Pasado y presente) | Ser política, ¿para tener el poder? (Futuro) |
Mi lucha, su lucha, nuestra lucha. (Presente, pasado y futuro) | Mi lucha, su lucha, nuestra lucha. (Presente, pasado y futuro) |
Ser profesora, crear mi escuela inclusiva. (futuro) | Ser profesora, crear mi escuela inclusiva. (futuro) |
Sentir: Las emociones que me mueven. | Sentir: Las emociones que me mueven. |
Acerca de la autora
Soy Eva Escartín Pueyo, estudiante del Máster en Cambio Social y Profesiones Educativas en la Universidad de Málaga, el cual me ha permitido, entre otros aprendizajes, iniciarme en la investigación educativa.
En esta misma universidad realicé el grado en Educación Social desde el que pude experimentar mis primeros contactos con la realidad socioeducativa, en el ámbito principalmente de la igualdad de género a través de distintas asociaciones de mujeres de la ciudad de Málaga.
Actualmente, y desde hace cuatro años, trabajo como Técnica Superior en Integración Social en un centro educativo público de Andalucía como recurso personal de apoyo al alumnado denominado como de Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE). Es desde esta postura desde donde empiezo a repensar la educación, a plantearme mi práctica educativa diaria, así como todo aquello que sucede dentro, y muchas veces fuera, de las cuatro paredes de un centro educativo.
Mis experiencias de vida, junto a la formación que he recibido y las realidades que he conocido en mi trabajo me han llevado a interesarme por una investigación con y para las personas, que a su vez sirva para transformar las experiencias de exclusión vividas en la escuela. En definitiva, una investigación que contribuya a lo que ya muchas niñas, mujeres y familias llevan recorrido en relación a la lucha por una educación inclusiva.